La comunicación no verbal es esencial para conectar con los demás.
Todos conocemos personas que no quieren mostrar sus sentimientos, o que hablan en un tono monótono y se muestran impasibles. Son individuos que tienen buenos conocimientos técnicos, pero temen abrirse a los demás y por ello no consiguen comunicar su mensaje.
A unos, sus padres les enseñaron a no mostrar sus emociones en público y a otros, hacerlo les parece demasiado teatral.
Sin embargo, para que el mensaje que trasmitimos resulte creíble, debemos apoyar nuestras palabras en nuestros gestos. El movimiento del cuerpo, la expresión facial, el contacto visual, la voz (tono, inflexión, volumen, velocidad, acento), la vestimenta y sus complementos, el contacto físico (estrechar la mano), el tiempo (puntualidad) y el espacio (distancia que nos separa de los demás) son elementos que conforman la comunicación no verbal. Entre las técnicas utilizadas para mejorar las habilidades no verbales está la de filmar a los participantes de un curso y después analizar el material haciendo críticas constructivas con la ayuda de otras personas.
Para lograr nuestras metas con buenos resultados seguiremos la ley de las tres P, es decir, Planificar, Practicar y Preparar. Los comunicadores que no se preparan son incapaces de transmitir su mensaje y dejan a los receptores confundidos y aburridos. Es un error lo que la mayoría de la gente piensa: que la práctica es sólo para los profesionales de la oratoria. Todo el que ha de comunicar algo necesita practicarlo. Para guiarnos llegada la hora de practicar, se proporcionan tres valiosas pistas. En primer lugar, conocer el ratio de práctica por actuación, según el cual se necesitan diez horas de práctica para actuar una hora. En segundo lugar, hablar solos: en otras palabras, saber aprovechar el tiempo que pasamos en soledad (en el coche, por ejemplo) para ensayar nuestra autopresentación, contar historias o probar cuál es el momento oportuno para introducir una anécdota en el discurso, entre otros.
En último lugar, ser sistemáticos en la práctica de los ensayos será la clave de una presentación intachable.
Thomas Edison pensaba que mucha gente se da por vencida poco antes de llegar a la meta porque cuando se rinden, no son conscientes de lo cerca que están de alcanzarla.
Seguramente usted también se habrá preguntado cómo algunas personas han logrado llegar tan lejos siendo sus cualidades tan limitadas. Tal vez debería cuestionarse también si no se tratará una cuestión de persistencia.
Dar continuidad es un proceso que consiste en contactar con alguien para reforzar una meta.
Así, por ejemplo, podemos enviar una nota para agradecer el tiempo que nos ha dedicado un cliente o llamar a un amigo para ver cómo se encuentra.
Desgraciadamente, dar continuidad es un arte que se ha perdido y las personas que han sabido conservarlo se destacan del resto. Y, sin embargo y curiosamente, nunca antes había resultado tan fácil hacerlo, ya que en la actualidad contamos con infinidad de programas informáticos y las alarmas que nos pueden recordar cualquier ocasión.
Como última advertencia, no está de más señalar que la línea que separa el dar seguimiento aun asunto del resultar excesivamente persistente y convertirse en alguien molesto es muy delgada: tengan mucho cuidado de no cruzarla.
lunes, 16 de diciembre de 2019
Dar Color A La Vida
La mayoría de nosotros anhelamos la estabilidad; no queremos
despertar con la incertidumbre de ignorar qué nos va a deparar la
jornada.
Obviamente nunca lo sabemos del todo, pero cuando ya nos hemos insertado
en esa pareja permanente, ese trabajo fijo y ese entorno consistente,
al menos nuestro rango de novedades se reduce notablemente.
Después de un tiempo llevando una vida estable, aparece en el horizonte
la sombra de la rutina. Cada día empieza a parecerse demasiado al
anterior y sin apenas darnos cuenta, esto se convierte en un gran
peso.
Es como si todo estuviera definido de antemano y no viéramos forma de
salir de ese círculo vicioso.
“Una vida sin colores”, ese es el nombre que podemos darle a nuestra
existencia cuando la rutina y la monotonía se apoderan del día a día. Una vida
de blancos y negros.
Si no tuviéramos hábitos, el gasto emocional e intelectual de cada día
sería enorme. En un mes estaríamos listos para una clínica de reposo.
Las costumbres cotidianas nos protegen de una eventual sobrecarga de
decisiones. Hacen que las acciones que debemos repetir diariamente no se
conviertan en un problema, sino que sean un ítem resuelto.
Eso está muy bien para aquellas actividades que garantizan el correcto
funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Hay que comer, hay que dormir, hay que lavarse, hay que
ejercitarse. Es saludable que estas acciones se repitan, ojalá a la misma hora todos
los días. Nos ayudan a funcionar adecuadamente.
Sin embargo, a veces no es solamente la hora de la cena lo que se repite
de forma idéntica cada día.
El hábito se vuelve inercia y la inercia, anquilosamiento.
Después de un tiempo atrapados en esas costumbres, comenzamos a sentirnos como
si estuviéramos gastando la vida en lugar de vivirla.
Aun así, no estamos dispuestos a alterar nuestra rutina. El precio de
hacerlo puede ser muy alto. No se renuncia a un trabajo así como así; ni se
renueva el amor o la amistad simplemente con pestañear.
La palabra “rutina” viene de “ruta” y alude a esos caminos trillados que
seguimos recorriendo.
Rutina y “monotonía” son primas hermanas. Esta última indica que
caminamos a un solo ritmo. Es como si solo pudiéramos interpretar una canción
siempre en el mismo tono, sin subir o bajar, el mismo sonsonete.
Ambas, rutina y monotonía, conducen a un estado de ánimo en el que no
hay entusiasmo, ni interés genuino en nada.
Esa uniformidad, esa falta de matices, termina por afectarnos
emocionalmente. Empobrece nuestras vidas y no nos permite disfrutar,
ni valorar lo que tenemos. También reduce notablemente nuestra creatividad. Tu cerebro se
acostumbra a no exigirse.
Introducir variedad en el día a día no es tan riesgoso, ni tan difícil como
quizás lo supones.
Puedes empezar con lo más simple: tomar una ruta diferente para ir a tu
trabajo, o bajarte un par de calles antes y caminar hasta allí, tratando de
observar con cuidado lo que encuentras a tu paso.
Puedes proponerte hablar con alguna persona que ves todos los días y a
quien escasamente saludas. También puedes ensayar a leer un poema, en un rato
libre que te quede.
Intenta desconectarte de los aparatos tecnológicos un día o al
menos, una tarde. Observa el lugar en donde vives y piensa cómo podrías
organizar los muebles de una forma diferente.
Piensa en los pasatiempos que antes disfrutabas, o en esos talentos que
fuiste dejando en el camino. Quién sabe, tal vez te animes a intentar recuperarlos.
El arte es una vía de lujo para alterar cualquier rutina. Toda actividad
artística va en contra de lo rutinario por su propia naturaleza. Te invita a
establecer un punto de quiebre.
En menos tiempo del que imaginas, te vas a dar cuenta de que también tus pensamientos y
tus sentimientos comienzan a cambiar.
Notarás cómo el mundo tiene muchas realidades en las cuales no habías
reparado. Que hay lugar para la novedad, para la sorpresa. Te sentirás mucho
mejor y los colores habrán aparecido de nuevo en tu vida.
Evitar La Monotonía
¿Qué pensarías si, dentro de unos años, echaras la vista atrás y vieras
que en tu vida no ocurrió casi nada interesante y digno de recordar?
Eso es lo que ocurre cuando dejamos que nuestros días caigan en manos de
la MONOTONÍA.
Ella, la monotonía, es la que nos impulsa y obliga a hacer siempre lo
mismo: siempre un mismo mensaje, siempre el mismo trabajo, las mismas tareas,
las mismas rutinas… la misma vida. Siempre todo igual, sin cambios.
Pero no solo eso: sino que todos estamos expuestos a caer en la
monotonía a no ser que lo evitemos.
Y entre otras muchas consecuencias, caer en la monotonía implica dejar a
un lado tus sueños, alejar las razones por las que cada día al despertarte
deberías ser feliz. La monotonía te ata a un presente exactamente igual a tu
pasado y te priva de algo que todos deberíamos permitirnos a diario: el factor
sorpresa.
Piensa en la monotonía: alguien que siempre hace lo mismo y en los
mismos horarios, que siempre tiene las mismas conversaciones, alguien que sigue
una agenda que por muy llena o vacía que esté olvida incluir la improvisación y
la diversión, que vive pendiente de sobrevivir pero que olvida vivir.
Por eso, cuando al cabo de los años mires hacia atrás… ¿Con qué te
gustaría encontrarte?
La respuesta a eso la tiene tu presente; y básicamente es él quien quien marca el ritmo de tus días y quien va a servirte de trampolín hacia tus sueños.
Mostrar Lo Diferente
“No es ni mucho menos “para destacar”, no van por ahí los tiros. El
primer beneficiado de marcar la diferencia, de hacer las cosas
mejor, que tu trabajo sea más imaginativo y entretenido, que tenga más calidad,
que resulte menos monótono… eres tú”
Estamos tan acostumbrados a no demostrar nuestras emociones de bien, a
no dejar ver que podemos ser amables, amorosos, a no darle importancia a ser
diferentes, que el salirnos de esa rutina se nos antoja poco menos que
imposible, más si le damos importancia a lo que nos dicta la moda; si la moda
es llevar zapatos negros pues ahí vamos, son zapatos negros, si es ropa de color
verde, pues que sean verdes. Por otra parte si la tónica es no desearle buenos
días a un extraño porque nos preocupa lo que pensarán de nosotros, o no
respetar una fila, o pasarnos una luz roja, total todos lo hacen; en resumen
hacer y seguir haciendo lo que la raza o su conciencia nos indique y así vamos
siguiendo a... a no sabemos quién.
Atreverse a ser distinto, a hacer la diferencia es quizás el logro más
interesante al que podríamos aspirar. La historia ha sido escrita por hombres y
mujeres que en un momento dado hicieron algo distinto, rompieron parámetros
para arriesgarse a proponer una nueva idea, a aclarar un concepto; seres
humanos que se propusieron un reto iniciando una cruzada que marcó la
diferencia en ellos y por ende en la humanidad.
Hacer la diferencia mostrando grandes o pequeñas cosas, no es tan
importante como el sentir que lo hacemos desde nuestro corazón.
Si lo que vemos es un desorden, mala educación, impertinencia,
deshonestidad, egoísmo, crítica, etc.
Tenemos la opción de poder de elegir y hacer la diferencia en pequeños
actos como ceder el paso, abrir una puerta, ser amable, regalar sonrisas,
expresarnos bien de los demás, en una palabra cumplir con el Nuevo mandamiento,
que aunque tiene más de dos mil años resuena en nuestros oídos con un poder y
vigencia de eco eternal: Amar, Amar, Amar. Se dice fácilmente más el realizarlo
en conciencia es un reto, un reto al que todos podemos optar, amar y hacer la
diferencia.
La humanidad podría estar triste, mas si solo puedes consolar y
hacer reír a un hermano, en él harás la diferencia. No nos desalentemos si
sentimos que no podemos salvar a todo el mundo, el amor es contagioso,
hagamos la diferencia.
El Dominio Propio
El autocontrol es la capacidad de ejercer dominio sobre
uno mismo, es decir, de controlar las propias emociones, comportamientos,
deseos, o simplemente estar tranquilo. Esta capacidad nos permite afrontar cada
momento de la vida con mayor serenidad y eficacia.
La persona que posee un alto autocontrol es capaz de dominar sus
pensamientos y su forma de actuar, lo que puede ser beneficioso en multitud de
situaciones. Por ejemplo, en un conflicto de pareja o una negociación
laboral. Las investigaciones afirman que inteligencia emocional es clave para
poder dominar esta habilidad.
Por tanto, el primer paso para controlar nuestro comportamiento y
nuestra forma de pensar es tener un gran autoconocimiento. De esta
manera, uno es capaz de reconocer sus emociones y es capaz de regular su
forma de actuar.
Pero, ¿qué beneficios tiene el autocontrol? El autocontrol aporta muchas
ventajas, como por ejemplo las siguientes:
Permite afrontar las situaciones difíciles con mayor eficiencia
Ayuda a mantener la calma
Ayuda a tener mayor claridad de pensamiento
Beneficia la relación con los demás
Permite controlar el estrés cuando te sientes bajo presión
Ayuda a tomar mejores decisiones
Aumenta la capacidad de concentración
Mejor autoestima
Mejora el bienestar emocional
Poseer autocontrol no siempre es fácil: imagina si estás haciendo una
dieta para adelgazar y al salir a cenar a un restaurante tienes que hacer un
gran esfuerzo para no comerte el brownie que te sirvieron en el
postre.
El autocontrol es importante para los seres humanos, y algunos estudios
afirman que las personas con un mayor autocontrol hacen más amigos, sacan
mejores notas o tienen una vida más saludable porque sufren menos
sobrepeso o fuman y beben menos alcohol.
domingo, 15 de diciembre de 2019
La Danza Como Expresión
Bailar es una manera de hacer poesía con el cuerpo. Dicen que
la danza es una de esas artes en la que solo se destacan quienes se quieren
mucho a sí mismos. Esto tiene mucha lógica, si se tiene en cuenta que para ser
buenos bailarines tenemos que conocer bien nuestro cuerpo, conectarlo con
nuestras emociones profundas y permitir que se expresen a través de movimientos
dirigidos.
En el baile siempre opera una suerte de felicidad, aunque haya danzas
que expresen un sentimiento dramático. En el baile también se pone en
juego un acto de libertad, en tanto que se trata de una ruptura con los
movimientos habituales y le permite a cada quien convertir su cuerpo en un
medio artístico.
“Las expresiones más auténticas de la gente están en su baile y en su
música. El cuerpo nunca miente”
-Agnes de Mille-
No todos podemos ser bailarines profesionales, pero
definitivamente el baile sí está al alcance de todos y, de hecho, se
encuentra presente en infinidad de situaciones sociales. Para eso están ahí
las discos y para eso también se hacen fiestas regionales o familiares.
Muchos sentimos que una fiesta que no incluya baile es una fiesta incompleta,
porque bailar es sinónimo de celebración y de alegría.
Los beneficios fisiológicos de bailar
El primer gran beneficio de bailar es físico. La danza es un
ejercicio exigente, que implica un gran esfuerzo físico al que se le suma una alta
demanda de coordinación entre las diferentes partes del cuerpo y la música que
está sonando. Los conocedores indican que una hora de baile equivale a dos y
media de ejercicios aeróbicos.
La verdad es que el cuerpo refleja nuestra personalidad y nuestros
conflictos internos. Nada como bailar para que todo eso se torne evidente.
Y ese es precisamente el primer gran aporte del baile: nos ayuda a
conectarnos con nosotros mismos, permite que se exprese nuestro mundo interior.
La capacidad para seguir el ritmo de la música con el cuerpo promueve el
reconocimiento de uno mismo y revela nuestras asincronías.
Pero no es solo eso. El baile es una actividad eminentemente social y,
por lo mismo, no solamente nos permite conectarnos con nosotros mismos, sino
también con los demás. Bailar nos exige, en la mayoría de los casos,
adaptarnos al cuerpo y a los movimientos de otra persona. Sin darnos
cuenta, esto incrementa la empatía y la sociabilidad.
Además, es un excelente antídoto contra la timidez, especialmente
durante la adolescencia. Bailar es, sin duda, capturar el ritmo de la vida en
nuestro corazón.
Con La Mente Y El Corazón
Corazón y cerebro podrían tener una relación más íntima que aquella que,
más o menos desde siempre, se les ha atribuido coloquial y culturalmente. En
efecto, desde este punto de vista, estamos habituados a conceder una especie de
antagonismo entre ambos, como si el cerebro fuera asiento únicamente de
nuestras cualidades racionales y el corazón de las pasionales. Curiosamente
esta dicotomía, que mucho tiene de platónica, persiste incluso en nuestros
días, a pesar de que sabemos bien que el corazón tiene pocas tareas más allá de
bombear sangre, todas ellas fisiológicas. Pero entonces, podríamos
preguntarnos, ¿por qué una tristeza muy fuerte o un episodio de felicidad
también lo experimentamos como una alteración en los latidos de ese órgano?
La respuesta podría comenzar por una afirmación sencilla: a fin de
cuentas, nuestro cuerpo es uno, una orquesta sinfónica que opera
sincronizadamente para mantenernos con vida. Y aunque nuestros pensamientos,
nuestras ideas, emociones, miedos y alegrías a veces parezca que no los vemos,
parezca que sólo son mentales, en realidad no serían posibles sin el soporte
físico del cuerpo, sin las hormonas, los neurotransmisores, el estómago que se
contrae o las lágrimas que acuden a paliar el sufrimiento.
Prueba de esta conexión estrecha es un estudio publicado recientemente a
propósito del efecto que el ritmo cardíaco podría tener en los procesos de
razonamiento del cerebro.
La investigación estuvo a cargo de Igor Grossmann, profesor de
psicología en la Universidad de Waterloo, quien en colaboración con otros
académicos de la Universidad Católica Australiana analizó el ritmo cardíaco de
un grupo de voluntarios en comparación con un grupo de control, esto al tiempo
que se evaluaban sus cualidades de razonamiento y su capacidad para elaborar
juicios, recordar y otras habilidades cognitivas afines.
Según lo observado, las personas en las que el ritmo cardíaco tiene
variaciones constantes fueron también quienes mostraron un mejor desempeño en
las pruebas de evaluación cognitiva. En especial cuando se trató de ofrecer una
solución a un problema de tipo social visto desde una perspectiva externa a la
de los involucrados (esto es, como un tercero que sólo opina), los individuos
de ritmo cardíaco alterado fueron quienes ofrecieron alternativas que no
estuvieron sesgadas por sus propios intereses o puntos de vista.
De acuerdo con el profesor Grossmann, esto no necesariamente indica que
dichas personas sean “más sabias”, sin embargo, sí parece ser una ventaja con
respecto a aquellas menor variación en sus pulsaciones.
Quizá ahora sólo queda responder por qué sucede esto y si tal vez, como
podría sugerirse desde una perspectiva más psicológica, si acaso la diferencia
estriba en que hay quienes pueden con mayor facilidad que otros dar libre curso
a sus pensamientos, emociones y aun procesos fisiológicos, mientras que otros
individuos los contienen, lo cual redunda en una mayor fluidez de personalidad
que se transmite y ocurre en la vida social.
Cuando Opinemos
El periodismo de opinión es un género periodístico que
se caracteriza por la exposición y argumentación de pensamiento de un personaje
o medio de comunicación reconocido acerca de un tema.
El origen de la opinión es la búsqueda de las causas de los
hechos.
Varios autores consideran que los géneros de opinión requieren ponerse
en el lugar del otro para ampliar el horizonte perceptivo. En los periódicos,
los géneros de opinión se utilizan para reforzar la línea editorial. Las páginas
de opinión se han convertido en secciones protagonistas en los diarios desde
principios del siglo XX, por sus abordajes y posiciones polémicas.
Los artículos de opinión versan sobre diferentes temáticas: política,
economía, sociedad, espectáculos, deportes, entre otros.
De todas maneras debemos decir que cuando en una nación se produce un hecho relevante y contundente con concretas consecuencias para la comunidad, los artículos de opinión abundan en las páginas de los principales periódicos.
En cualquiera de los casos mencionados luego de la exposición del hecho, el autor da a conocer su opinión. El mismo dispone de una determinada y organizada estructura, que puede presentar variantes pero normalmente expone de manera sucinta, pero clara, el tema sobre el que se opinará, le sigue la opinión en cuestión y suelen también acompañarlo algunas informaciones o datos exclusivos que el autor obtiene sobre el suceso, normalmente a través de un off the record o fuente confiable.
Finalmente llega la conclusión que es la que cierra el mencionado artículo.
Ética Y Educación
El objetivo último de la educación, como de toda actividad humana
éticamente válida, es la búsqueda de la realización del ser humano, debido a
que lo contrario implicaría un absurdo intrínseco.
Cada actividad humana estructurada, como lo es una ciencia y su
aplicación técnica, persigue ese objetivo fundamental a partir de un
instrumental propio, el que es desarrollado en función del ángulo específico de
aporte que se busca realizar al objetivo global.
En concreto, las ciencias educativas tienen como objetivo último la
realización plena del ser humano, para lo que desarrollan el instrumental
pedagógico y didáctico como medio específico y propio. De este modo, los
objetivos con respecto al desarrollo de habilidades, transmisión y generación
de conocimientos, y otros que son específicos de las ciencias educativas, son instrumentales
al objetivo fundamental y, por tanto, válidos únicamente en su correspondencia
con aquél.
En este contexto, y desde que se asume el hecho de que la educación no
es el mero aprendizaje de contenidos intelectuales sino que implica el desarrollo
de toda la persona, entonces es claro que un objetivo intrínseco al proceso
educativo debe ser la conformación de una «persona ética»(1). El ser humano es
un todo, con diferentes dimensiones que necesita desarrollar para alcanzar su
realización. La dimensión ética de los pueblos y las personas individuales es
una de ellas, por lo que no puede haber desarrollo integral de la persona sin
un desarrollo serio de su dimensión ética.
Podemos definir la ética como "la praxis de hacernos
mutuamente personas en la historia"
(2). Entendemos aquí la “praxis” como el aprender haciendo, el
desarrollar las certezas a partir fundamentalmente de la experiencia
críticamente analizada, en un proceso personal y social que abarca a cada
individuo y a la humanidad entera en forma simultánea e interactiva.
Es también un “hacernos mutuamente personas”, ya que no se trata de
mecanismos automáticos sino del ejercicio de la libertad de un ser abierto e
incompleto que necesita autodefinirse y autoconstruirse en interacción, para
poder realizarse en la vida. Desarrollo de ideales, escalas de valor, pautas de
validación de conductas, etc., son parte imprescindible de este proceso.
Finalmente, esta praxis se desarrolla “en la historia”, es decir, en un
contexto concreto, en situaciones definidas, con condicionamientos y
posibilidades delimitadas, y sin las cuales no solamente no es posible realizar
juicios sobre el proceso, sino que ni siquiera es posible el que se dé proceso
como tal.
En este sentido es válido que un ser humano -desde su dimensión ética-
asuma como el objetivo fundamental de su vida la búsqueda consciente y
perseverante de la propia realización, en una interacción verdaderamente
humanizante con los demás.
sábado, 14 de diciembre de 2019
Superarte
La superación personal, consiste en ser mejores cada día, en reconocer
nuestros errores y corregirlos para acercarnos más a ser quienes realmente
queremos ser.
El éxito no se consigue cuando día tras día nos quedamos en un
mismo lugar, cuando nos conformamos con las personas que somos y no buscamos
ser mejores, cuando cumplimos una meta y dejamos de trazarnos más.
Superarte personalmente, producirá tu éxito cada día.
La superación personal es un camino que no termina, es un camino
sin fin alguno… Cada día serás mejor, pero al otro día podrás ser mucho más
mejor.
Las personas exitosas son aquellas que un día se cayeron y se
equivocaron, pero siempre se levantaron…
Aquellas que dejaron de quejarse de su vida, para tomar el control
de ella y crear su propia realidad…
Aquellas que aunque tenía defectos, cada día hallaban la manera de ser
mejores y ser felices.
¡Es tiempo de que te levantes de donde estás!
Ya es momento de que empieces el camino de tu Desarrollo Personal.
Es hora de que empieces a tener conciencia de tu vida y de lo que haces
por lograr lo que anhelas, ya llegó el día donde debes empezar a caminar en
busca de ser mejor, de ser feliz y de cumplir tus sueños.
El éxito no viene en la lotería, no se hereda ni lo encontramos en
las vitrinas del supermercado.
El éxito depende de ti y de tu trabajo, depende de que lo busques y lo
logres, depende de quién eres y cómo piensas.
La superación personal es parte fundamental del éxito.
Así muchas personas quieran afirmar que el éxito es posible de
lograrse fácilmente, sin esfuerzo y de la noche a la mañana “con suerte”…
…quienes no ganen la lotería igual pueden triunfar a través de
la superación personal.
La superación personal a pesar de que en cierta forma suena
aburrida y “para viejos” (como muchas veces he escuchado) realmente es
el camino rápido al éxito total.
Hay gente que dice que le aburre la superación personal, y aun así
dicen tener problemas de dinero. ¡No entienden para qué sirve
la superación personal!
Si lo piensas bien, te darás cuenta que a través de procesos
de superación personal, podrás crecer en diferentes aspectos de tu vida y
superar tus miedos, enfrentándote a la vida con poder.
La superación personal te da éxito, no
hay éxito sin superación.
Necesitarás superarte a ti mismo en todas las facetas de la
vida, considera esta valiosa información desde hoy y verás el cambio.
Ocupar La Mente
Muchas veces escuchamos que cuando estamos tristes, estresados o pasando
por un momento complicado, lo mejor es mantenernos ocupados.
Un estudio realizado por la Universidad de Chicago revela que tener tu
mente ocupada te hace feliz, pues mientras estés distraído haciendo algo,
te alejas de los pensamientos negativos. Mientras estás ocupado, te deshaces de
estrés, la depresión y el aburrimiento.
Christopher K. Hsee, autor del estudio, reveló que es indispensable que
todos los días hagas algo; cualquier cosa, incluso si no le encuentras sentido.
Los investigadores de este estudio comentan que el deseo de evitar el
aburrimiento y la depresión, junto al ocio motivador, son factores importantes
para mantenerse ocupados. La necesidad de ganarse la vida o de ayudar a los
demás son otros factores.
A los voluntarios que participaron en el estudio se les hizo llenar una
encuesta y esperar 15 minutos para llenar otra encuesta. En ese período de
tiempo los participantes tenían dos opciones una de no hacer nada durante los
15 minutos y la otra de dar un paseo durante el tiempo de espera.
Al entregar la primera encuesta se le entregaba un caramelo a cada uno.
Al pasar el tiempo establecido los que hicieron el paseo se encontraban más
felices que los otros que decidieron no hacer nada.
También demostraron que si no se les entregaba el caramelo más
participantes se veían motivados a salir y dar el paseo.
Lo importante es mantenerse ocupado a cualquier edad, si te gusta
bailar, caminar es el momento. Otra buena idea es leer, fortalecer tu memoria
con rompecabezas y juegos de mesa incluso hasta arreglar tu clóset te hará
sentir muy feliz.
Nuestro Presente
¿Qué se requiere para ser feliz? Las personas responden a esta pregunta
de muchas maneras: cosas materiales como el alimento, la ropa y el abrigo;
relaciones personales e íntimas como la pareja, familia y amistades; o
actividades de salud y placer como viajes, ejercicios, deportes, bailes, cenas
y espectáculos. Sin embargo, está comprobado que la verdadera esencia de la
felicidad yace en nuestro interior, en el concepto que uno tiene de la vida, en
la actitud, valores, creencias y reglas que poseemos.
La mayoría de nosotros pasamos la vida buscando la felicidad en algo ó
en alguien, sin darnos cuenta que todos los elementos necesarios para ser
realmente felices se encuentran dentro de nosotros, en nuestro Ser. Vivimos la
vida con una conciencia del ser dormida, permitiendo que nuestro subconsciente
e inconsciente manejen nuestras acciones y emociones a través del ego.
Cuando despertamos nuestra conciencia del ser, y asumimos total
responsabilidad de nuestras vidas, comienza a surgir el milagro de la
felicidad, sin dramas, sin excusas. La palabra “Responsabilidad” proviene de
dos palabras: Response (respuesta) y abilidad (habilidad). Responsabilidad
significa: La habilidad que cada uno de nosotros posee para responder ante
cualquier situación. No es lo que sucede lo que nos hace felices o infelices,
es cómo actuamos o reaccionamos ante ese suceso lo que determina nuestro estado
de ánimo.
El manejo de las emociones está directamente relacionado con la
conciencia del Ser.
Vivir con una conciencia activa del Ser es vivir en
presente. Es reconocer el pasado como lo que es: experiencias y vivencias
positivas y negativas que nos han permitido llegar a lo que somos hoy. Es
comprender que el futuro aún no existe, y que sólo nos ofrece un mundo de
posibilidades. ¿Quiere decir que no debemos hacer planes o establecer metas?
¡Absolutamente NO! Debemos siempre tener metas congruentes con nuestra esencia
y propósito de vida, sabiendo que al vivir entregado en el presente estamos
atrayendo todo aquello que anhelamos y que está en sintonía con el orden
divino.
Recuerda que Dios nos ha dado el regalo del Hoy y
del Ahora; por eso se llama “Presente”.
Perseverantes
La perseverancia es un esfuerzo
continuo. Es un valor fundamental en la vida
para obtener un resultado concreto; siempre es
gratificante iniciar un proyecto,
existe una gran ilusión, sueños y esperanzas.
existe una gran ilusión, sueños y esperanzas.
Ese proyecto puede ser iniciar un nuevo ciclo escolar donde comenzarán resistencias y
problemas.
En esta nueva experiencia conoceremos personas que no nos agradan, o
las exigencias podrán
ser agotadoras; entonces necesitamos tener la perseverancia bien asimilada para
no ser derrotados y tener la satisfacción de haber luchado por llevar a cabo las
actividades necesarias para alcanzar lo que nos propusimos.
ser agotadoras; entonces necesitamos tener la perseverancia bien asimilada para
no ser derrotados y tener la satisfacción de haber luchado por llevar a cabo las
actividades necesarias para alcanzar lo que nos propusimos.
Con la perseverancia se obtiene la fortaleza y esto nos permite no dejarnos llevar
por lo fácil y lo cómodo.
Cuando hablamos de este valor,
valdría la pena tomar un papel y ver nuestros propósitos
para revisar si los estamos cumpliendo.
Por otro lado, a veces no conocemos realmente a fondo nuestras
capacidades para poder establecer objetivos que realmente podamos
alcanzar.
Cualquier meta que emprendamos, debe de estar acompañada de los medios que
vamos a utilizar para conseguirla, y pensar qué nos hace falta para alcanzarla.
Estas herramientas son nuestras habilidades, posibilidades y conocimientos, y
pensar cómo aplicarlas. La perseverancia requiere sentido común y pensar que tal
vez no lo logremos de inmediato; sin embargo es importante volverlo a intentar,
porque la perseverancia brinda estabilidad, confianza y es un signo de que
estamos madurando o tomando conciencia de nuestra responsabilidad ante las
cosas.
Necesitamos estar preparados para
enfrentar los retos que el mundo actual
presente, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con nuestra vocación
con entrega y espíritu de servicio.
presente, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con nuestra vocación
con entrega y espíritu de servicio.
Alcanzar La Cima
Hace ya centenares de siglos que Sófocles dijo que “el éxito
depende del esfuerzo”. Hoy en día pocos dudan de tal expresión. Pero sí que, al
ser una sentencia tan absoluta, surgen preguntas a su alrededor. ¿Valoramos más
lo que cuesta más? ¿Qué precio tenemos que pagar por los sueños que nos
afanamos en cumplir?
En realidad, es muy sencillo decir “esfuérzate con todo todas tus
fuerzas y lograrás tus sueños”. Pero ¿qué hay luego? ¿Realmente valoramos
ese logro en su justa medida y esa valoración la mantendremos siempre? … Y
después, una vez que nos damos cuenta de que quizás el reto nos va a costar más
de lo que habíamos prevista, ¿es sensato echar el resto? Veamos qué dicen
algunos expertos sobre aquello que valoramos.
“Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna”
-Fernando de Rojas-
¿Valoramos más lo que más cuesta?
Me gustaría comenzar explicando la posición que defiende el
neuropsicólogo Sergio Lotauro. Este especialista ha dedicado años de trabajo a
buscar respuestas sobre lo que valoramos especialmente y por qué. Además lo ha
hecho con personitas de una edad sorprenderte para la que acostumbran a tener
los participantes en experimentos de psicología.
Muchas de sus ideas se basan en un curioso estudio llevado a cabo con
bebés hace años. En el mismo se les facilitaba a los niños dos juguetes
llamativos a cierta distancia. La diferencia radicaba en que para alcanzar
uno de ellos, no había obstáculo, mientras que para llegar al otro había que
superar una barrera transparente de acrílico.
El dato curioso es que aunque pueda parecer una locura, todos los
niños trataron de conseguir el juguete que era más complicado de alcanzar. De
hecho, buscaban cualquier método para superar la valla y alcanzar el ansiado
premio, por más esfuerzo o energías que tuvieran que gastar en el proceso.
Así, podríamos preguntarnos si esa pasión por lo difícil o lo
inalcanzable -que mostramos en algunas ocasiones- es una decisión propia
o, por el contrario, estuviera en nuestra misma naturaleza. ¿Está dicha
conducta implícita en nuestro propio ADN?
Ahora bien, que algo parezca inalcanzable no significa que lo sea. Por
lo general, nadie llega hasta donde está por casualidad o porque se lo
regalaron. Es evidente que cuanto más elevada es la meta, más compleja es de
alcanzar. Sin embargo, no por ello imposible. De hecho, que lo haya logrado
alguien es la mejor prueba de que es posible.
Según estos especialistas, antes de de buscar un objetivo es recomendable
hacerse ciertas preguntas. ¿Realmente sé que meta busco alcanzar? ¿Es
valiosa de verdad para mí? ¿Por qué ansío con tanta fuerza ese logro? ¿El
precio será muy elevado? ¿De verdad tengo la decisión de pagar el enorme
esfuerzo que costará?
Lo que valoramos no siempre se mantendrá en el
tiempo. De hecho tú mismo te darás cuenta, si miras al pasado, de que hay
logros que en su día valoraste de una determinada manera y hoy lo haces de
otra. En este sentido podríamos decir además que el tiempo actúa con una cierta
justicia, suele realzar las metas pero también la cantidad de esfuerzo
invertido, de manera que rara vez cambia el sentido de la balanza.
Superarnos
Están los que usan siempre la misma ropa
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando el cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y los que siguen corriendo, cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando, cuando se acaba el aire.
Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido;
Como si cada vez fuese la última vez
Convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren.
Pero no se quejan
Porque saben que el dolor se pasa,
El sudor se seca,
El cansancio termina,
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos, hay la misma cantidad de músculos.
En sus venas, corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes, está en su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima,
Una cima a la que no se llega superando a los demás
Sino superándose a sí mismo.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando el cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y los que siguen corriendo, cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando, cuando se acaba el aire.
Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido;
Como si cada vez fuese la última vez
Convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren.
Pero no se quejan
Porque saben que el dolor se pasa,
El sudor se seca,
El cansancio termina,
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos, hay la misma cantidad de músculos.
En sus venas, corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes, está en su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima,
Una cima a la que no se llega superando a los demás
Sino superándose a sí mismo.
ANONIMO.
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