martes, 7 de enero de 2020

Comprender Las Limitaciones


«Quod natura non dat, Salmantica non præstat» (en español: Lo que la naturaleza no da, Salamanca no (lo) otorga) es un proverbio latino que significa que una universidad no puede darle a nadie lo que le negó la naturaleza. 

De este modo, ni la inteligencia, ni la memoria ni la capacidad de aprendizaje son cosas que una universidad pueda ofrecer a sus alumnos.

Se ha creído erróneamente que esta frase corresponde al lema de la propia Universidad de Salamanca, lo cual es un error, ya que los lemas de las universidades son frases alentadoras, promotoras del estudio y de la propagación del conocimiento y las ciencias. 

El lema de la Universidad de Salamanca es: «Omnium scientiarum princeps Salmantica docet» («Los principios de todas las ciencias se enseñan en la Universidad de Salamanca»).
El emblema aparece esculpido en la piedra que recibe al visitante en el edificio de las escuelas menores de la Universidad de Salamanca.

Esta aseveración condena a los que, a pesar de estudiar, no presentan una gran capacidad intelectual o no ostentan una cultura general muy frondosa. Aquello que la genética ha negado no podrá ser reemplazado por la mejor educación. Se puede exhibir un importante curriculum vitae, pero ello no garantiza ser un erudito ni, mucho menos, una persona inteligente. 

Con Salamanca se apunta a la célebre Universidad ubicada en esa ciudad española, creada en 1218. La expresión se atribuye al filósofo y escritor hispano Miguel de Unamuno (1864-1936), quien ocupara el cargo de rector en dicha casa de altos estudios.

Desde el tiempo de nuestros abuelos, fue tema de discusión si la gente era tonta o mala porque no estudiaba o porque sus problemas los traían de nacimiento. Y se discutía que al malo y al tonto había que conducirlos por el camino del conocimiento para hacer de ellos personas buenas, útiles, brillantes.

Otros, decían que el malo lo era porque ya había nacido con alma mala, que más bien necesitaba redención, que le hablaran de las cosas de Dios.

Sin embargo, una tercera opinión decía que si se era tonto de nacimiento, bien poco se podía hacer por un individuo y remataban con el dicho del encabezado que reza: Lo que natura no da, Salamanca no lo presta; en alusión a la prestigiosa y antigua Universidad de Salamanca, España.

Hay alumnos que ponen sus codos en el pupitre, pero su mente está en otra parte: Dice el dicho que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

Hay estudiantes que en vez de poner sus ojos en el pizarrón, ponen su mirada al interior de su mundo atormentado por la problemática propia de la adolescencia y se sienten negados para aprender; y no porque no puedan, sino porque como dice otro dicho de origen bíblico: no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Así las cosas, para lograr la superación personal hay que poner en juego, la voluntad, el esfuerzo, y sobre todo, procurar una mente sana y despejada, de lo contrario, no se esfuerce: pues lo que natura no da, Salamanca no lo presta. O como dice mi compadre Pancho: me sales más caro que un hijo tonto en el Tecnológico. O sea, de qué sirve que te tenga en la escuela más cara, si tú nunca pondrás nada de tu parte.

Muchos estudiantes conocí que traían sobre sus espaldas una carga social y económica que no les dejaba avanzar para llegar a la ansiada meta que habían soñado. Problemas como la pobreza que no les daba para cubrir cuotas ni de una escuela pública y vivían siempre con hambre y mal vestidos. 

Otros, con problemas morales por padres desordenados o de familias desintegradas; siempre inmersas en un medio social que los arrastraba a la violencia o a los vicios como puerta de escape.

Algunos resistieron heroicamente para mantenerse en el camino; pero otros, sin apoyos de ninguna especie, renunciaron a todo convencidos que habían nacido para macetas y jamás pasarían del corredor.


Lo Que La Mente Puede


Todos tenemos el mismo cerebro, es decir, está compuesto por los mismos elementos.
No son idénticos pero si tienen la misma estructura y lo que realmente los diferencia es la mente.

¿Pero que es la mente?
La mente es la forma como usas el cerebro, es decir, el cerebro es el órgano y la mente es la forma como lo usas.

Y es allí donde radica la gran diferencia. En la mente, en la forma en que usamos el cerebro.
Esa mente o esa mentalidad no es más que un patrón de pensamiento que fue forjado por las creencias que se fueron almacenando durante tu crecimiento.

Y eso es lo que está determinando tu realidad actual, esa forma en que usas tu cerebro es lo que te mantiene atascado(a) o te permite progresar, también se conocen como creencias limitantes.
La mente o mentalidad es tu conjunto de pensamientos actuales, siempre está funcionando y no descansa nunca.

Recuerda que la ley de la atracción dice que todo lo que piensas lo atraes a tu vida, entonces la clave está en dirigir esos pensamientos por el mejor camino posible ya que siempre estarás pensando. Esta es una de las claves para ser feliz

Afortunadamente esa mentalidad o esa manera de pensar se pueden cambiar para que así puedas entender como desarrollar el poder de la mente.

Toma el control de tu mente, de tus pensamientos y sentimientos.

Recuerda que tú eres el responsable de todo lo que ocurre dentro de ti.

Rechaza todo pensamiento y sentimiento negativo, utiliza la ley de la sustitución para neutralizar los pensamientos y sentimientos negativos.

Aprende a establecer y a llevar a cabo tus metas, defínelas con claridad y elabora un plan de acción para cumplirlas.

Se honesto(a) contigo, aprende a relajarte y a disfrutar de tus logros.

Tener el control de tu mente es lo mismo que tener poder mental, el saber dirigir tus pensamientos y alinearlos con tus metas es lo que te va ayudar a desarrollar y aplicar el poder de la mente.

Llego la hora de que tomes el control de tu mente y comiences a construir el futuro que hasta hoy te ha parecido inalcanzable.


Náufragos En La Costa

Amín Maalouf: El naufragio de las civilizacionesMadrid: Alianza Editorial, 2019 (280 páginas). Traducción de María Teresa Gallego Urrutia.


Más conocido (y reconocido) por su obra literaria que por la ensayística, Amín Maalouf retoma en este ensayo algunos de los temas abordados en los dos anteriores: Identidades asesinas (1999) y El desajuste del mundo   (2009)todos publicados por Alianza Editorial, al igual que sus textos literarios.

Narrado de una manera amena, en la que entremezcla la visión personal (e incluso familiar) y la colectiva (o generacional), el autor invita a la reflexión sobre el mundo árabe y musulmán para luego pasar, en los últimos capítulos, a extender sus reflexiones al conjunto de la sociedad mundial.

En concreto, contrapone la experiencia existencial de su cohorte generacional durante la década de los sesenta y setenta en Oriente Próximo con la situación actual. Entonces, afirma, la juventud árabe participaba de los mismos anhelos de libertad y progreso que la de otras partes del planeta y, en particular, del entonces denominado Tercer Mundo. Algo que, conviene recordar, no ha cambiado sustancialmente, como muestran las reiteradas manifestaciones antiautoritarias desde Magreb hasta Oriente Próximo: Marruecos, Argelia, Egipto, Líbano e Irak, entre otros países.

Mayor cambio advierte Maalouf en el ámbito ideológico marxista predominante entonces (combinado con fuertes dosis nacionalistas como en buena parte del mundo poscolonial), que fue gradualmente reemplazado por el ascenso del islamismo; y, en particular, contaminado por su corriente más radical, violenta, sectaria, fanática y oscurantista.

Sin embargo, convendría igualmente matizar que no cabe definir el todo por una de sus partes y, menos aún, por una minoritaria (aunque, eso sí, extremadamente ruidosa y destructiva). De hecho, esta minoría violenta ha cobrado un notable impacto mediático y político innegable, sobre todo en situaciones de conflicto armado y Estados fallidos como han mostrado, entre otros, los casos de Irak, Siria o Libia; o bien acaparando igual o incluso mayor atención si atentan fuera del espacio del mundo árabe como, por ejemplo, en Europa.

Pese a que esta imagen es la que prolifera en muchos medios de comunicación, flaco favor se hace a la comprensión de las sociedades árabes si no se advierte toda su variedad y complejidad; además de recordar que la violencia ha sido, por lo general, la respuesta otorgada desde el poder a las protestas pacíficas de la ciudadanía desde 2010-2011 hasta la actualidad.

Sin olvidar, por último, cómo se ha instrumentalizado el descontento y la radicalización por parte de diferentes poderes regionales y mundiales rivales, retroalimentando la violencia (sí, también la terrorista) al secundar la máxima de que “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”.

Más preciso parece Maalouf al despejar cualquier tipo de duda sobre una supuesta excepcionalidad del mundo árabe a la hora de ser estudiado o comprendido; y reivindicar su “normalidad”, por cuanto dicho mundo también compartió “durante mucho tiempo los mismos sueños y las mismas ilusiones que el resto del planeta”.

Considera que el reemplazo del auge de las ideologías políticas seculares, modernizadoras e integradoras de la diversidad étnica y confesional de la región, por el posterior ascenso del islamismo (más excluyente y sectario) se ha debido en buena medida al fracaso de la modernización política y social. En su opinión, la responsabilidad de este fracaso descansa tanto en las experiencias autoritarias de gobierno como en las políticas de las grandes potencias occidentales, que han desvirtuado los valores que supuestamente defienden.

Maalouf advierte que el punto de inflexión de ese giro político e ideológico remite a la derrota árabe de 1967, que supuso un drama colectivo y se llevó por delante el atractivo de las ideologías políticas seculares y, también, del nacionalismo árabe que, a su vez, cedieron su espacio en favor de los islamismos. Tesis que, en buena parte, han sostenido previamente diferentes autores, entre otros, Fouad Ajami: Los árabes en el mundo moderno. Su política y sus problemas desde 1967 (FCE, 1983)

En el ámbito internacional, el autor destaca el año 1979, primero, como inicio de la revolución conservadora liderada por Margaret Thatcher, junto a Ronald Reagan, aunque habrá que recordar que las primeras políticas neoliberales se implementaron en Chile a raíz del golpe de Estado de 1973 como apunta David Harvey: Breve historia del neoliberalismo (Akal, 2007); y, segundo, de vuelta al espacio regional de Oriente Medio, por la revolución iraní, que supuso el pistoletazo de salida de la emergencia de los movimientos islamistas.

Maalouf otorga cierta centralidad al mundo árabe y musulmán en los asuntos mundiales. Sin duda, resulta innegable su ubicación e importancia geoestratégica, pero quizás resulte algo forzado este argumento, sobre todo si se toma en consideración la dependencia externa de una buena parte de sus economías extractivas y rentistas; unida a la dependencia de los apoyos externos y las alianzas estratégicas con las grandes potencias.

Por último, el autor pasa por encima de algunos de los desafíos más importantes a los que se enfrenta el conjunto de la sociedad internacional, desde el cambio climático, la carrera de armamentos, la posibilidad o tentación de un mundo orwelliano que abre la progresiva implantación de la inteligencia artificial; y, en suma, la ausencia de un liderazgo político y ético en el mundo actual en el que, en su criterio, ni Estados Unidos ni la Unión Europea parecen estar a la altura de las exigencias.


lunes, 6 de enero de 2020

Los Malos Entendidos


Alguna vez le dijiste algo a un amigo o a un compañero de trabajo; éste se ha enfadado contigo, y te ha costado mucho esfuerzo resolver la situación.
O tal vez, quedaste con tu pareja en que él o ella irían a recoger al niño al colegio; pero tu pareja entendió que lo harías tú, con lo cual se ha producido un conflicto.
Situaciones como éstas o parecidas nos las podemos encontrar todos los días. Amigos o compañeros que se enfadan, parejas que discuten o familias que dejan de hablarse durante años. Y todo esto, por un malentendido que ha desembocado en un conflicto importante.
Claro que tenemos que diferenciar entre lo que es un malentendido y un conflicto.
En un conflicto, existe una causa real de discordia. Una decisión con la que no se está de acuerdo, una palabra más alta de lo que correspondía. O algunas otras cosas más graves aún.
En un malentendido en cambio, la causa de la discordia no es real. Lo que ha ocurrido es que un mensaje; o una parte del mensaje, ha sido interpretado por el receptor de una manera incorrecta.
Cómo se crea un malentendido
Imagina una situación como esta. Estás tomando algo con un amigo, y surge un tema como podría ser la política nacional, por ejemplo. Tu amigo y tú no pensáis de la misma forma y se inicia una discusión. No llega a ser una discusión grave, pero sí lo suficientemente acalorada como para levantar un poco la voz.
Pasados unos días, vas por la calle y ves a lo lejos a tu amigo, levantas la mano para saludarle; pero él no te devuelve el saludo. A partir de ese momento, tu mente empieza a trabajar por su cuenta.
Del hecho concreto y real; que fue en este caso que tu amigo no te devolvió el saludo, tu mente pasa a la interpretación de ese hecho. Que podría ser algo así como: “le saludé y me ignoró”, o bien, “me vio y no me quiso saludar”.
Con esa interpretación que has hecho, tu cabeza empieza a indagar en cuáles pueden ser las causas. Por supuesto, llegas a la conclusión de que la causa es, sin lugar a dudas, la discusión de hace unos días.
De este punto, podrías pasar a generalizar la situación. Con algo como “no se le puede decir nada, SIEMPRE se lo toma todo muy mal”. Por último, puedes llegar a tomar una decisión muy tajante: “la próxima vez, le va a saludar su abuela”. O incluso algo peor.
Este suele ser el proceso más frecuente y el más eficaz para que se produzca un malentendido. Y es que, no solemos buscar la opción más sencilla y casi siempre la más real, que en este caso podría ser, “no me ha visto”.

Oportunidades De La Libertad

¿Eres una persona libre?, ¿conoces a gente libre? Probablemente, no tengas ni idea de qué quiere decir ser una persona libre, pero hoy lo descubrirás. Lo positivo de ser alguien libre es que las oportunidades en tu vida serán atraídas por ti. ¿Cómo puede ser esto posible?


Ser libre implica ser una persona con libertad en todos los sentidos, una persona sencilla, una persona que es como es y no como quieren los demás que sea. Ser libre, en definitiva, es ser tú mismo, sin apariencias ni máscaras…

La gente libre vive la vida de una manera especial, de una forma única. Hoy sabrás de qué manera viven su vida para, si lo deseas, seguir sus pasos y atraer las oportunidades que la vida te brinda.

Aplica la ley de la atracción
Son muchas las personas que creen en la ley de la atracción, otras en cambio la cuestionan y dicen que en realidad no existe. ¿Tú qué piensas al respecto? Desde luego, en este caso, podemos aplicar la ley de la atracción, pues ser libre atraerá oportunidades, pero ¿sabes qué más se puede atraer?
Tener carácter atrae: pues cuando tienes carácter, eres tú mismo. Siempre y cuando seas tú mismo, atraerás, en este caso a gente similar a ti, a gente positiva para ti.

Estar comprometido atrae las oportunidades: si te encuentras comprometido con algún sueño, alguna meta, esto atraerá las oportunidades. El compromiso hace que atraigas cosas positivas a tu vida. No todo el mundo logra comprometerse de verdad con lo que de verdad quiere.

Superarse cada día atrae: prepararse, formarse, superarse como persona cada día, aprender de los errores… todo esto atrae cosas buenas a nuestra vida. Cuanto más capacitado estés, más atraerás.

La química atrae: la química o el feeling es lo que atrae, ¿por qué tenemos química o feeling con algunas personas y con otras no? Cuando hay química atraes a la gente y las puertas empiezan a abrirse.

La gente libre interiormente atrae las oportunidades: esta es la parte más interesante, ser libre de corazón será lo que te pueda traer las mayores oportunidades para tu vida. Busca en tu interior, sé tú mismo… sé libre.

Aunque no creas mucho en la ley de la atracción, piensa en una cosa… ¿verdad que cuando haces cosas buenas te pasan cosas buenas? Y, ¿verdad que las cosas negativas atraen negatividad. Tenemos el poder de atraer todo lo que queramos, pues nuestras emociones, lo que pase por nuestra mente, determinará lo que nos pueda ocurrir. ¿Estás preparado para atraer las oportunidades?

“Los grandes hombres recorren senderos que para el común de los mortales son desconocidos. ¿Y sabes una cosa? Ser positivo trae buena suerte.”

-Valerio Massimo Manfredi-


No Se Detiene

“El tiempo se escurre entre los dedos como los granos de arena. Que este nuevo día sea el inicio de tu vida, el día en que tomas la decisión de concentrarte en lo más importante para ti. Toma la decisión de invertir más tieSmpo con quienes dan sentido a tu vida.” 

― Robin Sharma

“Vivimos en un tiempo que se escurre por las manos, un tiempo líquido en que nada es para persistir. No hay nada tan intenso que consiga permanecer y convertirse verdaderamente necesario. Todo es transitorio. Tiempo en que las relaciones comienzan o terminan sin contacto alguno. Analizamos al otro por sus fotos y frases de efecto. No existe el intercambio vivido. Experimentamos al mismo tiempo un aislamiento protector vivenciando una absoluta exposición. Tiempos en que se vive en secreta angustia, el cuerpo se inquieta y el alma sofoca. Hay vértigo impregnando las relaciones, todo es vacilante, todo puede ser deletreado: El amor y los amigos.”
- Zygmunt Bauman

“ Es la educación la que nos salvará y salvará a nuestros pueblos. La reflexión sobre lo que se lee y lo que se aprende iluminará los caminos de la conciencia. La disposición de suplantar un viejo pensamiento por uno nuevo y la creación constante de ideas nos van a liberar de la tiranía de la ignorancia”
Ana Cecilia Blum


Volver A Leer

Al cerebro le cuesta menos leer en papel

Algunos estudios reflejan preferencia por el formato impreso frente al digital. Los más jóvenes, «nativos digitales», se adaptan a ambos

Hace 25 siglos, Sócrates veía en la palabra escrita una amenaza para la oratoria y la memoria, que decrecería al plasmar las ideas en un papel. Entonces la lectura estaba reservada a unos pocos.

A medida que se extendía, muchos ojos perdían facultades a la luz de una vela por el nuevo entretenimiento. Y tal vez la vista cansada de la madurez lo estaría menos sin la lectura. Pese a esas desventajas, la lectura fue un enorme avance y un gran reto para el cerebro.

Ahora el soporte digital amenaza con desplazar al papel. El cambio suscita quejas parecidas a las del filósofo, como mayor dificultad para memorizar y comprender cuando se lee en una pantalla, y mayor fatiga visual.

Hace apenas dos siglos, nada comparado con nuestra historia evolutiva, la mayoría de la gente no sabía leer.

Cambiar el formato de lectura no parece tan grave para el cerebro, razona Luis Miguel Martínez Otero, responsable del grupo de Neurociencia Visual del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-UMH).

Es más, el cerebro no «viene programado de serie» para leer. Cada vez que alguien aprende a hacerlo, ya sea un niño o un adulto, ciertas regiones destinadas a otras funciones, como el reconocimiento de caras y objetos, se «reconvierten» para interpretar palabras, sostiene el neurocientífico francés Stanislas Dehaene.

La plasticidad de nuestro cerebro hace posible ese cambio, que mejora en gran medida su rendimiento. Por eso, «lo importante es leer», como destaca Martínez Otero.

«Es cierto que ha habido trabajos mostrando la “superioridad” de la lectura en papel. Si exceptuamos los más antiguos, cuando la resolución de la pantalla y la forma de las letras era de menor calidad, o trabajos con deficiencias metodológicas, las posibles diferencias no están tanto en los aspectos propiamente cognitivos, como los procesos básicos de la lectura, como los movimientos oculares, que son los mismos en papel y pantalla. Las diferencias son más bien metacognitivas», explica Manuel Perea, experto en psicolingüística de la Universidad de Valencia y del Basque Center on Cognition, Brain, and Language de San Sebastián.

Menos referencias
Son precisamente esos aspectos, más subjetivos, los que suponen ciertas limitaciones para los que no somos «nativos digitales». Todos tenemos la experiencia de imprimir las páginas que vemos en la pantalla para leerlas más a gusto y captar mejor los detalles, especialmente si hemos de interiorizar su contenido. Algo acorde con el formato en el que aprendimos a leer. «En mi propia experiencia, al menos para los no nativos digitales, la limitación está a la hora de leer libros electrónicos de texto o de referencia. En este caso, yo prefiero el papel y un marco de referencia, como el índice o poder pasar páginas», apunta Perea.

Por otro lado, el formato electrónico, con hipertexto (enlaces, como los que puede encontrar en este artículo) permite ahorrarse la visita al diccionario o a otro de consulta y acceder a contenidos extra de inmediato. Pero es cierto que implica estrategias de lectura diferente. Para Perea «la cuestión no son las posibles diferencias entre leer en papel o pantalla, sino cómo mejorar la lectura digital, dado parece inevitable la transición».

Pese a todo, muchos niños disfrutan leyendo con sus padres un cuento en papel a la hora de dormir. Aunque el formato digital permite incluir vídeos y sonidos. El mundo está cambiando en esta era digital y nuestro cerebro, como siempre, logrará adaptarse a ese nuevo reto.


Volver A Las Raíces


Filosofía
Con el resurgir, por un lado, de los prejuicios racistas, integristas y fundamentalistas y, por otro, con la acentuación de los procesos de deshumanización y de destrucción de las riquezas ecológicas y culturales del planeta, vuelve a resultar necesario reflexionar sobre la clásica cuestión de la unidad y diversidad del género humano (Daraki 1984). En este sentido, creo que el pensador francés Edgar Morin ha desarrollado, a lo largo de su extensa obra, interesantes reflexiones al respecto, algunas de las cuales expondré a continuación. 

Unidad biológica de la especie humana y crítica al humanismo idealista

La biología ha puesto de manifiesto cómo todas las poblaciones humanas descienden de un mismo grupo inicial (monofiletismo), poseen un origen común. A partir de esta unidad originaria, se produjo una diáspora y un proceso de diferenciación y de enfrentamiento entre culturas. La noción de hombre pasó de este modo (según Morin 1982: 188-189) a depender de un «doble conocimiento»: por un lado, existe un «saber natural», un «reconocimiento espontáneo», de la pertenencia del otro, del extranjero, a la misma especie que yo; por otro, se le niega al otro el calificativo de hombre, reservándolo sólo para los miembros del grupo y, en casos de conflicto y enemistad, el otro es calificado de «perro», «cerdo», etc., insultos que pretenden reducirlo al estado animal y excluirlo de la humanidad --reducido a animal, se justifica que sea tratado como tal--. La unidad de la especie humana ha sido continuamente cuestionada a lo largo de la historia por el etnocentrismo, el sociocentrismo y el racismo. Frente a estas tendencias, el humanismo ha afirmado la idea de la unidad del hombre y ha considerado al hombre como un ser superior, digno de honra y respeto y poseedor de un elenco de derechos (derechos humanos) inalienables. Las ideas humanistas de unidad del hombre y de derechos humanos, en tanto que suponen una defensa de la igualdad y de la libertad de todos los hombres y en tanto que han servido de fundamento para diversas reivindicaciones y luchas emancipatorias (abolición de la esclavitud, emancipación del proletariado, liberación de los pueblos colonizados, etc.), son elogiables y han resultado positivas.

Ahora bien, la idea humanista de la unidad del hombre es, según Morin, criticable, entre otras razones, porque no ofrece «un fundamento bioantropológico de la unidad humana» (Morin 1982: 191).

El humanismo considera que, por esencia, el hombre no pertenece a la naturaleza; lleva a cabo una «divinización del hombre», lo separa de la naturaleza y lo concibe como un sujeto absoluto en una naturaleza, mero universo de objetos, que ha de ser conquistada y dominada. Lleva a cabo esta escisión porque es deudor del paradigma disyuntor que separa y opone el anthropos biológico del anthroposcultural. El humanismo idealista funda al hombre aislándolo de la naturaleza; no funda la unidad del hombre en la idea de naturaleza humana, en la unidad biológica de la especie homo, sino que la postula por derecho y de modo ideal. La idea de la unidad del hombre postulada por el humanismo es una noción ideal, constituye «una tentativa abstracta y jurídico-moral para fundar la unidad del hombre al margen de toda consideración biológica, es decir, de la idea de naturaleza humana» (Morin 1982: 190).

Al prescindir de la idea de naturaleza humana, la idea humanista de unidad del hombre adolece de «una especie de vacuidad física y biológica» (Morin 1982: 190). Al ser biológicamente vacío, el humanismo rellena su concepto de hombre con la imagen y el prototipo de hombre preponderante en el Occidente moderno, produciéndose así «la identificación de la idea del hombre con el concepto supuestamente racional del hombre blanco, procedente del mundo occidental, técnico, adulto, masculino; de suerte que el «primitivo», el no industrial, el joven, la mujer, etc., figuraban como tipos inacabados, no consumados, imperfectos, pervertidos o decadentes de la humanidad» (Morin 1982: 190). De este modo, la supuesta unidad e igualdad de los hombres termina autodestruyéndose y la imagen de hombre concretizada sirve a la explotación y al dominio de unos pueblos sobre otros, de unos hombres sobre otros u otras (mujeres).

Según Morin, al humanismo idealista le subyace el temor a que la biología pudiese, como pretende el racismo biologicista, revelar diferencias jerarquizantes entre los hombres y las «razas». Este temor inconsciente --e infundado-- le conduciría a rechazar la dimensión biológica y a afirmar que el hombre es esencial y fundamentalmente cultura y que mediante ésta se superan las posibles diferencias biológicas y se establece la igualdad de todos los hombres sujetos de derechos humanos. 

Sin embargo, según Morin, contrariamente a lo que puedan creer el humanismo idealista y el racismo biologicista --inconscientemente el primero y con pretensiones científicas el segundo--, lo que la biología moderna pone de manifiesto y proclama es la unidad biológica (no sólo morfológica, anatómica y fisiológica, sino también genética, cerebral y psicoafectiva) de la especie humana.

Es, pues, posible dar «un fundamento bioantropológico de la unidad humana». 

No se puede prescindir de la idea de naturaleza humana, es decir, de la idea de «unidad biológica de la especie humana». 





La Oportunidad De Cada Día

Yo soy de las personas que creé que para cambiar el mundo solo se necesita cambiar la mentalidad de las personas y si todos procuráramos ser mejores personas cada día, el mundo sería un lugar diferente, es por esto que me parece importante hablar sobre este tema y por eso dejo aquí algunos tips y reflexiones para mejorar como personas diariamente.


“Lo más fácil de ser en el mundo es ser tu mismo. Lo más difícil de ser en el mundo es lo que la otra gente quiere que seas. No dejes que te pongan en esa posición.”
-Leo Buscaglia

No vale la pena abstenerse de ser uno mismo(a) solo por presión social o por falta de confianza en tu mismo(a), eso, lo único que causa es que uno se sienta mal luego, lo que eventualmente lleva a frustración por no ser sincero(a) contigo mismo(a).

No juzgues, escucha a los demás y siempre da sin esperar nada a cambio

"Antes de hablar, escucha.
Antes de escribir, piensa.
Antes de gastar, gana.
Antes de invertir, investiga.
Antes de criticar, espera.
Antes de orar, perdona.
Antes de renunciar, intenta.
Antes de retirar, ahorra.
Antes de morir, da."
-William Arthur Ward

Descubrir tu pasión. Que para obtener triunfos en la vida la mayoría de las veces debemos esforzarnos, es una realidad. Pero esa búsqueda no tiene por qué representar un sufrimiento, ¿no te parece? Cualquiera sea la actividad que hagas, debería ser un disfrute para ti. En otras palabras, si amas aquello que estás haciendo, sin dudas el camino hacia tus logros será más placentero e incluso divertido. Piénsalo de esta manera: si no alcanzas los objetivos planteados… ¡al menos la habrás pasado bien!

Poseer una visión clara. Puede parecer demasiado obvio, pero para conseguir algo, primero debemos saber exactamente qué es lo que deseamos. Es fundamental tener bien clara la meta para así continuar firme en el camino y no desfallecer ante el primer obstáculo. Si no tienes claro qué buscas, poco podrás hacer para conseguirlo. Ese objetivo tiene que estar bien definido y debe ser tu motor, aquello que te dé el impulso necesario para continuar hasta alcanzarlo. 

No dejes que tu sueño se debilite; por el contrario, aliméntalo cada día.



El Concepto De Laicismo


El Laicismo, o pensamiento laico, es un sistema de ideas que comenzaron a aparecer al mismo tiempo que las ideas del estado democrático. Para la construcción de la democracia era necesaria la laicidad, es decir separar las creencias y lo divino de lo que es lo laico y lo humano. Como la democracia se crea sobre la base de la igualdad de todos los ciudadanos y de sus libertades, es lo mismo que defiende el laicismo.

El laicismo es una ideología que no está en contra de las religiones siempre y cuando que no quieran imponerse a los Estados. La realidad es que la historia de la Iglesia y la de los Papas es una historia de poder terrenal y de influencia en los Estados europeos, y que el laicismo ha tenido que seguir y desarrollarse para la libertad de conciencia y la igualdad de todos los ciudadanos quedase a la voluntad de los altos eclesiásticos. Pero los enfrentamientos no han sido tanto por la doctrina cristiana que por las ambiciones terrenales de la Iglesia lo que ha producido los grandes problemas en las naciones y en las sociedades. Las derivas de la Iglesia católica han sido tan enormes, tan graves y perjudiciales a tantas personas que se puede decir que es la misma Iglesia la que abandonó el camino del cristianismo primitivo para convertirse en una potencia más terrenal entre las potencias terrenales de Europa.  Esto tampoco significa que el laicismo no reconozca a personajes de estos periodos con conductas de humildad y de caridad hacia el prójimo, pero estas personas hacia cada vez la diferencia del lujo, las riquezas, los metales preciosos y el fausto de la corte vaticana y de tantos otros palacios episcopales que llegaban a deslumbrar a los de los reyes y príncipes por su extraordinario fausto.
Para comprender la evolución de la humanidad y del pensamiento humano, es necesario presentar algunas etapas esenciales del desarrollo del hombre y de las sociedades, hasta el momento en el que el humano comienza a separar dos identidades distintas, la de las creencias y religiones y las propias a las posibilidades del hombre, que era de poder crear con toda independencia, sin la asistencia de Dios ni de sus representantes, sus propias normas humanas, políticas y morales.

Los primeros hombres, después de siglos de evolución de las especies simias, nace la especie humana. El hombre nace libre de su conciencia, sin ninguna influencia ni presiones otras que las de la naturaleza.

El pensamiento humano, desde los comienzos evoluciona, se adapta o se transforma según las exigencias de la naturaleza y las necesidades materiales y sus preocupaciones   existenciales. El testimonio de esta primera evolución son los objetos encontrados encontramos  en las búsquedas arqueológicas, armas y utensilios utilizados por estos primeros hombres, que si no hubiesen tenido la capacidad de pensamiento y de imaginación no hubiesen podido fabricarlos.

Henri Laborit, describe a los primeros hombres iguales a las otras especies animales, absorbidos  enteramente por la inmediata supervivencia y el aprovisionamiento de alimentos. Los primeros hombres vivían en “hordas”, pequeños grupos de humanos,  sin otras leyes que las de la naturaleza, y las normas de convivencia que ellos mismos decidieron.

El pensamiento religioso aparece en la historia de la humanidad en todos los continentes entre los años 800 y 1200 antes de nuestra era según los cálculos de Karl Jaspers, al que denomina periodo axial de la humanidad, tiempo en el que según él aparecen todas las ideas fundamentales de las religiones. No hay que considerar que el fenómeno religioso tiene las mismas significaciones en los diversos puntos del mundo. Las religiones son diferentes y adaptadas a las culturas ya existentes en la diversidad de los pueblos.

Las construcciones de las creencias y las religiones parecen ser una etapa necesaria a la evolución de la humanidad. La necesidad de conocer el comienzo del Cosmos y el comienzo del hombre y el significado de su existencia. Como los misterios que encierra el cosmos es imposible de descubrir por falta de conocimientos y medios, no le queda otro remedio que de construirlo con la imaginación.

Si los humanos tenían ya antes sus creencias, lo ignoramos. Algunos científicos creyentes avanzaron la hipótesis que el hombre nació religioso, es decir, que desde el principio tenían la idea de la existencia de Dios en sus conciencias. No existe ninguna prueba científica para afirmarlo, es más la expresión de un deseo que de una realidad. Lo más probable es, que durante siglos el hombre ha vivido sin dioses, y que cuando llegaron vendrían de la imaginación humana sirviendo de respuesta a las interrogaciones sobre misterios imposibles de comprender.

Las religiones, cada una a su manera dará una explicación a los comienzos del cosmos. La gran diferencia entre estas formas de explicación es manifiesta entre el mundo occidental y el Oriente.
Los dioses son el principio del cosmos, antes de ser dioses eran considerados como fuerzas misteriosas sobrenaturales incomprensibles al espíritu humano. Una vez transformadas en dioses y divinidades hacen de estas fuerzas identidades existentes en el mundo de los hombres. Ahora, ya conocidas e identificadas en sus individualidades se les puede respetar y venerarles con ritos y ofrendas para obtener su protección. Su historia quedará presente en el imaginario de cada pueblo y transmitida de una generación a otra oralmente, siglos antes de ser consignadas par escrito que son las que hoy conocemos. Las historias de los dioses, con sus hazañas y aventuras serán relatadas serán relatadas en leyendas y en los mitos. Las mitologías son diversas y las encontramos en muchos de los pueblos prehistóricos. Aunque los contenidos pueden ser diferentes, las estructuras son semejantes como lo atestan los estudios y análisis de una gran cantidad de mitos comparados.



Ser Coherentes



Coherencia, del latín cohaerentia, es la cohesión o relación entre una cosa y otra. El concepto se utiliza para nombrar a algo que resulta lógico y consecuente respecto a un antecedente.

Lo coherente, por lo tanto, mantiene una misma línea con una posición previa. Si un hombre afirma que nunca se iría de su país y, a las pocas semanas, viaja para instalarse en el extranjero, habrá tenido una conducta incoherente (no coherente). En cambio, si un futbolista asegura que no jugaría en un club diferente al que lo vio debutar y luego rechaza una oferta millonaria de otro equipo, puede decirse que se trata de una persona coherente.

La coherencia también se asocia a aquello que resulta entendible a partir de la lógica. Un político hablará con coherencia si no realiza promesas imposibles de cumplir ni distorsiona la realidad. Lo contrario sería que prometiese cosas que no podrá cumplir.

Este concepto resulta especialmente subjetividad, dado que la falta de coherencia puede ser muy grave en ciertos contextos, pero algo sin importancia en otros. En los ejemplos antes dados, especialmente en lo que respecta a las decisiones y promesas de un gobierno, ser coherente con las propias declaraciones y con los planes es sinónimo de responsabilidad, y es un rasgo que los ciudadanos buscan en sus dirigentes para poder confiar en ellos.

Sin embargo, la vida se compone de miles de situaciones triviales, tales como escoger un sabor de helado o un color de zapatos, y de ninguna manera un cambio repentino o una contradicción en tales decisiones puede representar un rasgo negativo de una persona, ni una amenaza para la seguridad de quienes lo rodean, a pesar de ser ejemplos válidos de falta de coherencia.

En otro plano, más profundo, las sociedades actuales se caracterizan por una falta de coherencia entre las necesidades de los ciudadanos y su accionar. Muy comúnmente, los seres humanos nos sentimos perdidos, especialmente al llegar a ciertos puntos clave de nuestra vida, como si no supiéramos quiénes somos, cuáles son nuestros objetivos, por qué actuamos de una u otra forma. 

Esa sensación de no tener control sobre nosotros mismos está relacionada con la falta de conexión que existe entre nuestros deseos profundos y lo que realmente hacemos.

¿Por qué escogemos estudiar una carrera universitaria que no representa nuestra verdadera vocación? ¿Por qué nos casamos si preferimos la soltería? ¿Por qué tenemos hijos antes de conseguir la estabilidad económica y emocional necesaria para llevar adelante una familia?

No actuar con coherencia a la hora de tomar tales decisiones puede afectarnos gravemente para el resto de nuestras vidas, así como al resto de las personas involucradas, como ser pareja e hijos. 

Pero no se trata de una mera equivocación, sino de la consecuencia de una fuerte influencia que nos condiciona desde que nacemos, y que nos la transmiten nuestros mayores y los medios de comunicación: el mundo nos dice cómo debemos ser, qué debemos hacer, qué debe gustarnos y, en muchos casos, acabamos por creerlo; aunque, tarde o temprano, la verdad aflora.


Humanidad Discriminada


Como si el deprimente panorama migratorio a nivel federal no fuera suficiente, con una Fuerza de Deportación que no discrimina entre delincuentes y trabajadores y madres y padres de familia honrados, a nivel estatal funcionarios republicanos también siguen dando de qué hablar. Por ejemplo está el caso del representante estatal de Texas, Matt Rinaldi, quien, según reportes, dijo haber llamado a ICE contra  manifestantes que protestaban en el Capitolio estatal la ley antiinmigrante SB4 y tras una confusa escaramuza con dos colegas latinos, le habría dicho a uno de ellos que le dispararía en defensa propia.

No sé si los detalles de la historia varíen, pero lo que no parece cambiar es esta atmósfera tóxica que vivimos desde la elección general de 2016 y el posterior triunfo de Donald J. Trump.

La semana pasada el congresista republicano de Carolina del Sur, Mark Sanford, dijo que Trump había “desenterrado algunos demonios”
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No solo ha desenterrado demonios, sino que quienes lo siguen como borregos al matadero, desde los líderes republicanos del Congreso hasta su más fiel base, han normalizado su prejuicio y sus desplantes, al grado de justificar y pasar por alto sus escándalos conocidos y los que se cocinan, como el caso del Rusiagate. Esto, motivados por la ceguera del triunfo y el control de las ramas ejecutiva y legislativa,  sin reconocer que la agenda que pretendían avanzar se ha empantanado por el drama diario de los escándalos de Trump.

Y aunque el bombardeo diario de noticias, enredos y ataques puede tener el efecto de desensibilizarnos, no puedo normalizar nada de lo que está ocurriendo.

Ni la madeja de Rusia y su posible coordinación con la campaña de Trump para influir en la elección presidencial a su favor; ni la indiferencia con que los republicanos le restan importancia  a los alegatos como si se tratara de algo usual o anticipado.

Tampoco puedo normalizar la crueldad de nuestra política migratoria ni cómo los agentes que dicen ir en busca de criminales se llevan por delante a quien se encuentren, aunque los detenidos no tengan historial delictivo, sin considerar vidas ni familias. En Ann Arbor, Michigan, agentes de ICE vestidos de civil entraron a un restaurante, desayunaron, elogiaron al chef y luego procedieron a detener a los empleados de la cocina, incluyendo, brevemente, a un cocinero con residencia permanente.

Ni puedo normalizar los ataques racistas que cada vez son más descarados, como el individuo que despotricó contra un joven puertorriqueño por hablar en español por teléfono con su madre en un aeropuerto de Reno, Nevada; o violentos, como el supremacista en un tren de Oregon que mató a dos hombres que salieron en defensa de dos jóvenes musulmanas contra quienes el individuo lanzaba ataques xenófobos.

Tampoco puedo normalizar los crecientes ataques a la prensa ni que la violencia física se minimice, como el ahora congresista republicano de Montana, Greg Gianforte, que golpeó a un periodista por hacerle una pregunta.

Normalizar todo este despelote sería claudicar.

 MARIBEL HASTINGS 30 MAYO 2017
(Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice)