lunes, 6 de enero de 2020

Los Malos Entendidos


Alguna vez le dijiste algo a un amigo o a un compañero de trabajo; éste se ha enfadado contigo, y te ha costado mucho esfuerzo resolver la situación.
O tal vez, quedaste con tu pareja en que él o ella irían a recoger al niño al colegio; pero tu pareja entendió que lo harías tú, con lo cual se ha producido un conflicto.
Situaciones como éstas o parecidas nos las podemos encontrar todos los días. Amigos o compañeros que se enfadan, parejas que discuten o familias que dejan de hablarse durante años. Y todo esto, por un malentendido que ha desembocado en un conflicto importante.
Claro que tenemos que diferenciar entre lo que es un malentendido y un conflicto.
En un conflicto, existe una causa real de discordia. Una decisión con la que no se está de acuerdo, una palabra más alta de lo que correspondía. O algunas otras cosas más graves aún.
En un malentendido en cambio, la causa de la discordia no es real. Lo que ha ocurrido es que un mensaje; o una parte del mensaje, ha sido interpretado por el receptor de una manera incorrecta.
Cómo se crea un malentendido
Imagina una situación como esta. Estás tomando algo con un amigo, y surge un tema como podría ser la política nacional, por ejemplo. Tu amigo y tú no pensáis de la misma forma y se inicia una discusión. No llega a ser una discusión grave, pero sí lo suficientemente acalorada como para levantar un poco la voz.
Pasados unos días, vas por la calle y ves a lo lejos a tu amigo, levantas la mano para saludarle; pero él no te devuelve el saludo. A partir de ese momento, tu mente empieza a trabajar por su cuenta.
Del hecho concreto y real; que fue en este caso que tu amigo no te devolvió el saludo, tu mente pasa a la interpretación de ese hecho. Que podría ser algo así como: “le saludé y me ignoró”, o bien, “me vio y no me quiso saludar”.
Con esa interpretación que has hecho, tu cabeza empieza a indagar en cuáles pueden ser las causas. Por supuesto, llegas a la conclusión de que la causa es, sin lugar a dudas, la discusión de hace unos días.
De este punto, podrías pasar a generalizar la situación. Con algo como “no se le puede decir nada, SIEMPRE se lo toma todo muy mal”. Por último, puedes llegar a tomar una decisión muy tajante: “la próxima vez, le va a saludar su abuela”. O incluso algo peor.
Este suele ser el proceso más frecuente y el más eficaz para que se produzca un malentendido. Y es que, no solemos buscar la opción más sencilla y casi siempre la más real, que en este caso podría ser, “no me ha visto”.

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