Desabróchate los tacones para notar la hierba mojada, nota cómo las
hojas tiemblan entre tus dedos y el aire. Haz el pino si lo que quieres es
tocar el cielo con los pies. Haz lo que te dé la gana pero que eso te haga
feliz, y así puedas lucir esa hermosa sonrisa que te queda tan
bien. Haz las cosas a tu manera porque así es como eres y ya sabes que la
felicidad no se busca, tropezamos con ella sin querer en uno de los
pocos descuidos que no dan cuidado.
Recuerda que solo se vive una vez y que es mejor que hagamos que esa
única vida con la que contamos merezca la pena, Piensa, ¿hay mejor
inversión para nuestro recurso más preciado -el tiempo- que
esa? Acota la influencia que tiene sobre ti lo que piensen o digan
los demás; eso se llama envidia y es la manera que tienen de
hacer que no te sientas bien.
“Soy yo cuando sonrío, al igual que soy yo cuando estoy triste. Ambas
emociones son parte de mí y ambas me describen en algunos momentos. Nunca
negaré ninguna de ellas porque sería el primer paso para negar una parte de mí,
dejando de alimentar mi amor propio”
Vístete con tu mejor sonrisa y compártela con el mundo
Comparte tu sonrisa con el mundo porque una sonrisa siempre significa
mucho. Una sonrisa hace sentir bien al que la recibe y también al que
la exhibe. Ser generoso con la sonrisa no cuesta nada.
Piensa que una sonrisa puede durar un segundo, pero el recuerdo que
deja, a veces, es eterno.
La sonrisa es esa curva que endulza el rostro e ilumina la mirada.
Pero eso solo lo hacen las sonrisas verdaderas, no cuentan si escondes
la pena detrás de ella. Piensa que le quitas el valor a lo que sientes cuando
lo escondes y lo disfrazas de lo que crees que resulta políticamente correcto
para los que están a tu alrededor.
“Incluso una vida feliz no puede medirse sin la oscuridad. La palabra
feliz perdería su significado si no estuviese balanceada por la tristeza”
-Carl Gustav Jung
Tienes derecho a estar triste, al igual que tienes derecho a ser feliz y
ambas emociones merecen la misma libertad en su expresión. No te
avergüences por desentonar con los que te rodean, tú eres tú y lo que sientes
tiene el mismo valor que lo que sienten otros. No haces daño si te expresas, no
haces daño si sonríes, solo muestras tu mejor cara al mundo, tu autenticidad.
Recuerda que es el presente el que está en tus manos, el que se escapa
cada segundo que pasas pensando en lo malo. Los malos días vienen solos,
pero los buenos hay que salir a buscarlos y si es con una sonrisa será más fácil
encontrarlos.
Numerosos estudios han demostrado que si te tomas las cosas con buen
humor y sonríes aumenta tu bienestar emocional. La sonrisa y, en mayor
medida, la risa, estimulan la liberación de dopamina, serotonina y endorfinas
en tu cerebro, haciéndote sentir mejor. Además, la sonrisa disminuye el nivel
de cortisol causado por el estrés en tu cuerpo.
Así que, ¿a qué esperas para sonreír hoy?
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