sábado, 18 de enero de 2020

Avatares Post Modernos


En la Modernidad, el trabajo era concebido como una tensión entre diferenciación y unificación dentro de un proceso social e histórico que tendía a una armonía y bien final común, ascendente, progresista. En la Posmodernidad, el problema consiste, según el filósofo y sociólogo Z.
Bauman, en percibir que el trabajo ya no es un bien común. Actualmente el trabajo es sentido como un derecho para el desarrollo personal, por lo que tiene que ser divertido y un lugar de creación y recreación.
Las principales fuentes de ganancia de la Posmodernidad son, cada vez más, las ideas, y menos los objetos materiales. Se han abandonado los grandes relatos del cristianismo, del marxismo, y la idea de cambiar el sistema. El trabajo ha perdido su centralidad y su valor de fundamento ético e integrador de la personalidad. Estamos en el mundo del desempleo estructural, donde nadie puede sentirse ni seguro ni a salvo. Bauman describe las características de la relación del trabajo con la política, la incertidumbre y la precarización de las relaciones sociales y de las vidas personales; y las consecuencias que todo ello trae a las personas. En la hipótesis sostenida por el autor, se afirma que, en el clima de la posmodernidad, ya no hay lugar para la solidaridad social combativa y para la acción política desde las bases obreras. El autor rechaza, sin embargo, la hipótesis de que éste es el único camino, sin alternativas.


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