“Cuando irradiamos lo que somos, preguntándonos a
cada instante si lo que hacemos es lo que deseamos hacer y haciéndolo sólo
cuando la respuesta es afirmativa, nuestra actitud rechaza automáticamente a
quienes nada tienen que aprender de lo que somos y atrae a quienes sí tienen
algo que aprender, que son los mismos de quienes nosotros a la vez aprendemos”
Cuando somos verdaderamente nosotros mismos, resplandecemos. Cuando
hablamos y actuamos a partir de una convicción profunda, el entusiasmo que nos
habita contagia a los demás. Una palabra cálida genera como por arte de magia
una sonrisa en el rostro. El aliento o un elogio dan alas. La generosidad
invita a la generosidad, es un antídoto contra la amargura y el negativismo.
El contagio se opera también en nosotros. Las cualidades que descubrimos amplían nuestra propia autoestima. Aumentan nuestra solidez personal. La experiencia de un éxito desarrolla confianza.
El contagio se opera también en nosotros. Las cualidades que descubrimos amplían nuestra propia autoestima. Aumentan nuestra solidez personal. La experiencia de un éxito desarrolla confianza.
Llegamos a ser más creativos. Unas buenas relaciones nos impulsan a ser
más nosotros mismos, en otras relaciones. Cada paso hacia una vida auténtica da
el gusto de volver a ello y nos provoca el avance. Esto es el crecimiento.
Esta dinámica de crecimiento nos hace integrar nuestros talentos y nos incita a desplegarlos más eficazmente. Nuestra vida está más equilibrada, más feliz. Nos sentimos más libres y hacemos más fácilmente unas opciones ajustadas. Y es contagioso. La autenticidad llama a la autenticidad. La vida invita a la vida. La solidez interior incita a la solidez.
Irradiar la vida pone a las personas en movimiento y contribuye a construir un mundo más humano
Esta dinámica de crecimiento nos hace integrar nuestros talentos y nos incita a desplegarlos más eficazmente. Nuestra vida está más equilibrada, más feliz. Nos sentimos más libres y hacemos más fácilmente unas opciones ajustadas. Y es contagioso. La autenticidad llama a la autenticidad. La vida invita a la vida. La solidez interior incita a la solidez.
Irradiar la vida pone a las personas en movimiento y contribuye a construir un mundo más humano
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