domingo, 5 de enero de 2020

Las Convicciones


“Que será, será lo que deba ser, el tiempo te lo dirá, que será,  será”
Y si bien algunas personas encuentran en esta frase algo de tranquilidad, la realidad es que este comportamiento no es más que un sinónimo de pasividad y resignación.
Si eres de los que piensa que tu destino ya está definido y premeditado, no existe razón alguna por la cual debas tomar acción y levantarte cada día, ¿para qué hacerlo?
Si vas a asumir que tu vida es una novela, ten presente que somos nosotros, tú y yo, los que la estamos escribiendo a medida que la vamos viviendo, y solo hasta que experimentemos cada instante y decidamos qué significado le queremos dar y qué tanto nos vaya a afectar; los momentos serán eventos insignificantes y poco determinantes en nuestro “destino”
.
Imagina que un terremoto en tu ciudad mata a miles y miles de personas. Si tu solución es preguntarte por qué sucedió esto, tu propuesta resulta ser un ejercicio bastante inútil, lo que realmente debes cuestionarte es ¿qué voy a hacer al respecto? Debes ser consciente que ser exitoso es una decisión tomada por ti.
Puedes ayudar a los sobrevivientes. Puedes mejorar el plan contra los desastres naturales. Construir un computador que pronostique los terremotos. O puedes simplemente sentarte y decir: Todo ocurre por alguna razón.
La realidad es que tus acciones, hoy y mañana, aumentarán o disminuirán la felicidad y tu grado de satisfacción en este mundo, así que ten presente que es tú responsabilidad hacer la diferencia
.
Y la próxima ocasión que se te presente un desastre en tu vida, recuerda que son tus decisiones y acciones las que verdaderamente van a importar. Así que, en vez de decir “todo ocurre por alguna razón” empieza a creer y actuar pensando que “todo lo que hago es por alguna razón”.
Asume la evidencia de los efectos reales de tus pasos y no insistas en lo que creías que tenía que haber pasado.
Trabajar desde el ego produce más ego, confusión, cansancio y angustia. Habrás elegido el camino duro de la enfermedad para aprender. Si no aprendes por la vía de la comprensión lo harás por la vertiente áspera de la experiencia. Es así.
Hacerlo desde el susurro de tu esencia te encamina hacia el sendero de tu auténtica dimensión, recibirás permanentemente y de manera exacta lo que necesitas para crecer y vivir de verdad. Perfecto.
¿Crecer hacia dónde? Hacia tu serena felicidad, que es el objetivo de tu vida y el estado que te encuentras al aceptar la cuestión de que eres humano.
                    

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