La ilusión de Cornsweet o cómo el
idioma da forma al entorno
La Vista, La Lengua Y El Cerebro
Al mirar a nuestro alrededor vemos un
mundo lleno de objetos y eventos, al añadir a esta mezcla colores, olores,
sonidos, sabores o sensaciones, pensamos que estamos experimentado el mundo tal
como es. Pero no, lo que estamos experimentando es una realidad virtual
construida dentro de nuestros cerebros.
La luz entra en nuestros ojos, el
sonido llega a nuestros oídos y el cerebro crea una experiencia consciente de
lo que, más o menos, es la realidad. Pero nuestro cerebro no es sólo un
receptor de datos, sino que está haciendo constantemente predicciones sobre la
información que recibe. De hecho, hace caso omiso a mucha de la información que
recibe de los sentidos, especialmente en situaciones en que no coincide con la
información almacenada.
Un ejemplo de ello es la ilusión
Cornsweet (imagen). El cuadrado superior de la imagen parece ser más oscuro que
el inferior. Pero si usted coloca el dedo entre medio de los dos cuadrados,
puede verificar que, en realidad, son del mismo color.
Ahora que sabe que los dos cuadrados
son del mismo color, usted podría creer que la aparente diferencia
desaparecería cuando se quita el dedo, pero no. El cerebro obstinadamente
vuelve a la interpretación original ¿Por qué ocurre esto?
La razón es porque toda su vida el
cerebro ha estado lidiando con patrones de iluminación y sombreado. Si ambos
cuadrados son del mismo color, entonces el cuadrado superior parece ser más
oscuro porque está en la zona de más luz. Del mismo modo, el inferior debería
ser más claro, ya que está en la sombra.
Esta es la manera en
que el cerebro lee, es decir, nos muestra lo que especula que debe ser, no lo
que le realmente es.
La ciencia sabe acerca de estos
procesos desde hace más de cien años. Pero este tipo de percepción no se limita
sólo a procesamientos como el de la iluminación y el sombreado. En realidad,
son métodos por defecto que tiene el cerebro para relacionarse con el mundo.
Imagínese caminando por su casa en la
oscuridad, lo puede hacer porque su experiencia le ayudará, ya que el cerebro
está seguro de sus expectativas. En cambio, cuando ocurre lo contrario, por
ejemplo, cuando conduce por un lugar desconocido, en este caso dependerá mucho
más de la percepción de "abajo hacia arriba".
Este juego entre percepción y
predicción influye en todo tipo de experiencias cotidianas y también desarrolla
un papel importante en nuestras relaciones interpersonales. Estamos
constantemente haciendo predicciones sobre lo que otras personas digan o hagan,
sólo que ni siquiera lo notamos, a no ser que alguien se comporte contrario a
nuestras expectativas y nos llame la atención.
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