Es un tema en el que nos vemos envueltos constantemente, no nos damos
cuenta respecto a su presencia pero está ahí en todo momento. Estoy hablando
del valor que te define como persona, aquello que te compara con todo los otros
seres que hay a tu alrededor.
O quizá… ¿estamos partiendo desde un enfoque equivocado?
Desde luego que sí.
Antes que nada me gustaría resaltar que el valor que poseen tanto
las cosas como las personas es simplemente una ILUSIÓN. Te pediría que lo
leyeses las veces que fuese necesario hasta que quedase grabado en tu mente,
puesto que la valoración es simplemente una etiqueta que otorgamos pero eso no
define en absoluto.
He querido resaltar este concepto porque he visto infinitas veces caer
en la trampa a un incontable número de personas, incluyéndome a mí mismo.
Tenemos una naturaleza innata de definir nuestra valoración dependiendo de las
distintas opiniones y aprobaciones que recibimos del exterior. Cuantos más
votos positivos acumulemos más valiosos somos, cuanto menos feedback positivo
poseamos, menos valor tenemos.
Si funcionamos desde este encuadre, nos posicionamos desde un lugar de
escaso poder sobre nosotros mismos, puesto que éste va a estar en manos de los
demás que podrán determinar a su antojo lo valioso que eres. Estarás
dependiendo de la validación externa.
Otro enfoque que surge en la batalla que se genera al estar en un
mercado dónde el ser más preciado es el que gana, sería el de la soberbia. La
persona que funciona desde esa realidad vive en un absoluto miedo e inseguridad
sobre sí mismo, pero en unos límites inimaginables, aunque pueda parecer todo
lo contrario.
Éste se caracteriza por una actitud en dónde intenta a toda costa
disminuir el valor de los demás, para poder vivir temporalmente en un lugar más
elevado. Quien vive desde este paradigma ha de estar en una lucha constante y a
su vez el poder sigue estando en el exterior, dado que los demás han de seguir
teniendo una valoración menor respecto a él.
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