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La búsqueda de aceptación constante puede traer consigo
diferentes consecuencias, tales como:
· Aceptar cualquier cosa que venga de los demás por
miedo a ser rechazado. Esto podría incluir el maltrato físico o el psicológico.
· Temor a expresarse y mostrarse como realmente se es
por miedo a ser rechazado.
· Imitar conductas y actitudes, aun sin estar de acuerdo con
ellas, por temor a ser rechazado.
· Dificultad para ser uno mismo y sentirse cómodo con
los demás. Esto se debe a que siempre se está pensando en el que dirán o
en que pensarán los demás.
Cuando se padece de baja autoestima, la
búsqueda de la aceptación puede provocar una sensación desagradable en quien la
padece. El miedo a ser rechazado no
permite actuar libremente y todo se piensa en función de lo que se cree que
opinarán los demás. Esta situación puede llegar a desgastar mucho ya que la
mujer o el hombre siempre tiene que ir con cuidado de lo que dice o hace.
Otra de las causas que originan una baja autoestima
es la frustración. El miedo a ser rechazados puede llevarnos a
percibir cualquier situación, por poco importante que sea, como si fuera un
rechazo. Por ejemplo, una persona con baja autoestima que busca constantemente
la aceptación de los demás, puede pensar que si alguien le dice: “hoy no quiero
salir”, en realidad es porque no quiere verlo. No es capaz de pensar
en cualquier otra posibilidad como que simplemente está cansado, de mal humor o
que simplemente no quiere salir porque ha tenido un mal día en el trabajo.
Estas situaciones frustrantes de supuesto rechazo sólo lograrán bajar aún más
la autoestima.
Para evitar
que esto suceda, lo mejor es pensar en las diferentes explicaciones que podría
tener el comportamiento de nuestro amigo, y ver que el rechazo es una posible
causa entre muchísimas otras. De esta forma, será más sencillo interpretar
que esa situación seguramente no ha sido causada por un rechazo.
También es importante intentar sentirse menos
presionados y actuar más libremente en lugar de estar pensando constantemente
si los demás nos aceptarán o no. En el peor de los casos, es mejor que no nos acepten
a que nos acepten por algo que no somos en realidad.
Además y
por mucho que nos esforcemos en pensar cómo pueden opinar otras personas, la
realidad es que no lo sabemos y que a menudo es difícil anticiparlo. Lo
que a una persona le puede parecer bien, a otra le parecerá mal, e incluso lo
que a alguien le puede parecer bien un día, le puede parecer mal otro día o en
otro momento.
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