Nuestra posición frente a la vida es única y
compleja. Nos encontramos, con conciencia, en un mundo que no hemos creado y no
comprendemos. De esta perplejidad nacen nuestras preguntas, las mismas que
hombres y mujeres de todas las culturas y épocas se han hecho a sí mismos, a
Dios y al Universo:
¿Cuál es el sentido de la vida? Y ¿Por qué existe algo en
vez de nada? Sobre todo cuando lo segundo pareciera mucho más sencillo. Hemos
buscado en el arte, la filosofía, la religión y la ciencia, respuestas que
expliquen la realidad que nos rodea. De algún modo esperamos encontrar una clave de la existencia que nos enseñe cómo
vivir sin dudas, disponiendo de soluciones totales.
Lamentablemente, nuestra
larga y difícil historia nos ha demostrado que las claves no existen; la
panacea es una quimera. Cada uno de nosotros se encuentra frente a su vida como
ante un proyecto que sólo puede realizar uno mismo. Ejercer la libertad es
asumir la responsabilidad de construir nuestra propia existencia con lo que nos
ha sido otorgado. Esta es la esencia de la condición humana y lo que nos
distingue del resto de la naturaleza. La pregunta ahora es: ¿Cómo lo hacemos?
Particularmente creo en el poder de la experiencia
ajena, en la posibilidad de aprender de aquellos que han vivido más, y a veces
mejor, que nosotros. Es uno de los mayores privilegios de pertenecer a una
cultura: Compartir historias de vidas que alcanzaron lo que en última instancia
todos queremos: Ser felices en una vida que valga la pena. Con el sentido
íntimo y personal que esta tiene para cada uno de nosotros.
Steve Jobs no tuvo
una vida perfecta, su muerte prematura es la triste evidencia, pero es un gran
ejemplo de un hombre realizado. Su mensaje, increíblemente
sencillo, siempre fue el mismo: “Encuentra algo que ames, que
te apasione, y dedícate a hacerlo todos los días.” El sentido
de la vida es encontrar el sentido de TU vida y realizarlo. Podemos fallar, no
hay garantías, pero incluso en la caída se obtiene la satisfacción de haber
sido fiel a uno mismo.
No es un asunto de fórmulas o secretos, es sobre la
plena conciencia del tiempo, que siempre se está acabando, ahora mismo y en
cada instante. Si la felicidad es una sucesión de momentos bien vividos ¿Por
qué esperar?
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