martes, 21 de enero de 2020

El Derecho A La Libertad


 La libertad es un derecho sagrado e imprescriptible que todos los seres humanos poseen. La libertad es la facultad de obrar según su voluntad, respetando la ley y el derecho ajeno. 

Libertades de los niños

Existen dos tipos de libertades:

• Las libertades individuales: Las libertades individuales fundamentales son la libertad de opinión, de expresión, de circulación, de pensamiento, de consciencia, de religión y el derecho a la vida privada.

• Las libertades colectivas: Las libertades colectivas son aquellas que corresponden a un grupo de personas. Se trata particularmente de la libertad de asociación, de reunión pacífica, la libertad sindical y el derecho a la manifestación.

Del mismo modo que los adultos, los niños tienen derechos y libertades. Sin embargo, los niños son seres en crecimiento y, por ende, son más frágiles y vulnerables que los adultos. Además, con el fin de asegurar su protección y su bienestar, los niños tienen libertades más restringidas que los adultos.

Sin embargo, se benefician de libertades importantes de respetar. Estas son las llamadas libertades “de ciudadanía”: la libertad de opinión, de expresión y de asociación; y de las llamadas libertades “espirituales” o “religiosas”: la libertad de pensamiento, de consciencia y de religión.
El derecho de los niños a la libertad de opinión, de expresión y de asociación

Los niños tienen, como los adultos, el derecho de tener una opinión, expresarla y reunirse para compartir su punto de vista.
La libertad de opinión

La libertad de opinión significa que cada uno es libre de tener una opinión o un juicio, de acuerdo a sus emociones, capacidades reflexivas y conocimientos.

Los niños tienen el derecho a tener una opinión diferente a la de sus padres. Tomando en cuenta su edad, así como su grado de madurez y discernimiento, los niños tienen derecho a que su opinión sea tomada en cuenta. Los Estados, las comunidades y los padres tienen el deber de escuchar a los niños y acordar una consideración particular a sus opiniones cuando las decisiones que van a tomar les incumben.
La libertad de expresión

La libertad de expresión permite a todo persona expresar libremente sus ideas por todos los medios que juzgue apropiados.

Cada niño tiene derecho a expresar libremente sus opiniones sobre los asuntos que tengan que ver con su vida. Además, un niño no debe ser víctima de ninguna presión que trate de obligarlo o influenciarlo en su opinión y que le impida expresarse libremente.

La libertad de expresión de los niños implica igualmente su derecho a la información. Los niños tienen derecho a saber lo que sucede y a acceder a la información que les interese. Los niños pueden así conocer los problememas actuales, informarse y crear su propia opinión sobre temas de actualidad.
 
La libertad de asociación

La libertad de asociación y de reunión permite a todas las personas reunirse para compartir idea y defender una opinión, una causa.

Así como los adultos, los niños tienen derecho a reunirse para ponerse de acuerdo y participar en temas que tienen que ver directamente con sus derechos y su bienestar, pero también sobre asuntos de actualidad que les interesen.
El derecho del niño a la libertad de pensamiento, de consciencia y de religión

Los niños tienen derecho a pensar libremente y apegarse a los valores, convicciones y religión de su elección.
La libertad de pensamiento

La libertad de pensamiento es el derecho de toda persona de determinar libremente sus creencias.
Los niños son libres de tener pensamientos que evolucionan y cambian en función al grado de madurez y discernimiento. 

La libertad de consciencia

La libertad de consciencia permite a cada persona determinar libremente los principios y los valores que guiarán su existencia.

La libertad de consciencia es una libertad a medio camino entre las libertades de pensamiento, de opinión y de la libertad de religión. Esta libertad, ligada estrechamente a las convicciones éticas y filosóficas de las personas, es la afirmación de que todos los seres humanos están dotados de una consciencia y de una razón. Asimismos, son libres de determinar cuáles serán los principios que guiarán su existencia.

Los niños tienen derecho a decidir qué principios y guiarán su vida.
La libertad de religión

Se considera como religión un conjunto de creencias y prácticas a las cuales se entregan los seres humanos con el objetivo de establecer una relación con su(s) dios(es).

La libertad de religión, permite a cada persona tener la religión o la convicción de su elección y de manifestarla libremente. Es el derecho a no sufrir coacción ni opresión que afecte su libertad de religión o a sus demás derechos.

Los niños pueden determinar libremente la religión o la convicción de su elección, desde el momento en el que alcancen un nivel suficiente de discernimiento. Los niños tienen derecho a que no les impongan una religión que vaya en contra de su agrado.
Desafíos

Gracias a estas libertades, los niños adquieren el derecho a participar en la vida pública y política de su comunidad. Estas libertades constituyen a la vez un verdadero desafío para el bienestar de los niños y de la sociedad. 

La responsabilidad de los niños

Cuando los adultos escuchan y piden la opinión de los niños, estos se sienten más involucrados en los asuntos de su sociedad y del mundo. De esta forma toman consciencia de sus derechos y del papel que van a desempeñar en la construcción y administración de su sociedad a la misma vez.
Al obtener un lugar en la comunidad y ser portavoces de su generación, los niños se vuelven más responsables y confían en ellos mismos.
Los niños se hacen cargo de su futuro

La opinión de los niños es esencial en la sociedad. Los niños tienen el derecho a expresar sus opiniones y a proponer ideas para una mejora de la protección de sus derechos.
De esta manera, teniendo en cuenta su edad y grado de madurez, es necesario que los Estados otorguen a los niños la posibilidad de unirse a los adultos a cargo (locales, regionales y nacionales) para discutir sobre las temáticas actuales que les concierne, tales como la salud, la discriminación, la ciudadanía, la familia, la educación, el medio ambiente, etc. La participación realmente puede ayudar a los niños a hacerse cargo de su propio desarrollo.
Los ciudadanos del mañana

Debido a su edad, los niños no pueden votar ni ser elegidos. Sin embargo, dado que son ciudadanos en crecimiento y que serán los actores de las sociedades del mañana, es fundamental informarlos sobre sus derechos y sobre las problemáticas y los retos actuales. Esto permite formar a los futuros ciudadanos e instaurar un diálogo entre las diferentes generaciones para contribuir así a la preservación de los principios democráticos de las sociedades.

Así pues, los Estados tienen el deber de escuchar a los niños y a integrarlos en sus procesos de decisión: por una parte, alentarlos a desempeñar un papel activo desde niños; y por otra parte, formarlos para que puedan tomar las riendas de la sociedad cuando sean adultos.
Papel del Estado y de los padres

Los Estados y los padres tienen que respetar las elecciones de pensamiento, de consciencia y de religión de los niños.
Los Estados no pueden intervenir en el ejercicio de sus libertades.

Los padres tienen el deber de guiar a sus hijos:
Hacia la libertad de pensamiento y de consciencia: los padres tiene que transmitir y hacer que los hijos descubran los principios y valores que les permitirán tener una vida sana tanto física como mentalmente.
Hacia la libertad de religión: los padres tienen que guiar a los hijos y protegerlos de los peligros, tales como las sectas y las creencias que predican principios nefastos para su salud.
Las restricciones de las libertades

Estas libertades reconocidas tanto para los adultos como para los niños son lo que llamamos derechos y libertades, es decir derechos que implican que los Estados no intervengan y dejen a las personas gozar plenamente de estas libertades.

Sin embargo, el buen ejercicio de estas libertades, el mantenimiento del orden público y de la seguridad del país, la preservación de los valores morales así como el respeto de los derechos ajenos conducen necesariamente a hacer algunas restricciones a estas libertades.
Sólo las libertades de pensamiento, de consciencia y de opinión no encuentran verdaderas restricciones. Cada quién es libre de pensar lo que quiere y no puede sufrir ninguna restricción siempre y cuando sus pensamientos y sus opiniones queden en el ámbito de su mente.
La libertad de expresión es limitada, en concreto, no se debe actuar en contra de los valores morales y sobre todo no se debe transmitir mensajes de incitación al odio y a la violencia (racista, discriminatorio, etc.).
El acceso a la información es un aspecto importante del derecho al libre intercambio de ideas y de información. Hoy en día, es importante garantizar este derecho a los niños, protegiéndolos de informaciones dañinas que podrían tener consecuencias nefastas para su psicología. Las nuevas herramientas de comunicación, la desaparición de tabúes y la difusión de informaciones que no esconden nada de la realidad y de las atrocidades del mundo de los adultos impulsan a los jóvenes a adoptar comportamientos extremos. Así pues, es necesario limitar y filtrar las informaciones para proponer a los jóvenes informaciones útiles para su desarrollo y que puedan distraerlos con toda seguridad.
 
La libertad de religión conoce restricciones con respecto a la forma en la que las personas deseen manifestarla. La manifestación de la religión no debe actuar en contra de las costumbres, del orden público y de los derechos ajenos. La elección de la religión es una libertad que no debe conocer restricción.

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