Las piedras quebrarán tus huesos,
Las heridas sangrarán de nuevo,
El sol se perderá en el olvido,
Mutilando los viejos recuerdos.
Ya no habrá estrellas que den brillo,
Solo memoria de un gris macilento;
La noche cercenará la esperanza
y la oscuridad se llenará de lamentos.
Y cerrarás los ojos por la locura,
Entre desvaríos y sufrimiento,
Para sembrar en el mar de la duda,
Tu rendición y tu desconsuelo.
Pero por fin te detienes y suspiras,
Mirando la vida por un momento,
Pisas fuerte en la tierra,
Lanzas los brazos al viento,
Observas la luz del horizonte,
la oportunidad de otro sendero.
Porque, por muy negro que pinten el cielo,
Por muy triste que cante la luna,
Sólo en la hora más oscura,
La claridad levanta el vuelo.
La luz ilumina tu rostro,
Se espabilan tus deseos,
El entusiasmo está en tu mirada,
¡Sé valiente y no tengas miedo!.
Jamás detengas tus pasos,
Jamás te rindas, te lo ruego,
Que peldaño, tras peldaño,
Con perseverancia y esfuerzo,
Verás otro sol en el horizonte,
Sentirás tu corazón más despierto;
El ansia de hacer camino,
De disfrutar de cada momento,
De beber sorbo a sorbo la vida,
De pintar de azul tus anhelos,
De seguir siempre adelante,
Empeñando todo tu aliento.
¡Jamás detengas tus pasos!
¡Tú puedes hacerlo!
Aunque la puertas se cierren,
Aunque caigas mil veces al suelo.
Aunque el viento gélido arrecie,
Aunque sea claro el destierro,
Sólo serán tus pasos alegres,
y una mochila llena de sueños,
Los que te lleven a la cima,
Conquistando el universo.
No desfallezca ahora, no te rindas,
No vaciles en tu vuelo,
Que por muy oscura la piedra,
y el temporal traicionero,
Tu voluntad te da la fuerza,
de levantarte y seguir insistiendo.
¡Jamás detengas tus pasos!
¡Sabes que puedes hacerlo!
Que la vida es camino,
Que la vida es eso,
Punzadas de dolor y aire,
Caída, fervor y sufrimiento,
Lágrima, sonrisa y abrazos
Para seguir resistiendo.
¡No te detengas ahora!
Lucha y sigue persistiendo.
Nunca dejes de caminar,
¡Por qué tú puedes hacerlo!
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