Es evidente que el mundo en el que habitamos es complejo y se hace
presente la incertidumbre, el cambio, usos y costumbres, la
pluralidad social y cultural, política, económica, inseguridad, pobreza,
marginación, el crecimiento vertiginoso de las redes sociales, la forma de
comunicarnos y aproximarnos con los demás, de convivir, de actuar, de pensar,
de sentir y así mismo, la manera de percibir y vivir los diferentes
acontecimientos de nuestro entorno afecta continuamente nuestra vida cotidiana
y nuestra historia.
Ante este entorno complejo así como sus estructuras
subordinadas que lo conforman y cómo todo ello construyen y
transforman el conocimiento humano y la forma de desarrollo individual y
colectivamente es una manifestación relativamente nueva dentro del esquema del
pensamiento contemporáneo.
La incertidumbre surge con las siguientes preguntas ¿Qué clase de ser
humano se esta formando en este siglo XXI? ¿Qué significa ser humano? y ¿Qué es
la comprensión humana? Edgar Morin (2001:23), en su texto
titulado Los siete saberes necesarios para la educación del futuro
menciona que la enseñanza de la comprensión humana es una relación de empatía
que intenta ver en la subjetividad del otro.
Sin embargo, qué ironía, desarrollamos conocimientos científicos, se
habla de economía, política etc., y que por algún motivo, esto no se aplica a
la relación entre los seres humanos y su entorno natural para construir un
mundo de paz y armonía. Difícilmente nos damos el permiso de ser el primero
quien tome la iniciativa de romper el espacio de silencio para entablar un
diálogo o más aún, para pedir una disculpa o aceptar alguna sugerencia del
otro.
Si no propiciamos el diálogo no puede haber entendimiento, esto es un
problema social. Aprendemos, conocemos por medio del entendimiento de la
observación, vivimos en un mundo que emerge en la dinámica de nuestro
comportamiento como seres humanos. Debemos entender en vez de dominar, aceptar
al otro en la convivencia implica no exigir y la exigencia es anular la
legitimidad de la otra persona para que actúe con responsabilidad.
Humberto Maturana (1996:28), en su obra denominada El sentido de lo
humano, sostiene que "las cosas no pasan afuera de los seres, sino
adentro de ellos", es decir que el propio individuo con su historia,
educación, cultura, pensamiento es el responsable de construir un mundo más
habitable usando como arma ideológica su capacidad de diálogo y educarse para
la comprensión humana entre las personas como condición y garante de la
solidaridad y del bienestar de la humanidad.
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