jueves, 6 de agosto de 2020

Nuestro Mundo


Leer nos permite volar, creer que por un instante la fantasía se transforma en realidad y nuestra imaginación se libera y dibuja una y mil imágenes, únicas, nuestras, irrepetibles. De pronto podemos encontrarnos en otro mundo, en otro país, en otra "cabeza", en otra dimensión. 

Los libros nos hacen reír, llorar, emocionarnos. Nos abren la mente, nos sensibilizan, nos permiten descubrir culturas, paradigmas, mil y una historias. Nos dan vocabulario. El legado que nos dejan es invaluable.

Desde hace unos años cada vez son más los padres y docentes que están tomando conciencia de lo importante que es introducir a los niños, desde sus primeros años al mundo de los libros. Y esto se observa en el aumento de consumo de libros infantiles; en la inclusión de un espacio especial para los más chiquitos en las librerías, donde no sólo se ofrece como espacio de venta sino como lugar de detención para que padres e hijos se sienten a descubrir y a compartir libros. 

Los libros ya ocupan espacio incluso en muchas habitaciones de niños, desde su edad más temprana.

Invitar a nuestros hijos a descubrir a diario el maravilloso mundo de los libros y la lectura es fundamental para abrirles una ventana a la imaginación, una puerta al descubrimiento, a la exploración y a la palabra.

Leer en la adultez requiere soledad, silencio y tiempo. Leer en la infancia requiere compañía, voces y dedicación por parte de los mayores. Para que un niño pequeño pueda interiorizarse con el contenido de un libro requiere inevitablemente de la presencia de un adulto, como relator.

En los cuentos infantiles las ilustraciones son las protagonistas y hablan por sí mismas, pero el relato del adulto dándole "vida" a las imágenes hacen del cuento una historia mágica, cautivante y por sobe todo cargada de afecto, que contribuye a considerar a la palabra como un instrumento relevante para la comunicación y el disfrute.

La lectura es un hábito y es en la primera infancia cuando se sientan las bases de la conducta de manera natural y espontánea.

Los libros deben estar presentes en el día a día, al igual que sus juguetes. Es recomendable armar una pequeña biblioteca infantil accesible para que el niño pueda elegir un libro cuando lo desee.

El niño que empieza a tener contacto con los libros desde muy pequeño, antes mismo de aprender a leer, simplemente ojeándolos, según algunas investigaciones, se encontrará más preparado para los estudios y en la vida de una forma general ya que de este modo se estimula su concentración y su actitud de búsqueda.

Como punto de partida es importante que el niño vea que en su entorno está presente el hábito. Si ve que sus padres leen y disfrutan y que demuestran valoración, interés y respeto por los libros, es muy posible que el niño haga lo mismo. No hay que olvidar que los niños aprenden con el ejemplo y nosotros somos su principal referente.

Es muy importante presentarle al niño los libros a través del juego y no como una obligación ya que el fin principal debe ser el disfrute.

Él es el protagonista del juego y decide cuando se termina para pasar a otra cosa.
Nuestro rol es en definitiva incentivar su deseo e interés personal por los libros. 

Para ello nuestra participación activa es fundamental.


Convergencia



En los últimos años hemos visto el surgimiento de un nuevo fenómeno político: en algunos casos los movimientos sociales han asumido un papel más protagónico en el espacio electoral,
en otros han surgido nuevos partidos políticos desde los movimientos sociales, y en otros, los movimientos políticos y sociales han unido sus fuerzas para crear nuevas realidades que están redefiniendo la forma en que se ve la política hoy en día.

El fenómeno se repite en diferentes continentes. Podemos y los ayuntamientos del cambio en España, France Insoumise, DiEM25 en Europa y el Frente Amplio Chileno ilustran algunas diferentes variaciones del fenómeno.

Sin embargo, y a pesar de los avances, hay muchos desafíos: ¿Cómo pueden coexistir movimientos y partidos sin renunciar a su propia identidad? ¿Cómo evitar ser tachados de ingenuos fenómenos izquierdistas? ¿Cómo conseguir que sean verdaderamente transversales? ¿Cómo pueden dar participación a los individuos? ¿Cómo pueden evitar la dependencia de ciertos personajes mediáticos para conseguir espacio en los medios de comunicación? ¿Y cómo pueden equilibrar la necesidad de una participación abierta y “horizontal” a la vez que mantener mecanismos eficientes para la toma de decisiones y confiar en quienes fueron elegidos para representar a todos los miembros? ¿Cómo progresar en los objetivos sociales de estas plataformas y partidos frente al avance del neoliberalismo?

Movimientos sociales que han influido en la vida política en diferentes países.

Formaciones políticas que se han conformado a partir de partidos que han perdido su identidad y otras en las que los distintos actores no la han perdido.

Partidos que buscan liderar movimientos sociales. Movimientos sociales que se han transformado en formaciones políticas. De toda esta variedad de situaciones, quizás lo más importante sea aclarar una de las mayores dificultades que se presentan en la práctica:

¿Qué claves habría que potenciar para que los partidos políticos no se desconecten de los movimientos sociales que les han llevado a espacios de poder, a los cuales dicen representar, sin dejar de ser eficaces en sus funciones?


Hablemos Claro

“Es importante hablar directo, fuerte claro. No hay que confundir esta forma de expresarse con hablar con alteración. Lo más difícil es tener la capacidad para guardar la emoción y saber controlarla, sin herir”manifestó la Dra. Carmen Gonzáles al inicio de su programa De frente y sin máscaras.


Lo difícil en una familia o en una empresa, es decir y contradecir las ideas sin molestarnos. Hay personas que cuando les dicen algo, y sus ideas son rechazadas, suelen tomar este rechazo a título personal. “Eso no debe ocurrir”, agregó la especialista.

Carmen Gonzáles citó algunos ejemplos de personas que cuando tienen al frente a un contrincante que piensa de manera distinta, cuya idea puede ser un absurdo con respecto a lo que él o ella planteó inicialmente, no significa que lo rechacen por lo que es sino porque quizás, en ese momento esa idea no es la que se esperaba.

Lo importante es que las cosas se digan con respeto. “Mi idea pueden tirarla al suelo, pero no a mí, yo tengo otras ideas buenas. Eso es saber controlar las emociones, y un factor importante en la familia y en el trabajo”, manifestó.

“Hablar fuerte y claro, no quiere decir hablar como a mí me da la gana, es respetar al otro y controlar mi emoción si el otro me contradice o no le gusta mi idea. Se trata de decir lo que pienso de forma directa y clara, sin la emoción".

Finalmente, recalcó que la emoción tiene que ver con la infancia. “Si alguna vez nuestros padres nos descalificaron, acabo indignada cuando no aceptan nuestras ideas.

 Esas emociones hay que saber controlarlas”.


Integración Inteligente



La capacidad para llevarse bien con la gente representa la inteligencia social, y es una de las competencias más importantes de nuestra inteligencia. Se puede decir que es una mezcla de entendimiento básico de las personas conjugada con una serie de capacidades para interactuar adecuadamente.

Según Daniel Goleman “El descubrimiento más importante de la neurociencia es que nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás, ya que el mismo diseño del cerebro nos torna sociables, al establecer inexorablemente un vínculo intercerebral con las personas con las que nos relacionamos. Ese puente neuronal nos deja a merced del efecto que los demás provocan en nuestro cerebro y, a través de él, en nuestro cuerpo y viceversa.

Aun los encuentros más rutinarios actúan como reguladores cerebrales que prefiguran, en un sentido tanto positivo como negativo, nuestra respuesta emocional. Cuanto mayor es el vínculo emocional que nos une a alguien, mayor es también el efecto de su impacto. Es por ello que los intercambios más intensos son los que tienen que ver con las personas con las que pasamos día tras día y año tras año, es decir, las personas que más nos interesan. “…” Pero este vínculo es un arma de doble filo porque, si bien las relaciones positivas tienen un impacto beneficioso sobre nuestra salud, las tóxicas pueden, no obstante, acabar envenenando lentamente nuestro cuerpo.”

Así pues la inteligencia social es la capacidad que tiene una persona de entender, tratar y llevarse bien con la gente que le rodea. Se puede decir también que es la parte de nuestra inteligencia que se utiliza para relacionarnos con efectividad con la gente de nuestro entorno o que es la capacidad de optimizar al máximo nuestra relación con la gente, sacando lo mejor de ellos.

Destacamos siete de las aptitudes de los que poseen inteligencia social:

Radar para leer el contexto social en el que se encuentran y que les permite elegir diferentes conductas.

Apariencia, qué es lo que los demás perciben de ellos (confianza, autorespeto, valoración personal).

Autenticidad, que es sencillamente una forma de conducta que genera la percepción de que se es honesto con uno mismo y con los demás.

Claridad. La utilización del lenguaje de forma efectiva, explicando los conceptos para que los demás los entiendan.

Empatía. La capacidad de crear un sentido de conexión con los demás; hacer que los otros estén en su misma dimensión y se les aproximen.

Liderazgo. Poseer las habilidades gerenciales o directivas para que un equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y objetivos.

Saber escuchar genera confianza y muestra que se tiene respeto con el otro.

Necesidades Especialidades


Garantizar una atención educativa de calidad para los niños, niñas y jóvenes con necesidades educativas especiales, asociadas o no a alguna discapacidad, es el compromiso de las autoridades educativas, directivos, maestros y profesionistas involucrados en la atención de esta población en edad escolar. Si el objetivo externo del quehacer educativo, y lo que da sentido al mismo, es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida -actual y futura- de los educandos, la escuela sí puede contribuir a que su labor se centre en el desarrollo de las personas; para ello, es necesario, un gran esfuerzo en el sentido de cambiar actitudes en los docentes, para el reconocimiento de las características individuales y necesidades específicas de los alumnos, para que todos sean incluidos en los procesos de aprendizaje. 

Así lo sugiere María Sirley, cuando apunta que “(…) es necesario que comprendamos que la calidad en la educación significa el reconocimiento al derecho de todos a ser diferentes, al derecho de aprender según sus potencialidades…” 

Desde hace algunos años, la UNESCO y los gobiernos de algunos países,han manifestado interés en crear nuevas oportunidades para los niños que por alguna circunstancia no han tenido acceso a la educación, tal como sugiere la Conferencia de Salamanca (1994), cuando reafirma el principio de “Educación para todos”, pugnando por una práctica que asegure a los niños y jóvenes con discapacidad ser integrados para ocupar el lugar que por derecho les corresponde, para estar en las aulas de las escuelas.

En nuestro país, la actual política educativa y social aspira a un desarrollo pleno de sus hombres y mujeres, por eso, la educación especial tiene el compromiso social de ofrecer una atención educativa de calidad a los alumnos que presenten necesidades educativas especiales con o sin discapacidad; orientando sus prácticas al desarrollo de capacidades, habilidades y actitudes; así, como a la búsqueda de aprendizajes para mejorar las oportunidades de desarrollo, autonomía, socialización y convivencia de los alumnos.


Aceptar Las Diferencias


La empatía, constructo que hace referencia a ponerse en la piel del otro. Acción  tan necesaria ante la diversidad funcional pero a la vez, tan poco realizada por la sociedad.

Si por lo general es difícil ponerse en el lugar del otro, es casi imposible poder entender lo que sentimos las personas con alguna discapacidad. En este sentido, muchas veces se confunde empatía con comprensión y respeto.

Para que se entienda mejor: uno puede comprender que una persona escriba con el pie pero no puede ponerse en su piel porque le costaría entrenar esa habilidad. Pues lo mismo sucede con la empatía social.

Si, la que estas pensando, la que facilitaría la inclusión de todos y se basa en el respeto a la diferencia.  Quizás la empatía social es la que más cuesta, porque estamos “programados” para activar nuestro mecanismo de alerta ante la diferencia por muy pequeña que sea ésta. Y es que somos frágiles a los cambios pero flexibles a la adaptación.

Esto último puede parecer un tanto contradictorio, ¿verdad? Pero si reflexionamos sobre ello mediante un hecho cotidiano adquirirá su lógica: llegamos al trabajo y nos han cambiado de compañero, ¡Alerta, diferencia! No sabemos cómo trabaja, ni su ritmo, ni sus habilidades, etc… Pero día a día lo vamos conociendo, vamos respetando su manera de trabajar y él la nuestra.

Sucede lo que se denomina adaptación y se crea una empatía hacia la forma de trabajar de ambos.

En cambio, si éste nuevo compañero presenta una discapacidad la alerta ante la diferencia suele ser mayor. Lo primero que se piensa no es el modo en el que trabajará ni las costumbres que tendrá sino, por lo general, surgen prejuicios sociales incrustados en la sociedad como es: ¿será capaz de realizar el trabajo? ¿Cómo lo va hacer? Por lo que el proceso de adaptación mutuo se presenta más complicado y lento.

Aunque esta situación nos suene a tópico desfasado, si somos realistas con nuestros pensamientos o con los pensamientos ajenos, en el caso de los que tenemos una discapacidad, esta situación se genera inconscientemente, son pensamientos en cierta manera automáticos promovidos por el mecanismo de alerta ante la diferencia que, como observamos, varía su grado de una situación a otra.

Del mismo modo, la empatía social debería ser más patente en el segundo caso, siendo facilitadora de respeto pero sin pretender sentir cómo siente o percibe la otra persona. Porque como he comentado al principio del presente artículo, es muy difícil ponerte en la piel de una persona con discapacidad pero sí que es necesario y beneficioso para todos ejecutar la capacidad de comprender y respetar las diferencias.


Con este artículo no se pretende realizar un discurso moralista o que acuda a increpar situaciones sociales habituales, más bien se pretende reflejar o explicar los cambios de percepción automáticos o dados por una educación sociocultural que se refleja ante la diferencia, en este caso dada por la diversidad funcional, así como remarcar el proceso de adaptación el cual facilita la empatía social.


Desapercibido


Posiblemente tengas ansiedad social y solo quieras caminar entre los demás y pasar
desapercibido. Tal vez tienes problemas con llamar la atención en público, en reuniones sociales o incluso entre amigos. Puedes seguir algunos pasos para pasar desapercibido en entornos sociales y desviar la atención de ti. Además, puedes utilizar tácticas para prevenir la ansiedad y que de esa forma sea menos incómodo para ti estar cerca de los demás.

Si encuentras que tu necesidad de pasar desapercibido se está convirtiendo en algo extremo y dificulta tu vida, es posible que quieras buscar ayuda profesional para la ansiedad.

Observa a los demás en lugar de actuar. Para pasar desapercibido en situaciones sociales, trata de observar en lugar de actuar. Observa cómo los demás a tu alrededor socializan y se comunican. Puedes pasar el rato y simplemente observar, en lugar de participar en las conversaciones.
Si observas a los demás, también podrás notar cómo algunos grupos socializan entre sí. De esta forma, puedes tratar de socializar con ellos de la misma manera para pasar mejor desapercibido con su grupo social.
Imita las costumbres y prácticas de los demás. Si eres un turista que intenta pasar desapercibido en un país extranjero, debes intentar adoptar las costumbres y prácticas de las personas locales. También puedes imitar a los demás para intentar pasar desapercibido con los grupos sociales en el trabajo conversando acerca de temas aceptados y hablando con un tono de voz similar al de todos los demás.
Si eres un turista en un país extranjero, también puedes pasar desapercibido al aprender un poco del idioma y costumbres locales. Hablar con los ciudadanos en su propio idioma o actuar como lo hacen ellos, en general, te ayudará a pasar mejor desapercibido.
Mantén tu voz baja y sencilla. Modula tu voz para que se ajuste al tono y volumen de los que te rodean. De esta manera, puedes pasar desapercibido en el entorno existente sin alarmar o asustar a los demás.
Si estás en un entorno de oficina, esto puede significar mantener tu voz baja y sencilla cuando hables. Puedes usar un tono suave y bajo para que puedas pasar desapercibido en las conversaciones que se desarrollan a tu alrededor o los sonidos más silenciosos de una oficina.
Si estás en un país extranjero, también debes ser consciente del volumen y el tono de tu voz. No querrás ser el turista que se ríe y conversa en voz alta en un café local tranquilo. Trata de adoptar un tono de voz que imite a los ciudadanos a tu alrededor y que te permita pasar desapercibido en lugar de destacar.

Haz preguntas inteligentes. Deja que los demás dominen la conversación y habla de vez en cuando para hacer preguntas inteligentes que ayuden a mantenerla fluida. 

De esta manera, estarás participando de la conversación, pero no atraerás una atención indebida hacia ti mismo. 



miércoles, 5 de agosto de 2020

La Brújula Interna

Según cuentan los estudios realizados en los despachos privados de los psicoterapeutas, y en consultorios y servicios de hospitales públicos que prestan asistencia en trastornos psicológicos, un tercio de las personas que consultan pidiendo ayuda, lo hacen por la falta de sentido en sus vidas.


Fue Viktor Frankl, padre de la logoterapia, el primero que llamó la atención de los terapeutas hacia el sentido de la vida, alguien que personalmente no había tenido una existencia sencilla ni carente de situaciones dramáticas. Frankl fue capturado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y recluido en un campo de concentración por su condición de judío.

Viviendo con el horror, Viktor Frankl descubrió que la gente necesita un propósito, aunque fuera minúsculo, para mantener su voluntad de vivir.
Allí, en los campos de exterminio, este médico vienés observó que los prisioneros que sobrevivían eran, casi exclusivamente, los que de una manera u otra habían conseguido encontrar un propósito en sus restringidas y miserables condiciones de vida dentro del campo.

Construyendo un camino, un porvenir
Fue en cautiverio donde decidió aplicarse ese descubrimiento; se impuso a sí mismo el desafío de relatar la experiencia de los prisioneros y de la importancia de tener un motivo para vivir.

Construir ese relato le proporcionó un sentido a su existencia y le llevó, según sus propias palabras, incluso a intercambiar la mitad del poco pan que recibía por una sábana rota donde seguir con sus anotaciones para su investigación.

Viktor Frankl explica en El hombre en busca del sentido que, si bien los guardas del campo controlaban todos los aspectos de la vida y la muerte de los prisioneros –incluyendo su humillación, tortura o asesinato–, había algo que eran incapaces de controlar: la forma de reacción de cada recluso. De esta respuesta –dice el autor– dependía su supervivencia.

Siempre puede encontrarse un sentido a la vida, en toda condición y bajo cualquier circunstancia, aunque seguramente sea mucho más fácil en nuestro acomodado modo de vida que en los campos de exterminio nazis, sobre todo porque utilizaremos este propósito para engarzar en él una cotidianidad más plena y feliz, y no solo la supervivencia.

Para determinar cuál es el sentido de nuestra vida es necesario establecer con claridad la diferencia que existe entre una meta y un rumbo, entre el objetivo y el sentido.

Son conceptos que, si bien son elementales, muchas veces pasan desapercibidos o se confunden.

El Ser Sincero

Cando somos sinceros, nos comunicamos con transparencia. No fingimos y llegamos al otro sin corazas. Esta sinceridad se fortalece cuando estamos alineados en pensamientos, palabras y acciones. En cambio, cuando nuestras palabras expresan un mensaje mientras nuestro cuerpo está transmitiendo otro, estamos desalineados. Esto indica que nuestro diálogo interior no es claro, ni fluido. Quizá ni siquiera nos planteamos esa conversación entre corazón y mente, entre intuición y lógica.

Decirse la verdad a uno mismo es difícil. Según Epicuro, los tres pilares de una buena vida son la cultura, la amistad y el diálogo basado en la palabra. Esta debe ser profunda y verdadera para que todo tenga sentido y contenido. La dificultad radica en la falta de diálogo sincero con uno mismo. Las causas que nos lo dificultan son varias:

- Nos parece complicado mirar hacia nuestro interior. No se nos ha educado en ello. La sociedad del consumo y del entretenimiento provoca estímulos que nos distraen, y nos olvidamos de nosotros mismos. Es lo que buscan muchas personas, mirar hacia fuera antes que ordenarse por dentro. Muchas caen en un consumismo fácil, que les arrastra además a una carga económica adicional.

"La mayor parte de las personas occidentales son más testigos que ciudadanos que participan y reaccionan", me dijo recientemente Federico Mayor Zaragoza. Si mantuviéramos un diálogo sincero con nosotros mismos, adoptaríamos posturas más radicales, más transformadoras de la realidad. Dejaríamos de ser espectadores para ser actores que inciden en el mundo y lo transforman. Para ello, Gandhi ya nos dijo que "debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo". El cambio empieza en cada uno de nosotros y se basa en ser sinceros con lo que queremos.

Hablarnos con honestidad

Tememos ver nuestras sombras interiores, nuestros miedos y nuestra vulnerabilidad. Huimos de ello viviendo hacia fuera. "No te entregues a tus miedos -dice el alquimista en la obra de Paulo Coelho-; si lo haces, no podrás hablar con tu corazón".

- Dedicamos poco tiempo a la reflexión y al auténtico diálogo. Tenemos conversaciones pendientes con nosotros mismos y con otras personas. Al irlas posponiendo, funcionamos más con el piloto automático, con patrones de comportamiento "habituales". Las conversaciones sinceras nos facilitan ver con claridad lo que tenemos que conservar, mejorar o modificar. Hagamos una lista de conversaciones pendientes y dediquemos un tiempo para tenerlas. Dejemos de posponer y abrámonos al diálogo.

- Nos preocupa excesivamente la opinión de los demás. Nos evaluamos basándonos en la visión que el otro tiene de nosotros. Pero seríamos más felices y tendríamos una mejor autoestima si nuestro sistema de autoevaluación se rigiera por nuestros valores, nuestra ética de la responsabilidad y nuestro diálogo interior. Sin embargo, desde jóvenes aprendimos a depender de la aprobación ajena. Cuando hacíamos algo correcto según su mirada, se nos consideraba buenos. Y confundimos esa mirada de aprobación con amor. Pero cuando hacíamos algo erróneo según su mirada, se nos etiquetaba de "malos" y se nos negaba esa ola de energía apreciativa. Así aprendimos desde la infancia a creer en "ser bueno" o "ser malo" y creció en nosotros el sentimiento de culpa, cuya esencia es el autorreproche moral. Aunque preferimos culparnos que cambiar un patrón. Ser sinceros con nosotros mismos es ir a la raíz de lo que debemos arreglar. La culpa nos avisa de ello. Si nos disponemos a verlo, a dialogar y a aclararlo, vamos bien encaminados.

Estamos constantemente conversando con nosotros mismos. Incluso cuando no somos conscientes de ello, nuestra mente está en una cháchara constante. Cuando los pensamientos que creamos son inconexos entre sí, las palabras provocan ruido mental, que supone una polución de pensamientos inútiles y sin sentido. En esos momentos es bueno pararse, respirar profundo, centrarse y conectar con lo que sentimos. Así recuperaremos la sinceridad de la palabra que surge del corazón.

Ser sinceros con nosotros mismos implica escucharnos. Hay muchas voces internas que nos hablan, como son la voz del miedo, del ego, de la avaricia y los deseos, del pasado, de la autoestima, de los valores, de nuestros anhelos más profundos, además de las voces de las personas que tienen relación con nosotros y que nos dan su opinión. Para tomar decisiones adecuadas es necesario tener un buen discernimiento. ¿A qué decimos sí y a qué decimos no? Necesitamos estar centrados

Todo Lo Que Puedes


Tener la capacidad de Valorar los logros personales es muy importante para mejorar la autoestima. Muchas personas pueden no dar importancia a la mayoría de sus logros simplemente porque no han logrado alguno en particular.

Sin embargo, es importante darse cuenta de todo lo que se ha hecho en la vida y todo lo que se ha aprendido por pequeño que sea.

Algunas personas también son capaces de reconocer sus logros personales pero no le dan la importancia que deberían porque se comparan con otras personas que han logrado otras cosas que también les hubiera gustado conseguir.

Para poder mejorar la autoestima, lo mejor es tomarse un tiempo para plantearse y pensar todo lo que se ha logrado en la vida y todas las cosas que hoy nos hacen felices y hemos conseguido.

Mucha gente puede no darse cuenta que toda su vida persiguió un supuesto sueño y que aunque no lo ha logrado ha conseguido otras tantas cosas que le han dado una gran felicidad. Por este motivo, sentarse a pensar o hacer una lista sobre los logros más importantes que se han conseguido, es una excelente práctica para mejorar la autoestima. 

Seguramente nos sorprendamos nosotros mismos de las cosas que más valoramos y que hoy nos hacen felices y que nunca hubiéramos pensado.
Por ejemplo, es habitual ver personas frustradas y con baja autoestimporque piensan que no lograron nada solo porque no obtuvieron el trabajo que querían. 

Sin embargo, estas personas pueden ser incapaces de valorar que han logrado formar una familia que les quiere, que han tenido hijos de los cuales pueden sentirse orgullosos y un sinfín de cosas más.

Para mejorar la autoestima, es importante saber valorar los logros que se han conseguido y no sufrir por aquellos que no se han alcanzado. Si tanto nos duele no haber conseguido algo, lo mejor es luchar por conseguirlo pero no sentarse a sufrir, a lamentarse, a sentirse mal y a quitarle importancia al resto de las cosas que si se han conseguido.

Nuestro Valor


El filósofo norteamericano Emerson decía: “El mayor favor que te puede hacer un amigo es
poner frente a ti un espejo donde veas reflejada una noble imagen de ti mismo”. Todos somos espejos frente a espejos.

Para poder triunfar en la vida, es necesario tener una buena autoestima, lo cual no es otra cosa que saberse valorar en la medida en la que uno realmente vale. La mayor parte de nosotros creemos que valemos mucho menos de lo que en realidad valemos y por eso no nos estimamos en la suficiente medida. Esto hace que no pocas veces caminemos por la vida con un alto nivel de ansiedad, consecuencia lógica de la falta de confianza en nuestras propias posibilidades. 

Cuando hablamos de tener una alta autoestima, no hablamos de arrogancia, sino de justo reconocimiento. Aquellas personas que caminan por la vida de una forma arrogante y humillando a los demás, tienen una autoestima tan baja, que el único sistema que han encontrado para no sentir plenamente esa dolorosa realidad, es intentar rebajar a los demás para tener así la sensación de que ellos están en un lugar más alto.

Si definimos la autoestima como lo que una persona siente por sí misma en lo profundo de su ser, la medida en la que le agrada su propia persona y el respeto que siente hacia ella misma, entenderemos que este sentimiento se sitúa en el centro de nuestra personalidad. Como el conocimiento que tenemos de nosotros mismos suele ser tan escaso, ya que muy pocas personas conocen realmente su interioridad, buscamos esa información acerca de nosotros mismos, no en base a lo que somos, sino en base a cómo los otros nos ven.

Según la psicóloga Dorothy Corkille Briggs, el respeto sólido por uno mismo se basa en dos convicciones esenciales:

“Soy digno de que me amen, importo y tengo valor porque existo”.

“Soy valioso, puedo manejarme a mí mismo y manejar lo que me rodea, con eficiencia. Sé que tengo algo que ofrecer a los demás”.

Recordemos que no es lo mismo ser amado que sentirse amado, de la misma manera que no es lo mismo ser valioso que sentirse valioso. Si no nos sentimos amados y valiosos, vamos a rehuir muchas oportunidades tanto de relacionarnos con otros como de hacer frente a los desafíos que la vida nos plantea.

La influencia de nuestro entorno

Todos nosotros tenemos la responsabilidad de favorecer que se desarrolle una sana autoestima en nosotros y en los otros. Por eso, hemos de renunciar a hacer daño a los demás, sobre todo cuando nuestro ego está herido. Hemos de evitar atacar a la persona especialmente cuando comete un error. Se puede ser muy duro con un error sin tener por ello que agredir con nuestras palabras, nuestros gestos o nuestras acciones a la persona que lo ha cometido. 

Sepamos distinguir lo que somos de lo que hacemos. No es lo mismo decirle a una persona que es una incompetente a decirle que ha cometido un error. Ambos duelen, pero ni duelen de la misma forma, ni duelen con la misma profundidad. 

El verbo ser ha de ser siempre manejado con enorme cuidado.


Aportes De La Filosofía


El Aporte De Platón
Platón es uno de los filósofos más importantes de la historia, quien junto a Sócrates y Aristóteles, forma parte de las figuras más representativas del pensamiento occidental. Las ideas de Platón sobre la moral, la educación y la búsqueda de la esencia, siguen vigentes en la actualidad, ya sea como teoría del conocimiento o como guía para la búsqueda de la verdad.

Platón nació en Atenas en el año 427 a.C., en el seno de una familia de aristócratas atenienses y desde su juventud se sintió atraído por la filosofía y la política. Fue discípulo de Sócrates durante veinte años, hasta la muerte de este. La condena a su mentor lo afectó profundamente, y se marchó de Atenas para dedicarse a viajar.

A su vuelta, fundó una escuela de Filosofía situada en las afueras de la metrópoli, que fue denominada la Academia, y era un espacio para que los sabios y pensadores se reunieran a dialogar y compartir diferentes ideas y concepciones de la realidad. En la Academia había una residencia para estudiantes, bibliotecas, aulas y seminarios especializados. La fundación de este espacio para el aprendizaje fue un hecho de gran relevancia, que sirvió como inspiración para la creación de lo que hoy entendemos como Universidad.

Platón y el Idealismo
Las ideas del filósofo griego supusieron todo un aporte en el mundo de la educación, como también en la política y la ética. Estas tres esferas de la vida humana, encontraron su punto de encuentro en las teorías idealistas de Platón. 
A través de ellas, se daba prioridad a la cultura ética y la vida intelectual, ya que esta era el único medio por el cual se podía alimentar al espíritu y a través de él, alcanzar la felicidad.

El Idealismo de Platón es una de las teorías filosóficas más influyentes a lo largo de la historia, que sostiene la primacía de las ideas por encima de los objetos y lo material. De acuerdo a esta teoría, las ideas están primero que las cosas, ya que los objetos no pueden existir sin que antes haya una consciencia de ellos. El sujeto y el pensamiento tienen un papel central en esta hipótesis, que fue fundada retomada posteriormente por numerosos pensadores. Entre los más destacados, se encuentran el inglés George Berkeley y el filósofo prusiano Immanuel Kant.

Platón y la Educación
Platón siempre demostró una profunda preocupación e interés por la educación y sus ideas sobre el tema terminaron por materializarse en la fundación de la Academia. Allí se estudiaban e investigaban diferentes temas que luego fueron separándose en disciplinas como la lógica, la ética y la física, entre otras.

El conocimiento para este filósofo era la clave para poder separar el bien y el mal y acercarse a la virtud, y por esto daba especial importancia a la educación de todos los individuos.

De acuerdo con el portal de Historiarte, Platón se preocupó por la educación de los más jóvenes de manera igualitaria, es decir, la misma educación para niñas y niños. En el proceso educativo, los individuos adquieren las habilidades y conocimientos suficientes para tomar conciencia de la existencia del mundo inteligible (el mundo de las ideas) y acercarse a él. 

Solo a través de la educación, los hombres pueden liberarse y apartarse del mundo terrenal para poder alcanzar por fin la auténtica realidad, la virtud.

Como filósofo idealista, el conocimiento era lo más importante para Platón y por ello propuso que los niños comenzaran su proceso educativo desde muy pequeños (a partir de los 5 años) para desarrollar todas sus habilidades y aptitudes físicas e intelectuales de manera óptima.

La influencia del Platón a través del tiempo
Tanto en la ciencia, como en la filosofía, la influencia de las ideas del Platón es innegable. En primer lugar, fue el creador de la idea de academias donde aprender matemáticas, biología, física, leyes, etc., y a partir de esta concepción fue que se iniciaron las universidades, tal como las entendemos hoy.

El Neoplatonismo fue una de las primeras corrientes que retomó las ideas del filósofo para reinterpretar la realidad, tomando sus conceptos del mundo sensible y conjugándolos con otras influencias. El Cristianismo fue otra de las corrientes que se sustenta en muchas de las ideas de Platón, ya que el idealismo permitía una proyección hacia “otro mundo”, que no era accesible para cualquier hombre.

En el Medioevo, las ideas platónicas también tuvieron su auge con Santo Tomás de Aquino, quien afirmaba que lo mejor y lo positivo de la vida de los hombres formaba parte de algo mayor, de un bien supremo que era Dios.

En la modernidad fue aún más fuerte la influencia platónica, periodo en el cual numerosos pensadores y filósofos tomaron como base su idealismo, su concepto de Estado y sus principios morales, para fundar sus teorías. Los pensadores platónicos más relevantes son Renato Descartes, Pascal y Kant, por citar solo algunos. Sobre el siglo XX, el pensamiento de Platón de registra en algunos de los conceptos más importantes de Bertrand Russell y Edmundo Husserl.

Por su naturaleza de libre interpretación, las teorías de Platón han dado lugar a numerosas lecturas, adaptándose a las necesidades de cada periodo histórico.

Las ideas del filósofo siguen dando que hablar y es probable que, en un futuro, sigan tan vigentes como en la Antigua Grecia.


Avancemos

Avanzar por la vida requiere de una estrategia efectiva que permita que vayas dando los pasos en la dirección adecuada y veas cambios significativos que te permitan sentir la satisfacción de ir logrando los objetivos propuestos en busca de lograr tus más grandes metas.


Pasos efectivos hacia las metas hay muchos, yo mismo podría darte una gran lista, sin embargo parece que cuando se dan muchos pasos a una persona se genera más bloqueo que acción, así que veamos solo 3 sencillos pasos, a veces basta con pocos pasos pero bien dados y sobre todo con pasión para lograr ver resultados. Te prometo que en otros artículos iré escribiendo algunos otros que podrás tener en cuenta, lo importante ahora es iniciar ya que en la mayoría de casos muy pocos pasos son los que se necesitan para alcanzar el éxito.

Ten en cuenta que solo si avanzas sentirás la auto-motivación suficiente que te impulse a continuar, para esto puedes tener en cuenta estos pasos que te orientarán por el camino permitiendo que te mantengas en la dirección correcta y aumentes las posibilidades de éxito en todas las áreas de tu vida.

3 Sencillos Pasos Para Avanzar por la Vida
1. Elabora un plan de acción claro: Este quizás sea el más importante, pues por más mente positiva que tengas ésta no puede superar un plan de acción mal elaborado, si planeas mal no importa el esfuerzo que hagas ni lo positiv@ que seas no te va a funcionar tu plan… esto sería seguir contra la corriente a través de una estrategia equivocada. Por tal motivo es importante poner una gran meta a la cual quieres llegar y agregarle una fecha aproximada, posteriormente colocar una lista de metas a corto y mediano plazo que de llevarlas a cabo te permitan acercarte a la gran meta que te has propuesto, de la misma manera éstas deben incluir fechas aproximadas y así mismo identifica todas las acciones que debes llevar a cabo diariamente en la dirección de estos objetivos y de tu gran meta. Hacer esto te permitirá ir diariamente dando pasos en la dirección correcta.

2. Cambia tus historias: Existen tantas excusas para el éxito como personas existen… cada cual tiene la suya, es como si te hubieras inventado una justificación para no lograr lo que realmente deseas y terminaste creyéndotela. Te suena algo como: “nos soy buen@ en el amor”, “si no tengo una carrera profesional no podré triunfar”, “solo los ricos se hacen más ricos”, etc. ¿Qué historia te contaste tú que terminaste creyéndotela? Es muy importante identificarla, todos tenemos más de una historia limitante, solo identificándola podrás cambiarla por una historia más positiva que te permita ir por lo que realmente quieres, es imprescindible separarte de esas historias que te limitan con el fin de aprovechar todo tu potencial.

3. Cambia tu estado emocional: Tu estado emocional determina tu percepción de la vida, si estás deprimid@ es imposible que pienses que la vida es una maravilla, pero si estás feliz es imposible que pienses que la vida es injusta e invivible. Es por esto que cambiar tu estado emocional es sumamente importante pues si estás siempre estresad@, frustrad@ o deprimid@ y piensas que no tienes las fuerzas para lograr tus metas, es muy difícil salir de allí pues siempre estarás pensando que nada cambia y nada funciona. Pero si a pesar de esto te propones a cambiar tus pensamientos y emociones por algo más positivo, encontrando la forma de recargar tu energía, indudablemente la vida te empezará a sonreír, ese cambio de actitud te hará ver nuevas oportunidades y empezarás a atraer situaciones, personas y cosas más positivas que sin duda te harán sentir mejor.


Ensaya estos tres pasos, como te decía anteriormente pueden ser suficientes para ayudar a alcanzar el éxito a una persona.