sábado, 11 de marzo de 2017

Entendimiento



Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad.
Capacidad de pensar y obrar con buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad

El entendimiento es aquella facultad que diferencia a los seres humanos de los animales.

El entendimiento permite la comprensión de la realidad a partir de esta facultad mental. Desde el punto de vista filosófico, este concepto también recibe el nombre de intelección o aprehensión de la realidad a través de la que se accede a la esencia de las cosas.

El entendimiento muestra la capacidad de discernimiento racional que potencia la delibración en la toma de decisiones. Esta capacidad de discernir muestra la posibilidad que tiene el ser humano de diferenciar aquello que es correcto de aquello que no lo es. El entendimiento muestra el valor del buen juicio, es decir, de obrar a partir del sentido de la prudencia.

Teoría del conocimiento

El entendimiento es uno de los aspectos esenciales en el proceso de conocimiento por parte del sujeto. Una facultad que muestra la relación entre la mente y el objeto a través del ejercicio de conocer.

El conocimiento que es la base del entendimiento es una acción inmanente cuyo origen y término se encuentra en el propio sujeto. El entendimiento implica poner atención en cada cosa para poder captar la raíz esencial.

Además del plano del conocimiento, la capacidad de entendimiento también tiene una gran influencia en el contexto de la comunicación interpersonal puesto que dos personas pueden llegar a un entendimiento mutuo a través del poder de la palabra, es decir, pueden comprenderse al escucharse. Desde el punto de vista de la comunicación, es positivo utilizar argumentos concretos que respalden el valor de un mensaje determinado a través de la organización adecuada de ideas principales e ideas secundarias. Se trata de aportar razones que tengan una validez sólida en la expresión de un mensaje determinado. Existe una actitud que dificulta la capacidad de entendimiento mutuo: querer llevar siempre la razón.

La reflexión sobre el propio entendimiento ha sido objeto de reflexión filosófica como muestra la epistemología que muestra la capacidad del filósofo de admirarse de esta facultad humana que aporta una gran libertad a la existencia. Y es que, el entendimiento permite poner conciencia a la existencia al tener la capacidad de reflexionar sobre los propios actos y sus consecuencias. Esta reflexión también es base en la ética.

Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender.
José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo y ensayista español
La llave que se usa constantemente reluce como plata: no usándola se llena de herrumbre. Lo mismo pasa con el entendimiento.
Benjamín Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
El problema es que la información no es el entendimiento.
Nadine Gordimer (1923-2014) Escritora sudafricana.
Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado despacio, no entendemos nada.
Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.
El entendimiento agudo y sin grandeza, lo pincha todo, pero nada mueve.
Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Refrán

Hugo W Arostegui




Malas Artes

Malas Artes
Medios o procedimientos poco éticos de los que se vale alguien para conseguir algo.

Esta mañana un hombre aparcaba su coche y el de detrás, esperando más de lo que le gustaría por lo complicado de la maniobra, ha comenzado a tocar fuertemente su bocina.

Cuando finalmente ha podido pasar y ha estado a la altura del primer conductor, le ha echado una mirada de auténtico odio. ¿Qué pretendemos cuando lanzamos esas miradas?

Una de las aproximaciones más ingenuas y parciales a la moral humana es la que determina que hay personas buenas y personas malas, así, tal cual, sin matices, como en una película maniquea de superhéroes y supervillanos.

Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Las personas buenas pueden ser malas en determinadas circunstancias, y viceversa (sin contar lo porosos y mutantes que resultan los términos “bueno” y “malo”.)

Un fenómeno que pone en evidencia hasta qué punto las personas más aparentemente normales y civilizadas son capaces de comportarse de forma cruel se produce en las muchedumbres. Los psicólogos lo denominan multitudes encarnizadas.
Grupos de personas que, por ejemplo, son capaces de azuzar a un suicida que está a punto de tirarse desde las alturas a que no se lo piense tanto, que salte ya, que se muera de una vez.
Por ejemplo, es lo que ocurrió en Seattle en agosto de 2001, cuando una mujer de veintiséis años amenazaba con saltar desde el puente Seattle Memorial.

Llegado el momento, aprendes a saber poner a las personas en su lugar. No siempre hay que poner la otra mejilla y comprendes que cuando lo haces así no eres una mala persona.

Ser egoísta, en ocasiones, es más que positivo. No tienes por qué estar a merced de los demás, pues los demás no están a tu merced. 

Sé libre para decir “no”, sé libre para no permitir que nadie te haga sentir que eres una mala persona.

Es muy fácil ser bueno con los demás cuando la vida nos sonríe y los demás son buenos con uno y hacen y dicen justo lo que esperamos y lo que queremos.

Mas ¿qué pasa cuando eso no sucede?

Es ahí donde se nota la verdadera entraña de cada uno de nosotros. ¿Seguimos siendo buenos? ¿O arañamos a quien tenemos enfrente sólo porque no son lo que queremos ni esperábamos?


Hugo W Arostegui

El Candil Encendido



Había un filósofo llamado Diógenes de Sinope (412 a.C.) que vivió como un vagabundo en Atenas, convirtió su extremada pobreza en una virtud, vivía en la calle, dentro de una tinaja, siempre reduciendo al mínimo sus deseos y necesidades. Valoraba el comportamiento y la forma de vida de los perros, y era una persona que siempre decía lo que pensaba, aunque no estuviera bien visto.

Hay dos anécdotas impresionantes que son dignas de contar y que pueden ayudarnos mucho a reflexionar sobre nuestra vida.

La primera ocurrió así:

Se dice que una mañana, mientras Diógenes se hallaba absorto en sus pensamientos y tomando el sol fuera del gimnasio que estaba a las afueras de Corinto, había mucho ajetreo, porque se decía que el rey había llegado (este rey es el gran Alejandro Magno). 

Tal era la fama que tenía Diógenes, que estaba interesado el propio Alejandro en conocer al famoso filósofo, y antes de que pueda saber Diógenes, qué es lo que ha pasado, se ve rodeado por un montón de ciudadanos de Corinto, y se produce el encuentro.

Llega Alejandro acompañado de su escolta y de muchos hombres más, el rey se pone frente a él y dice, - soy Alejandro Magno -.

A lo que responde Diógenes, - y yo Diógenes el perro -, (pues todos se metían con él).

Hay murmullos de asombro ante la sorprendente respuesta del sabio, pues nadie se atreve a hablarle así al rey, Alejandro pregunta, - ¿por qué te llaman Diógenes el perro? -.

Responde Diógenes, - porque alabo a los que me dan, ladro a los que no me dan y a los malos les muerdo -.

De nuevo más murmullos, ¡cómo es osado este Diógenes al atreverse a hablarle así al rey!, pero Alejandro no se deja inmutar por esas respuestas y le dice, - pídeme lo que quieras -.

Tranquilamente Diógenes le contesta, - quítate de donde estás, que me tapas el sol -.

Por lo que se hace una exclamación generalizada de todos los presentes, ante una petición tan pobre, a un hombre que todo lo podía dar, Alejandro sorprendido realmente le pregunta. - ¿no me temes? -.

A lo que Diógenes le contesta con gran aplomo con otra pregunta,- gran Alejandro, ¿te consideras un buen o un mal hombre? -.

El rey le responde, - Me considero un buen hombre -.

Y Diógenes le dice, - Entonces... ¿por qué habría de temerte? -.

Siendo esta, una respuesta muy sincera de nuestro filósofo, toda la gente está decididamente escandalizada; entonces Alejandro pide silencio y dice - silencio... sabéis lo que les digo a todos ustedes, que si no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes -.

¡Es simplemente genial!; la otra anécdota es más corta y dice así:

En una ocasión dejaron en su tinaja un pequeño candil, él pensó que no lo necesitaba, pues aunque en las noches y cuando hace frío se pasaba bastante mal, él no requería estar despierto iluminándose con el mismo. 

Diógenes, pasó mucho tiempo pensando qué haría con él, por lo que durmió esa noche, y al amanecer despertó reflexionando qué hacer con el candil. Apareció en pleno día por las calles de Atenas, con el candil de aceite en la mano, diciendo, - busco un hombre, busco un hombre honrado que ni con el candil encendido puedo encontrarlo -. 

La gente lo seguía y él continuaba vociferando lo mismo, sin encontrarlo aun a plena luz del día y con el candil encendido. Diógenes iba apartando a los hombres que se cruzaban en su camino, diciendo que solo tropezaba con escombros, pretendía encontrar al menos un hombre honesto sobre la faz de la tierra.

Estos dos relatos de la vida de este hombre, tienen una riqueza enorme, pues si eres consciente de lo que pasa en esta sociedad y estás en contra de tantas injusticias, estás llamado a ser como este pobre “loco”, que poseía una gran sabiduría.

Sin poder compararme con él, pues yo no soy nadie, siento que soy parecido a este filósofo, pues como le decía al rey, agradezco a los que ayudan, me quejo frente a los egoístas e hipócritas y lucho hasta la muerte, contra la gente malvada; así lo reflejo en el blog cada semana y en mi vida particular, diariamente. Es verdad, que cuando vas por ahí diciendo las verdades a la gente, todos se asombran, unos lo agradecen, pero la mayoría se escandalizan, porque viven sumidos en el mundo de la mentira y los falsos cumplidos; por eso, al final te miran como a un bicho raro y quieren expulsarte de su lado, inventando incluso una serie de mentiras, con tal de acallar tu voz. Pero si nunca has cedido a sus chantajes y corruptelas, jamás podrán silenciar la voz de la justicia y de los necesitados, pues para ellos eres como un candil que ilumina la habitación, colgado del techo, y les recuerda la cantidad de atrocidades que han cometido en esta vida. Nunca nadie podrá esconder del todo la verdad, pues la luz siempre vence a la oscuridad, es pura física, donde aparece la luz, desaparece las tinieblas.

A esto estamos todos destinados, a ser esta lámpara de aceite que ilumine los sitios oscuros, donde la mayoría de esta sociedad esconde sus pasotismos y malas obras, para denunciarlas y poder provocar el cambio a mejor.

Al igual que en el segundo relato, Diógenes buscaba a plena luz del día, con un candil encendido un solo hombre que fuera justo. Fijaos el significado tan profundo de este hecho, es como si tu fueras por la calle de día, con una linterna encendida en pleno agosto, parece que no tiene sentido; pero no es así, pues este hombre, el día lo veía como la noche, ya que aunque luciera el sol, la oscuridad reinaba en todos los corazones de aquella sociedad, por eso, usaba el candil, para encontrar lo que no era capaz de ver a simple vista.

La verdad es que no dista nada, de esta época en la que vivimos, pues mis publicaciones siempre han girado en torno a esto, una realidad que grita, tapada por un oscuro manto que domina esta sociedad. Por eso, como decía en el post que hablaba de los millonarios, busco un hombre, justo y que tenga bastante dinero para empezar a cambiar el mundo, pues el dinero lo facilita todo y también puede usarse para hacer cosas muy buenas. ¿No hay ni un solo millonario, que vea esta realidad y quiera dedicar su vida a mejorar la tierra?, seguro que mucha gente lo seguiría, miles de millonarios, ¿y ni siquiera uno quiere cambiar la vida en este planeta para bien?... es una desgracia.

Y tú, ¿te consideras un persona cabal?, ¿eres de los que iluminan en esta vida, con obras concretas?, ¿o de los cobardes, que viven entre las sombras, huyendo de este candil?.

Los hombres son como los astros, que unos dan luz de sí y otros brillan con la que reciben; ese tiene que ser nuestro deber, prender la llama de la honestidad, enseñad con obras lo que se puede llegar a hacer. 

Por eso comienza a caminar en este sendero, donde tus pensamientos de amor y justicia, se hagan realidad en cada ser vivo que te encuentres en tu vida.

Practica todo esto y tu existencia será una luz tan fuerte, que todos querrán beber de ella, para encender más lámparas y por fin todo sea diferente… todo esto que digo está en ti, a tu alcance, ¡ánimo!.


Frases Recogidas Por El Camino


Tomamos algunas frases para compartirlas, muchas veces el contenido implícito en las cosas que se dicen resuman toda una emoción que ha brotado como consecuencia de un sentimiento sincero y profundo que emerge para ser compartido de corazón a corazón.

Siempre hay una solución para cada problema, una sonrisa para cada lágrima y un abrazo para cada tristeza.

“Cuando todas las estrellas desaparezcan, intenta no preocuparte, algún día las verás. Simplemente coge lo que necesites y sigue tu camino y deja de llorar”

“A veces pasan cosas que no te rompen el corazón, te rompen la vida.”

''Nadie comete un error mayor que el que no hace nada porque cree que sólo puede hacer un poco''. (Edmund Burke)

“Muchas veces es más fácil fingir una sonrisa, que explicar todo lo que te está pasando”

“El tiempo pasa, la gente cambia, la maldad duele y en la vida todo vuelve”

“No hay amor suficiente para llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma”

“Alguien que te ama es aquella persona que cree en ti, incluso cuando has dejado de creer en ti mismo”

“Siempre hay una solución para cada problema, una sonrisa para cada lágrima y un abrazo para cada tristeza”

“Nada en tu vida es coincidencia, nadie se topa en tu camino por accidente, ni nadie sale de tu vida por casualidad. Todo pasa por una razón, algunos lo aceptan con resignación y otros se refugian en su soledad, tratando de cambiarlo”


Hugo W Arostegui

viernes, 10 de marzo de 2017

El Servicio A Los Demás



Una noche de tormenta, hace ya bastantes años, un matrimonio mayor entró en la recepción de un pequeño hotel en Filadelfia. Se aproximaron al mostrador y preguntaron: "¿Puede darnos una habitación?". 

El empleado, un hombre atento y de movimientos rápidos, les dijo: "Lo siento de verdad, pero hoy se celebran tres convenciones simultáneas en la ciudad. Todas nuestras habitaciones y las de los demás hoteles cercanos están ocupadas”. El matrimonio manifestó discretamente su agobio, pues era difícil que a esa hora y con ese tiempo tan horroroso pudieran encontrar dónde pasar la noche. El empleado entonces les dijo: "Miren..., no puedo dejarles marchar sin más con este aguacero. Si ustedes aceptan la incomodidad, puedo ofrecerles mi propia habitación. Yo me arreglaré con el sillón de la oficina, pues tengo que estar toda la noche pendiente de lo que pase”. 

El matrimonio rechazó el ofrecimiento, pues les parecía abusar de la cortesía de aquel hombre. Pero el empleado insistió con cordialidad y finalmente ocuparon su habitación. A la mañana siguiente, al pagar la estancia, aquel hombre dijo al empleado: "Usted es el tipo de gerente que yo tendría en mi propio hotel. Quizás algún día construya uno para devolverle el favor que hoy nos ha hecho". Él tomó la frase como un cumplido y se despidieron amistosamente. 

Pasados dos años, recibió una carta de aquel hombre, donde le recordaba la anécdota y le enviaba un billete de ida y vuelta a New York, con la petición expresa de que por favor acudiese. Con cierta curiosidad, aceptó el ofrecimiento. Después de un breve recorrido, el hombre mayor le condujo hasta la esquina de la Quinta Avenida y la calle 34, señaló un imponente edificio con fachada de piedra rojiza y le dijo: "Este es el hotel que estoy construyendo para usted". El empleado le miró con asombro: "¿Es una broma, verdad?". "Puedo asegurarle que no", le contestó. Así fue como William Waldorf Astor construyó el Waldorf Astoria original y contrató a su primer gerente, de nombre George C. Boldt. 

Es evidente que Boldt no podía imaginar que su vida estaba cambiando para siempre cuando tuvo el detalle al atender cortesmente al viejo Waldorf Astor en aquella noche tormentosa en Filadelfia. Pero lo sucedido es una muestra de cómo servir a los demás es algo que siempre tiene un buen retorno, sobre todo cuando uno no lo busca ni lo espera. 

La amistad, el amor, la felicidad y el servicio a los demás, son realidades muy vinculadas. Nadie puede asegurarnos la felicidad, pero lo que a cada uno corresponde es procurar merecerla. La felicidad es como el premio de la virtud. Por eso decía Platón que “si el semblante de la virtud pudiera verse, enamoraría a todos”. 

Mejorar en nuestra propia virtud —y ser por tanto personas más sinceras, leales, generosas, pacientes o trabajadoras—, no debe ser un empeño narcisista, ni una búsqueda ansiosa de la propia excelencia que acaba en una obstinación egoísta y ridícula. La mejora personal no se alcanza cuando se considera un fin en sí misma, sino cuando nos apremia la necesidad de tratar bien a las personas. 

Habituarse a pensar en los demás y a prestarles ayuda, sin servilismos, es una buena forma de superar ese sentimentalismo bobalicón que inicialmente exhala generosidad pero luego se echa atrás, siempre con muy razonados motivos, cuando llega el momento diario de la verdad. A medida que las personas adquirimos la madurez y la libertad necesarias para superar los imperativos del egoísmo, se abre paso ese criterio de servicio que llena la vida de interés y de alegría espontáneas. Templar el propio yo, con sus deseos y sus miserias, purifica el espíritu de muchos pequeños motivos de tristeza que nacen del excesivo apego y preocupación por uno mismo.

jueves, 9 de marzo de 2017

El Ser Inconcluso



El hombre incompleto busca en las vidrieras infinitas del televisor los pedazos que le faltan.

Quiere comprar lo que no tiene pero nada es suficiente, el agujero se hace más grande cuanto más consume.

Casi nunca se pregunta qué es la felicidad.

El tiempo no le alcanza por lo mucho que debe trabajar para construir su propia jaula.
No tiene tiempo para escuchar las advertencias del cuerpo y la razón.

El hombre inconcluso creció esperando ser grande para estar, al fin, entero. Ahora grande, ya no sabe ni lo que busca. Solo sabe que le falta algo.

Es un desconocido para sí mismo, su propia imagen es lo que cree que piensan los demás sobre él.

No tiene vida interior ni intimidad y vive más pendiente de su apariencia externa que de su estado interior.

Ha olvidado que es un hombre hecho de cosas que no se compran.

Su cabeza es una multitud de voces egoístas y ajenas.  Hace lo que hace pensando en lo que hará después.

Hace callar a su hijo para escuchar a un desconocido por televisión. Pero deja todo, incluso al televisor, si suena su teléfono.

Engulle la comida apurado como si fuera  una obligación. Y obligado por el mismo, va a cumplir con un fin ajeno. Un objetivo que no es suyo, algo que persigue ansiosamente solo porque muchos desean lo mismo.

No sabe que ese puede ser su ultimo almuerzo y la última vez que vera a su familia.

No sabe que el milagro del sol cada mañana y de la luna cada noche

Acabará sin su consentimiento.


Hugo W Arostegui


Vivir Intensamente


Hace un par de días alguien me preguntaba “qué lección me había dado la vida a mí para que la viviera tan intensamente“. Lo único que fui entonces capaz de contestarle es que hoy no sé vivir mi vida de otra manera… y que a la vida misma le gusta y solo entiende que la vivamos así!

Seguramente no es mérito mío, simplemente procuro en todo momento vivir lo que llega y hacerlo intensamente, como si fuera lo último que vaya a hacer en mi vida! Para el Alma, cada momento es único, mágico e irrepetible, no hay más!

Seguramente para llegar hasta aquí y hoy, tuvieron que pasar demasiados años de tránsito, rutinarios, en que mi vida era dominada solo por lo que sucedía a mi alrededor…

Para vivir intensamente la vida no debo hacer más que poner todo mi empeño en hacer realidad mis sueños… y luego dejar que la vida haga el resto y me traiga lo que ella considere mejor!

Si, en cambio, me resisto a ello, lo único que obtendré es infelicidad, comparando todo aquello que deseo con lo que al final obtengo de ella!

Acepto simplemente que mi Alma y la vida saben más de mí que yo mismo… y espero con ilusión todo lo que llega, sin resignación e intentando en todo momento sacar partido a lo que vivo a cada instante!

Al fin y al cabo, no he logrado más que actuar como lo hace cualquier recién nacido… aunque hoy con plena consciencia de ello!

Es verdad que siempre he tenido el don de fijar mi atención y enfocar mi sensibilidad en todo aquello que me rodeaba.

Pero también lo es que la atención mental es dirigida a lo que quieres ver, es decir, que sesga la realidad en toda su amplitud, a su antojo!

Y, debo admitir que, durante demasiados años, mi atención mental estaba orientada a ratificar mis sombras y, como consecuencia de ello, a obviar la luz que había a mi alrededor!

Y ni que decir tiene que la vida no me decepcionaba en mi propósito de ser infeliz y validar mis sombras, ofreciéndome todas las circunstancias propicias para seguir siendo infeliz en la oscuridad!

La vida es obstinada cuando quiere darnos todo aquello que perseguimos en la vida o que creemos merecer…

Pero también es obstinada cuando cambiamos nuestra visión y elegimos ver luz y ser felices!

Ese día, sin cambiar la vida en sí, empezamos a ver con el corazón y aprendemos a saber encontrar, ver y vivir la felicidad, propia y ajena!

Y, día a día, se va haciendo el hábito, día a día vamos aprendiendo a tejer nuestra felicidad… aquella que tantas veces antes solo habíamos soñado!

Y, mientras creíamos que solo era posible soñar con la felicidad, la vida nos obsequiaba con muchos sueños felices… y poca feliz realidad!

Pero, llega ese día en que te das cuenta de que los sueños son una pista inconfundible de todo aquello que requieres en tu vida para ser feliz!

Y, si eres capaz de sentirlo así y, además, tienes el valor de hacerlo realidad, la vida y la manera de vivirla empiezan a cambiar!

contigomismo.com/2012/vivir-la-vida-intensamente-


Hugo W Arostegui

miércoles, 8 de marzo de 2017

Adelante Mujeres

08 De Marzo De 2017
Adelante Mujeres
Hay asuntos que deberían estar en la primera línea del debate global. Asuntos que afectan a millones de personas en todo el mundo, que marcan la vida de millones de hogares. Asuntos que la ciudadanía global, porque eso somos ya, arrastra desde hace demasiado tiempo sin que hayamos sido capaces de asumirlos y de resolverlos como lo que son, lacras de alcance mundial que hacen imposible una convivencia justa y en paz.
Uno de esos asuntos, seguramente el asunto, es la violencia que se ejerce contra las mujeres. En todo el mundo, incluidos por supuesto los países desarrollados, una de cada tres mujeres la sufre. ¿Cómo puede ser?, ¿cómo podemos aceptar con la naturalidad con que lo hacemos que la mitad de la población del planeta viva permanentemente en riesgo de convertirse en víctima de violencia?
Simplemente por la envergadura de esta amenaza, hace mucho tiempo que todos los gobiernos, todas las instituciones nacionales, regionales y globales, la sociedad civil, los medios de comunicación, la comunidad internacional en su conjunto, debería haber situado la violencia que se ejerce contra las mujeres como una prioridad mundial.
Todavía no lo hemos conseguido, pero un suceso tan terrible e intolerable como el secuestro en Nigeria de más de doscientas niñas de un internado por el mero hecho de ser estudiantes ha puesto de relieve, en su versión más cruda, que las mujeres, no sólo estamos expuestas al maltrato en nuestros propios hogares o a los abusos y violaciones en los conflictos armados, sino que también podemos ser el blanco del fanatismo religioso y político, del terrorismo más feroz.
El terrorismo que atenta contra lo más valioso, lo más preciado que la humanidad ha conseguido a lo largo de la historia: el derecho a la libertad, a la dignidad, a la integridad física y moral, a la educación. El derecho a seguir avanzando en un camino, el de la igualdad, que ya ha demostrado ser el mejor camino para avanzar, no sólo las mujeres, sino el conjunto de la ciudadanía, porque la igualdad es buena para todos.
Mientras no nos sean devueltas sanas y salvas las niñas de Nigeria, mientras no se castigue a los criminales que las han secuestrado, mientras no seamos capaces de hacer entender a todos y cada uno de cuantos le tienen miedo a la libertad de las mujeres que    estamos dispuestos a pararlos en seco, todos nosotros, la ciudadanía global, seremos rehenes de la sinrazón, la brutalidad, la inhumanidad.

Hugo W Arostegui

Frases de Avanzar


“Sólo dos cosas contribuyen a avanzar; ir más aprisa que los demás, y seguir el buen camino.”
Frases de René Descartes

"¡Qué maravilloso habernos encontrado con una paradoja! Ahora tenemos alguna esperanza de avanzar."
Frases de Niels Henrik David Bohr

"Es imposible ir hacia adelante y mirar hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar."
Frases de Ludwig Mies Van Der Rohe
"Produce una enorme alegría ver que se puede avanzar si uno se lo propone de verdad."
Frases de Enrique Rojas
"Entonces se dio cuenta de que sus temores sólo empeoraban las cosas, de modo que se rió de sí mismo e hizo lo que hubiera hecho de no estar asustado: avanzar en una nueva dirección."
Frases de "¿Quién se ha llevado mi queso?" (1998) Frases de Spencer Johnson
"Cuando te perfeccionas, estás perfeccionando las vidas de quienes te rodean. Y cuando tienes el coraje de avanzar con confianza en la dirección de tus sueños, empiezas a beneficiarte del poder del universo".
Frases de "El monje que vendió su Ferrari" (1999) Frases de Robin Sharma
"No se puede avanzar en el conocimiento si la razón no cuenta con la imaginación, no habría creación."Frases de Albert Jacquard
"Todo debe tender al buen sentido, pero el camino que lleva a él es resbaladizo y difícil de seguir: apartarse un poco es hundirse. Muchas veces, la Razón tiene sólo un sendero por donde avanzar."
Frases de Nicolás Boileau

"Caminaremos hacia adelante. Si vamos hacia adelante, nos volveremos más fuertes, física y psicológicamente."
Frases de Hiromu Arakawa

Si tienes miedo, no puedes avanzar.

Frases de Malala Yousafzai

martes, 7 de marzo de 2017

Cuando Meditamos


El arte de meditar implica mucho más que calmar nuestra mente y atender a nuestras sensaciones. En realidad aislarse a un lugar tranquilo y adquirir este hábito, concentrándonos para aprender a meditar, no tiene un verdadero sentido si no somos capaces de integrar su significado en nuestra experiencia diaria.

La meditación va más allá de emplear un tiempo a practicarla y aprender a concentrarse. El hábito ha de ser incorporado en nuestra vida, para que haya un cambio interno, con la intención real de ser mejores personas: con nuestro entorno, con nuestra naturaleza y los seres que habitan este mundo.

Nuestros conocimientos y creencias impiden que accedamos a una mente clara, inocente y sensible a lo que nos rodea. El sentido de meditar nos lleva a una mente que se libera de la distorsión y del ruido mental, para adquirir un despertar que nos hace ser más conscientes de cómo todo esto influye en nuestras relaciones y nuestra conducta.

“Correr, bailar, nadar, cualquier cosa puede ser una meditación. Mi definición de meditación es: siempre que tu  cuerpo, tu mente y tu alma están funcionando juntos en ritmo, eso es meditación. Osho

La meditación está más allá de la mente. Así que cuando esta se calma es posible llegar a un estado de claridad que facilita la tarea de eliminar los prejuicios e ideas preconcebidas que distorsionan nuestros pensamientos. Es así como podemos lograr ordenar nuestra mente para que se vuelva más sensible e inteligente.

“Es preciso estar atento al desorden que hay dentro de uno mismo, atento a las contradicciones, a las luchas dualísticas, a los deseos opuestos, atento a las actividades ideológicas y a su irrealidad. Uno ha de observar “lo que es” sin condenar, sin juzgar, sin evaluar en absoluto”

-Krishnamurti-





 

Sugerencias


Si has tomado la decisión de dedicar este año a recomenzar o continuar con tus estudios debes considerar que esta decisión significará, además de una buena inversión, una nueva oportunidad para complementar tu formación así como incrementar tus vínculos con todos aquellos que han de intervenir en este proceso formativo.

Por ello, presentamos algunas recomendaciones que te ayudarán a tomar mejores decisiones en cada paso que des a lo largo de un nuevo año de estudio y sus consecuentes oportunidades.

Considera:

Los docentes, son sin duda las primeras personas con las que tendremos un contacto directo, y a lo mejor con las cuales se establecerán buenas o malas relaciones, esto depende de nuestro desempeño académico. Por esta razón, es recomendable interesarse en cada clase, llegar preparado, leer antes de cada sesión y cumplir con los trabajos establecidos.

Quién no ha escuchado la frase “según cómo te vistas serás tratado”, esto puede parecer un poco ofensivo para muchas personas, pero la apariencia personal es uno de los factores más importantes para cualquier profesión. 

Debes tener en cuenta que aunque te encuentres en un proceso de formación tu imagen debe hacer parte de éste, mejora poco a poco tu forma de vestir, cada detalle cuenta. 

Aunque suene un poco “nerd”, los puestos de la parte delantera siempre serán nuestros mejores aliados para prestar más atención, ver claramente lo escrito en el tablero, entender de mejor forma y sobre todo, evitar distracciones. 

Los mecanismos de participación también son muy importantes a la hora de opinar frente algún tema, por ello, siempre debes respetar la intervención de cada persona, toma tu tiempo para pensar y concretar una idea, esto, con el fin de evitar inseguridades y expresar de forma clara tu opinión. 

La puntualidad es de gran importancia, no solo por tú imagen sino por el sentido de responsabilidad que adquieras en tu formación y posteriormente en tu vida laboral. La entrega de trabajos, la presentación de exámenes, puede darte puntos a favor.

Los amigos y compañeros de clases deben ser importantes para nuestra formación, no solo por los momentos de solidaridad; sino también por las ventajas que puede traer para nuestro desarrollo personal y profesional. 

El hecho de compartir conocimientos, generar debates y practicar muchos de los ejercicios que nos cuestan trabajo en ciertas asignaturas puede ser una de las tantas ventajas que encontraremos en grupos de apoyo.


Hugo W Arostegui

lunes, 6 de marzo de 2017

Lo Que Dejamos Pendiente


¿Y qué tiene que ver la postergación con la preocupación? ¿Qué tiene que ver el orden, con la toma de decisiones?
El alargar tomar una decisión, tener el escritorio desordenado, o tener una lista enorme de tareas pendientes surgen de la misma causa: La postergación, el aplazamiento de nuestras tareas u obligaciones nos hace sentirnos agobiados y confusos, estos sentimientos son el primer paso hacia las preocupaciones.
Puede parecer una historia estúpida, pero si viéramos nuestra zona de trabajo y pensamos en esto quizás comience a tener, otro sentido.
Cuando nuestra zona de trabajo se llena de papeles por ordenar, de tareas pendientes, de correos sin contestar, de herramientas por colocar, crece en nosotros una sensación de prisa y desorden que no nos ayudar en nada. Si nosotros despejamos nuestra mesa y dejamos encima de ella el único problema que tratamos, veremos que los problemas resultan más fáciles de resolver.
Tener tu zona de trabajo ordenada, y los trabajos al día es hábito indispensable para quien quiera trabajar en un ambiente correcto.
Si tenemos nuestro sitio de trabajo absolutamente desordenado y lleno de cosas por hacer, el solo hecho de verlo ya nos producirá ansiedad, preocupación y prisa. Por tanto el orden será nuestra primera ley.
Una mesa ordenada es una mente ordenada, un lugar de trabajo despejado es una mente despejada, y la mejor manera de mantenerla ordenada, es no dejar que se desordene, tal y como llega un algo, guardarlo en su sitio, tal y como dejamos de utilizar un herramienta, colocarla en su lugar.
Mantengamos nuestro entorno de trabajo ordenado y despejado, para tener una mente ordenada y despejada.
Este mismo procedimiento sobre el orden lo tendremos que efectuar sobre nuestras tareas diarias.  Si realizamos nuestras obligaciones tal y como se nos presentan, no acumularemos faenas que nos agobien.
La sensación de deber u obligación, la interminable sucesión de cosas que tienen  necesariamente que hacerse, es una agobio infinito.
La clave consiste en hacer algo con nuestros problemas y quehaceres a medida que se nos presenten. Esto debería ser nuestra segunda ley.
Un día en la consulta del doctor me fije que cuando interrumpían al teléfono, él se tomaba el tiempo necesario para contestar y dejar resuelto el asunto, le pregunte: ¿Hace usted eso siempre? Y me dijo: Si, lo siento, pero nunca dejo nada sin resolver, ¿Y su pila de papeles por rellenar dónde está? Rellenados, ¿Y sus correos por contestar? Contestados, cuando yo me voy a casa no me queda nada por hacer así no tengo agobios ni acumulaciones de faena. Nunca me llevo “el trabajo a casa” porque no me queda trabajo pendiente.
Si nosotros hacemos el mismo procedimiento y resolvemos nuestras tareas según se nos presenten, nos sentiremos menos agobiados, nos iremos más descansados y de mejor humor a nuestras casas.

Todo ordenado y todo al día. No acumular faenas, significa no acumular carga mental. No tener tareas pendientes facilita que te relajes y disfrutes más en tu tiempo libre.
https://soloporhoyvoy.wordpress.com 


El Ser Constante


Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.

Si te caes siete veces, levántate ocho. 

La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. 

¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada?

Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta. 

Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.

El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.

Añorar el pasado es correr tras el viento.

Cuando tu auto se haya roto muchos te dirán por donde no se debía pasar.

Si eres paciente en un momento de ira, escaparas a cien días de tristeza.
Frases:

De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
Napoleón I
Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí. 
Oscar Wilde 
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error. 
Alessandro Manzoni 
Las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas. 
Werner Karl Heisenberg 
Huye de los elogios pero trata de merecerlos. 
François Fénelon 
Si la juventud es un defecto, es un defecto del que nos curamos demasiado pronto. 
James Russell Lowell 
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va. 
Antoine de Saint-Exupéry 
Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria. 
Mahatma Gandhi 
En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias. 
Robert Green Ingersoll 
Como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta. 
Marcel Jouhandeau 
Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá. 
Harold MacMillan

Muy buen día

Hugo W Arostegui

domingo, 5 de marzo de 2017

Intelecto: La Tierra Cultivada


El intelecto es la consecuencia de lo que la cultura siembra en las entrañas del ser humano, digamos que el intelecto se desarrolla una vez que es engendrado, cual si fuere un embrión alojado en los ovarios del saber, para luego ser nutrido por el esfuerzo constante y sin pausa de la cultura.

“En el planteamiento de que la intelectualidad debe de ser cultivada, ser intelectual significa haberse dedicado a alimentar y a enriquecer el intelecto y eso viene como resultado de muchas lecturas y larga data de conocimiento adquirido, es nutrir la memoria, someter las informaciones obtenidas al razonamiento y como resultado obtener un entendimiento por encima del promedio.

En cambio la inteligencia es una cualidad nata de una persona que ha desarrollado cierto aprendizaje, pudiendo ser éste empírico o académico.

Se puede ser inteligente y simplemente no utilizarse esa cualidad, entonces ahí la inteligencia sólo se convierte en habilidad.  

Tampoco es lo mismo ser inteligente que ser educado, sin embargo no se puede cosechar intelectualidad si no se ha sembrado conocimiento abonado con racionalidad.

Lo cierto es que se puede ser inteligente y no ser intelectual, así como también, se puede ser intelectual y no ser inteligente.

Aunque entre en contradicción con algunos profesionales de la conducta humana, yo entiendo, que las personas nacen inteligentes y que con el tiempo desarrollan más esa cualidad alimentándola con las herramientas propias del conocimiento, es una falacia decir que todos somos inteligentes, la realidad es que cada quien tiene una o varias cualidades más desarrolladas que otras y la inteligencia puede ser una de ellas.

Para ser intelectual, es necesario tener una memoria capaz de acumular informaciones y razonarlas y para ello no necesariamente se precisa de ser inteligente, sino de estar consciente con que se quiere y que se debe hacer.”

Un intelectual no tiene que ser un erudito, un enciclopedista, un sabelotodo capaz de opinar o hablar sobre cualquier tema. Los eruditos devoran información, son muy leídos e ilustrados, hacen gala del conocimiento acumulado, más no tienen pensamiento crítico ni compromiso social para confrontar y mejorar la realidad. Por eso no todo académico, escritor o filósofo puede ser considerado un intelectual. Incluso, quien se ocupe de generar conocimientos para mantener el estatus quo puede ser un analista, hasta un científico, pero no un intelectual.

Hugo W Arostegui