domingo, 15 de diciembre de 2019

Cuando Opinemos



El periodismo de opinión es un género periodístico que se caracteriza por la exposición y argumentación de pensamiento de un personaje o medio de comunicación reconocido acerca de un tema. 

El origen de la opinión es la búsqueda de las causas de los hechos. 

Varios autores consideran que los géneros de opinión requieren ponerse en el lugar del otro para ampliar el horizonte perceptivo. En los periódicos, los géneros de opinión se utilizan para reforzar la línea editorial. Las páginas de opinión se han convertido en secciones protagonistas en los diarios desde principios del siglo XX, por sus abordajes y posiciones polémicas.

Los artículos de opinión versan sobre diferentes temáticas: política, economía, sociedad, espectáculos, deportes, entre otros.

De todas maneras debemos decir que cuando en una nación se produce un hecho relevante y contundente con concretas consecuencias para la comunidad, los artículos de opinión abundan en las páginas de los principales periódicos.

En cualquiera de los casos mencionados luego de la exposición del hecho, el autor da a conocer su opinión. El mismo dispone de una determinada y organizada estructura, que puede presentar variantes pero normalmente expone de manera sucinta, pero clara, el tema sobre el que se opinará, le sigue la opinión en cuestión y suelen también acompañarlo algunas informaciones o datos exclusivos que el autor obtiene sobre el suceso, normalmente a través de un off the record o fuente confiable.
Finalmente llega la conclusión que es la que cierra el mencionado artículo.

Ética Y Educación

El objetivo último de la educación, como de toda actividad humana éticamente válida, es la búsqueda de la realización del ser humano, debido a que lo contrario implicaría un absurdo intrínseco. 


Cada actividad humana estructurada, como lo es una ciencia y su aplicación técnica, persigue ese objetivo fundamental a partir de un instrumental propio, el que es desarrollado en función del ángulo específico de aporte que se busca realizar al objetivo global.

En concreto, las ciencias educativas tienen como objetivo último la realización plena del ser humano, para lo que desarrollan el instrumental pedagógico y didáctico como medio específico y propio. De este modo, los objetivos con respecto al desarrollo de habilidades, transmisión y generación de conocimientos, y otros que son específicos de las ciencias educativas, son instrumentales al objetivo fundamental y, por tanto, válidos únicamente en su correspondencia con aquél.

En este contexto, y desde que se asume el hecho de que la educación no es el mero aprendizaje de contenidos intelectuales sino que implica el desarrollo de toda la persona, entonces es claro que un objetivo intrínseco al proceso educativo debe ser la conformación de una «persona ética»(1). El ser humano es un todo, con diferentes dimensiones que necesita desarrollar para alcanzar su realización. La dimensión ética de los pueblos y las personas individuales es una de ellas, por lo que no puede haber desarrollo integral de la persona sin un desarrollo serio de su dimensión ética.

Podemos definir la ética como "la praxis de hacernos mutuamente personas en la historia"

(2). Entendemos aquí la “praxis” como el aprender haciendo, el desarrollar las certezas a partir fundamentalmente de la experiencia críticamente analizada, en un proceso personal y social que abarca a cada individuo y a la humanidad entera en forma simultánea e interactiva.

Es también un “hacernos mutuamente personas”, ya que no se trata de mecanismos automáticos sino del ejercicio de la libertad de un ser abierto e incompleto que necesita autodefinirse y autoconstruirse en interacción, para poder realizarse en la vida. Desarrollo de ideales, escalas de valor, pautas de validación de conductas, etc., son parte imprescindible de este proceso.

Finalmente, esta praxis se desarrolla “en la historia”, es decir, en un contexto concreto, en situaciones definidas, con condicionamientos y posibilidades delimitadas, y sin las cuales no solamente no es posible realizar juicios sobre el proceso, sino que ni siquiera es posible el que se dé proceso como tal.

En este sentido es válido que un ser humano -desde su dimensión ética- asuma como el objetivo fundamental de su vida la búsqueda consciente y perseverante de la propia realización, en una interacción verdaderamente humanizante con los demás.



sábado, 14 de diciembre de 2019

Superarte


La superación personal, consiste en ser mejores cada día, en reconocer nuestros errores y corregirlos para acercarnos más a ser quienes realmente queremos ser.

El éxito no se consigue cuando día tras día nos quedamos en un mismo lugar, cuando nos conformamos con las personas que somos y no buscamos ser mejores, cuando cumplimos una meta y dejamos de trazarnos más.

Superarte personalmente, producirá tu éxito cada día.

La superación personal es un camino que no termina, es un camino sin fin alguno… Cada día serás mejor, pero al otro día podrás ser mucho más mejor.

Las personas exitosas son aquellas que un día se cayeron y se equivocaron, pero siempre se levantaron…

Aquellas que dejaron de quejarse  de su vida, para tomar el control de ella y crear su propia realidad…

Aquellas que aunque tenía defectos, cada día hallaban la manera de ser mejores y ser felices.

¡Es tiempo de que te levantes de donde estás!

Ya es momento de que empieces el camino de tu Desarrollo Personal.

Es hora de que empieces a tener conciencia de tu vida y de lo que haces por lograr lo que anhelas, ya llegó el día donde debes empezar a caminar en busca de ser mejor, de ser feliz y de cumplir tus sueños.

El éxito no viene en la lotería, no se hereda ni lo encontramos en las vitrinas del supermercado.

El éxito depende de ti y de tu trabajo, depende de que lo busques y lo logres, depende de quién eres y cómo piensas.

La superación personal es parte fundamental del éxito.

Así muchas personas quieran afirmar que el éxito es posible de lograrse fácilmente, sin esfuerzo y de la noche a la mañana “con suerte”…

…quienes no ganen la lotería igual pueden triunfar a través de la superación personal.

La superación personal a pesar de que en cierta forma suena aburrida y “para viejos” (como muchas veces he escuchado) realmente es el camino rápido al éxito total.

Hay gente que dice que le aburre la superación personal, y aun así dicen tener problemas de dinero. ¡No entienden para qué sirve la superación personal!

Si lo piensas bien, te darás cuenta que a través de procesos de superación personal, podrás crecer en diferentes aspectos de tu vida y superar tus miedos, enfrentándote a la vida con poder.

La superación personal te da éxito, no hay éxito sin superación.


Necesitarás superarte a ti mismo en todas las facetas de la vida, considera esta valiosa información desde hoy y verás el cambio.



Ocupar La Mente


Muchas veces escuchamos que cuando estamos tristes, estresados o pasando por un momento complicado, lo mejor es mantenernos ocupados.

Un estudio realizado por la Universidad de Chicago revela que tener tu mente ocupada te hace feliz,  pues mientras estés distraído haciendo algo, te alejas de los pensamientos negativos. Mientras estás ocupado, te deshaces de estrés, la depresión y el aburrimiento.

Christopher K. Hsee, autor del estudio, reveló que es indispensable que todos los días hagas algo; cualquier cosa, incluso si no le encuentras sentido. Los investigadores de este estudio comentan que el deseo de evitar el aburrimiento y la depresión, junto al ocio motivador, son factores importantes para mantenerse ocupados. La necesidad de ganarse la vida o de ayudar a los demás son otros factores.

A los voluntarios que participaron en el estudio se les hizo llenar una encuesta y esperar 15 minutos para llenar otra encuesta. En ese período de tiempo los participantes tenían dos opciones una de no hacer nada durante los 15 minutos y la otra de dar un paseo durante el tiempo de espera.

Al entregar la primera encuesta se le entregaba un caramelo a cada uno. Al pasar el tiempo establecido los que hicieron el paseo se encontraban más felices que los otros que decidieron no hacer nada.

También demostraron que si no se les entregaba el caramelo más participantes se veían motivados a salir y dar el paseo.

Lo importante es mantenerse ocupado a cualquier edad, si te gusta bailar, caminar es el momento. Otra buena idea es leer, fortalecer tu memoria con rompecabezas y juegos de mesa incluso hasta arreglar tu clóset te hará sentir muy feliz.



Nuestro Presente


¿Qué se requiere para ser feliz? Las personas responden a esta pregunta de muchas maneras: cosas materiales como el alimento, la ropa y el abrigo; relaciones personales e íntimas como la pareja, familia y amistades; o actividades de salud y placer como viajes, ejercicios, deportes, bailes, cenas y espectáculos. Sin embargo, está comprobado que la verdadera esencia de la felicidad yace en nuestro interior, en el concepto que uno tiene de la vida, en la actitud, valores, creencias y reglas que poseemos.

La mayoría de nosotros pasamos la vida buscando la felicidad en algo ó en alguien, sin darnos cuenta que todos los elementos necesarios para ser realmente felices se encuentran dentro de nosotros, en nuestro Ser. Vivimos la vida con una conciencia del ser dormida, permitiendo que nuestro subconsciente e inconsciente manejen nuestras acciones y emociones a través del ego.

Cuando despertamos nuestra conciencia del ser, y asumimos total responsabilidad de nuestras vidas, comienza a surgir el milagro de la felicidad, sin dramas, sin excusas. La palabra “Responsabilidad” proviene de dos palabras: Response (respuesta) y abilidad (habilidad). Responsabilidad significa: La habilidad que cada uno de nosotros posee para responder ante cualquier situación. No es lo que sucede lo que nos hace felices o infelices, es cómo actuamos o reaccionamos ante ese suceso lo que determina nuestro estado de ánimo. 

El manejo de las emociones está directamente relacionado con la conciencia del Ser.

Vivir con una conciencia activa del Ser es vivir en presente. Es reconocer el pasado como lo que es: experiencias y vivencias positivas y negativas que nos han permitido llegar a lo que somos hoy. Es comprender que el futuro aún no existe, y que sólo nos ofrece un mundo de posibilidades. ¿Quiere decir que no debemos hacer planes o establecer metas? ¡Absolutamente NO! Debemos siempre tener metas congruentes con nuestra esencia y propósito de vida, sabiendo que al vivir entregado en el presente estamos atrayendo todo aquello que anhelamos y que está en sintonía con el orden divino.

Recuerda que Dios nos ha dado el regalo del Hoy y del Ahora; por eso se llama “Presente”.



Perseverantes


La perseverancia es un esfuerzo continuo. Es un valor fundamental en la vida
para obtener un resultado concreto; siempre es gratificante iniciar un proyecto,
existe una gran ilusión, sueños y esperanzas.

Ese proyecto puede ser iniciar un nuevo ciclo escolar donde comenzarán resistencias y problemas.

En esta nueva experiencia conoceremos personas que no nos agradan, o las exigencias podrán
ser agotadoras; entonces necesitamos tener la perseverancia bien asimilada para
no ser derrotados y tener la satisfacción de haber luchado por llevar a cabo las
actividades necesarias para alcanzar lo que nos propusimos.

Con la perseverancia se obtiene la fortaleza y esto nos permite no dejarnos llevar
por lo fácil y lo cómodo.

Cuando hablamos de este valor, valdría la pena tomar un papel y ver nuestros propósitos     para revisar si los estamos cumpliendo.

Por otro lado, a veces no conocemos realmente a fondo nuestras capacidades para poder establecer objetivos que realmente podamos alcanzar.

Cualquier meta que emprendamos, debe de estar acompañada de los medios que
vamos a utilizar para conseguirla, y pensar qué nos hace falta para alcanzarla.

Estas herramientas son nuestras habilidades, posibilidades y conocimientos, y
pensar cómo aplicarlas. La perseverancia requiere sentido común y pensar que tal
vez no lo logremos de inmediato; sin embargo es importante volverlo a intentar,
porque la perseverancia brinda estabilidad, confianza y es un signo de que
estamos madurando o tomando conciencia de nuestra responsabilidad ante las
cosas.

Necesitamos estar preparados para enfrentar los retos que el mundo actual
presente, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con nuestra vocación
con entrega y espíritu de servicio.


Alcanzar La Cima


Hace ya centenares de siglos que Sófocles dijo que “el éxito depende del esfuerzo”. Hoy en día pocos dudan de tal expresión. Pero sí que, al ser una sentencia tan absoluta, surgen preguntas a su alrededor. ¿Valoramos más lo que cuesta más? ¿Qué precio tenemos que pagar por los sueños que nos afanamos en cumplir?

En realidad, es muy sencillo decir “esfuérzate con todo todas tus fuerzas y lograrás tus sueños”. Pero ¿qué hay luego? ¿Realmente valoramos ese logro en su justa medida y esa valoración la mantendremos siempre? … Y después, una vez que nos damos cuenta de que quizás el reto nos va a costar más de lo que habíamos prevista, ¿es sensato echar el resto? Veamos qué dicen algunos expertos sobre aquello que valoramos.

“Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna”
-Fernando de Rojas-

¿Valoramos más lo que más cuesta?
Me gustaría comenzar explicando la posición que defiende el neuropsicólogo Sergio Lotauro. Este especialista ha dedicado años de trabajo a buscar respuestas sobre lo que valoramos especialmente y por qué. Además lo ha hecho con personitas de una edad sorprenderte para la que acostumbran a tener los participantes en experimentos de psicología.

Muchas de sus ideas se basan en un curioso estudio llevado a cabo con bebés hace años. En el mismo se les facilitaba a los niños dos juguetes llamativos a cierta distancia. La diferencia radicaba en que para alcanzar uno de ellos, no había obstáculo, mientras que para llegar al otro había que superar una barrera transparente de acrílico.

El dato curioso es que aunque pueda parecer una locura, todos los niños trataron de conseguir el juguete que era más complicado de alcanzar. De hecho, buscaban cualquier método para superar la valla y alcanzar el ansiado premio, por más esfuerzo o energías que tuvieran que gastar en el proceso.
Así, podríamos preguntarnos si esa pasión por lo difícil o lo inalcanzable -que mostramos en algunas ocasiones- es una decisión propia o, por el contrario, estuviera en nuestra misma naturaleza. ¿Está dicha conducta implícita en nuestro propio ADN?

Ahora bien, que algo parezca inalcanzable no significa que lo sea. Por lo general, nadie llega hasta donde está por casualidad o porque se lo regalaron. Es evidente que cuanto más elevada es la meta, más compleja es de alcanzar. Sin embargo, no por ello imposible. De hecho, que lo haya logrado alguien es la mejor prueba de que es posible.

Según estos especialistas, antes de de buscar un objetivo es recomendable hacerse ciertas preguntas. ¿Realmente sé que meta busco alcanzar? ¿Es valiosa de verdad para mí? ¿Por qué ansío con tanta fuerza ese logro? ¿El precio será muy elevado? ¿De verdad tengo la decisión de pagar el enorme esfuerzo que costará?


Lo que valoramos no siempre se mantendrá en el tiempo. De hecho tú mismo te darás cuenta, si miras al pasado, de que hay logros que en su día valoraste de una determinada manera y hoy lo haces de otra. En este sentido podríamos decir además que el tiempo actúa con una cierta justicia, suele realzar las metas pero también la cantidad de esfuerzo invertido, de manera que rara vez cambia el sentido de la balanza.


Superarnos



Están los que usan siempre la misma ropa
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando el cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y los que siguen corriendo, cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando, cuando se acaba el aire.
Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido;
Como si cada vez fuese la última vez
Convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren.
Pero no se quejan
Porque saben que el dolor se pasa,
El sudor se seca,
El cansancio termina,
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos, hay la misma cantidad de músculos.
En sus venas, corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes, está en su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima,
Una cima a la que no se llega superando a los demás
Sino superándose a sí mismo.

ANONIMO.


Considerar Las Emociones

La sabiduría es el arte de aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que puede ser cambiado y, sobre todo, de conocer la diferencia.”


“Preocuparse por algo así es una tontería”. “No merece la pena”. “No tienes motivos para estar triste”. “Anda, deja de llorar”. “Tienes que superarlo”. ¿Cuántas veces hemos escuchado frases así, dichas con la mejor de las intenciones?

Nos han dado esos consejos y nosotros los hemos dado también. Parecen buenos y sensatos. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando intentamos aplicarlos? No funcionan, no logramos encontrar la fórmula mágica.

Por desgracia, nuestras emociones no siguen órdenes ni cumplen nuestra voluntad. No basta con querer cambiar lo que sentimos. Los sentimientos están ahí y no cambian fácilmente.

Además, es muy posible que nos sintamos frustrados. Sentirse bien se convierte en una obligación, y al no poder cumplirla, acabamos peor de lo que empezamos: nos sentimos torpes, culpables, creemos que cualquiera puede manejar sus emociones menos nosotros.

Es evidente que de ese modo se crea un círculo vicioso que cada vez nos hunde más en la negatividad. Cuanto mayor es la obligación de estar bien y no dar importancia a las cosas, más grande se hace el problema en nuestra mente y peor nos encontramos.

Una cita que a menudo se atribuye a Einstein,  aunque no se sabe si realmente la pronunció es: “Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Pertenezca o no al genio científico, lo cierto es que es una frase muy inteligente.

¿Cómo se sale de un círculo vicioso? Dando un paso diferente. En este caso, podríamos preguntarnos qué pasaría si cambiáramos las frases y consejos que hemos visto al principio.  De hecho, este planteamiento se ha puesto en práctica desde las terapias de tercera generación, como el Mindfulness o la Aceptación y Compromiso.

Observa y acepta
En lugar de luchar contra las emociones negativas, probemos a aceptarlas. Eso no implica resignarse a que nunca cambiarán, sino más bien darnos permiso para sentirlas. Sí, estoy triste, sí, esto es importante para mí y me preocupa.

Observarnos con la mente abierta, sin juzgarnos, porque los juicios siempre terminan por declararnos culpables. Sin esforzarnos en una lucha continua, porque luchar nos agota y nos deja a la deriva.
Tus emociones son válidas

No hay emociones buenas ni malas, todas forman parte de lo mismo, todas nos hacen humanos.  Y es humano tener altibajos y cambios emocionales, esa es la corriente de la vida y ya sabemos la inutilidad de nadar contracorriente.

Considera válidas a todas tus emociones, siéntelas sin luchar por cambiarlas. Aprenderás a identificarlas, a comprenderlas (las tuyas y las de los demás), a tomarlas en serio. También verás que siguen su propio curso y que terminan pasando, dejándose paso unas a otras de forma continua.

La aceptación no sirve solamente para ayudarte a ti. Cuando alguien se sienta mal, prueba  también esta técnica. Ponte en su lugar, acompáñale, siente junto a la otra persona. Empatiza y acepta sus emociones como válidas.

Aportar Aunque No Se Valore


A veces nos lamentamos de la falta de reconocimiento de nuestro esfuerzo y otras nos quejamos de no haber llegado a donde nos habíamos propuesto y todo eso y en distinta medida, es lo que nos produce el estrés o falta de interés por las cosas, especialmente en el trabajo.


Hay personas que por naturaleza dan todo desde el principio y curiosamente son las que más reproches suman, ya que al querer llegar a todo, seguro que hacen algo mal o medianamente bien y ese resultado es normalmente por el que la gente les va a juzgar.

Hay otras que hacen “lo justo” y aunque hagan las cosas de forma correcta, ahí se quedan en la mediocridad y a veces también se arrepienten de no haber dado ese paso que les haría ser reconocidos por dar un valor añadido.

También y según la forma de hacer las cosas hay algunos que trabajan deprisa, sin fijarse en el detalle, para poder hacer más y otros que su excesivo perfeccionismo les hace ir muy lentos y a veces deterioran por el exceso cuidado de la forma, el fondo de la cuestión.

La fórmula ideal es casi imposible, pues todos tendemos a colocarnos en un determinado perfil, pero sin embargo, hay técnicas que nos ayudan a todos a llegar a una fórmula mixta que nos ayuda a que nuestro trabajo no solo sea más efectivo sino que esté mejor considerado.

Lo primero que debemos analizar son las fechas en las que tenemos que tener terminado el trabajo y si con un horario normal, podemos llegar a ellas. Lo habitual es que sean varias cosas y si somos capaces de dar a cada una el trato merecido y llegar a tiempo, significa que nuestra estructura es buena y que estamos bien organizados, pero la realidad suele distar de esto y nos tiramos de cabeza a lo primero y vamos según nuestra forma de llegar, sin analizar mucho como lo estamos haciendo.

Si vemos que no nos da, es importante saber delegar o saber decir que no. Es siempre mejor avisar con tiempo, que no decir al final que no pudimos.... .

Priorizar es fundamental pero no solo en el orden, sino en el grado de dedicación que cada cosa merece. A veces tenemos que renunciar a la perfección si lo que aportamos es ·digno” o a la precipitación y dejar de llegar a todo, si los errores van a impedir la apreciación del contenido. 

En cualquier caso y a pesar del agobio, el análisis inicial, la asignación de tiempos y de dedicación es fundamental para que el resultado de nuestro esfuerzo no solo sea el adecuado sino que no nos lamentemos por la visión que los demás tengan de nuestra adecuación, haciendo que nuestro esfuerzo no solo no sea recompensado, sino que ni siquiera lo valoren dado el resultado obtenido.

A todos nos gusta que nos reconozcan el trabajo realizado, pero lo más importante es que nosotros mismos nos sintamos orgullosos de lo que con nuestro esfuerzo hemos conseguido.


viernes, 13 de diciembre de 2019

Lo Que Vale

Es fundamental vivir la vida dando lo mejor de nosotros. 


Revisa esta lista de algunas de las cosas por las que vale la pena luchar, y que sin duda nos reconfortarán y harán felices a lo largo de nuestra vida: Es fundamental vivir la vida dando lo mejor de nosotros. Revisa esta lista de algunas de las cosas por las que vale la pena luchar, y que sin duda nos reconfortarán y harán felices a lo largo de nuestra vida: 

No existen las metas fáciles. Una meta es un punto de realización que exige esfuerzo y sacrificio de nuestra parte. No hay emprendimientos que valgan la pena que no necesiten de un cierto nivel de esfuerzo y constancia. No solamente hagas las cosas que te resulten fáciles, pues vale la pena luchar por aquello de lo que te creas capaz.

La transformación y el crecimiento personal pueden llegar a ser extremadamente gratificantes, sobre todo si el proceso se ha basado en la honestidad y la verdad. Puede ser que la honestidad no sea fácil, pero vale la pena luchar por ella, no olvidemos que no hay mayor libertad que lo verdadero.

Vale la pena luchar por evitar la envidia y los celos, ya que estos nos impiden ser auténticos. Cuando nos comparamos permitimos que la envidia y los celos nos dominen. Ambos sentimientos son poco saludables para la mente, solo producen inconformismo, por lo que no hay que invitarlos a pasar cuando toquen a nuestra puerta.

Sí existe el amor a primera vista, pero sólo perdurará si lo hacemos con un compromiso propio. Siempre habrá alguien ahí fuera por quien vale la pena luchar. No porque sea una persona perfecta, sino porque justamente sus imperfecciones la convierten en la persona adecuada para ti.

Un error no tiene por qué gobernar nuestra vida, a no ser que se lo permitamos. Si erramos, vale la pena luchar por aprender de nuestras equivocaciones, somos falibles e imperfectos. Además no hay que olvidar que el presente es la oportunidad que tenemos para no cometer los mismos errores. 
Debemos perdonarnos por haberlos cometido.

Vale la pena luchar por la sinceridad, ya sea en los pensamientos, palabras o acciones. la buena voluntad debe nacer aunque nadie nos vea, pues es así como se alcanza la verdadera paz espiritual. Sé una de las personas que hacen una diferencia real en el mundo tomando la decisión de hacer aquello en lo que crees y no lo que resulta más fácil.


Compromiso Y Dedicación

La importancia del compromiso y la dedicación en nuestro día a día

Completar lo que empezamos, cerrar ciclos de la mejor manera y cultivar nuestra claridad e impecabilidad nos llevan a disipar el caos y traer calma y claridad a nuestro mundo.

Cada vez que nos embarcamos en algún proyecto personal o un nuevo objetivo -no importando cuán grande o pequeño pueda parecer- es muy importante imprimirle un alto grado de compromiso, dedicación y propósito para su buen desarrollo y cumplimiento.

Comprometernos con aquello en lo que ponemos nuestra imagen, nuestro nombre y energía es fundamental, Una vez asumimos nuevos desafíos, esto debiese convertirse en nuestra tarea principal, ya que entra en juego nuestro sentido de responsabilidad y el uso coherente y generoso de nuestros dones y talentos.

La falta de compromiso en nuestra vida es sinónimo de caos y, desde mi experiencia, es, en esencia, solamente miedo disfrazado de distintas formas: Miedo a fracasar, a explorar aspectos desconocidos en nosotros y a ser más. Es aquí cuando comienzan a aflorar la falta de claridad, la tendencia a “dejar para mañana lo que podemos dejar para pasado mañana”, el desgano y la falta de dirección, entre otras variantes nocivas para nuestra integridad personal.

Cada vez que nos embarcamos en algún proyecto personal o un nuevo objetivo -no importando cuán grande o pequeño pueda parecer- es muy importante imprimirle un alto grado de compromiso, dedicación y propósito para su buen desarrollo y cumplimiento.

Comprometernos con aquello en lo que ponemos nuestra imagen, nuestro nombre y energía es fundamental, Una vez asumimos nuevos desafíos, esto debiese convertirse en nuestra tarea principal, ya que entra en juego nuestro sentido de responsabilidad y el uso coherente y generoso de nuestros dones y talentos.

La falta de compromiso en nuestra vida es sinónimo de caos y, desde mi experiencia, es, en esencia, solamente miedo disfrazado de distintas formas: Miedo a fracasar, a explorar aspectos desconocidos en nosotros y a ser más. Es aquí cuando comienzan a aflorar la falta de claridad, la tendencia a “dejar para mañana lo que podemos dejar para pasado mañana”, el desgano y la falta de dirección, entre otras variantes nocivas para nuestra integridad personal.

Tomar responsabilidad es adquirir conciencia de la grandeza de quienes somos, del lugar en donde estamos y de la necesidad de tomar el control de nuestros propios actos prestigiándolos lo más posible. El verdadero compromiso comienza siempre con nosotros; por tanto, para poder recibir más y mejores cosas, debemos partir por casa.

Esforzarnos un poco más e ir más allá de lo que habitualmente tenemos planificado fortalece nuestra energía interna y nos brinda una gran sensación de plenitud y satisfacción. Nos damos cuenta de que tenemos una capacidad de dar mucho más grande de la que imaginamos. 

La dedicación, la preocupación por los detalles y dar lo mejor de nosotros –y más- es un excelente hábito a cultivar. Esforzarnos un poco más e ir más allá de lo que habitualmente tenemos planificado fortalece nuestra energía interna y nos brinda una gran sensación de plenitud y satisfacción. 

Nos damos cuenta de que tenemos una capacidad de dar mucho más grande de la que imaginamos. La dedicación, la preocupación por los detalles y dar lo mejor de nosotros –y más- es un excelente hábito a cultivar.

¿Cuántas veces nos quejamos de que no tenemos tiempo y no podemos dedicar horas a las actividades más importantes? Aquí se hace presente un ejercicio de conciencia a realizar que tiene que ver con nuestra tendencia a querer abarcar demasiadas cosas, sin comprometernos demasiado con ninguna, y con nuestra verdadera noción de distribución del tiempo. 

En este sentido, aprender a decir que no y reorganizar nuestras tareas priorizando las más fundamentales nos permite imprimir la dedicación que merece cada una de  las acciones que dependen de nosotros.

La importancia del compromiso y la dedicación es un aspecto esencial en nuestro cotidiano. Completar lo que empezamos, cerrar ciclos de la mejor manera y cultivar nuestra claridad e impecabilidad en cada una de nuestras esferas de acción nos llevan a disipar el caos y traer calma y claridad a nuestro mundo. 

El momento para hacernos cargo es, siempre, ahora.


Comunicados

A veces nos preguntamos por qué un ser humano no puede vivir en soledad. Quizás la respuesta se pueda encontrar en un sinfín de canciones de diversos autores e idiomas o también en gran cantidad de libros teóricos que cuentan que la comunicación existe porque hay un emisor que emite un mensaje y un receptor que lo recibe según su universo de percepciones, con la participación de otros elementos no menos importantes como el código, el ruido que afectará al mensaje, el canal por el cual se emite el mensaje y la tan conocida retroalimentación, o más conocida como feedback en palabras sajonas, de parte del receptor. 


Sin embargo, lo más importante aquí es destacar que los seres humanos nos comunicamos porque nacimos para vivir en relación con otros, ya que tenemos el instinto natural y la necesidad de transmitir ideas, proyectos, pensamientos, sensaciones, sentimientos y tantas otras cosas más que nos permitan relacionarnos entre nosotros.

La comunicación tiene un origen histórico de millones de años atrás. Desde su surgimiento, el hombre ha buscado las más diversas formas de comunicar sus ideas y pensamientos. En la era prehistórica, los trogloditas, además de comunicarse por medio del lenguaje verbal y no verbal, lo hacían también a través de dibujos petrográficos sobre salientes de roca en las cavernas, pintando los cráneos de osos o también los caparazones de tortugas. 

Miles de años después, los faraones egipcios fueron los primeros en crear jeroglíficos y descubrir el material con el cual se podían dejar impresos gran cantidad de escritos de la época. Así, la llegada de la escritura, descriptiva y no alfabética en este caso, permitía que dos personas que hubieran leído el mismo material se encuentren conectadas y se `comuniquen´. Continuando a lo largo de la historia, la creación de la imprenta en los inicios del Renacimiento dio comienzo a cierta masificación de los libros de lectura en otras clases, más allá de la nobleza. A su vez, la creación de los medios de comunicación tradicionales como los diarios, la radio y la televisión sin dudas también han marcado fuertemente la historia de las comunicaciones.

Estos son sólo algunos ejemplos representativos, pero sin dudas que existen muchos otros casos que se pueden citar. 

De todas formas, aquí también es importante tener en cuenta que el ser humano no es el único ser vivo que se comunica de diversas formas, sino todo lo contrario; los animales han tenido, y aún tienen obviamente, diferentes formas de comunicarse, ya sea para transmitirle a otro par el surgimiento de alguna fuente de alimento, como así también con motivos de defensa propia o de su familia, para marcar su territorio o con fines de apareamiento entre las especies. Así es que en el reino animal existen diversas formas de señales de comunicación, que podríamos caracterizar brevemente de la siguiente manera:

• Señales químicas: surgen a través de la emisión de diversas sustancias químicas llamadas feromonas que vuelan a través del aire, afectando al sentido del olfato y del gusto. Así por ejemplo, la abeja reina produce una feromona especial que limita el desarrollo de los ovarios de las abejas obreras.

• Señales acústicas: se dan por medio de la transmisión de sonidos específicos que afectan al sentido de la audición, como suele suceder entre las ballenas que quieren comunicarse a grandes distancias.

• Señales visuales: generalmente consisten en movimientos bruscos, mayor coloración de determinadas partes del cuerpo del animal o inclusive en la producción de destellos luminosos en ciertos animales. Tan solo por mencionar algunos ejemplos podemos hablar de las mariposas que cambian su color para atraer a las hembras o ciertos tipos de bailes de algunas aves en momento de apareamiento.

• Señales táctiles: ocurren mediante el contacto a través de la piel o partes exteriores de los seres vivos, la vibración de ciertas partes del cuerpo, la generación de ondas en la superficie del agua o ciertos golpes sobre cuevas u otras superficies terrestres, llegando así a la comunicación táctil. Estos casos se da por ejemplo con los machos topos que golpean su cabeza contra las paredes de sus cuevas para comunicarse entre ellos.

Asimismo, existen algunas diferencias entre el lenguaje humano y el animal que no se debería de pasar por alto; el primero posee una estructura de doble articulación que el segundo no, es decir la comunicación humana está conformada por expresiones lingüísticas con contenido semántico y sonidos carentes de significado propio. Otra diferencia surge en el punto en que el lenguaje animal es innato e instintivo, surgiendo como reacción a estímulos externos, mientras que el lenguaje humano es creativo, ya que se aprende y combina permanentemente elementos preexistentes para generar nuevas formas de comunicación.

Más allá de estas diferencias lógicas, es importante resaltar cómo este entretejido de comunicaciones tanto humanas como animales permiten resaltar el valor de lo que hoy se llama comunicaciones multisensoriales y en las cuales la creatividad del lenguaje humano adquiere una relevancia aún mayor como vehículo generador de nuevos contenidos por llegar al consumidor. Al mismo tiempo, esto permite demostrar que a medida que el mundo ha ido evolucionando así lo ha hecho la comunicación. Históricamente el modelo de comunicación, y particularmente el de las Relaciones Públicas, ha sido caracterizado dentro de los siguientes modelos por diversos autores como Grunig y Hunt en su libro Managing Public Relations (1984):