lunes, 10 de febrero de 2020

Saber Longevo


Según la investigación, el 60 por ciento de los ganadores del Nobel de Física de finales del siglo XIX y principios del XX lograron gritar ‘¡eureka!’ entre los 20 y los 40 años. “Con el tiempo la cantidad de conocimiento que una persona debe dominar para hacer un trabajo importante ha aumentado. Prueba de ello es que cada vez más la gente obtiene sus PhD a una edad avanzada”, le explicó a SEMANA Weinberg.

En efecto, la vida estudiantil ahora es mucho más larga. Mientras que a principios del siglo XX los grandes científicos comenzaban a investigar activamente a los 23 años, a finales de este dicho promedio subió a 31 años. Según el estudio de Jones y Weinberg, que fue publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el campo de la Física es el que más cambios ha sufrido. Uno de los períodos más revolucionarios fue el vivido entre 1900 y 1927, cuando la física clásica fue desbancada por la física cuántica. Los científicos de esa época “fueron capaces de hacer trabajos importantes a temprana edad sin necesidad de hacer un máster en Física clásica”, señala Weinberg. 

Un claro ejemplo de esto, además del de Einstein, que fue el precursor de esta tendencia, fue Werner Heisenberg. El alemán, ganador del premio Nobel en 1932, estuvo cerca de reprobar los exámenes para obtener su doctorado cuando tenía 21 años porque tenía vagos conocimientos de electromagnetismo clásico. Sin embargo, poco tiempo después formuló el principio de incertidumbre que marcó el inicio de la Física cuántica y le dio un giro revolucionario a esta disciplina. “La revolución de la mecánica cuántica es una excepción en cierto sentido”, dice Jones y explica que a raíz de un gran descubrimiento se observa que el promedio de edad de los científicos que hacen el próximo hallazgo aumenta porque les es mucho más difícil superar ese hito. 

En el caso de la física, el promedio de edad de los hallazgos ha aumentado más que en cualquier otra área, pues según el estudio de Jones y Weinberg este pasó de 37 a 50 años. Por ejemplo, el científico Raymond Davis obtuvo el premio Nobel en 2002 a sus 88 años por haber descubierto los neutrinos cósmicos, un trabajo que empezó cuando tenía 51 años y que finalizó a los 80. 

Algunos afirman que los físicos hacen su mejor trabajo cuando son jóvenes en comparación a los médicos y químicos, porque la física es más abstracta. “Eso puede ser cierto, pero últimamente los Nobel de Física premian más el esfuerzo de trabajos experimentales de muchos años por encima de lo meramente teórico”, afirma Weinberg. El economista señala, además, que la relación entre creatividad y edad es más fuerte que entre la creatividad y la especialidad. 

En el caso de otras áreas como las artes o la tecnología, la situación es distinta pues allí no existe una tendencia general. El arte conceptual, dice Jones, tiende a provenir de los más jóvenes, mientras que el arte experimental suele favorecer a artistas de edad avanzada. Por ejemplo, Miguel Ángel, Rembrandt o Alfred Hitchcock hicieron su mejor trabajo a edad avanzada, mientras que Picasso, James Joyce y Orson Welles lo lograron antes. David Galenson, economista de la Universidad de Chicago que ha estudiado por años este tema, afirma que estos últimos son ‘innovadores conceptuales’ y por esa razón triunfaron cuando eran jóvenes. 

Jones y Weinberg concuerdan con esta teoría y afirman que el hecho de que haya un aumento progresivo en el promedio de edad en que los científicos hacen grandes hallazgos, no implica que no haya jóvenes inventores que logren revolucionar otros campos. Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuckerberg son tres ejemplos muy conocidos que prueban que el ingenio puede surgir a temprana edad. Al respecto, Jones dice que eso sucede cuando un área de conocimiento está naciendo o está transformándose. Por eso, el campo de la informática o internet tuvo grandes avances gracias a mentes brillantes de jóvenes talentos. 

En todo caso, según el estudio de Jones y Weinberg, el potencial creativo tiene una importante relación con la edad, pero de forma dinámica, es decir, que puede variar y depende de la era por la que esté pasando cada área del conocimiento. “El pico de creatividad se demora más hoy porque la ciencia ha avanzado tanto que el camino es mucho más largo para las nuevas generaciones de ingenieros y científicos”, concluye Jones.

domingo, 9 de febrero de 2020

Superar Obstáculos

Que bonita sería la vida si todo lo que queremos estuviera a nuestro alcance con solo tronar los dedos. En la realidad el pozo de los deseos está fuera de servicio y el verdadero camino hacia nuestras metas puede ser muuuy largo.

Lo que es aún peor, muchas veces nos estancamos en ese trayecto, no porque decidamos dejar de avanzar, sino por que encontramos obstáculos difíciles de superar, los cuales se convierten en una línea defensiva imposible de derribar, lo que ocasiona que te desvíes de tu meta o incluso que renuncies para siempre.

La buena noticia es que sí existe una estrategia comprobada para vencer la gran mayoría de obstáculos, y yo te explico cómo ponerla en práctica a continuación. Te prometo que después de leer sabrás cómo superar obstáculos ¡incluso antes de que aparezcan!

Yo nunca pienso en lo difícil que puede ser un obstáculo, simplemente lo supero. -Vince Lombardi

Eran los últimos minutos del partido.

El estadio estaba a reventar, se escuchaban los gritos de euforia de millones de personas reunidas. El entrenador tenía gotas de sudor resbalando por su cara y estaba a punto del colapso nervioso.

La última jugada, definió lo que ya era una victoria anunciada: Los Halcones marinos (Seattle Seahawks) eran campeones del Súper Tazón por primera vez en toda su historia. 1

En Febrero del 2014 este equipo de fútbol americano sintió la refrescante sensación de la victoria.

No fue casualidad. Este equipo puso en práctica una estrategia que funciona en la cancha y también en este juego que se llama “vida diaria”.

Pero antes de decirte de qué se trata quiero explicarte un punto muy importante: el origen de todos tus obstáculos (incluso los ya superados) es exactamente el mismo, fíjate en las siguientes dos situaciones:
Cuando vemos un problema del tamaño del Everest delante de nosotros, el miedo se aprovecha y nos hace sentir aún más pequeñitos
Lo mismo pasa cuando tenemos un espíritu vencedor y contemplamos el paisaje desde la cima de esa montaña (que antes se llamaba obstáculo).

Lo anterior quiere decir que el problema y la solución está en el mismo lugar: tu propia mente

Incertidumbre

Esta palabra puede utilizarse para hacer referencia a distintas situaciones, sin embargo, es muy común su uso en el contexto económico y estadístico, en donde ciertas circunstancias imposibilitan la realización de un juicio o valoración certera de lo que sucederá más adelante.

En el plano económico, la incertidumbre hace imposible la evolución del futuro ya que los agentes económicos se volverán más evasivos, creando limitaciones en las inversiones de cualquier tipo. Ningún empresario querrá invertir en una economía, en donde no exista certeza de que su inversión será recuperada. Un claro ejemplo de esta situación se puede evidenciar en un país, donde la tasa de inflación es sumamente alta; en este caso, el alza inmediata de los precios, complica la elaboración de predicciones con respecto a lo que sucederá en el futuro.

Desde una perspectiva estadística, la incertidumbre hace imposible determinar las causas que originan un efecto específico, por lo que solo debe ser tomado en consideración la aleatoriedad y probabilidad.

La incertidumbre es un estado que siempre acompañará a cada individuo y a la sociedad en general. Los hechos nunca podrán darse por establecidos, y el futuro en algunos momentos podrá visualizarse incierto. Sin embargo, estas circunstancias no deben ser un impedimento para que las personas realicen una planificación adecuada de las diferentes etapas de su vida.

El Enfoque Mental


Realmente creo que existe una distancia muy grande entre una persona con enfoque y una sin ella, pues quien tiene enfoque personal concentra todas sus fuerzas en sus objetivos, sin distracciones y entregando lo mejor de sí mismo en cada cosa que hace.    


No hace las cosas porque sí, sino que es excelente en cada tarea que tiene entre manos.  
         
Tus expectativas del futuro:
–          Tu satisfacción y mejora el trabajo
–          El concepto que tengas de ti mismo
–          Tu motivación
–          Tu proyecto o plan de vida
–          Tu propósito o sentido de vida.
–          Tu rol como padre o miembro de tu familia

Puede ser que alguno de estos aspectos de tu vida estén desenfocados, es decir, no se aprecian como deberían ser, o presentan un ángulo no muy agradable y finalmente la imagen que tienes de tu realidad no te sirve para vivir mejor y ser feliz, o tienes la sensación de no tener el control sobre ellos.  Eso es estar “desenfocado”.  Tu energía se dispersa tratando de encontrar un balance adecuado, pero sin éxito.

¿Qué es el enfoque personal?
Bueno, para empezar, al escuchar la palabra “enfoque”, entendemos que es la acción que ayuda a “ver mejor”,  pensando en una cámara fotográfica, es la acción que nos permite tomar mejores fotografías, que captan toda la belleza o concepto que queremos capturar.   

La misma aplicación tiene esto para la vida.  En ocasiones, parece que tus expectativas, tu trabajo, tus amigos, en general “tu realidad” está desenfocada.   Es entonces cuando estamos más vulnerables a la “ley mental del accidente”.  Y ¿Qué dice esta ley? Que cuando renuncias a enfocar tu energía hacia un propósito o proyecto, tú no ya controlas tu vida, sino la vida te controla a ti,  y estás a merced de los acontecimientos.   

Esta visión es muy cómoda, porque atribuyes todo a fuerzas externas e incomprensibles de lo que te pasas y nunca tomas el control de lo que está a tu alcance, pero al a vez es muy peligrosa, porque te puede llevar al precipicio.

Tú decides en que pones la atención
No sé si te ha pasado, que de pronto te descubres apesadumbrado, porque sin darte cuenta “decidiste” dejar pasar a tu mente todo lo que no tienes.  En pocas palabras, “decidiste” poner atención en lo malo.

La buena noticia, es que podemos salir de ese estado “desenfocado”, para “ver” lo que realmente queremos y para apreciar las bendiciones y cosas buenas que tenemos y sobre todo, los recursos con que contamos para lograr nuestros sueños y metas.

La gran mayoría de las personas decide enfocar su atención en los problemas, en las facturas que tiene que pagar, en lo caluroso o friolento que esté el clima, en el tráfico, en lo pesado que es el trabajo o el jefe, en lo que no tiene, en lo que perdió, etc.   La mente se atiborra de cosas a las que decidimos ponerles atención.    Pero ¿Por qué estamos tanto tiempo en ese estado mental?  Porque así lo decidimos.

La clave fundamental para el enfoque personal
Existen varias claves para poder energizar nuestra vida con otro “enfoque”.  En primer lugar, tenemos que poner atención en otra cosa, en algo que nos motive.   

El poder de decidir, aunque suene a cliché, “está en ti mismo”,  pero es cierto, tú puedes decidir si pones atención en pensamientos “capacitadores” o en pensamientos “limitadores”.  

Yo recomiendo empezar pensando en lo que quieres tener o lo bueno que te ha pasado, o como se suele decir “contar tus bendiciones”, en lugar de tus problemas.


Alegría De Compartir


"Compartir implica dar y, también, saber recibir; la reciprocidad es importante para que pueda abrirse y cerrarse el círculo del intercambio"

Ayer, tarde en la noche, sonó el teléfono de mi casa, y resultó ser un viejo amigo que, con voz emocionada, me dijo: "Disculpa la hora, pero tenía que llamarte". "¿Qué pasó?", le dije, sorprendida, ante su voz de entusiasmo y alegría.

"Maytte, pensarás que estoy loco, pero te estoy llamando de mi teléfono a esta hora, mientras manejo un carro rentado por una carretera de montaña en Suiza, son las cuatro y media de la mañana, estoy solo y guiándome con un mapa para llegar a la próxima ciudad donde voy a dormir, pues mañana tengo una reunión muy importante de negocios. No te imaginas lo fantástico que es este lugar. Es como una postal, hay un silencio absoluto, la luna está llena y enorme en un cielo azul lleno de estrellas, impresionante. Todo está nevado a mí alrededor, parece como si una sábana blanca y brillante lo hubiese cubierto todo. A lo lejos hay una casita con una luz encendida adentro, todo es verdaderamente impresionante… Nunca había estado en un lugar como éste en mi vida, me siento tan mocionado que necesitaba compartirlo con alguien que comprendiera lo que siento. Tomé el teléfono y decidí llamarte, porque sé que me entenderías, esto no podía ser para mí solo".

Cuando se despidió, le conté a mi esposo y a mis hijas, que estaban a la expectativa de saber quién había llamado a esa hora, y, juntos, compartimos un buen rato sobre el significado de su llamada, de lo especial que nos pareció y de lo importante que es tener a alguien con quien compartir lo que sentimos y vivimos en ciertos momentos de nuestra vida.

¿Alguna vez has sentido la necesidad de compartir con otra persona lo que sientes? Pareciera que al hacerlo nos sentimos de repente aliviados, emocionados, comprendidos y, por lo tanto, acompañados, pudiendo así aligerar la carga emocional, si ha sido una experiencia difícil, o enriquecernos, si por el contrario ha sido positiva.

Compartir es una herramienta que nos acerca, que nos permite intercambiar nuestras experiencias, conocimientos, sentimientos y pensamientos, para aportar y apoyar a otras personas, pero también para aprender y crecer como seres humanos.

Cuando nos entregamos a compartir, bajamos las defensas que nos separan y que nos protegen de los demás por un momento, para abrir nuestro espacio interior y dejar que los mejores sentimientos nos impulsen a dar o a recibir, sin caretas, sin prejuicios, sin interés y sin miedo. Desde pequeños, en algunas familias, nos enseñan a compartir con nuestros hermanos y con los amigos, pero pocas veces nos dicen que compartir implica dar y también saber recibir; que la reciprocidad es importante para que pueda abrirse y cerrarse el círculo del intercambio con los demás.

Muchas veces el egoísmo y la ambición hacen que seamos víctimas de la manipulación de otros que se sienten superiores a nosotros por el hecho de aprovecharse de nuestra nobleza al compartir. Esto hace que algunas personas decidan dejar de hacerlo, para protegerse de la manipulación o de la traición de la que fueron víctimas en algún momento de sus vidas.

Claves para Compartir
Entregar lo que tenemos. El principio de la abundancia radica en desarrollar
la capacidad de compartir con los demás. Cuando lo hacemos desinteresadamente;
es decir, sin esperar recibir nada a cambio, sólo por el placer genuino de dar
y de acercarnos a los demás para suavizar o alegrar sus vidas, el universo
conspira siempre para devolvérnoslo.

Expresar nuestras vivencias. Vencer la resistencia a compartir con otra persona
lo que sentimos o lo que vivimos nos acerca y fortalece el vínculo de cariño y de amistad. Además, cuando también compartimos nuestras inquietudes o dudas acerca de algo, podemos recibir la información o la ayuda que estábamos necesitando.

Confiar. Déjate llevar por el impulso que experimentes en un momento, frente a un evento especial, mágico o conmovedor, de compartir con alguien lo que sientas en ese instante… Hacerlo abre las puertas para la comunicación del corazón, fortalece la relación, aleja la soledad y te enriquece espiritualmente.

Compromiso Comunitario

La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su

auténtica realización como persona en todas sus dimensiones.

La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su
perfeccionamiento persona, el mejoramiento de la comunidad humana y la
aplicación en el mundo del verdadero sentido del trabajo.

La ética, por ser un compromiso, es como un contrato consigo mismo
de orientarse permanentemente hacia el perfeccionamiento personal y
comunitario.
El compromiso ético es la exigencia que uno mismo se hace de ser siempre
más persona. Es la decisión interna y libre de vivir actitudes que contribuyan
a la realización personal y comunitaria del hombre.

La ética como compromiso implica el propósito y la decisión firme de superar
aquellas situaciones que en lo personal o comunitario se oponen a la realización
plena del hombre en todas sus dimensiones.
La ética como compromiso requiere y supone todo un proceso, un camino por
recorrer. Precisamente recorrer ese camino, verificar ese proceso, es la gran
tarea ética del ser humano.

Ese proceso, ese camino, incluye:

1.  Ver la realidad.
Conocerla
2. Interpretar la realidad
Analizarla
3. Transformar la realidad
Es la actitud de compromiso del hombre de perfeccionarse él mismo y de
mejorar el mundo.
 CARACTERÍSTICAS DEL COMPROMISO ÉTICO
1.      EL COMPROMISO ÉTICO ES CONSCIENTE.
Por lo tanto es reflexivo, crítico y realista.
2     EL COMPROMISO ÉTICO ES PERSONAL Y LIBRE.
Es decir, tomando cada uno su propia decisión y sin que represente
simple aceptación de lo que otros piensan, dicen o hacen

 3      EL COMPROMISO ÉTICO ES COMUNITARIO.

O sea que en el compromiso ético el hombre tiene en cuenta que
no existe solo, que vive con otros. Por lo tanto, supone y reclama
acciones solidarias.


sábado, 8 de febrero de 2020

Nuestro Lugar

Si algo aprendemos a lo largo de nuestra vida es que la misma es impredecible. Existen muchas cuestiones que no podemos controlar, e igual nos da sorpresas positivas como situaciones realmente desagradables. Una de las cosas que mejor podemos hacer para afrontar todo lo bueno y lo malo que nos viene de la mejor forma es encontrar nuestro lugar en el mundo. Y es que, saber quienes somos no es algo tan sencillo como parece.

Saber cuál es tu lugar en el mundo es algo que no todos conocemos. Se trata de saber que estás justo donde deseas estar, o al menos donde te sientas cómoda. Y es que, saber a qué lugar perteneces y que este se adapte a lo que tú deseas puede ser complicado. Si te sientes perdido, no te desesperes. Es una sensación normal que todos tenemos alguna vez a lo largo de nuestro desarrollo personal. Aún así, es mejor empezar a buscarle sentido para encontrar tu lugar en el mundo.

Y como sentirse perdido es más que habitual, humano, podemos encontrar algunos consejos que harán que encuentres tu sitio en esta vida de un modo mucho más fácil. Puede parecer que te encuentres en un laberinto del que no puedes salir, pero siempre hay algo que te echa una mano. Hoy, puedes encontrar el primer empujón para encontrar tu lugar en el mundo.
Escribe una carta a tu yo del futuro

Se trata de una táctica que te puede ayudar a saber cuál es tu lugar y que puede ser muy útil para varias cosas, y una de ellas es conocerte mejor. Conocernos es la mejor manera de saber qué camino debemos tomar, por eso, la idea de la carta puede ser de lo más útil. En la carta a tu yo del futuro deberás reflejar aquello que eres hoy en día. Puedes escribir tus aspiraciones, tus actividades favoritas y tus ideales. 

Simplemente redactándola conseguirás saber más sobre tu mismo. Además, al escribir una carta a tu yo del futuro, establecerás una fecha para leerla, lo que puede darte otra oportunidad de conocerte mejor. Al conocer cómo pensabas y qué hacías con detalle tantos años atrás, podrás saber cómo ha ido tu vida, qué decisiones has tomado y qué has aprendido. En definitiva, podrás encontrar una visión más objetiva de quién eres y qué quieres ser, dónde quieres llegar

En nuestra trayectoria por la vida nos pasan muchas cosas que no podemos controlar. Puede que un día que queramos ir a la playa llueva, o puede que el amor de nuestra vida nos deje por otra pareja que en ese momento le cuadre más. Son cosas que pasan y nos duelen más o menos, pero la verdad es que no podemos delegar la responsabilidad en los otros. No importa quien tenga la culpa de lo que pasa en nuestra vida, las soluciones son cosa nuestra. Por eso, para descubrir un lugar que nos representa hay que aceptar que hay cosas que no podemos controlar. Esto nos ayudará a trazar un plan sobre lo que sí tenemos control. Así que, tanto si nos va bien o nos va mal, lo importante es estar preparados para actuar y dar el siguiente paso.
Siéntete cómodo

Al final, siempre sabremos si ocupamos el lugar que deseamos por lo cómodos que nos sintamos. No quiere decir que la vida sea un sendero de flores ni que tengamos que estar todo el día en el sofá, al contrario. El camino que escogamos nos costará esfuerzo, y es que es la única forma de sentirnos realizados. Ser fiel a tus ideales es una forma efectiva de sentirnos a gusto y de conseguir enfocar nuestra vida. Puede que cambiemos de plan, puede que nos salga mal, pero siempre tendremos que seguir adelante, pues todo forma parte de nuestro lugar.




El Arte De La Supervivencia


"Los humanos modernos parecían tener un número mayor de alternativas de solución frente a los problemas ", dice Stewart. Esta habilidad de innovar y adaptarse puede explicar por qué reemplazamos a los Neandertales tan rápido.

Cuando llegamos a Europa, teníamos herramientas más variadas que los Neandertales. Incluso más innovadoras y letales, según la evidencia arqueológica.

Arte, pegamento social
Pero también creamos otra cosa que nos ayudó a superar a cada una de las otras especies de la Tierra: el arte simbólico.

Hay amplia evidencia de que los humanos modernos estaban haciendo arte poco tiempo después de que salieron de África, hace 40 mil años.

Los arqueólogos han encontrado ornamentos, joyería, representaciones figurativas de animales míticos e incluso instrumentos musicales.

"Cuando los humanos modernos llegaron (a Europa), su población creció rápidamente", dice Nicholas Conard, de la Universidad de Tubinga, en Alemania, que ha descubierto muchas de estas reliquias. Empezamos a vivir en unidades sociales mucho más complejas y necesitábamos formas más sofisticadas de comunicarnos.

Una de las reliquias más sorprendentes es una estatua de madera de un león-humano, llamada el Hombre León, que fue encontrada en una cueva en Alemania. Esculturas similares del mismo período han sido encontradas en otros lugares de Europa.

Esto sugiere que estábamos compartiendo información entre grupos culturales de diferentes áreas. Parece que el arte era parte de nuestra identidad y ayudaba a unir a diferentes grupos.
En otras palabras, los símbolos eran una especie de pegamento social. Estos podían "ayudar a la gente a organizar sus asuntos sociales y económicos", dice Conard.

En cambio, los Neandertales no parecían necesitar el arte o los símbolos. Solo hay evidencia limitada de un poco de joyería hecha por ellos. "Ellos cazaban, cocinaban, dormían, tenían sexo y se recreaban. No necesitaban artefactos simbólicos para cumplir con sus tareas".

Compartir información simbólica fue crucial para el éxito de los humanos. Cada nueva idea que recogíamos tenía la posibilidad de volverse inmortal al pasar de generación en generación. Así fue como el lenguaje se propagó, por ejemplo.

Capacidad de adaptación (genética)
El hecho de que hayamos practicado el arte y fabricado herramientas con las mismas manos también señala nuestra capacidad única de variar nuestro comportamiento, dice Shea.

"Todo lo que hacemos, lo hacemos de más de una forma distinta", dice. "Las soluciones que desarrollamos para un problema, pueden ser reorientadas para resolver otro distinto. Esto es algo que hacemos especialmente bien".

Otros homínidos antiguos parecían hacer lo mismo una y otra vez. "Encontraban un camino y se quedaban atascados ahí".

Ahora tenemos evidencia para sugerir que nuestro ADN cambió después de que nos separamos del ancestro común que compartíamos con los Neandertales.

Nosotros desarrollamos docenas de características únicas en nuestro genoma, que nos diferenciaron de otros homínidos.

Los genetistas han determinado que estas características se relacionan con la forma en la que nuestros cerebros se desarrollaron, que puede haber sido la clave de nuestro éxito.

No sabemos qué beneficios trajeron estos cambios genéticos. Otros han sugerido que nuestro cerebro hipersocial y cooperativo nos diferencia.

El lenguaje, la cultura, la guerra y el amor, todos los comportamientos humanos distintivos tienen un elemento social.

Nuestra tendencia a la vida social pudo haber propiciado la habilidad de usar símbolos y crear arte.
Por decenas de cientos de años, antes que desarrolláramos estas habilidades, los humanos modernos y otros homínidos estaban en el mismo nivel, dice Conard. Cualquier otra especie pudo haber ocupado nuestro lugar.

Pero no lo hicieron. A medida que nuestra población se multiplicó, las otras especies retrocedieron y eventualmente desaparecieron.

Tal vez debamos agradecer a nuestra creatividad por haber sobrevivido.

Pero hay otra posibilidad. Tal vez fue pura casualidad. Tal vez nuestra especie tuvo suerte y sobrevivió, mientras que los Neandertales se llevaron la peor parte.


En Nuestro Interior


Un mendigo había estado sentado más treinta años a la orilla de un camino. Un día pasó por allí un desconocido. "Una monedita", murmuró mecánicamente el mendigo, alargando su vieja gorra de béisbol. "No tengo nada que darle", dijo el desconocido. 

Después preguntó: "Qué es eso en lo que está sentado?" "Nada", contestó el mendigo. 
"Sólo una caja vieja. Me he sentado en ella desde que tengo memoria". "¿Alguna vez ha mirado lo que hay dentro?", preguntó el desconocido. "No" dijo el mendigo. "¿Para qué?

No hay nada dentro". "Échele una ojeada", insistió el desconocido.

El mendigo se las arregló para abrir la caja. Con asombro, incredulidad y alborozo, vio que la caja estaba llena de oro.

Yo soy el desconocido que no tiene nada que darle y que le dice que mire dentro.

No dentro de una caja como en la parábola, sino en un lugar aún más cercano, dentro de usted mismo.

"¡Pero yo no soy un mendigo! ", le oigo decir.

Los que no han encontrado su verdadera riqueza, que es la alegría radiante del Ser y la profunda e inconmovible paz que la acompaña, son mendigos, incluso si tienen mucha riqueza material. Buscan afuera mendrugos de placer o de realización para lograr la aceptación, la seguridad o el amor, mientras llevan dentro un tesoro que no sólo incluye todas esas cosas sino que es infinitamente mayor que todo lo que el mundo pueda ofrecer.

La palabra iluminación evoca la idea de un logro sobrehumano y el ego quiere conservar las cosas así, pero es simplemente el estado natural de sentir la unidad con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, algo que, casi paradójicamente, es esencialmente usted y sin embargo es mucho más grande que usted.

Es encontrar su verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma. La incapacidad de sentir esta conexión da lugar a la ilusión de la separación, de usted mismo y del mundo que lo rodea. Entonces usted se percibe a sí mismo, consciente o inconscientemente, como un fragmento aislado. Surge el miedo y el conflicto interior y exterior se vuelve la norma.

Me encanta la sencilla definición de la iluminación dada por Buda como "el fin del sufrimiento". No hay nada sobrehumano en esto, ¿cierto? Por supuesto, como toda definición, es incompleta. Sólo dice lo que la iluminación no es: no es sufrimiento.

¿Pero qué queda cuando ya no hay sufrimiento? El Buda no habla sobre esto y su silencio implica que usted tiene que averiguarlo por sí mismo. Usa una definición negativa para que la mente no la convierta en algo que se deba creer o en un logro sobrehumano, una meta que es imposible de alcanzar. A pesar de esta precaución, la mayoría de los budistas aún cree que la iluminación es para el Buda, no para ellos, al menos no en esta vida.

Extraído de "El poder del ahora" Autor Eckhart Tolle 

El Síndrome De Diógenes

De vez en cuando escuchamos una noticia explicando que se ha desalojado el piso de una persona mayor, que acumulaba cientos de kilos de basura como consecuencia de sufrir el síndrome de Diógenes, pero ¿qué es eso de Diógenes?, ¿a quién afecta?, ¿cómo prevenirlo? Te descubrimos todas las claves sobre este trastorno.

De vez en cuando escuchamos una noticia explicando que se ha desalojado el piso de una persona mayor, que acumulaba cientos de kilos de basura como consecuencia de sufrir el síndrome de Diógenes, pero ¿qué es eso de Diógenes?, ¿a quién afecta?, ¿cómo prevenirlo? Te descubrimos todas las claves sobre este trastorno.

El prototipo de este síndrome es una persona adulta mayor, que vive sola y aislada de su entorno, que acumula gran cantidad de objetos, y que puede provocar problemas de convivencia con sus vecinos debido precisamente a esa basura que puede oler mal y atraer insectos o ratas. A pesar de que hablamos de desperdicios y suciedad, estos objetos tienen “algún sentido” para la persona que los atesora, que a veces los tiene ordenados y clasificados, mientras que, en otros casos, se trata de satisfacer un deseo de apego mal dirigido.
Causas del síndrome de Diógenes

Es un síndrome específico de personas de la tercera edad, que llegan a descuidar los hábitos de higiene y usos sociales, y puede producirse por el simple aislamiento social que les lleva a la falta de contacto con sus semejantes, o también puede ser producto de un problema psiquiátrico que lo desencadene, como depresión mayor o demencia. De ahí la importancia de establecer un diagnóstico claro para tratar los trastornos concomitantes en caso de que existan, ya que son los que mantienen el síndrome.

Hay que aclarar que, a pesar de considerarse una enfermedad propia de ancianos, algunos de sus síntomas pueden empezar a presentarse mucho tiempo antes. Entre los elementos determinantes para la aparición de este síndrome están la soledad y el aislamiento social que padece la persona, y que le van a llevar a una rigidez de pensamiento, autoalimentado, con el que justificará cualquier acción. 

Entre las principales causas de su aislamiento suele estar la pérdida de la pareja, algo que puede suceder en cualquier momento.

Capacidad De Discernir


Discernir significa distinguir la diferencia entre los opuestos; como el bien y el mal, lo justo e injusto, lo importante y lo intrascendente, lo verdadero y lo falso, lo necesario y lo prescindible; lo honesto y lo deshonesto; o sea, ser capaz de actuar en función del propio juicio crítico.

Existen dos formas de tomar decisiones y de actuar, una es en función a las normas morales aprendidas y otra forma es discernir uno mismo, atreverse a tener un juicio propio en función a la experiencia, al razonamiento y la propia forma de ver el mundo y de pensar.

Según como sea nuestro discernimiento será nuestra forma de tomar decisiones y lo que condicionará el rumbo de nuestras vidas.

Antes que nada somos un cuerpo, lo que nos obliga a discernir qué es lo más conveniente para él y actuar en consecuencia. El cuerpo nos acompañará toda la vida y en función a nuestra forma de utilizar su potencial y de cuidarlo podrá sernos útil para concretar nuestros proyectos.

Los seres humanos estamos motivados a la acción por nuestros deseos, pero saber distinguir entre los deseos destructivos y los constructivos no es fácil y exige usar la mente.

La capacidad de discernimiento es lo que nos permitirá actuar con moderación y no dejarnos llevar por el egoísmo, la codicia, la ambición desmedida o la envidia.

La forma de verse a sí mismo influye en el discernimiento, porque tener baja autoestima o creerse superior a los demás interfiere con la capacidad de discernir, afecta el crecimiento y el desarrollo, malogra las relaciones personales y laborales e impide oportunidades de trabajo.

El perfecto equilibrio es aceptarse como uno es, con el potencial y las limitaciones y tratando de aprovechar al máximo las capacidades.

La mente y el cuerpo tienen que estar en perfecta armonía, sin empeñarse en priorizar las motivaciones de la mente sobre las necesidades del cuerpo, o los deseos del cuerpo sobre lo que dice la mente.

El discernimiento obliga a ver totalidades, a tener una visión más amplia, modifica la conducta y conduce a experiencias satisfactorias.

El discernimiento nos lleva a reflexionar antes de actuar y a ser más conscientes de todo lo que hacemos.

Para aprender a discernir hay que dominar la mente, nuestros impulsos más arcaicos y nuestro temperamento básico; o sea a ser dueños de nosotros mismos.

Es necesario controlar nuestra intolerancia, impaciencia e ira; ser capaz de detenerse antes de actuar impulsivamente y considerar con serenidad los acontecimientos que suceden, porque el problema no es lo que pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa.

Es indispensable aportar claridad a la vida y no dejarse llevar por presiones o imposiciones, ni tampoco por supuestas obligaciones o exigencias, sabiendo diferenciar por sí mismo lo que corresponde a la propia competencia y lo que no nos concierne, distinguiendo lo importante de lo superfluo.

El discernimiento permite la tolerancia, incluso con quienes piensan diferente, no lleva a refugiarse en el fanatismo y ayuda a tener más respeto, escuchar y a no trabarse en discusiones estériles.


El discernimiento hace posible los proyectos y conduce a cumplirlos, creando la determinación necesaria para centrar todos los esfuerzos y la atención para alcanzarlos.


Entrar En Sus Zapatos


 La empatía: la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de ver por sus ojos y conocer sus pensamientos y sentimientos.

¿Cuántas veces te has sentido incomprendido por alguien? ¿Cuántas veces te hubiera gustado poder entender el comportamiento de alguien a quien aprecias, y no lo has conseguido? Si eres consciente del valor que tiene entender y ser entendido, seguro que estás abierto a entrenarte en esta habilidad.

En ese caso, enhorabuena, porque desde luego que la empatía se puede aprender. Es cierto que hay personas que tienen mayor facilidad para mostrarse empáticos con los demás, pero como otras habilidades es algo que se puede adquirir a base de ejercitarse diariamente en ello.

Ahora bien, conviene hacer una aclaración para no dar lugar a malentendidos. Mostrarse empático con alguien es una destreza básica de la comunicación interpersonal, que no tiene que ver con estar de acuerdo con la otra persona, aprobar sus comportamientos o compartir sus valores.

Hay quien tiene miedo de ser empático, porque piensa que, si consigue “entender” a la otra persona, y calzarse sus zapatos durante unos momentos, tendrá que darle la razón o compartir lo que el otro está pensando o sintiendo, y esto no es así.

No temas, puedes tener empatía, capacidad para comprender por qué otra persona piensa de una determinada manera, sin que necesariamente lo apruebes o simpatices con ello. Es una habilidad que te acerca al universo emocional del otro, pero no te obliga a identificarte con él.

Dicho esto, quizá ahora te sientas más predispuesto a desarrollar tu empatía. Aquí van algunas propuestas para mejorarla:

Escucha sin emitir juicios de valor.
Por supuesto que puedes dar tu opinión cuando alguien te expresa un contenido personal, especialmente si te la pide, pero esto no está reñido con que te muestres empático e intentes hacer una escucha activa.

Si quieres entender verdaderamente a la otra persona, escúchala sin interrumpirla, pospón tu opinión hasta que hayas conseguido ver lo que te cuenta desde su mirada, su forma de pensar, sus costumbres, sus valores, y sus creencias.

Se trata de ver la película desde los ojos de uno de los implicados, no de juzgar a uno de los personajes. Si directamente le juzgas, negándole el derecho a sentir o pensar  así, es muy probable que la otra persona se sienta incomprendida, molesta y a la defensiva.

Acepta y tolera las diferencias.
Para ser empático hace falta tomar conciencia de que tu visión del mundo no es la única, de que tu manera de ser y comportarte no es una verdad absoluta y universal.

Cuando te relaciones con los demás, se consciente de que somos seres únicos, diferentes y que respondemos a los estímulos de forma distinta según nuestros valores, educación, patrones de pensamiento, experiencias vividas, predisposición biológica, aprendizajes anteriores, etc.

Tener esto en mente, te ayudará a saber leer desde otra perspectiva el discurso de los que se comunican contigo. Acepta que hay otra manera de ver las cosas, e interésate por conocerla desde la honestidad, no necesitas compartirla o estar de acuerdo para ello.

Da feedback o señal al otro de que le entiendes.

Aunque es importante escuchar, no es el único elemento para transmitir empatía. Si quieres mostrarte empático, es necesario que le hagas saber a la otra persona que le entiendes, que eres capaz de imaginar lo que puede estar describiendo, sintiendo o pensando.


Universo Espejo


Uno de los aspectos más enigmáticos y cautivadores del universo en el que vivimos es la sincronicidad. A todos nos ha pasado en alguna ocasión una coincidencia tan improbable que nos resulta ominosa, mágica, epifánica o perturbadora. Conexiones entre sucesos, personas e información que trascienden la realidad convencional: como si las cosas tuvieran hilos invisibles que sólo por momentos  —en estados de conciencia elevados o por una misteriosa alineación— podemos vislumbrar.

Aunque el concepto de sincronicidad existe al menos desde el tiempo de los Vedas, fue el psicólogo suizo Carl Jung quien acuñó el término e inició el estudio de este fenómeno de manera rigurosa, si no científica: la dificultad de abordar la sincronicidad desde una metodología solamente científica yace en que los eventos que se concatenan lo hacen sin tener una causa, al menos no una causa que podamos encontrar dentro de los límites de la física clásica y de un universo mecánico.

Consciente de la vastedad y elusividad del principio de la sincronicidad, Jung ensayó diversas definiciones a manera de un acercamiento teórico. Empezando desde lo más general y sintético podemos decir con Jung que la sincronicidad es "la ocurrencia temporal coincidente de eventos acausales", que es un "principio de conexión acausal", una "coincidencia significativa" o que es un "paralelismo acausal".

Siguiendo este tren de ideas podemos hablar de algo como un "dreamwake continuum", similar a Alcheringa, el "Tiempo del Sueño" de los aborígenes australianos, en el que se disuelven las fronteras entre lo que soñamos y vivimos, es más, lo que hacemos soñando se filtra a la realidad y se convierte en lo que vivimos —posiblemente las ideas platónicas y los arquetipos que gobiernan el mundo en la psicología jungiana se proyecten a nuestra realidad desde estos espacios astrales de ensueño.

El mismo Jung percibió esta analogía creativa en la sincronicidad: "La sincronicidad en sentido estricto solo es un caso especial de un orden general acausal que da lugar a actos de creación en el tiempo". De manera más poética, Octavio Paz había dicho: "Hay que dormir con los ojos abiertos /hay que soñar con las manos/soñemos sueños activos de río/buscando su cauce/sueños de sol soñando sus mundos".  

Una disciplina etérea probablemente rendirá frutos: las imágenes que generamos en el fuero interno —con el fuego interno— se podrán volver vibrantes edificios para experimentar los deseos narrativos más profundos de nuestro espíritu. 

viernes, 7 de febrero de 2020

Insoportables


¿Cuántos días de esos en los que no nos soportamos ni entendemos a nosotros mismos le caben a la vida?

¿Cuántas veces estará la mente preparada para repetirnos que todo está mal?

Hace poco me puse a pensar en los malos ratos, pero desde afuera de ellos, como un testigo que ve la escena de una obra de teatro, sin vivirla, y que desde afuera puede ser más objetivo porque no está sintiendo nada. Y entonces pienso: A veces somos arco iris y una mañana soleada, y a veces parecemos una tarde gris y una noche nublada, pero a todos nos pasa. Estar vivos, es lo que nos pasa.

Y es en los malos momentos, en esos en los que ya ni siquiera le echamos la culpa al mundo sino nos la echamos a nosotros mismos, que nos ponemos insoportables, tan insoportables que hasta evitamos los espejos porque definitivamente en ese instante no quisieramos vivir donde vivimos: dentro de nosotros.

Lo maravilloso de analizar los malos ratos desde afuera, y comprender que a veces somos poderosos y creemos en nosotros; y que así mismo a veces somos tan pequeños que nadie logra siquiera vernos y no creemos ni en nuestro nombre, ni en nuestras ideas; es entender que nos pasa porque la vida se hizo así, hemos sido diseñados para vivir los más maravillosos y los más insoportables días y la verdad es que sin los momentos insoportables, no sabríamos realmente cuáles son los momentos por los que vale la pena levantarse y seguir siempre adelante. Yo por mi parte, suelo ser insoportable, quizás más que el promedio de todos nosotros, y lo sé porque sencillamente todas las cosas que pasan alrededor mío, a mis seres queridos, a mis conocidos y a mi misma, me afectan más que al resto. Me dejo tocar más por el universo, por sus intenciones, por los sueños cuando veo que se pulverizan y plop! Tienes que arrancar de nuevo! Y sé que es en esos ratos, en los que las cosas no salen como las quisiera que me torno realmente insoportable. Todos los que vivimos soñando sabemos que caernos nos sale más caro, pero aún así no dejamos de hacerlo porque vivir para verlo todo desde arriba es una delicia; y a la tierra bajamos para caminar y dar pasos que ya tenemos planeados.

Así que, viéndolo todo desde afuera, pensando en esos malos momentos que todos vivimos, y que a veces nisiquiera son tan malos sino que nosotros los hacemos peores, estoy aún más convencida de lo maravilloso que es estar vivo y ser un ser humano al que las cosas le duelen, le importan, lo hacen pensar, dudar, tener miedo, emocionarse y a veces gritar. Y que si eso es ser insoportable, lo seguiré siendo en ocasiones cuando la vida me pida salir de mi zona de confort y tenga que reprogramar todo lo que la cabeza ya tenía pintado.

Pero más allá de todo esto, y de que juntos caigamos en cuenta de como todos, a nuestra manera, somos en ocasiones realmente insoportables, porque así sentimos la vida, quiero que se lleven algo más lindo aún y es el hecho de seguir teniendo el amor de quienes de verdad nos aman en esos momentos de tormenta. Porque como he leído por ahí: nadie que no te acompañe en lo oscuro, merece tu luz. Y por eso es que cuando somos insoportables es cuando más atención debemos ponerle a quien nos tiene cerca, ya sea en silencio o con palabras de aliento, y a quien se queda ahí simplemente para mostrarnos que está ahí o para ayudarnos a levantar. Pero el amor, cuando ama lo insoportable de nosotros, es cuando tiene posibilidades de ser eterno, de lo contrario es solo una llama que se apaga fácil. No puedes amar solo las risas del otro, ni las noches de fiesta, ni los días de abundancia. Tienes que vivir con el otro sus más grandes defectos, su tempestad, su cuarto oscuro, sus días insoportables y estar ahí, seguro de no querer irte porque sabes que como humanos venimos en pedacitos a encontrar alguien que ame todas nuestras piezas.

A veces, muy de vez en cuando, suelo ser insoportable y es ahí cuando encuentro las mejores razones para no perder la magia: los ojos de quienes se quedan porque nos aman así como somos, y nos aman cuando volamos y nos esperan cuando caemos.

Somos, muy de vez en cuando, insoportables, y es porque estamos vivos, y qué maravilla que es estar vivo y sentir, y dejarnos caer para conocer el fondo y tomar la mano de otros y volver a salir, y entender que a veces somos una noche nublada pero que siempre, siempre amanece.

Inteligencias

En su segundo libro, The Age of Spiritual Machines (1999), pretende mostrar “cómo sería la naturaleza de la vida humana una vez superado el momento en que la máquina y cognición humana se conviertan en una misma cosa”. RK advierte que progresivamente se va dando una colaboración cada vez más estrecha entre nuestra herencia biológica y su expresión en artefactos tecnológicos inteligentes, trascendiendo así lo biológico. 

En su tercer libro, The Singularity is near (2005), continúa reflexionando sobre las consecuencias de la inminente tendencia a la fusión entre nuestro pensamiento biológico y la inteligencia no biológica que estamos creando. Frente a quienes dudan de que el cerebro humano sea suficientemente potente como para comprenderse a sí mismo, RK considera que los hechos demuestran que sí tenemos capacidad para comprendernos, crear y ampliar los modelos de nuestra propia inteligencia. De hecho, la tesis central de este libro consiste en mostrar que nos estamos acercando a ese momento clave (la singularidad está cerca), a esa singularidad en la que se dará un salto cualitativo tal, que la inteligencia dejará de estar encarnada en lo biológico para estarlo en un soporte tecnológico. RK define este libro como “la historia del destino de la civilización hombre-máquina, un destino al que llamamos Singularidad”. 

Libertad y biología  

Precisamente porque somos conscientes y libres, somos personas y poseemos una identidad que nos hace irrepetibles. No somos un ente más dentro de un conjunto matemático, sino un yo irrepetible. El problema está en definir en qué consiste nuestra identidad, qué es lo que nos hace ser cada uno de nosotros, y diferentes a los demás. Nos podrían extirpar paso a paso las diferentes partes de nuestro cuerpo, y mantendríamos la identidad. Seríamos el mismo, pero no lo mismo. 

El ser humano, y los seres vivos, van cambiando gradualmente de células y demás componentes biológicos, pero la forma y estructura no cambian. Y eso es lo que mantiene la identidad. “Somos un patrón que cambia lentamente pero que posee estabilidad y continuidad, aunque las cosas que constituyen el patrón cambian rápidamente”. 
  
Ahora bien, una ventaja que tienen los sistemas artificiales frente a los biológicos, es que aquéllos pueden ser copiados, guardados en una copia de seguridad y ser reconstruidos, mientras que los seres vivos no.

La inteligencia humana, con soporte biológico, ha generado una tecnología tan potente que está aumentando su ya fuerte potencialidad; y estos avances tecnológicos van aumentando, según RK, de forma exponencial. 

Es por ello evidente para RK que la evolución biológica no es más que es una etapa previa a la inteligencia tecnológica.  
R. Kurzweil (RK) entiende que todos los niveles con los que está conformado el universo (el físico, el químico, el biológico y neurológico), están coronados por el último y más complejo, el tecnológico, creador de la inteligencia artificial, de la que es un experto mundial de primera línea. Sus investigaciones actuales se orientan al reconocimiento del habla humana. 

En su primer libro, The Age of Intelligent Machines (1989), profetizaba que “en la primera mitad del siglo XXI la inteligencia de los ordenadores sería indistinguible de la de sus progenitores humanos”. Es la expresión del convencimiento que tiene RK de que el poder de las ideas para transformar el mundo se está acelerando. A esta tendencia la denomina principio o ley de los rendimientos acelerados, consistente en advertir que la tecnología y los procesos tecnológicos progresan de forma exponencial, no lineal. 

En su segundo libro, The Age of Spiritual Machines (1999), pretende mostrar “cómo sería la naturaleza de la vida humana una vez superado el momento en que la máquina y cognición humana se conviertan en una misma cosa”. RK advierte que progresivamente se va dando una colaboración cada vez más estrecha entre nuestra herencia biológica y su expresión en artefactos tecnológicos inteligentes, trascendiendo así lo biológico. 

En su tercer libro, The Singularity is near (2005), continúa reflexionando sobre las consecuencias de la inminente tendencia a la fusión entre nuestro pensamiento biológico y la inteligencia no biológica que estamos creando. Frente a quienes dudan de que el cerebro humano sea suficientemente potente como para comprenderse a sí mismo, RK considera que los hechos demuestran que sí tenemos capacidad para comprendernos, crear y ampliar los modelos de nuestra propia inteligencia. De hecho, la tesis central de este libro consiste en mostrar que nos estamos acercando a ese momento clave (la singularidad está cerca), a esa singularidad en la que se dará un salto cualitativo tal, que la inteligencia dejará de estar encarnada en lo biológico para estarlo en un soporte tecnológico. RK define este libro como “la historia del destino de la civilización hombre-máquina, un destino al que llamamos Singularidad”. 

La inteligencia humana, con soporte biológico, ha generado una tecnología tan potente que está aumentando su ya fuerte potencialidad; y estos avances tecnológicos van aumentando, según RK, de forma exponencial. 

Es por ello evidente para RK que la evolución biológica no es más que es una etapa previa a la inteligencia tecnológica.