¿Cuántas veces te has sentido incomprendido por alguien? ¿Cuántas veces
te hubiera gustado poder entender el comportamiento de alguien a quien
aprecias, y no lo has conseguido? Si eres consciente del valor que tiene
entender y ser entendido, seguro que estás abierto a entrenarte en esta
habilidad.
En ese caso, enhorabuena, porque desde luego que la empatía se
puede aprender. Es cierto que hay personas que tienen mayor facilidad para
mostrarse empáticos con los demás, pero como otras habilidades es algo que se
puede adquirir a base de ejercitarse diariamente en ello.
Ahora bien, conviene hacer una aclaración para no dar lugar a malentendidos.
Mostrarse empático con alguien es una destreza básica de la comunicación
interpersonal, que no tiene que ver con estar de acuerdo con la
otra persona, aprobar sus comportamientos o compartir sus valores.
Hay quien tiene miedo de ser empático, porque piensa que, si consigue
“entender” a la otra persona, y calzarse sus zapatos durante unos momentos,
tendrá que darle la razón o compartir lo que el otro está pensando o sintiendo,
y esto no es así.
No temas, puedes tener empatía, capacidad para comprender por qué
otra persona piensa de una determinada manera, sin que necesariamente lo
apruebes o simpatices con ello. Es una habilidad que te acerca
al universo emocional del otro, pero no te obliga a identificarte con él.
Dicho esto, quizá ahora te sientas más predispuesto a desarrollar tu
empatía. Aquí van algunas propuestas para mejorarla:
Escucha sin emitir juicios de valor.
Por supuesto que puedes dar tu opinión cuando alguien te expresa un
contenido personal, especialmente si te la pide, pero esto no está reñido con
que te muestres empático e intentes hacer una escucha activa.
Si quieres entender verdaderamente a la otra persona, escúchala sin
interrumpirla, pospón tu opinión hasta que hayas conseguido ver lo que te
cuenta desde su mirada, su forma de pensar, sus costumbres, sus valores, y sus
creencias.
Se trata de ver la película desde los ojos de uno de los
implicados, no de juzgar a uno de los personajes. Si directamente le
juzgas, negándole el derecho a sentir o pensar así, es muy probable que
la otra persona se sienta incomprendida, molesta y a la defensiva.
Acepta y tolera las diferencias.
Para ser empático hace falta tomar conciencia de que tu visión del
mundo no es la única, de que tu manera de ser y comportarte no es una verdad
absoluta y universal.
Cuando te relaciones con los demás, se consciente de que somos
seres únicos, diferentes y que respondemos a los estímulos de forma
distinta según nuestros valores, educación, patrones de pensamiento,
experiencias vividas, predisposición biológica, aprendizajes anteriores, etc.
Tener esto en mente, te ayudará a saber leer desde otra perspectiva
el discurso de los que se comunican contigo. Acepta que hay otra manera de
ver las cosas, e interésate por conocerla desde la honestidad, no necesitas
compartirla o estar de acuerdo para ello.
Da feedback o señal al otro de que le entiendes.
Aunque es importante escuchar, no es el único elemento para transmitir
empatía. Si quieres mostrarte empático, es necesario que le hagas saber a
la otra persona que le entiendes, que eres capaz de imaginar lo que puede estar
describiendo, sintiendo o pensando.
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