lunes, 10 de febrero de 2020

Velar Por Los Contenidos


Cuando un editor de contenidos se dispone a elegir cuál va a ser su próxima lectura para investigar sobre contenidos relevantes y de interés, se fija en los títulos y entradillas y decide entrar o no en ellos. Un altísimo grado de responsabilidad de que esos contenidos tengan éxito reside en la capacidad de seducción del título y la entradilla.

Cuando ya has investigado sobre el asunto del que quieres escribir, el primer momento de inspiración lo necesitas en la creación del título. Esas pocas palabras con que abres un nuevo post deberían medirse bien si quieres que el  texto se propague y deje huella, evitando que caiga al pozo de los contenidos irrelevantes de Internet, ese mismo pozo al que van a parar las películas olvidadas…

Debes ponerte en el papel del lector —ese que ocupas tantas veces cuando recibes en el correo entradas de blogs, o cuando navegas por Twitter, Facebook, grupos de Linkedin o por distintos agregadores—, y pensar qué es lo que le hace pinchar en uno u otro artículo. Las palabras de ese título forman parte de una buena estrategia en el marketing de contenidos. Si diseñas un título enrevesado o nada intrigante, es probable que no te lea ni tu mejor amigo, pero si lo concibes como el primer paso de un camino por el que vas a guiar al lector, entonces tendrás tus opciones de lograr un buen número de lectores que se sientan interesados y lleguen a leer tu publicación. 

Eso sí, no te obsesiones con el título perfecto porque no existe, pero quédate con esto: el título ha de ser el alma del texto, una especie de matrícula inteligente.

Tienes ya pensado el título? Bien. El segundo momento de inspiración lo necesitas en la redacción de la entradilla. Si con el título tienes que procurar captar al lector para que lea las primeras líneas, estas deben tener también su gancho para lograr que el lector se quede y lea el post hasta el final. Por tanto, tendrás que decirle que vas a ofrecerle algo que necesite saber. O podrías abrir el post con algo sorprendente que le pique la curiosidad. También te servirá una historia o anécdota personal que pueda encajar en el contenido del nuevo post,

Una vez que tienes claro qué mensaje o información relevante quieres transmitir y has conseguido inspiración en el título y en la entradilla, ¿cómo haces para que el lector lo lea del tirón? Para esto, además de contar con el tercer momento de inspiración, tendrás que esforzarte para que una línea le lleve a la siguiente y así hasta el final. 

Lo principal es que no decaiga el interés, por lo que será necesario construir un entramado atractivo y que cada uno de los puntos esté bien ligado.

Cuando un editor de contenidos se dispone a elegir cuál va a ser su próxima lectura para investigar sobre contenidos relevantes y de interés, se fija en los títulos y entradillas y decide entrar o no en ellos. Un altísimo grado de responsabilidad de que esos contenidos tengan éxito reside en la capacidad de seducción del título y la entradilla.

Cuando ya has investigado sobre el asunto del que quieres escribir, el primer momento de inspiración lo necesitas en la creación del título. Esas pocas palabras con que abres un nuevo post deberían medirse bien si quieres que el  texto se propague y deje huella, evitando que caiga al pozo de los contenidos irrelevantes de Internet, ese mismo pozo al que van a parar las películas olvidadas…

Debes ponerte en el papel del lector —ese que ocupas tantas veces cuando recibes en el correo entradas de blogs, o cuando navegas por Twitter, Facebook, grupos de Linkedin o por distintos agregadores—, y pensar qué es lo que le hace pinchar en uno u otro artículo. Las palabras de ese título forman parte de una buena estrategia en el marketing de contenidos. Si diseñas un título enrevesado o nada intrigante, es probable que no te lea ni tu mejor amigo, pero si lo concibes como el primer paso de un camino por el que vas a guiar al lector, entonces tendrás tus opciones de lograr un buen número de lectores que se sientan interesados y lleguen a leer tu publicación. 

Eso sí, no te obsesiones con el título perfecto porque no existe, pero quédate con esto: el título ha de ser el alma del texto, una especie de matrícula inteligente.

Tienes ya pensado el título? Bien. El segundo momento de inspiración lo necesitas en la redacción de la entradilla. Si con el título tienes que procurar captar al lector para que lea las primeras líneas, estas deben tener también su gancho para lograr que el lector se quede y lea el post hasta el final. Por tanto, tendrás que decirle que vas a ofrecerle algo que necesite saber. O podrías abrir el post con algo sorprendente que le pique la curiosidad. También te servirá una historia o anécdota personal que pueda encajar en el contenido del nuevo post,

Una vez que tienes claro qué mensaje o información relevante quieres transmitir y has conseguido inspiración en el título y en la entradilla, ¿cómo haces para que el lector lo lea del tirón? Para esto, además de contar con el tercer momento de inspiración, tendrás que esforzarte para que una línea le lleve a la siguiente y así hasta el final. 

Lo principal es que no decaiga el interés, por lo que será necesario construir un entramado atractivo y que cada uno de los puntos esté bien ligado.



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