Cuando un editor de contenidos se dispone a elegir cuál va a ser su próxima
lectura para investigar sobre contenidos relevantes y de interés, se fija en
los títulos y entradillas y decide entrar o no en ellos. Un altísimo grado de
responsabilidad de que esos contenidos tengan éxito reside en la capacidad de
seducción del título y la entradilla.
Cuando ya has investigado sobre el asunto del que quieres escribir,
el primer momento de inspiración lo necesitas en la creación del
título. Esas pocas palabras con que abres un nuevo post deberían medirse bien
si quieres que el texto se propague y deje huella, evitando que caiga al
pozo de los contenidos irrelevantes de Internet, ese mismo pozo al que van a
parar las películas olvidadas…
Debes ponerte en el papel del lector —ese que ocupas tantas veces cuando
recibes en el correo entradas de blogs, o cuando navegas por Twitter, Facebook,
grupos de Linkedin o por distintos agregadores—, y pensar qué es lo que le hace
pinchar en uno u otro artículo. Las palabras de ese título forman parte de una
buena estrategia en el marketing de contenidos. Si diseñas un título enrevesado
o nada intrigante, es probable que no te lea ni tu mejor amigo, pero si lo
concibes como el primer paso de un camino por el que vas a guiar al lector,
entonces tendrás tus opciones de lograr un buen número de lectores que se
sientan interesados y lleguen a leer tu publicación.
Eso sí, no te obsesiones con el título perfecto porque no existe, pero
quédate con esto: el título ha de ser el alma del texto, una especie de
matrícula inteligente.
Tienes ya pensado el título? Bien. El segundo momento de
inspiración lo necesitas en la redacción de la entradilla. Si con el
título tienes que procurar captar al lector para que lea las primeras líneas,
estas deben tener también su gancho para lograr que el lector se quede y lea el
post hasta el final. Por tanto, tendrás que decirle que vas a ofrecerle algo
que necesite saber. O podrías abrir el post con algo sorprendente que le pique
la curiosidad. También te servirá una historia o anécdota personal que pueda
encajar en el contenido del nuevo post,
Una vez que tienes claro qué mensaje o información relevante quieres
transmitir y has conseguido inspiración en el título y en la entradilla, ¿cómo
haces para que el lector lo lea del tirón? Para esto, además de contar con el tercer
momento de inspiración, tendrás que esforzarte para que una línea le lleve a la
siguiente y así hasta el final.
Lo principal es que no decaiga el interés, por lo que será necesario
construir un entramado atractivo y que cada uno de los puntos esté bien ligado.
Cuando un editor de contenidos se dispone a elegir cuál va a ser su
próxima lectura para investigar sobre contenidos relevantes y de interés, se
fija en los títulos y entradillas y decide entrar o no en ellos. Un altísimo
grado de responsabilidad de que esos contenidos tengan éxito reside en la
capacidad de seducción del título y la entradilla.
Cuando ya has investigado sobre el asunto del que quieres escribir,
el primer momento de inspiración lo necesitas en la creación del
título. Esas pocas palabras con que abres un nuevo post deberían medirse bien
si quieres que el texto se propague y deje huella, evitando que caiga al
pozo de los contenidos irrelevantes de Internet, ese mismo pozo al que van a
parar las películas olvidadas…
Debes ponerte en el papel del lector —ese que ocupas tantas veces cuando
recibes en el correo entradas de blogs, o cuando navegas por Twitter, Facebook,
grupos de Linkedin o por distintos agregadores—, y pensar qué es lo que le hace
pinchar en uno u otro artículo. Las palabras de ese título forman parte de una
buena estrategia en el marketing de contenidos. Si diseñas un título enrevesado
o nada intrigante, es probable que no te lea ni tu mejor amigo, pero si lo
concibes como el primer paso de un camino por el que vas a guiar al lector,
entonces tendrás tus opciones de lograr un buen número de lectores que se
sientan interesados y lleguen a leer tu publicación.
Eso sí, no te obsesiones con el título perfecto porque no existe, pero
quédate con esto: el título ha de ser el alma del texto, una especie de
matrícula inteligente.
Tienes ya pensado el título? Bien. El segundo momento de
inspiración lo necesitas en la redacción de la entradilla. Si con el
título tienes que procurar captar al lector para que lea las primeras líneas,
estas deben tener también su gancho para lograr que el lector se quede y lea el
post hasta el final. Por tanto, tendrás que decirle que vas a ofrecerle algo
que necesite saber. O podrías abrir el post con algo sorprendente que le pique
la curiosidad. También te servirá una historia o anécdota personal que pueda
encajar en el contenido del nuevo post,
Una vez que tienes claro qué mensaje o información relevante quieres
transmitir y has conseguido inspiración en el título y en la entradilla, ¿cómo
haces para que el lector lo lea del tirón? Para esto, además de contar con el tercer
momento de inspiración, tendrás que esforzarte para que una línea le lleve a la
siguiente y así hasta el final.
Lo principal es que no decaiga el interés, por lo que será necesario
construir un entramado atractivo y que cada uno de los puntos esté bien ligado.
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