Cada vez que te sientes excluido por alguien es como si esa
persona hubiera disparado una
flecha cargada de veneno que te llega directamente al corazón.
La sensación de que alguien no te quiere cerca, de que prefiere
estar lejos de ti, es terrible. No lo entiendes: eres buena persona,
siempre cuidas de tus amigos, de tus colegas, de tus familiares. Eres atento y
haces todo lo que puedes para que los demás estén bien, contentos y tranquilos,
para que no haya ningún tipo de conflicto, para ser simpático, para
dar una buena impresión y para que te quieran. Eres amable.
Igual te sorprende si te digo que el rechazo no es algo personal;
lo parece, eso sí, pero solamente lo parece porque lo recibes de esa manera:
como una crítica. Como una crítica personal e injusta. No obstante, a
veces ese rechazo hace ver algo de tu comportamiento que conviene cambiar,
y otras veces ese rechazo realmente no tiene que ver contigo sino con
la otra persona. Me explico...
Irritación de la otra persona
Algo en tu comportamiento le sienta mal a la otra persona y se siente
irritada y molesta. Cuando, por ejemplo, algo en tu manera de hablar, de
gesticular, o de comunicar le resulta desagradable a alguien (por el
motivo que sea, como puede ser algo tan incontrolable como un determinado
recuerdo doloroso), esa persona no te va a querer cerca.
Evidentemente esto no tiene nada que ver contigo, sino con la percepción
ajena. Y, fíjate, no es que te rechace como persona, sino que solamente
rechaza una parte (una faceta de) de tu comportamiento. Y tú no eres tu
comportamiento. Puedes cambiar tu comportamiento pero sigues siendo la misma
persona, ¿No es así?
También puede pasar que la otra persona y tú no tengáis nada en
común. Puede que se trate de vuestros valores o intereses personales.
Puede ser un tema de carácter: a lo mejor eres
muy introvertido y no caes bien a alguien que justamente es
muy extrovertido. Mientras que esa otra persona solamente buscará amigos
extrovertidos, a lo mejor tú, por ser como eres, te sientes rechazado, mientras
que para nada es un tema de rechazo personal sino más bien una
diferencia de carácter. Si el rechazo es fruto de ese tipo de diferencias
personales, no hay nada que hacer salvo NO tomarlo a nivel personal y
aceptarlo.
Pero si, reflexionando sobre tu comportamiento, has llegado a la
conclusión que a lo mejor eres demasiado servil, crítico, que estás
demasiado pendiente de todo, demasiado exigente, controlador,
inseguro, víctima... igual ha llegado el momento de tomar una decisión
interior y ver cómo puedes cambiar tu comportamiento.
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