Los investigadores analizaron el EEG registrado mientras
diversos participantes realizaban tareas cognitivas elementales. De acuerdo con
las características particulares halladas en la estructura del EEG, se dividió
a los participantes en tres grupos. Para los sujetos de cada grupo se aplicó el
cuestionario del factor de personalidad 16 (16PF), que evalúa 16 rasgos de
personalidad. Cada grupo exhibió una puntuación diferente en la escala de
personalidad, como calidez, razonamiento, estabilidad emocional y dominio.
A grandes rasgos, los sujetos del grupo I podían realizar tareas que nunca antes habían hecho de un modo inmediato y mantener su eficiencia de trabajo a un ritmo relativamente alto, pero la creatividad y el intento de optimizar su trabajo llevaron a una disminución de su eficiencia de trabajo.
Los sujetos del grupo II intentaron desarrollar una estrategia para
simplificar el desempeño de la tarea, con lo que demostraron una mayor
eficiencia de trabajo que los sujetos del grupo I.
A diferencia del grupo II,
los sujetos del grupo III realizaron la tarea sin ningún intento de
desarrollar una estrategia para simplificarla; aunque su eficiencia de trabajo
se mantuvo alta, parecen tener dificultades para mantener una elevada
eficiencia de trabajo durante un tiempo prolongado.
En resumen, se halló un vínculo entre las características del EEG, las capacidades mentales y los rasgos de personalidad. Según los autores, es interesante destacar que el factor de inteligencia, que era muy bajo en los sujetos del grupo II y no reflejaba su creatividad en el desarrollo de nuevas estrategias, finalmente resultó en un rendimiento laboral mucho más alto.
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