viernes, 17 de abril de 2020

La Cultura Desarraigada


El ritmo acelerado de la sociedad actual, su permanente cambio, su tendencia constante a falta de solidez y permanencia, el bombardeo de información de todo tipo y los más importante, la imposición de estereotipos con el fin de favorecer un modelo social capitalista y consumista apunta a la perdida de las individualidades nacionales, formando en el mejor de los casos culturas hibridas o llegando al punto de la formación de una cultura mundial homogenizada.

Desarraigo cultural
La realidad
La globalización es inevitable y hasta necesaria en este siglo, ya que vivimos en una sociedad en la que la proximidad global es fundamental para el desarrollo de la misma, pero hay que tener muy en cuenta que las diferencias y raíces culturales son las que permiten la individualidad y el sentido de nación, además de hacer parte de nuestra identidad.

Es por eso la importancia de la conservación de las culturas, tradiciones y etnias autóctonas, ya que gracias a estas tenemos un sentido de nación, historia, memoria e identidad.

Es necesario que las costumbres y tradiciones de un pueblo sigan siendo parte importante de la vida de los futuros habitantes para que de esta forma puedan mantener vivas las costumbres y tradiciones familiares y de la comunidad.

Perdida o cambio de tradiciones
Desde hace mucho tiempo las personas han ido creado la cultura y esta ha formado parte de nuestras vidas, por lo que la cultura se forma según las características que tiene un pueblo, esto es, desde los rasgos físicos de la gente, hasta la forma de hablar, lo que comen, las relaciones sociales, el vestir, sus historias, sus ideas, las formas de ver la vida, sus tradiciones, sus hábitos, etcétera.




Lo Vivido

“La experiencia es la madre de la ciencia”; “más sabe el diablo por viejo que por diablo”; “el pájaro viejo no entra en la jaula”… Cuando se habla de experiencia se habla de conocimiento, pero no del conocimiento adquirido a través del estudio, de la observación o de la investigación, sino de aquel que proviene de las vivencias, de la acción personal y de todo aquello que los años nos han hecho aprender a fuerza de haberlo protagonizado.

Es común definir la experiencia como las enseñanzas que se adquieren con la práctica y se identifica con lo vivido o ejecutado durante un tiempo largo

También se considera una habilidad; uniendo ambos conceptos se describe la experiencia como la práctica prolongada que proporciona conocimientos y habilidades por hacer algo o como el conocimiento que nos queda por las circunstancias y cosas vividas.

Un poco más técnicamente, la experiencia se refiere al carácter procedimental de las situaciones (cómo se resuelven las cosas) y no a su carácter material (que son y cómo son las cosas). Desde la filosofía hemos aprendido que la experiencia es siempre un conocimiento a posteriori y empírico.

¿Cómo aplicamos esto al entorno del management? Desde una perspectiva organizacional, o mejor dicho laboral, la experiencia es un capital de conocimiento profesional que se va acumulando año tras año y que garantiza un rendimiento excelente, lo cual puede conducir al incongruente y falso razonamiento de: cuantos más años lleves ejerciendo un cargo o haciendo una determinada tarea, mayor será el conocimiento sobre ello.

“La experiencia no tiene valor ético alguno. Es simplemente el nombre que damos a nuestros errores”
(Oscar Wilde)

Acabamos de llegar al gran error: Confundir la experiencia con la antigüedad. En un entorno meramente profesional la experiencia no es sino la habilidad personal e intransferible de transportar al presente y a una situación dada y concreta momentos similares (por analogía) vividos en el pasado y además vividos en primera persona, con la finalidad de comprobar si las fórmulas que en aquel momento se aplicaron son convenientes, o no, para solucionar las situaciones actuales.

Visto de esta manera podría ocurrir (y de hecho es mucho más frecuente de lo que imaginamos) que personas que han acumulado gran antigüedad no tengan experiencia o que otras personas estén todavía viviendo en el pasado porque son incapaces de separarse o superar sus experiencias.

Inicié estas reflexiones con unos refranes y concluyo con sus frases de prestigiosos autores: 

“La experiencia no tiene valor ético alguno. Es simplemente el nombre que damos a nuestros errores” (Oscar Wilde). 

“Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias”             (James Russel Lowell). 

“Los cabellos grises son el archivo del pasado” (Edgar Allan Poe).



Tienes Tu Lugar


No Eres Como Eres por Casualidad

El universo tiene una característica muy importante, que además es muy útil a la hora de comprender mejor nuestra vida: nada es como es por casualidad, todo lo que existe tiene una forma asociada a su función.

Las sillas, por ejemplo, no tienen patas y un asiento por azar, sino para que nos podamos sentar; nuestro corazón tiene cuatro cavidades con paredes musculares para poder bombear la sangre; las raíces de los árboles son como son para captar los nutrientes de la tierra, etc. La forma de cualquier cosa está asociada a su función; este hecho se cumple siempre. Y tú no eres ninguna excepción.

Así pues, no eres como eres por casualidad. Tienes una función dentro del universo, y tu forma es perfecta para llevarla a cabo.

Tu Lugar en el Mundo: Puedes Descubrirlo a Través de tu Forma
Cuando no sabemos cuál es la función de una cosa, podemos intentar descubrirla a través de su forma. Es decir, si miramos un objeto desconocido, podemos intentar descubrir para qué sirve analizando cómo es. ¿Tiene ruedas? ¿Es grande o pequeño? ¿Tiene algún mecanismo? A través de estas y otras preguntas, podemos ir deduciendo cuál es su función.

Esto mismo lo puedes hacer contigo mismo. Puedes analizar tu forma como persona: ¿cómo eres? ¿Qué habilidades tienes? ¿Qué te gusta? ¿Qué sabes hacer mejor? Todas estas cuestiones hacen referencia a tu manera de ser, y apuntan en una dirección: tu lugar en el mundo.

Este proceso de análisis se puede dividir en dos pasos.

Paso 1 para Encontrar Tu Lugar en el Mundo: Analiza Tus Sentimientos
Los sentimientos son una parte importantísima de nuestra vida que, desgraciadamente, a menudo dejamos en segundo plano. Pensamos que la razón es mucho más sólida y fiable, cuando la realidad es todo el contrario: los sentimientos son los que realmente saben cuál es nuestro camino.

Al fin y al cabo, ¿de qué va la vida? ¿De trabajar? ¿De formar una familia? ¿De luchar para sobrevivir? Bien, un poco sí que va de todo esto, pero detrás hay un objetivo mucho más básico: sentirse bien. Esta es la finalidad principal de la vida; es lo que todos queremos conseguir.

Y los sentimientos son los que saben qué es lo que nos hace sentir bien. En el fondo, nos están marcando un camino; nos están diciendo qué tenemos que hacer para ser felices.

¿Qué te gusta hacer? ¿Qué experiencias quieres vivir? ¿De que te gustaría trabajar? ¿Con qué tipo de personas quieres relacionarte? Las respuestas a este tipo de preguntas te están indicando cuál es tu lugar al mundo.

Paso 2: Analiza Tus Capacidades
Simplemente escuchando nuestros sentimientos, podemos ver claramente cuál es nuestro lugar en el mundo. Una persona que está conectada con lo que siente no tiene nunca ninguna duda. Pero esto no siempre es fácil, ¿verdad? Por esta razón, es útil analizar también nuestras capacidades.

¿Qué se te da bien? ¿Qué habilidades tienes? Si respondes a estas preguntas, verás que tus capacidades también indican un camino: el de las cosas que sabes hacer mejor. ¡Y este camino coincide con lo que te gusta hacer! No es  por casualidad, el universo es muy sabio.

Así pues, tu lugar en el mundo es la respuesta a dos preguntas: “¿qué te gusta?” y “¿qué  sabes hacer?”.

Estás preparado para hacer aquello que más te gusta. Esto es lo que has venido a hacer a la Tierra, y lo que el universo espera que hagas.


Los Desubicados


Un desubicado o desubicada es una persona que, por ejemplo dice o hace cosas que no tiene que hacer, es como si alguien estuviera en un funeral y llega uno con animo de fiesta, es un desubicado, o si alguien está hablando y otra persona lo interrumpe diciendo algo que no tiene nada que ver con lo que se está hablando...

En fin, una persona desubicada es una persona que no se ubica según la situación en que se encuentra, es más bien un tema moral, para la sociedad hacer tal y tal cosa no está bien, o decir tal y tal otra no está bien, como que vas caminando por la calle y te cruzas con una persona que va caminando desnuda, es algo que está moralmente mal en la mayoría de las sociedades, entonces esta persona seria una/un desubicada/o.

La des-ubicación, se puede encontrar en muchas expresiones, y no únicamente en la conducta de las personas, lo que entendemos por lo general como una conducta no adecuada para un determinado momento, o también una conducta que no es socialmente aceptada o adecuada.

Si no tenemos suficiente enfoque respecto a lo que queremos hacer en nuestras vidas, los obstáculos que queremos vencer, cuándo queremos esto, podemos fácilmente comenzar a ir a la deriva, y desubicarnos. 

Entonces la vida toma las riendas del ser, en vez de ser uno el que las toma.
Un desubicado o desubicada es una persona que, por ejemplo dice o hace cosas que no tiene que hacer, es como si alguien estuviera en un funeral y llega uno con animo de fiesta, es un desubicado, o si alguien está hablando y otra persona lo interrumpe diciendo algo que no tiene nada que ver con lo que se está hablando...

En fin, una persona desubicada es una persona que no se ubica según la situación en que se encuentra, es más bien un tema moral, para la sociedad hacer tal y tal cosa no está bien, o decir tal y tal otra no está bien, como que vas caminando por la calle y te cruzas con una persona que va caminando desnuda, es algo que está moralmente mal en la mayoría de las sociedades, entonces esta persona seria una/un desubicada/o.

La des-ubicación, se puede encontrar en muchas expresiones, y no únicamente en la conducta de las personas, lo que entendemos por lo general como una conducta no adecuada para un determinado momento, o también una conducta que no es socialmente aceptada o adecuada.

Si no tenemos suficiente enfoque respecto a lo que queremos hacer en nuestras vidas, los obstáculos que queremos vencer, cuándo queremos esto, podemos fácilmente comenzar a ir a la deriva, y desubicarnos. 

Entonces la vida toma las riendas del ser, en vez de ser uno el que las toma.


Cuidar De Nosotros Mismos


“No debemos tener miedo a estar solos con nosotros mismos. Podemos aprovechar esos momentos para relajarnos y conectar con nuestro interior para conocernos más a fondo y satisfacer nuestras necesidades”

Cuidar de nosotros mismos, no es solo oírnos, sino también escucharnos. Saber qué queremos, qué es aquello que necesitamos, qué sentimos o qué pensamos.

La vida es demasiado ruidosa, y a veces el silencio nos da miedo, incluso la soledad nos da miedo, y es en esos momentos cuando nos encontramos con nosotros mismos.

1)  Quiérete, ámate con todas tus fuerzas, valórate.  ¡Es hora de quererse! .Cada persona es un ser único e irrepetible, no hay nadie como tú, puedes tener ciertos puntos en común con otras personas,  pero también muchas diferencias que te hacen tener tu propia esencia.
2)      Aprende a expresarte. Aprende a expresar tus sentimientos, tus emociones y tus pensamientos; son la fuente de tu ser, los que te configuran como persona y permiten que tengas relaciones con los demás. Es muy difícil saber que siente, piensa o quiere alguien si no lo expresa. Puedes comenzar por hacerlo tú mismo. ¡Adelante!
3)      Conoce a tu pensamiento. Nadie más que tú mismo tiene el control sobre sus pensamientos. Tú puedes elegir qué decisión o actitud tomar.
4)      Aprende a decir “no”.  Di “no” a todo aquello que te parezca irracional, no pasa nada, solo tienes que empezar a entrenarte.
5)      Sonríe. Busca el humor, invítalo a ser tu compañero. Mejora nuestra forma de pensar, nos fortalece, protege nuestra salud…
 Dedica tiempo a disfrutar. Algún hobby que te guste, te ayudará a sentirte bien.
7)      Mantén algunas relaciones con los demás. Pueden ser familiares, o relaciones de amistad. Relacionarte con los otros es un modo de aprender e ir creciendo.
8)      Haz ejercicio. Puedes salir a dar un paseo, coger la bicicleta, ir al gimnasio… Mantenerte activo es algo beneficioso tanto para tu cuerpo como para tu mente.
9)      Aprende a relajarte. Practicar la relajación, meditación o respiración, ayuda a calmar tu mente, sobre todo en estos tiempos que corren de tanto estrés, y ruido. Conecta con tu interior. Comienza a escucharte.
10)   Ayuda a los demás. No hay mayor satisfacción que dar a los demás, te sentirás tu bien y también ellos.

“El respeto comienza con uno mismo” (Nathaniel Branden)

Los Irresponsables


¿Qué es la irresponsabilidad? Es la conducta de una persona que se caracteriza por el desorden, la poca medición de la consecuencia de sus actos y el incumplimiento de los deberes.

Ejemplos de irresponsabilidad:
La gente que no está cumpliendo el horario de trabajo por constantes llegadas tardes y faltas injustificadas.
La persona que conduce su vehículo de forma temeraria, poniendo en riesgo su vida y la de otra gente.
El mecánico de aviación que se “hace de la vista gorda” ante una falla que parecía sin importancia y luego ocurre un accidente fatal.
La persona que no tiene responsabilidad financiera y cae en un terrible endeudamiento sin que existiera una razón justificable para ello.
Etc.

Las consecuencias de la irresponsabilidad:
Se puede afectar la vida de un gran número de personas:
En el mundo se han observado muchos actos de irresponsabilidad con consecuencias fatales, tal y como ocurre en los accidentes, donde en su mayoría suceden por fallas humanas. A veces un pequeño descuido es suficiente para que una catástrofe ocurra.

Se daña la imagen personal o corporativa:
Una falla en el sistema de atención al cliente es suficiente razón para que esa empresa dañe su imagen corporativa. Una persona que cae en la irresponsabilidad va cerrando sus puertas y luego puede estar atado a la adversidad.

Se va perdiendo el control de la vida:
Debes cuidarte de los actos irresponsables, porque las reiteradas fallas personales van ocasionando una tendencia a hacer de la negligencia un estilo de vida. Esto es similar a lo que ocurre con las adicciones, todo puede comenzar como un juego, de seguir en lo mismo, se va cayendo gradas, hasta tocar fondo.

Es uno de los venenos para el desarrollo personal:
La gente irresponsable, definitivamente no puede avanzar en sus metas de desarrollo personal, porque sus mentes están tan ancladas a la mediocridad que no son capaces de ver la luz, a menos que se pueda despertar del letargo y tomar la decisión de un cambio.
Etc.

¿Cómo superar la irresponsabilidad?
Aceptando que se ha caído en la irresponsabilidad:
A veces resulta difícil determinar las fronteras entre la responsabilidad e irresponsabilidad, porque no existe un modelo de conducta perfecto y siempre ocurren pequeñas fallas. Sin embargo un buen parámetro es hacer una comparación positiva en las condiciones de vida y observar qué están logrando las otras personas, especialmente las ideas vinculadas con tu misión de vida. Es bueno tener algunos modelos en los cuales quieras reflejarte. Quizás ahí puedas llegar a la conclusión que has sido irresponsable en algunas acciones.

Define exactamente en qué te consideras irresponsable y trabaja por puntos específicos:
Tus fallas pueden ser: impuntualidad, pereza, apatía hacia tu trabajo, incumplimiento de las obligaciones financieras en tu hogar, descuido en tu estado físico, etc. Una vez que ya sabes en qué cosas necesitas trabajar, requieres un plan para solucionar cada falla.

Define un proyecto de vida que abarque todas tus facetas, cuando tienes un panorama claro de la vida que deseas para el futuro, es mucho más fácil ir trabajando en el refinamiento personal y progresivamente podrás superar los malos hábitos. La experiencia ha demostrado que la mayoría de gente que cae en la irresponsabilidad es porque están desmotivadas, no les gusta la labor que hacen o no poseen objetivos.


Cada una de tus acciones van edificando tu destino, es fundamental que aprendas a ser responsable en todo lo que haces, ahí está la clave de un cambio permanente y sustentable


Mantener La Lucidez


Una de las mayores aspiraciones de los seres humanos es lograr vivir muchos años y en las mejores condiciones posibles. Es por ello que mantener nuestra salud física y mental se ha vuelto una de las prioridades en el andar cotidiano.
tenerA la lucidez sólo es posible evaluarla en relación con las habilidades que cada uno desarrolló en su juventud. Por eso la vejez, aun cuando forma parte de la naturaleza, constituye uno de los grandes temores humanos.

En la actualidad, existen ejercicios y tratamientos específicos para la preservación de las capacidades cognitivas, aunque no hay estándares universales ni garantías, ya que cada persona es diferente. No obstante, se pueden tener en cuenta algunas recomendaciones:

Estimular las capacidades cognitivas durante la juventud, a través de la actividad social e intelectual, del juego y de todo aquello que estimule el ejercicio de la inteligencia y la salud mental. Realizar palabras cruzadas, sopas de letras, sudokus, ejercitar la mano izquierda cuando uno es diestro, o viceversa, ejercitar la memoria con actividades tan simples como no consultar la lista de compras mientras se está en el supermercado y corroborar sólo al llegar a la caja.

El razonamiento se estimula mediante ejercicios que trabajen la capacidad de clasificar características de los objetos, mientras que los aspectos del lenguaje y la capacidad visoespacial se ejercitan mediante la escritura, el dictado y el dibujo.

Por otro lado, el ejercicio físico y la alimentación sana, mejoran indudablemente la calidad de tus habilidades cognitivas. Por ejemplo, el consumo los alimentos ricos en Omega-3, como los pescados grasos y los aceites de lino, nuez y soja son los más adecuados para mantener las membranas celulares flexibles y sanas, ayudando a mejorar el funcionamiento de nuestro cerebro. 

De por sí, la deficiencia de Omega-3 se ha relacionado con problemas como la depresión, pérdida de la memoria, menos inteligencia, dificultades en el aprendizaje, falta de concentración, Alzheimer, esclerosis múltiple, problemas oculares, irritabilidad y tendencia al suicidio; por lo que es sumamente importante consumir alimentos ricos en este ácido graso.


Lo Que Aparentamos


Vivimos en un mundo, donde las apariencias y lo físico cobran un sentido bastante importante. Para nadie es un secreto que nos hemos convertido en una cultura visual, pues todo entra por los ojos y la sociedad está llena de estereotipos, que generan a su vez una presión social para todos y afectan nuestro desarrollo interior. En otras palabras, las personas están en constante búsqueda de aceptación e inclusión, y se ha considerado que esto se logra si se tiene un buen físico, es decir, si uno es bello. 

Ahora bien, ¿qué es bello y qué no lo es? A lo mejor este tema parece inclinarse hacia las mujeres, sin embargo, va dirigido a todos sin excepción: hombres, mujeres, niños, adultos, ancianos, jóvenes, personas con alguna discapacidad, enfermedad, etc. Nadie queda por fuera.

A partir de ahora entenderemos que nada ni nadie determina quién es bello y quién no; lo importante y realmente bello es aceptar nuestra apariencia, independientemente de lo que sea.

Al momento de mirarnos en un espejo surgen sentimientos y complejos que por lo general preferimos esconder y hundir en nuestra mente. Esta, es precisamente la acción que limita nuestro crecimiento personal y nos aleja del objetivo para vivir en paz con nosotros mismos, aceptarnos tal y como nos vemos.

¿Estás un poco gordo? ¿No te gusta tu nariz? ¿Sufres de alguna enfermedad cutánea de la que te avergüences? ¿Te hace falta una pierna? Respóndete la verdad, tu verdad y ahora acéptala con amor. Todo lo que consideremos un defecto lo será y será nuestro para siempre. Entonces, ¿Por qué no mejorar la relación con nuestros complejos?

El autoestima propio esta sin duda alguna, siempre expuesto a ser afectado y a su vez nuestro desarrollo interior. Lo mencionado se debe a esos estereotipos existentes que van catalogando a la humanidad y generando una cantidad de problemas como la depresión, la soledad, la anorexia, la bulimia, el rechazo, la discriminación, entre otros que pueden llevar a la muerte. 

Con respecto a esto, hay que poner un freno y ser conscientes de que estos estereotipos no determinan nada en el espíritu, ni hacen a nadie menos merecedores.

Hoy día, una persona puede creer firmemente en que por ser obesa, es imposible ser amada; o por tener la cara manchada no tiene derecho a salir sonriente en las fotografías o con la cara en alto por las calles. 

Estos simples ejemplos son tan solo dos de muchas personas que no se aceptan como son y esperan aún ser aceptados y felices. Asimismo, condicionan su vida de una manera desgraciada y se ponen límites que los vuelven infelices de inmediato.


Pero entonces, ¿Cómo podemos ser felices con nuestra apariencia?

La respuesta es aceptarla y no negarnos la verdad. 


Nuestro Intelecto

Cuando nos encontramos con desorientación y confusión, es menester reconocer sin reservas la pobreza del intelecto humano e iniciar su nutrición y vigorización por medio de sus propios recursos, proponiendo el siguiente método: 

la naturaleza dotó al individuo de herramientas limitadas para conocer el exterior.

Esta condición natural de la debilidad intelectual del hombre debe generar la obligación individual de percibir intensa y ampliamente un objeto para entenderlo y conocerlo en su estructura fundamental, compartiendo esta percepción, entendimiento y conocimiento con los demás individuos, quienes también están obligados a tener su propia experiencia intelectual o mental en los mismos términos antes señalados y compartirla con otros individuos.

Así, compartiendo las experiencias de percepción, entendimiento y conocimiento individual de un objeto determinado, la humanidad se acercará un poco más a la certeza del conocimiento de la esencia de ese objeto. Sin olvidar la inevitable y constante transformación del objeto, es decir, la percepción, entendimiento y conocimiento que hoy se tiene de ese objeto mañana carecerá de certeza y será quizá una mentira y por este mismo ejercicio intelectual que se realice mañana hoy su certeza es nula y es una mentira. 

Por este motivo, la búsqueda del conocimiento es permanente, la propiedad del conocimiento es retrógrada.

Esta razón, de la obligación de buscar y compartir el conocimiento, es la base para fundamentar de manera sólida el considerar un crimen grave contra la humanidad la creencia falsa de ser propietario de la verdad absoluta -independientemente que cancela y obstaculiza la búsqueda del conocimiento de aquel que se crea propietario de la verdad total-, al convertir en un peligroso delincuente agresor de la humanidad al que pretende, como pastor, imponer a los demás individuos su estéril verdad producto de una creencia para muchos engañosa.

Por otro lado, y en estas mismas condiciones, el individuo que por temor y ocio no busca percibir y entender, incumpliendo su obligación de tener un conocimiento propio, se someterá inevitablemente al conocimiento de otro individuo convirtiéndose en su esclavo o en su borrego y es también un delincuente que lesiona de gravedad a la humanidad.

El sentimiento de ser propietario de un conocimiento únicamente oscurece el camino hacia las tinieblas; al contrario, la constante búsqueda del conocimiento es la generadora de la luz que ilumina un poco más el camino del hombre: es menester que el hombre reconozca la pobreza de su intelecto y así estar en condiciones de enriquecerlo.

El proceso para enriquecer el intelecto humano está en ejercitar las facultades de percepción, entendimiento, pensamiento, razonamiento y en otras más con los que la naturaleza dotó al hombre y no en la dogmática creencia en factores ajenos y extraños a su esencia; complementando este proceso enriquecedor con la actitud individual de compartir esa experiencia personal en la búsqueda del conocimiento con otros individuos que a su vez compartían esta misma experiencia.

 Este intercambio de conocimientos debe estar dominado por una actitud de duda y de crítica para aproximarse a la certeza momentánea; alejado este intercambio, del dogmatismo que genera una conducta totalitaria por la falsa creencia de ser poseedor de la verdad absoluta e intentar imponerla a los demás individuos y, lejana también, a la permanente tentación del individuo de someterse por la ociosidad y cobardía convirtiéndose en el más ruin de los estados del hombre: el ser esclavo.


Agresividad

Existen niños y niñas, que en verdad, golpean a los otros, como todos lo saben; hasta se podría afirmar que todo niño que golpeó o golpeará a otro a alguna vez en su vida.

Pero hay diversos motivos que pueden conducir a un niño a golpear a otro.

1. Cuando la agresividad se dirige hacia una persona determinada (padre, madre, hermano) puede ser que la causa sea la incomprensión de los educadores o celos inconscientes cuyos orígenes deben descubrirse.  Los niños celosos son fácilmente hostiles hacia sus compañeros.   Esto es, por otra parte, lo primero que de debe de averiguar.  Si la brusquedad tiene por origen los celos, son ellos los que se deberán de evitar.  Ha menudo los celos son provocados y mantenidos por errores de la educación.
2. La brusquedad puede también ser el resultado de un ataque verbal o físico.  Podemos citar un niño acusa a otro de ladrón; como éste no conoce otro medio, ataca para defenderse de la acusación.  Es deber de los padres indicar otros caminos para defenderse y solucionar problemas.
3. Existe un tipo de agresividad “gratuita”; el niño ataca de repente y sin ningún motivo a cualquier compañero.  En este caso se puede tratar de un equivalente a alguna enfermedad o de una ausencia de control cerebral motivada por otro tipo de enfermedad.

En una sociedad como la nuestra, con tanta ambigüedad y contradicciones en el mundo adulto, los niños y adolescentes no saben qué es la verdad y qué no. Crecen confundidos porque en numerosas ocasiones los adultos les mienten para “protegerlos”. Esto puede reflejarse en expresiones comunes en las que los adultos presentan la mentira como solución y alternativa a la verdad u honestidad (por ejemplo “Es chico para contarle que murió un amiguito, no lo va a entender”, “Decile a la maestra que lo hiciste vos, aunque te lo hice yo, así aprobás”, “Shh, no digas que no me cobraron tal producto en la caja del súper, total ellos ganan tanto…”).

Hasta el primer año de vida -período en el que todo ser humano necesita la máxima atención y cuidado-, las emociones son como ríos sin cauce y necesitan del adulto para no desbordarse. Gradualmente, el bebé desarrollará estrategias para encauzar esas emociones y afianzar sus formas de afrontamiento, las que se consolidarán durante los primeros 20 años de vida. Durante este desarrollo cognitivo y emocional, surge la capacidad de discernir y evaluar por sí mismo y se desarrolla la conciencia moral, que permite medir las consecuencias de las elecciones y hacerse cargo de las acciones.

En términos generales, las mentiras y los robos integran el grupo de las llamadas “conductas antisociales o rebeldes”, en las que parece no respetarse los derechos de los demás ni las normas sociales. Los dos parámetros esenciales para medir la gravedad de la mentira son la intención que la impulsa y el efecto que ésta causa.

Se sabe que las mentiras aparecen de forma frecuente en el desarrollo normal de cualquier  niño pero, en el momento en que éstas son frecuentes y persisten en el tiempo, se puede pensar en una conducta problemática. Las mentiras pueden clasificarse como acordes al momento evolutivo, conductas rebeldes reactivas o defensivas o conductas rebeldes cronificadas -posible expresión de una patología-.

¿Cómo diferenciar las mentiras propias del desarrollo de las mentiras patológicas?
La frontera entre una mentira como fenómeno normal del desarrollo y una conducta  mentirosa reactiva a factores del contexto es extremadamente difusa. Se debe agudizar el diagnóstico diferencial en este aspecto para poder tomar las medidas adecuadas para su abordaje.
Cuando la mentira se presenta como parte del desarrollo del niño, requerirá una aproximación psicoeducativa, que será importante para evitar el viraje a esa “reactividad”, que probablemente venga acompañada de otras actitudes o conductas transgresoras.

Cuando las mentiras son reactivas, la atención debe ser mayor. Se deberá consultar con un pediatra, psiquiatra o psicólogo capacitado para identificar los factores de riesgo que facilitan la rebeldía. En estos casos, es recomendable trabajar con el niño y la familia para generar un cambio en la situación. Algunos factores que pueden precipitar la aparición de mentiras y  robos reactivos suelen ser: disfuncionalidad familiar, violencia familiar, crianza coercitiva o en exceso autoritaria, crianza negligente, modelos inadecuados de afrontamiento de conflictos, abuso intrafamiliar, entre otros.

Entender las mentiras o robos como conductas reactivas no implica justificar la conducta del niño, sino que permite abordar el tema de manera integral para obtener mejores resultados que los que se obtendrían catalogando al niño o adolescente de  “mentiroso”. Además, facilita intervenciones multidimensionales (terapia individual, familiar, vincular, eventual uso de psicofármacos o de otras medidas correctivas.)

Cuando pensamos en mentiras o robos como expresión de psicopatología hacemos referencia a la cronicidad y gravedad en relación al momento evolutivo del niño y a las formas esperables de acción, a la presencia de otras actitudes o conductas inapropiadas y al nivel de riesgo para el niño o adolescente y otros significativos.

Mentiras esperables
Hasta los 4 ó 5 años el niño puede decir mentiras sin tener intención de engañar, ya que se confunde la realidad con lo imaginado. El  pensamiento es mágico, los niños hacen existir lo que desean y suprimen lo que no les gusta. Aquí, la recomendación para los padres y educadores es no precipitarse y rotularlo de mentiroso. Es la etapa en que habrá que utilizar el humor para mostrarle que exagera pero sin descalificarlo, ya que se está sembrando la confianza mutua.
A partir de los 5 ó 6 años, los niños empiezan a mentir realmente, es decir, cuentan cosas falsas a medida que van distinguiendo lo real de lo imaginario o fantasioso. En estos casos, conviene evitar la brusquedad y, de a poco, enseñarles a distinguir qué cosas son reales y qué cosas no

Mostrar los beneficios de utilizar la verdad para relacionarnos con las demás personas y cómo eso influye en la confianza y la credibilidad. Cuentos como el pastorcito y el lobo y otras versiones más actuales son herramientas útiles.
En la pubertad y adolescencia -mientras se afianzan la autonomía y el criterio propio-, las mentiras y algunos robos menores pueden responder a infinidad de razones, que deberán analizarse mientras se tiene en cuenta la singularidad de cada individuo y su contexto familiar y social más amplio.



jueves, 16 de abril de 2020

La Educación


¿Ciencias y letras? ¿Por qué nos empeñamos en separar disciplinas? ¿Por qué seguir insistiendo en el falso mito de las dos culturas? Recordemos que la primera acepción de la palabra cultura en el diccionario de la RAE es la siguiente: Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. Saber razonar, desarrollar la creatividad y adquirir un pensamiento crítico son parte de la educación y la cultura y, en esta tarea, las ciencias y las letras deben aportar sus especiales particularidades, sin prejuicios ni recelos, sin enfrentamientos, complementándose.

En las siguientes líneas quiero dar unos pocos ejemplos de cómo la literatura bebe de las matemáticas, y de cómo algún teorema matemático se ha basado en estructuras poéticas. Se pueden aprender ciencia leyendo una novela, y un texto literario puede enriquecerse, por ejemplo, a través de un toque matemático. 

¿Empezamos?
Es muy habitual afirmar que cualquier civilización (incluso extraterrestre) podría comunicarse a través de las matemáticas, que tendrían la particularidad de ser un lenguaje universal. El protagonista de El Planeta de los Simios de Pierre Boulle utiliza precisamente esta técnica para captar la atención de Zira, la mona científica de la historia:

¿Cómo no se me había ocurrido utilizar este medio tan sencillo? Tratando de recordar mis estudios escolares, tracé sobre el carné la figura geométrica que ilustra el teorema de Pitágoras. No escogí este tema por casualidad. Recordé que, en mi juventud, había leído un libro sobre empresas del futuro en el que se decía que un sabio había empleado este procedimiento para entrar en contacto con inteligencias de otros mundos.

Así, el astronauta John Brent consigue establecer contacto con la científica, que lo descubre como un ser inteligente gracias a sus conocimientos de geometría.
¿Qué sería de Gulliver en la historia de Jonathan Swift sin algunos conocimientos del cálculo de proporciones? Su relación volumétrica respecto a la de los liliputienses aparece calculada de manera explícita en la novela:
[…] el Emperador estipula que se me conceda una cantidad de comida y bebida suficiente para mantener a 1.728 liliputienses. Algún tiempo después, habiendo preguntado a un amigo de la Corte cómo se las arreglaron para fijar una cifra tan concreta, me dijo que los matemáticos de su Majestad, tras medir la altura de mi cuerpo usando un cuadrante y descubrir que era más grande que el suyo en la proporción de doce a uno, concluyeron por la semejanza de sus cuerpos que el mío debía contener, al menos, 1.728 de los suyos y consecuentemente requeriría tanto alimento como se necesitaba para mantener el mismo número de liliputienses.

Observemos, por si alguien no se ha dado cuenta, que 1.728 es precisamente 12 x 12 x 12.

En la obra de Julio Verne abundan las referencias científicas. En La isla misteriosa el ingeniero Cyrus Smith da una magnífica, y bien razonada, lección de geometría: utiliza como parte importante de la trama el teorema de Tales de proporcionalidad de triángulos:

Había que completar los elementos de las observaciones de la víspera, mediante la medición de la altitud de la meseta panorámica sobre el nivel del mar. […] Acabo de construir dos triángulos semejantes, ambos rectángulos. El primero, el más pequeño, tiene por lados la vara perpendicular y la línea entre la estaca y la base de la vara, y por hipotenusa, mi radio visual. El segundo, tiene por lado la muralla perpendicular cuya altura queremos medir y la distancia de su base a la vara, y por hipotenusa, también mi radio visual, que prolonga la del primer triángulo. […] Cuando hayamos medido las dos primeras distancias conociendo la altura de la vara, no tendremos más que hacer un cálculo de proporción para saber la altura de la muralla, sin tener que medirla directamente.
Pasemos a la poesía. Se piensa que el trovador provenzal Arnaut Daniel fue el creador de una forma poética denominada sextina; siendo su Lo ferm voler qu’el cor m’intra  la primera sextina de la historia de la literatura. Una sextina es un poema formado por seis estrofas de seis versos cada una de ellas, que finaliza con una contera de tres versos. Cada línea pertenece a uno de los seis grupos de rimas identidad de acuerdo con el esquema:
ABCDEF – FAEBDC – CFDABE – ECBFAD – DEACFB – BDFECA – ECA;
es decir, solo hay seis palabras que riman (las hemos denotado A, B, C, D, E y F; dependerán de cada poema) que se intercambian según se indica arriba. En términos matemáticos se trata de una permutación de orden seis, es decir, cuando se hacen seis iteraciones (y no antes), se reencuentran las palabras de rima en su forma original. Observar que, en cada cambio de estrofa, la palabra que ocupaba el sexto lugar pasa al primero, la que se situaba en el primero va a parar al segundo lugar, la que iba en el quinto puesto se traslada al tercero, la que ocupaba la segunda posición pasa a la cuarta, la que estaba en la cuarta va a parar a la quinta y, finalmente, la palabra situada en tercer lugar pasa a ocupar el sexto lugar de la estrofa.

El escritor Raymond Queneau se preguntó si era posible generalizar la estructura de la sextina, reemplazando 6 por n, para escribir un poema de n estrofas, cada una formada por n versos, todos terminados por las mismas n palabras, intercambiadas por una permutación de orden n, generalizando la configuración inventada por el trovador. Queneau enunció y demostró un bello teorema, usando la teoría matemática de congruencias, afirmando que no siempre es posible escribir una n-nina y determinando para que valores de n un tal poema se puede construir: no es posible por ejemplo, componer 4-inas, 7-inas, 8-inas, 9-inas, 10-inas, 12-inas…

¿Sigues pensando que las matemáticas y la literatura no se dan la mano? Innovar es también atreverse a salir de nuestro cascarón protector para cruzar fronteras y aprender de manera diferente. Lo importante, como explica de manera exquisita Gabriel Celaya, es educar mezclando, con criterio, ingredientes diversos:

Educar es lo mismo
Que poner motor a una barca…
Hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
Uno tiene que llevar en el alma
Un poco de marino…
Un poco de pirata…
Un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
Concentrada.
Pero es consolador soñar
Mientras uno trabaja,
Que ese barco, ese niño
Irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
Llevará nuestra carga de palabras
Hacia puertos distantes,
Hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
Esté durmiendo nuestra propia barca,
En barcos nuevos seguirá
Nuestra bandera
Enarbolada.