sábado, 9 de mayo de 2020

La Constante Evolución

Recordar que el ser humano aparece poco a poco y en distintos lugares, aunque no al mismo tiempo, ya que las historias y progresos de hombres y pueblos no han ido parejo.


Eso sí, al orden de los primates pertenecemos todos, son nuestros más próximos parientes con los que hemos compartido durante siglos la existencia, y hemos dado lugar a distintos pueblos, pero una sola humanidad.

En un desarrollo lento, difícil, larguísimo, se destacan “momentos” en los que los humanos han logrado reunirse en clanes. Momentos o tiempos o estadios en los que, según los entendidos, los instintos y hábitos sexuales pasan, del puro naturalismo con sus módulos biológicos heredados, a una organización social consciente, adquirida. Ya se van las hordas, y se vislumbra la familia. 

Ya va desapareciendo el emparejamiento, y viene, poco a poco, el matrimonio. Ya se va superando lo de macho y hembra, y van apareciendo los maridos y las esposas.

Más adelante aparecen los hombres cazadores y las mujeres recolectoras de frutos. Ya tenemos el hogar, el fuego familiar que es lo que separa en la caverna una de otra familia.

Seguimos progresando, y llegamos al trabajo de la piedra con los utensilios para hacerlo. Vienen a continuación el arco y las flechas. Y con la caza se da el nomadismo. Al tiempo y con la agricultura, el sedentarismo y la casa que va sustituyendo poco a poco a la caverna.

Vamos avanzando en el tiempo, y nos encontramos con los grupos familiares que se instalan en las costas y en las proximidades de los ríos. El cambio general que supone los hábitos sedentarios y la agricultura; el desarrollo de las facultades mentales, la imaginación y las habilidades manuales… Todo logrado a ritmo lento pero constante y seguro, como quien se propone, sucesivas metas, cada vez más altas. Así fue creciendo el ser humano.

Y seguimos. Ahora la progresiva civilización o humanización se muestra en la región mediterránea y, si pensamos en la Biblia, coincidirá con la etapa de los patriarcas, con Abraham, las antiguas culturas egipcias, mesopotámicas y, más adelante, las griegas y romanas.


Solidarios


Más allá de ser capaces de ponerse en la situación de los demás, es necesario ser activos y diligentes para ayudar a aquellas personas que más lo necesitan y no tienen nada. La iniciativa, Donde Come Uno Comen Dos, nos demuestra que la solidaridad es el valor humano más importante y esencial de todos.  

Este noble proyecto nace gracias a la iniciativa de la señora Hainomir González, quien de la mano de su familia -y en especial de su hija que vive fuera del país- decidieron iniciar “algo que ayudará a las personas que comían de la basura”, o simplemente no tenían que comer, “Iniciamos aproximadamente en el mes de mayo seis personas porque de verdad nos preocupa la situación, nos pusimos de acuerdo, y ahora son muchas las personas que se han sumado, mucha gente y hasta empresas colaboran, hasta la Miss Venezuela, Keisy Sayago, es voluntaria”
.
Donde comen uno comen dos, ha realizado cuatro jornadas en la que no solo llevan un plato de sopa caliente, alguna fruta o hidratación, también gracias a todas las personas que colaboran llevan, ropa, zapatos, artículos de higiene personal y primera necesidad.

Para todos el grupo de voluntarios que hacen posible esta acción es gratificante ver la cara de alegría de las personas que reciben el plato de comida, quienes solo expresan su gratitud por tan noble gesto. Si usted desea colaborar puede ponerse en contacto a través de @dondecomeunocomendos 

“Hay mayor alegría en dar que en recibir”, Hechos 20:35.

Libre Expresión


No se pueden controlar las opiniones de las personas. Hacer una ley que limite la libertad de opinión es inútil y ridículo.

Y una vez que una persona tiene una opinión, elegida libremente, debe tener derecho a manifestarla.

El estado no debe hacer nunca una ley que coarte la libertad de opinión y expresión de las personas.

Al no existir una ley sobre la opinión y la expresión, todas las personas gozarán de la libertad de opinar y expresarse como quieran, pero esto debe tener unos pequeños pero necesarios límites.

No se debe permitir la difusión de mensajes que inciten a la comisión de delitos como matar, agredir, robar o estafar, ni a actitudes reprobables como odiar o despreciar a otras personas.

Ingenuamente tendemos a creer que si un medio de comunicación difunde una información, esa información debe ser cierta, pero esto no siempre es cierto. 

Como todas las personas, las personas que controlan estos medios de comunicación tienen intereses propios, y estos intereses no siempre coinciden con lo que piensan muchas personas, así que para convencer a muchas personas de que piensen o actúen de una forma determinada se puede recurrir a manipular la información, exagerar la importancia de las informaciones que parezcan avalar una creencia y minimizar la importancia de los hechos que pudieran rebatirla.

Eso hace que los medios de comunicación masiva (prensa, radio, televisión y otros) tengan un poder que, si no se controla de alguna forma, podría ser excesivo.

Por regla general esos mismos medios son controlados por otros medios de la competencia, si un periódico miente los demás periódicos pueden y deben denunciarlo para que las personas, los ciudadanos, puedan decidir si quieren seguir comprando un periódico que difunde mentiras o prefiere pasarse al periódico que lo ha descubierto.

En cualquier caso, siempre que no se difundan mentiras flagrantes, es prácticamente imposible hacer una ley que evite la manipulación de la información.

Por eso el estado no debe meterse en semejantes líos.

Se podrá y deberá hacer una ley contra la incitación al delito o al odio, se podrá hacer otra para perseguir las mentiras y calumnias en medios de comunicación, pero no se puede hacer una ley que evite la crítica de personas o ideas. 

Eso debe quedar siempre en el rango de las libertades.

Poder de Las Palabras

No te calles nunca
No te calles nunca. Se fuerte para levantar la voz contra aquello que consideres injusto.

No te calles nuca. Se valiente para poyar a aquellos que lo necesitan.
No te calles nunca. Alza la voz contra el abuso, contra el maltrato, contra las injusticias.

No te calles nunca. Que tu voz sirva para apoyar la necesidad de que el mundo sea un lugar más justo, que sea un lugar donde todos tengamos cabida.

No te calles nunca. Defiende aquello que es justo, que tu voz se oiga alta y clara cuando sea necesario y cuantas veces lo sea. Si todos alzamos la voz nos oirán, por fuerza nos oirán porque somos muchos.

No te calles nunca. Que la injustica no te sea indiferente, que tu voz sea capaz de alzarse contra aquello que tus ojos vean y no sea correcto, contra aquello que tus oídos oigan y no sea correcto.

No te calles nunca. No dejes que nadie te obligue a callar, no dejes que ganen aquellos que oprimen, que maltratan, que humillan.

Las palabras tienen poder
Somos muchos, somos legión todos los que pensamos que otro mundo es posible, todos los que creemos en que hay lugar para todos en nuestro hogar.

Las palabras tienen un gran poder, no las dejemos morir en nuestra garganta, dejemos que broten, que se oigan altas y claras expresando aquello que debe ser oído, aquello que debe ser entendido.

Alza tu voz, alcemos nuestras voces, que todo el mundo sea un clamor tan alto que nadie pueda ignorarlo, que no les quede más remedio que escuchar.

Vivenciar El Presente

Casi siempre pensamos en el pasado o en el futuro y entonces dejamos que el presente, que tiene la característica de ser inasible, transcurra sin que participemos de él, sin que nos percatemos de su presencia. Darse cuenta de que el “ahora mismo” es lo único que se tiene es complejo. Si nos diéramos cuenta de ello, tal vez entenderíamos mejor las cosas que nos causan felicidad. A algunas personas que tratan de vivir en el presente les gustan los deportes extremos, porque este tipo de ocupaciones les hacen aprovechar el momento plenamente. 


Estas son algunas buenas razones para empezar a enfocarte en vivir en el presente
:
 1. Encontrarás tu verdadero yo
Te aceptarás como eres. Te darás cuenta de que tu mente quiere cada vez más cosas que realmente nunca te traerán felicidad. Pensar en el ahora evitará que desees más cosas de las que puedas realmente adquirir y que estés inventándote necesidades que no tienes. Te sacudirás el estrés y eso te hará más feliz y alegre porque sabrás que el momento más importante es ahora; ni el futuro ni el pasado, sólo ahora.

 2. Alcanzarás tus metas más a menudo
En efecto. Ponlo en perspectiva. Por supuesto que tienes que dejar que tu mente vague de vez en cuando, pero no debe pasar con recurrencia. Conectarse a algo más profundo que tus pensamientos banales es lo que hace posible la creatividad y la productividad. Piensa en lo que tienes que lograr y ponlo en práctica. 

Reflexiona sobre los hechos. No es que haya una fórmula para alcanzar el éxito, pero por lo general estamos tan concentrados en nuestros propios pensamientos que nos abruman y no comprendemos cómo funciona la realidad; si pusiéramos un poquito más de atención el presente, el éxito no se vería tan lejano.

 3. Nunca te sentirás abrumado
¿Hay días en los que no eres productivo y luego días en los que haces muchas cosas y te sientes realmente abrumado? Miles de personas también, pero no te preocupes, eso se debe al hecho de que no estás viviendo en el presente. 

Darse cuenta de que la mente quiere más, más y más no es sencillo, pero tampoco es el verdadero yo. 

Cuando no haces absolutamente nada y no eres productivo en absoluto te sueles sentir culpable, pero la verdad es que careces de perspectiva. 

Tienes que entender que la realidad está transcurriendo y que esas son sus características en ese preciso momento. No puedes comparar un momento con otro.

Piensa en el ahora, acaba de leer este artículo y vive el momento.



Diálogo ïÍntimo


Decía Alejandro Magno que “Conocerse a uno mismo es la tarea más difícil porque pone en juego directamente nuestra racionalidad, pero también nuestros miedos y pasiones. Si uno consigue conocerse a fondo a sí mismo, sabrá comprender a los demás y la realidad que lo rodea”.

No le faltaba razón a este rey macedonio porque a través del autoconocimiento aprendemos a desenvolvernos con eficacia en la vida y a afrontar nuestro día a día de manera óptima. Saber realmente cómo somos, qué sentimos o qué metas queremos alcanzar son capacidades que se asocian a la inteligencia interpersonal.

Tener inteligencia interpersonal significa entender quiénes somos, saber identificar nuestras emociones y actuar en consecuencia. 

Habilidades que nos permiten regular nuestro comportamiento, resolver problemas de modo eficaz y tomar decisiones .Con el autoconocimiento aprendemos a identificar nuestras capacidades, pero también nuestras limitaciones. Esto nos ayuda a planificar metas de manera realista para evitar frustraciones futuras. Las personas dotadas de inteligencia interpersonal saben dominar sus emociones y adecuarlas a las circunstancias.

¿Se puede trabajar la inteligencia interpersonal? Si estás interesado en crecer interiormente y aprender más sobre ti mismo, puedes realizar una serie de ejercicios ayudarán a potenciar esta inteligencia.

Controla tus emociones: una habilidad que tienes que aprender a desarrollar. Controlar no significa no sentir, sino saber cómo actuar ante esa emoción o sentimiento. 

Aprende a identificar las emociones negativas para transformarlas en positivas. 

Un ejemplo: te sientes airado. Analiza el motivo que te hace estar así e intenta reconducirlo. Un truco muy eficaz, ríete de alguna nimiedad, este recurso te ayudará a transformar las emociones negativas en positivas.

Viaja a tu interior. Decía Erich Fromm que “el autoconocimiento comienza por la auto aceptación. Acéptate y te conocerás mejor”. Haz una lista de tus virtudes y otra de tus defectos. Pídele a alguien cercano que haga lo mismo para conocer qué imagen tiene de ti. Compara ambas listas e intenta mejorar aquello que no te guste.

Actúa. Observa cómo influyen tus emociones en tus estados de ánimo y busca la manera de modificar los negativos en positivos. Anota en un papel los comportamientos que te hicieron sentir mal y piensa cómo podrías solucionarlo. Por ejemplo: cuando te sientes triste ¿qué puedes hacer para cambiar esa emoción? Hablar con un amigo. Ponlo en práctica.


Acéptate cómo eres: decía Jean-Jacques Rousseau que “nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo”. Analiza cuáles son tus capacidades y tus limitaciones. Fíjate metas a corto y medio plazo en función de las mismas. 

Esto reforzará tu autoestima y te enseñará a aceptarte tal y como eres.

Nostalgia


Recordar no es malo. Las personas estamos hechas de recuerdos, de experiencias y vivencias que edifican lo que somos en la actualidad. Dejar que la nostalgia nos acaricie de vez en cuando con su aire tibio y evocador no tiene por qué ser algo negativo. Según nos dicen los especialistas, el ser humano pasa gran parte del día “recordando cosas”, pero ahora bien, no debemos anclarnos a esos recuerdos de una forma obsesiva.

En ocasiones, dejamos de lado el momento presente para experimentar un pasado que parece que nunca se va. Nos da miedo soltar los recuerdos que una vez fueron tan importantes para nosotros. Esto puede hacernos mucho daño y evita que podamos disfrutar del ahora y seguir hacia delante.

“El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia”
-Milan Kundera-

Una de las facultades que nos propicia el mundo emocional es sin duda la sensación de nostalgiaSe trata de evocar un recuerdo, pero no un recuerdo cualquiera, sino uno querido, uno añorado de ese nuestro álbum particular del pasado.

Pero a veces la nostalgia trae consigo un perfume triste. Trazos de una vida vivida que nos deja cierta sensación de añoranza y dolor en vista de un ayer que tal vez, concentró mucha felicidad, un bienestar del que carecemos en el presente. Es entonces cuando algunas personas pueden caer en el abismo de ese laberinto, obsesionándose en la nostalgia de recordar el ayer porque su vida, tal vez, solo encuentra sentido en esos momentos.

Un refugio adictivo al que vuelven repetidamente a través de fotografías, cartas, objetos… un exilio personal que les hace perderse el presente para llenar los vacíos actuales de su vida. Por la cabeza no se pasa en ningún momento la posibilidad de deshacerse de todo eso que, en realidad, es inservible e incluso hace daño. Eso, no es bueno.

El pasado nos debe servir como trampolín para nuestra realidad y no como una ventana donde quedarnos asomados diariamente, ahí donde perdernos a nosotros mismos y con riesgo de caer finalmente en una depresión.

La nostalgia debe servirnos para recordar lo que fuimos, lo que tuvimos y lo que vivimos para después sacar una valoración, un aprendizaje de la misma. Toda experiencia es un conocimiento para avanzar, no para quedar estancados.


El pasado nos sirve para aprender. Es una experiencia que nos dota de madurez y nos permite crecer. 

Pero la felicidad se busca cada día en el presente, en las pequeñas cosas, en los pequeños detalles, sin olvidar nunca una cosa que “no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca existió”. 



La Comunidad Virtual


El humanismo tradicional del siglo XX, inspirado por la cultura del libro, se distanció sistemáticamente de la nueva sociedad de la información digital; el Internet y las herramientas de procesamiento de información revolucionaron el mundo, la sociedad en el transcurso de este periodo desarrolló ciertas características adaptativas, basadas en la convivencia (Humano – Maquina), esta transformación establece su base en el impacto de tres segmentos tecnológicos: 

Los dispositivos, las aplicaciones y la infraestructura de comunicación social, las cuales están envueltas en diversos cambios físicos, conductuales y cognitivos del ser humano; así como el surgimiento de nuevos modelos de influencia y control social, mediante la nueva comunicación ubicua; no obstante en este nuevo proceso de convivencia se desarrollan nuevos modelos como el “pensamiento colaborativo” y el “InfoSharing”; que gestionan la información social bajo tres dimensiones ontológicas Humano – Información – Maquina, el cual es la base de un nuevo ecosistema físico-cibernético, donde coexisten y se desarrollan nuevas unidades sociales llamadas “Comunidades virtuales”.


Esta nueva infraestructura de comunicación y gestión social de información ha descubierto áreas de vulnerabilidad denominada “Perspectiva social del riesgo”, impactando a todas las unidades sociales por medio del vector masivo de impacto; El entorno virtual  y sus componentes, así como el ciclo de vida de la gestión de información social nos permite entender la trayectoria de la integración “Tecno – Social”, y estableciendo de la nueva cibernética, dentro de la convergencia de la tecnología con la sociedad y su nuevos retos de convivencia, encaminados en una nueva visión holística y no pragmática, ya que el componente humano en este entorno virtual es el precursor del futuro y necesita ser estudiado no como una aplicación, sino como el eje de una nueva sociedad.

Superarnos


Es una acción que requiere inmediatez, planeación, esfuerzo y trabajo permanente. Por lo que simplemente el tiempo, el deseo y la propia estimulación, no llegan a un buen puerto.

Las aspiraciones que habitualmente tenemos en la vida, tienen su centro en aquellas oportunidades, su provecho y la obtención de los frutos deseados. Por lo tanto, podríamos decir que la superación es aquel valor que nos motiva a perfeccionarnos, ya sea desde lo humano, espiritual, profesional, económico. Por lo cual debemos vencer todos aquellos problemas que se nos presenten. Para ello, desarrollaremos la capacidad de lograr cada objetivo propuesto. Es decir, que la verdadera solución no tiene cantidad, sino por el contrario, calidad
.
Los seres humanos tenemos que saber que poseemos un deseo innato: la superación. Pero a veces, nos paralizamos. ¿Por qué? Diríamos que el principal freno es nuestra persona, ya que muchas veces los temores más profundos, nos paralizan y actuamos como simples conformistas.

Usualmente, nos encontramos con personas que hablan permanentemente de sus planes y del nuevo rumbo que iniciarán en sus vidas, pero finalmente todo se desvanece, y quedan en palabras y deseos, replicando los contratiempos no previstos, los cuales obstaculizaron sus objetivos. 

Ello demuestra lo que mencionábamos anteriormente, y es que la superación no se logra con tiempo, sino con acciones inmediatas y cargadas de esfuerzo y arduo trabajo.

El gran cambio lleno de beneficios materiales, no concuerda con la superación.

La capacidad de plantearnos nuevos retos, disponernos a enfrentar y resolver dificultades, es temida por las personas, ya que el tiempo y permanencia en un determinado lugar, nos asegura estabilidad y seguridad.

Justamente, la manera más fácil de medir el progreso, es la acumulación de recursos económicos y materiales tan necesarios. El problema es que siempre encauzamos la superación hacia ese punto. El hecho aquí, es que existen otros aspectos fundamentales que debe tener en cuenta cualquier persona.

Por ejemplo, como manejamos nuestros hábitos y costumbres (ya sea desde el cuidado de cosas ajenas y personas, a la amabilidad con que nos dirigimos hacia otros). Además como nos desenvolvemos en el ámbito laboral. Si somos padres analizar que tiempo le dedicamos a nuestros hijos y la labor que estamos haciendo en la formación de nuestra familia. Y además ver nuestra cercanía al ámbito espiritual, ya que es muy frecuente que quede descuidado, sin embargo es un espacio que ofrece muchas posibilidades para el conocimiento de valores, preceptos y sacramentos.


Como mencionábamos anteriormente, en los bienes materiales no encontramos la superación; sino por el contrario, está en nosotros mismos. Ahora bien, tampoco importa la edad en el que uno se dispone a superarse, porque renunciar a mejorar, se asemeja a una vida sin falta de aspiraciones, es decir, solamente a conformarse.



L a Generosidad


Uno de los valores que debería fomentarse y practicarse a diario, desde los primeros años de vida,  es la generosidad  para conseguir un mundo mejor.
La bondad y la empatía deben practicarse diariamente.

Enseñarla a los niños es sencillo, basta el ejemplo genuino de los adultos cercanos a ellos para que esta virtud sea parte de sus vidas y así la practiquen a diario, comenta la orientadora familiar Ana Lucía Rosel.

Los niños desde pequeños deben  aprender que es mejor  ayudar al necesitado y cooperar, en lugar de agredir, arrebatar o maltratar.  “Pero ¡Ojo!, no solo basta con que ellos sepan lo que es la generosidad y en qué consisten los actos bondadosos, si no los practican. Aquí entra en juego la palabra “servicio” y lo que esta conlleva, añade Rosel y explica que la palabra bondad tiene muchos sinónimos, entre ellos, amor, servicio, caridad y solidaridad.

“Ser bondadoso requiere acción a través del servicio y hay muchas maneras de demostrarlo, de hecho, Jesús, es el claro ejemplo de generosidad, porque buscaba al fatigado, al enfermo, al pobre y al solitario para ser benévolo con ellos”,  dice el guía espiritual Roberto Mejía.

“Es igual que la fe; Santiago 2: 14-20: cita ‘¿De qué sirve si alguno dice que tiene fe y no hace obras?... Si un hermano o una hermana está desnudo  y alguno de vosotros le dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas  necesarias para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma’”, añade Mejía.

La formación moral de los alumnos empieza y sigue en casa. No debe pretenderse que en los centros educativos se enseñe esta.

“La única forma en que los niños pueden incorporar lo que implica tener un buen corazón es observando comportamientos que los modelen por parte de las personas que más aman, es decir, sus padres”, señala la educadora familiar y psicóloga Ángela Marulanda en su libro Creciendo con nuestros hijos.

Para enseñarle a los hijos a ser bondadosos primero hay que enseñarles a que sean agradecidos. Quienes tienen gratitud hacia sus familias, o por los juguetes que tienen,  por la casa, por la comida, por el colegio, por la ropa, etcétera, serán capaces de desarrollar una mejor empatía y compasión por los demás.

Hacer obras sociales  también es educar en bondad y además se fomenta la empatía. Una obra social puede ser recaudar dinero para una buena causa, ofrecer el tiempo para recoger elementos para los más necesitados, recaudar fondos para niños enfermos o encontrar hogares para perros y gatos abandonados.

“A raíz de las crisis de valores que atraviesa la sociedad actual, se ha llegado al extremo de considerar  que ser  bondadoso es casi una desventaja. Desde que el éxito, la felicidad y el progreso se entiendan en términos de acumular bienes, escalar posiciones y cosechar fama y poder, todo lo que no contribuya a tal fin es considera innecesario. Así, la competitividad, el protagonismo y la agresividad han desplazado a la sencillez, la compasión, la rectitud, la generosidad, la solidaridad y la bondad”, cita Marulanda.

En conclusión, para conseguir que los niños sepan qué es la bondad, el ejemplo es la mejor herramienta. El modelo que le ofrece el adulto le dirá mucho más que mil palabras y su efecto será  inmediato y profundo.



Las Expectativas Y La Realidad


Las expectativas versus La realidad: la eterna batalla.
No hay ninguna conspiración contra ti, nadie te quiere hacer daño y nadie te ofende. Créeme. Lo que de verdad te ofenden son tus expectativas.

Y es que no hay nada más devastador que esperar algo y que la realidad no cuadre con lo que teníamos pensado. ¿O acaso es al contrario?

¿Acaso no son nuestras expectativas la verdadera causa de nuestro malestar y dolor?

Hoy quiero hablarte de esta disonancia que vivimos continuamente y te quiero regalar mi técnica take-away para vivir en la realidad y vencer esas expectativas que te restan felicidad.

Quiero que realices conmigo un ejercicio de introspección y busques esas situaciones donde tus expectativas no se han ajustado con la realidad.
Quizá esperabas un regalo en tu cumpleaños que no recibiste.

Quizá un día que estabas especialmente mal esperabas afecto de tus amigos más cercanos  y no te lo dieron.

Quizá esperabas ciertas notas en un examen y el resultado no fue el esperado.
Quizá esperabas que tu pareja te llevara a un lujoso restaurante y te agasajara a cumplidos y halagos… y al final todo lo que pensaste no podía estar más lejos de la realidad.

Y claro, después de estas situaciones te enfadabas. Te entraba la típica rabieta de cuando un niño quiere un helado y no se lo compran.

Ahora, date cuenta de dónde está el problema.

¿Son los demás los que te ofenden o eres tú quien exige demasiado a la realidad?
Puedes pensar lo que quieras, pero creo que es más sano deshacerse de esas expectativas que te están amargando y estropeando los momentos felices.

Ni tu familia (padres, madres, hermanos), ni tus amigos, ni tu pareja te pertenecen. Son personas distintas con motivaciones distintas y vidas distintas.

No puedes pretender que estén ahí para ti cumpliendo todas tus expectativas. No los puedes comprar, no los puedes acaparar, no los puedes atar… Son libres, igual que un pájaro o el agua corriente de un río
.
Y es bello que sea así, porque así es la vida. Un ir y venir de personas que te tocan, comparten contigo su tiempo y se van.

No te ofenden los demás, son tus pensamientos acerca de cómo tienen que actuar las personas, cómo tienen que actuar tus padres, tus amigos o tu pareja. Deja que cada uno actúe como es, como seres libres y conscientes de otra realidad (la que perciben ellos) y que es totalmente distinta a la tuya.

Nuestra mente quiere ayudarnos a ver la realidad y que nos esforcemos lo mínimo posible, por lo que hace que nos guiemos diariamente por pensamientos y creencias. Esto no es ni bueno ni malo, simplemente estos patrones sirven para que nuestro comportamiento esté más orientado y haya menos incertidumbre en nuestra vida. Aunque muchas veces estos pensamientos automáticos nos jueguen malas pasadas. Nuestra mente quiere ayudarnos a ver la realidad y que nos esforcemos lo mínimo posible, por lo que hace que nos guiemos diariamente por pensamientos y creencias. 

Esto no es ni bueno ni malo, simplemente estos patrones sirven para que nuestro comportamiento esté más orientado y haya menos incertidumbre en nuestra vida. Aunque muchas veces estos pensamientos automáticos nos jueguen malas pasadas.


Ni tú deberías nada, ni los demás deberían nada. La palabra “debería” quítala de tu diccionario mental, elimínala para siempre. No es más que un peso de obligación sobre nosotros, sobre nuestra propia capacidad y sobre lo que esperas de los demás. 

Créeme, ni tú debes hacer nada por nadie ni los demás deberían hacer nada por ti. Hazlo si quieres hacerlo, y los demás lo harán por ti si les sale desde el corazón.

Los Mitos

A través de la mitología se ha tratado de interpretar la inmortalidad, el deseo de la eterna juventud o una cura milagrosa. estos son temas que aluden a la muerte o a su negación. “en el inconsciente cada uno de nosotros está convencido de su inmortalidad

En la hermenéutica del mito existen distintos niveles interpretativos que devienen de diversas postulaciones teóricas. Una de ellas concibe al mito como un intento de expresión de las ansiedades básicas de la humanidad. Aquello que no se sabe cómo conocer o entender, se lo explica míticamente, siendo esta explicación a la vez un esfuerzo de elaboración de tales ansiedades y, ambivalentemente, la búsqueda de la negación de las mismas.

Se cierra el círculo: se constelaniza el mito, fascina a los individuos. Este efecto luminoso, adhesivo, fascinante, es la clave que señala que el mito porta esos secretos inaccesibles a la conciencia; como un juego que todos los hombres lo practican como que no conocieran las reglas.

Por esto el mito es también una contraseña que permite indicar aspectos de la identidad humana. En el ciclo mítico del héroe, específicamente, y siguiendo a Joseph  Campbell, mitólogo y escritor, la fórmula de los ritos de iniciación: separación-iniciación-retorno que denomina unidad nuclear del monomito, esquematiza en tres los momentos de la vida del héroe. ¿Qué impulsa al héroe a iniciarse? ¿Cuándo decide emprender la aventura? ¿Por qué?

Estas preguntas quizás puedan comenzar a responderse si se toma en cuenta aquello de que el héroe sale a buscar: la hierba de la inmortalidad, los elíxires para la larga vida y la eterna juventud, la panacea que curaría todas las enfermedades, los secretos de la vida. Estos son temas que aluden a la muerte o a su negación.

El héroe sale a desafiar la muerte, entonces, y su propósito sería vivir después de haberse encontrado con la muerte, o tener la seguridad de su inmortalidad, generalmente para tratar de transmitirla a los demás. Gilgamesh, héroe mesopotámico, salió a buscar el elixir que le garantizara rejuvenecer y no envejecer. Su travesía implicó vencer leones, hombres-escorpiones, hasta que pudo llegar a un hermoso jardín con flores, frutas y piedras preciosas.

La Responsabilidad


Quiero hablar de este tema de gran importancia, para que las demás personas sepan lo que es para mí la responsabilidad. Todos en este mundo tenemos libertades, derechos, así como también tenemos obligaciones, que son parte de algo llamado responsabilidad.

Responsabilidad: acción de responder de las consecuencias de las propias acciones o de las de otro.

La responsabilidad no solamente es un tema para ti mismo; es decir, no solamente te afecta a ti, sino a toda la sociedad que te rodea. Aunque pienses: “¿qué tiene que ver la responsabilidad conmigo?”, la respuesta es simple: TODO.

 En este caso me voy a referir a los estudiantes como yo. Mis responsabilidades son: ir a la escuela, llegar temprano, llevar mi uniforme limpio y completo, asistir bien peinado, tarea, trabajos, exámenes, actividades; también en el hogar: mi ropa, mi recámara, etc.

Para que la responsabilidad se lleve a cabo son necesarias dos cosas: libertad (primeramente se necesita el uso de razón, por ejemplo: los animales, los niños y los locos carecen del uso de razón; por lo tanto, ellos no son responsables) y la ley (que implica hacerte cargo de tus actos ante alguien que ha regulado un comportamiento).

Todos necesitamos, para poder ser responsables, de alguien que tenga autoridad y que sea capaz de ponernos reglas. Las siguientes autoridades pueden ser: Dios, padres, maestros, etcétera, por mencionar los más importantes.

Para mí la responsabilidad es ser libre y enfrentar tus problemas o tus buenos ratos con razonamiento. Para mí es mejor ser responsable, ya que así mi conciencia como hijo-estudiante está limpia, además de que crece mi valor como persona.

Las demás personas tienen otra imagen de ti si eres responsable, por ejemplo: “mira, él sí trabaja, cumple con sus tareas y es un buen hijo”.

Siempre tendrás personas que te ayuden, ya que saben que eres responsable y nunca fallas.

Pero hay otras personas que en vez de afrontar sus problemas deciden quitarse de toda culpa, o se hacen los que no les importa nada, eso se le llama EVITAR RESPONSABILIDADES, pero yo creo que si quieres llegar a ser alguien en la vida, tienes que aprovechar al máximo las oportunidades que te den y responsabilizarte en las cosas que tengas que hacer AHORA, porque después serán muchas más obligaciones de las que pienses
.
A veces no puedo creer, cuando mis compañeros de clase llegan sin sus tareas y sus trabajos, y me quedo pensando “¿Que habrá sido más importante para no cumplir con lo que debía?” o “¿Qué será de ellos cuando estén más grandes?...Cuando tengan casa, familia, hijos, trabajo.
Si decides ser responsable, primeramente tienes que aclarar lo que deseas ser en la vida, que quieres que la gente vea de ti, que quieres lograr, así tendrás tus valores más planteados y tu mentalidad de responsabilidad crecerá. Bueno al menos a mí sí me funciona.

Pero también necesitas de dos cosas que para mí son muy importantes, la valentía: que te ayuda a querer alcanzar tus metas a toda costa, y la humildad: que hace que aceptes tus fallos, y así mejoras, ya que de los errores aprendes.


Para concluir, yo solo quiero decir que para cambiar al mundo, primero tienes que cambiarte TÚ. Hay que luchar para que este valor tan importante (LA RESPONSABILIDAD) nunca se pierda. Juntos lo podremos lograr.