No se pueden controlar las opiniones de las personas. Hacer una ley que
limite la libertad de opinión es inútil y ridículo.
Y una vez que una persona tiene una opinión, elegida libremente, debe
tener derecho a manifestarla.
El estado no debe hacer nunca una ley que coarte la libertad de opinión
y expresión de las personas.
Al no existir una ley sobre la opinión y la expresión, todas las
personas gozarán de la libertad de opinar y expresarse como quieran, pero esto
debe tener unos pequeños pero necesarios límites.
No se debe permitir la difusión de mensajes que inciten a la comisión de
delitos como matar, agredir, robar o estafar, ni a actitudes reprobables como
odiar o despreciar a otras personas.
Ingenuamente tendemos a creer que si un medio de comunicación difunde
una información, esa información debe ser cierta, pero esto no siempre es
cierto.
Como todas las personas, las personas que controlan estos medios de
comunicación tienen intereses propios, y estos intereses no siempre coinciden
con lo que piensan muchas personas, así que para convencer a muchas personas de
que piensen o actúen de una forma determinada se puede recurrir a manipular la
información, exagerar la importancia de las informaciones que parezcan avalar
una creencia y minimizar la importancia de los hechos que pudieran rebatirla.
Eso hace que los medios de comunicación masiva (prensa, radio, televisión
y otros) tengan un poder que, si no se controla de alguna forma, podría ser
excesivo.
Por regla general esos mismos medios son controlados por otros medios de
la competencia, si un periódico miente los demás periódicos pueden y deben
denunciarlo para que las personas, los ciudadanos, puedan decidir si quieren
seguir comprando un periódico que difunde mentiras o prefiere pasarse al
periódico que lo ha descubierto.
En cualquier caso, siempre que no se difundan mentiras flagrantes, es
prácticamente imposible hacer una ley que evite la manipulación de la
información.
Por eso el estado no debe meterse en semejantes líos.
Se podrá y deberá hacer una ley contra la incitación al delito o al
odio, se podrá hacer otra para perseguir las mentiras y calumnias en medios de
comunicación, pero no se puede hacer una ley que evite la crítica de personas o
ideas.
Eso debe quedar siempre en el rango de las libertades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario