Estuviste en coma. Tal vez tu corazón se detuvo por un instante, tal vez
no. Pero ni siquiera eso es necesario para tener una experiencia extracorpórea.
“Muchos individuos que han tenido ECM no estaban físicamente en peligro
de muerte, lo que indica que la percepción del riesgo de muerte en sí misma es
importante para provocar las ECM”, señaló el estudio.
Es suficiente que pienses que estás muriendo para que tengas una.
La Asociación de Psicología de Estados Unidos está de acuerdo. Define
las ECM como “eventos psicológicos profundos que tienen elementos
trascendentales y místicos y que ocurren típicamente a los individuos que están
cerca de la muerte o en situaciones de peligro físico o emocional intenso”.
En el caso de los pacientes de coma, el cerebro que produce las
ECM puede estar funcionando al mínimo, pero sigue vivo, según la hipótesis
de Laureys. Y en teoría se trata de una alucinación intensa. “La actividad
normal del cerebro produjo sus percepciones extraordinarias”, indica el
estudio.
Se necesitan más investigaciones
El equipo belga de investigación sólo ha estudiado a unos cuantos
pacientes hasta ahora y no ha podido obtener imágenes cerebrales de
los pacientes que tienen ECM para obtener datos sólidos que respalden la
hipótesis de la naturaleza fisiológica de la experiencia.
Como médico, Laureys siente que se debe investigar más, ya que muchas
personas temen que su consciencia permanezca mucho tiempo después de
su muerte, y de atestiguar lo que ocurra con su cuerpo. “Históricamente,
las personas tienen miedo de que las entierren vivas (...) La gente teme donar
sus órganos”, dijo Laureys.
Hay bastantes modelos espirituales que explican las ECM, dijo, además de
los supersticiosos. “Hay muchas explicaciones locas por allí”. Es momento de
aplicar más ciencia dura, agregó.
Laureys no quiere especular acerca de la existencia del cielo o el
infierno, pero dice que sólo una mínima parte de las experiencias cercanas a la
muerte son aterradoras. La mayoría son placenteras y edificantes.
Con base en sus relatos, parece que más personas van al “cielo” que al
“infierno”.
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