viernes, 9 de abril de 2010

ANTROPOMAXIMOLOGIA

ANTROPOMÁXIMOLOGIA

Hay pocas personas que alcanzan la total extensión de su capacidad durante el transcurso de sus vidas.

Se ha demostrado que la mayoría de la gente no utiliza mas allá de un 5% de su capacidad intelectual.

En años recientes ,muchos científicos se han dedicado al estudio de la capacidad humana. Esto se ha denominado: " ANTROPOMÁXIMOLOGIA "

ANTROPO : SER HUMANO
MÁXIMO: DESARROLLO MÁXIMO
LOGIA: ESTUDIO DE:

todos hemos notado que hay personas sobresalientes en el mundo.¿ Qué es ? lo que hace la diferencia entre éstas y el resto de nosotros.
Este pequeño grupo (0,5% - 1% ) son los que vibran o conmocionan a los demás.
Todos los grandes personajes de la historia han sido de este calibre.
Aunque esta posibilidad no está limitada a los que han sobresalido sino que cada persona tiene el mismo potencial, todos debemos y de hecho tenemos la grandiosa oportunidad de por lo menos intentar lograr el desarrollo máximo de nuestra capacidad.
Para que podamos evaluar y analizar nuestra propia capacidad de desarrollo, aquí
se detallan algunas de las características de aquellos que alcanzan ciertos grados de destaque.
El conocimiento y sobre todo la aplicación de éstos atributos en nuestras propias vidas nos ayudará a lograr integrarnos a este selecto grupo de triunfadores.

He aquí los atributos que hacen la diferencia, “ el valor agregado ” que hace diferentes a las personas que logran el éxito en sus emprendimientos.

1 ) Nunca quedan satisfechos con su nivel de desarrollo; siempre quieren exceder lo
Realizado anteriormente.
2 ) Evitan las situaciones cómodas. Hacen las cosas aunque no les gusten por que
saben de la importancia de su realización.
3 ) Tienen metas apremiantes. No sólo sienten que DEBERÍAN hacer algo, sino que
les impulsa la voluntad de que TIENEN que hacerlo.
4 ) Nunca culpan a otros. Resuelven los problemas. Cualquier tarea es un desafío que
hay que superar.
5 ) Les gustan e incentivan los riesgos. Pero toman estos riesgos con juicio y
moderación-
Nunca toman riesgos con descuido y sin calcular. Evalúan y proceden con tacto y
sin temor
6 ) Tienen VISIÓN son capaces de prever en sus mentes los resultados antes de
embarcarse a la ejecución del plan propuesto.
7 ) No son esclavos del trabajo, sin embargo si deben llevar a cabo algo, trabajarán
las 24 horas del día si es necesario.



8 ) Se manejan bien con las presiones. Reconocen que a nadie le interesa si están
nerviosos o presionados. Saben que sólo ellos deciden que hacer con sus vidas. Necesitan la tensión de la exigencia, pero confían en su capacidad de decisión.
9 ) Son objetivos. No son egoístas. Dejan que otros reciban el reconocimiento de un
atributo cuando se lo merecen.
10) Comprenden la naturaleza de la energía. Saben que si aplican suficiente fuerza
energética serán capaces de mover cualquier cosa.
11) Saben el significado de nutrir. Edifican y nutren a otros, siempre dejan las cosas
mejor de como las encontraron.
12) Entienden la sociabilidad. Disfrutan de los demás pero no dependen de ellos ,se
alejan de sus amigos y las diversiones si hay cosas mas importantes o prioritarias
que realizar.
13) Utilizan y entienden la auto-disciplina. No dejan que los hábitos, deseos y faltas
los controlen pues han desarrollado la capacidad de controlarse a sí mismos.
14) Tienen CORAJE. No son reacios por que los demás no se atreven a hacer algo.
Toman decisiones y no vacilan.
15) Tienen confianza en sí mismos. No dudan ni titubean. Su confianza se nutre de
acción y obras.
16) Entienden la importancia de vivir en el presente. No viven con los laureles del
ayer ni con las aspiraciones del mañana; ellos apuntan a lo mejor en el presente.
17) No se preocupan por los errores pasados y nunca basan las decisiones de hoy en
los errores del ayer. Esperan y viven por el éxito del presente.
18) Reconocen que las experiencias vienen individualmente y no por grupo.
Cuando reciben alguna capacitación ,aplican las enseñanzas a sí mismos y no se
escudan ni están pendientes de los errores de otros.
19) Son rápidos para perdonar, olvidan y siguen hacia delante desde dónde están.
Saben como perdonar sus propias fallas.
20) Comprenden la importancia de la empatía, ellos son capaces de interpretar los
sentimientos de otras personas, desarrollando al máximo esta cualidad.



Hugo W. Arostegui

Garabateando

Garabateando

Me detuve largo rato observando las hojas dibujadas con lápices de colores, que mis dos nietas, de cuatro y siete años, me dejaron sobre mi escritorio de trabajo, como recuerdo de la visita que en compañía de sus padres me habían realizado.

Estaba ensimismado, abstraído, mirando desde distintos ángulos, el hermoso trabajo
que ambas realizaron, en ese momento pensé en cómo estas niñas interpretaban sus impresiones a través de las imágenes que su intelecto les iba dictando como medio de comunicar sus emociones.

Cuántas interpretaciones se podrían realizar de esta singular forma de manifestarse que suelen tener los niños.

A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de observar cientos, de estos trabajos creativos realizados por niños de distintas edades, y poco a poco, con la ayuda de profesionales en la materia, fue comprendiendo en parte, las distintas etapas, en que el trabajo científico, aplicado al estudio de la creatividad infantil, suele clasificarlos.

La etapa del garabato, sin una forma definida, la célula, que intenta identificar una figura, la figura humana, de frente y de perfil, si le agrega ojos, si tiene boca, si sus manos tienen dedos, los colores que el niño ha escogido, en fin, una enormidad de detalles, que nos permiten orientar una aproximación al universo expresivo de la mente infantil.

La observación de estos grabados, y la valoración que mi mente intentaba realizar de los mismos, fueron despertando, poco a poco, mi propia imaginación.

Y la imaginación, me condujo a la reflexión, y la reflexión al análisis, y el análisis a la exposición de valores que hacen a las innumerables formas y circunstancias, en que intentamos “atrapar” como si pretendiésemos, extraer el agua de los océanos con las palmas de nuestras manos, sin darnos cuenta de que la misma, se escurriría inexorablemente entre nuestros dedos.

Tal la grandeza, e impotencia a la vez, de pretender “ clasificar ” en determinados compartimientos estancos, la inmensurable capacidad creativa de la imaginación de una criatura humana, en cuánto al uso de determinados medios expresivos con los cuales pretende transmitir sus impresiones del entorno que le rodea.

Resulta paradójico, que un adulto, que pretenda hablar con cierta autoridad, sobre la forma adecuada de “interpretar” el significado contenido, en una simple hoja de papel, garabateada por un niño, sin lugar a ninguna duda, deberá contar una muy sólida formación académica, así como una vasta experiencia en todo lo concerniente a las diversas formas expresivas que suelen utilizar los pequeños para comunicarse.






Cuánto mayor sea el grado de conocimiento que podamos alcanzar con relación al estudio de la conducta humana, veremos que proporcionalmente al grado de avance que alcancemos, crecerá en nosotros la íntima convicción, que es mayor el camino que nos falta recorrer para llegar a la cima, que los largos trechos transitados desde que tomamos conciencia de nuestra absoluta ignorancia.

“ Yo sólo sé que no sé nada ... ”
Sócrates

“ La cegadora ignorancia nos confunde. ¡ Oh miserables mortales, abrid los ojos.!
Leonardo Da Vinci

Cuando me detengo, como ahora, desbordado por la capacidad creativa de unas niñas, que dan vida sobre una simple hoja de papel, cual si fuere este papel un imaginario escenario donde estampan sus inocentes vivencias, me vienen a la mente las palabras de este salmo de David:

“ ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre, en toda la tierra.!

Has puesto tu gloria sobre los cielos;

De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,

A causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo.

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,

Digo: ¿ Que es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites.?

Le has hecho poco menor que los ángeles, y le coronaste de gloria y de honra.

Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;

Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes y todo ello,

Y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar;

Todo cuanto pasa por los senderos del mar.

¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra.!”
Salmos 8: 1 - 9







Recuerdo que cuando yo tenía seis años, mis dibujos y pinturas despertaban la admiración de los maestros de mi escuela, varios de mis trabajos fueron premiados .

La gran mayoría de mis dibujos realizados en la clase, una vez terminados, se los mostraba a mi maestra, y ella, llamaba a sus colegas para mostrárselos, de allí decidían junto con la directora, que yo debería recorrer todos los salones de clase para que todos los demás niños pudieran observarlo.

Cuando yo realizaba esos trabajos, sólo lo hacía, llevado por mi impulso de expresar en la hoja de dibujo, lo que surgía espontáneamente, a esa edad no pensaba en combinaciones, en perspectivas, sentido de las dimensiones, ni ninguna otra técnica, nunca pude entender los porqué de tanta admiración por algo tan sencillo.

Ahora mismo, al teclear en mi computadora, tengo la sensación de que estoy llenando una hoja con garabatos, garabatos que alguien procurará entender a través de “ su forma particular ” de interpretarlos, soy un adulto ahora, mis seis años han quedado muy atrás en el tiempo cronológico, pero confieso que el impulso de garabatear mis impresiones, salvando las distancias, continúa siendo el mismo.

Existe un pensamiento que me gustaría insertar en este tema:

“ Desde la edad de seis años yo tenía la manía de diseñar la forma de los objetos.

Por vuelta de los cincuenta había publicado una infinidad de diseños, mas todo lo que produje antes de los sesenta, no debe ser tenido en cuenta.

A los setenta y tres comprendí mas o menos la estructura de la verdadera naturaleza, las plantas, los árboles, los pájaros, los peces y los insectos.

En consecuencia, a los ochenta tendré hecho todavía mas progresos.

A los noventa penetraré en el misterio de las cosas; a los cien, habré decididamente llegado a un grado de alumbramiento – y cuando yo tenga ciento diez años, para mí, ya sea un punto o una línea, todo será vivo.”
Katsuhika Hokusai

Sobre este tema, el de la expresión escrita, ocurre lo mismo que cuando intentamos interpretar los dibujos infantiles, lo que la experiencia indica, es que cuando observamos el trabajo de un niño, lo mejor es preguntarle a él, sobre los distintos elementos que aparecen en su obra, en lugar de cometer la torpeza de pretender “adivinar” diciéndole lo que creemos nosotros que el ha querido comunicar.

Lo más probable, cuando intentamos conducirnos con torpeza, es que el niño nos corrija y nos demuestre con suficiencia infantil, que no sabemos nada de nada de lo que él ha querido expresar.






Cuando escribo, generalmente relato situaciones vividas muy intensamente, los elementos que aparecen en mi escenario descriptivo, no siempre tienen la calidad expresiva que el asunto a narrar merece, es ahí entonces que aparecen a los ojos del lector, mis garabatos, con los cuales pretendo trazar las líneas que den forma y figura a la experiencia que pretendo plasmar en relato.

Un escritor es un profeta en el mundo que describe, sin duda el contenido de su relato es fruto de la inspiración, y ese estado especial de percepción sólo puede ser alcanzado por medio de la intervención divina, existe una zarza ardiente en lo alto de nuestro camino, allí nos conducimos despojados de nuestros zapatos terrenales, para asistir a la presencia de lo excelso, rodeado de las musas que nos susurran al oído.

Jamás recurriría en mi relato a la improvisación, porque ese es el atajo engañoso por el que transitan los vanidosos, los que recogen las semillas que han caído en los bordes del camino, las que germinan en la superficie su fruto efímero y mezquino.

La semilla cuyo fruto permanece, germina en lo profundo de la tierra fértil, cuyas entrañas hay que escarbar con amor y tesón, esa es la semilla que produce la inspiración, el alimento que nutre el alma de todo creador, sea éste un artista, un músico, un pintor, un poeta, o un simple garabateador de papeles como yo.


Hugo W Arostegui

Los Colmillos del Tigre


Un amigo, citando a Hamlet, hizo referencia a la célebre frase: Ser o no ser... esa es la cuestión, en uno de los artículos expuestos en el libro Apuntes de un Publicista  del cual es autor.

La citada frase me  ha conmovido profundamente desde mi juventud y ha sido desde entonces un gran incentivo tanto en mi formación profesional como en las distintas actividades que he podido desarrollar a lo largo de una intensa y gratificante vida.

Ser o no ser, he aquí la cuestión,  ¿cual es el ser o el no ser del hombre? ,recuerdo una experiencia vivida con mi hija mayor en su época de estudiante universitaria, estábamos observando el comportamiento de nuestro perro y evaluando sus múltiples habilidades y en un momento dado le expresé a mi hija con admiración, cómo era posible que el animal supiese hacer tantas cosas y ella con naturalidad me contestó,
Papá el sabe, pero no sabe que sabe.

Esa era la cuestión el noble animal podía realizar muchas cosas pero no sabía que sabía, el era un perro, se comportaba como un perro pero no sabía que era un perro.

Esa conciencia de ser, es condición exclusiva de los seres humanos, el hombre tiene conciencia de ser, lo que no quiere decir de que todos los humanos coincidamos en una misma definición de lo que realmente sentimos que somos, digamos que el gran drama de nuestra condición humana es la búsqueda constante de una respuesta que satisfaga
los interrogantes que nos acicatean como dardos punzantes, al sentir,
pensar , razonar y actuar.

Aún no hemos podido respondernos preguntas tales como : ¿de dónde vengo?, ¿ quién soy,? ¿ a dónde voy ? preguntas relativas al ser, somos solamente carne y huesos que indefectiblemente se ha de consumir y desaparecer, y que del espíritu, el alma, los valores, los sentimientos, como dice el poeta “ El eterno Ensueño nació sobre las alas de la Luz sempiterna que rasga el velo de lo informe y atraviesa el Tiempo urdiendo incesantes modelos de Ser.
Mudo permanece el misterio, el sentido de éste peregrinar, infinita aventura de la existencia, cuyo correr a lo largo del cielo enciende innumerables círculos de senderos, hasta que al fin de la tiniebla brota el conocimiento en lo infinito del humano espíritu; y en ese alborear indeciso, sin romper su mudez, por entre el claro de la bruma contempla la visión de la Vida y el Amor, surgiendo del tumulto de penas y alegrías profundas. ”  Santiniketan, 16 de setiembre de 1929.

En la actualidad tenemos innumerables definiciones de “ser”  el ser biológico, el ser social, el consumidor, el agente económico, etc. etc. hemos montado toda una industria de lo humano, hemos incursionado hasta lo más recóndito de la conciencia individual y colectiva a fin de descubrir o crear necesidades insatisfechas que abran nuevos nichos en el mercado del consumo, motive la competencia y mantenga la inversión y la rentabilidad del capital.

Pero, otra vez la pregunta, ¿que es el hombre? El gran Filósofo y Poeta, Rabindranath  Tagore, en su libro La Religión del Hombre, nos decía : Aprendemos en la vida de los animales, que ellos van quemando las etapas de su formación paso a paso, al nacer están bajo la atenta mirada de sus mayores, juegan con otras crías de su especie , van fortaleciendo sus músculos y su instinto hasta alcanzar la plenitud de su potencial.

El tigre no sale a cazar otros animales hasta que no ha desarrollado sus colmillos, sus garras y toda su fortaleza física, entonces sí, se alimenta por si mismo y es autosuficiente, no lo hace antes, porque no esta maduro ni apto para sobrevivir en la Jungla, ¿como lo saben sus progenitores? otra vez viene a mi mente la respuesta de mi hija , los tigres lo saben pero no saben que lo saben, no tienen conciencia de ser.

Este ejemplo del poeta, citando la vida de los animales, nos puede ayudar a esbozar una respuesta a nuestra pregunta, ¿ que es el hombre ?, Sin duda podemos decir que es un ser racional, que tiene la capacidad de pensar y conciencia de “ ser hombre”.
 
Ahora, ¿cómo actúa el hombre ? decimos que es un ser racional pero vemos que se comporta irracionalmente, a diferencia de los animales, agrede el medio ambiente dónde vive y es un tremendo depredador de todo lo que encuentra al punto de comprometer su propia existencia.

En cuánto a la preservación de su especie, el hombre, el ser racional, obviamente no se comporta como las especies animales, el hombre no permite que sus críos quemen las etapas de su formación paso a paso, cuánto es el tiempo de un  niño, que cosas debe hacer y aprender en esa etapa?, cuándo se es adolescente? como vimos, el tigre actúa como tal cuando esta en su plenitud , sus garras y colmillos pueden cazar y matar solamente en esa etapa no antes, pero un niño puede tomar un arma y jalar el gatillo mucho antes de estar maduro y responsable para poder hacerlo, ha estado familiarizado con la violencia en la etapa en que debía solamente ser un niño y jugar con otros niños, y los jóvenes adolescentes que en vez de quemar etapas queman e hipotecan su futuro por decisiones tomadas cuando aún no estaban lo suficiente maduros para hacerlo, el tigre si sale a cazar cuando no esta listo para hacerlo no sobrevive, esa es la ley de la jungla, el hombre, animal racional, condena a sus hijos al abandono y la muerte en la jungla social donde impera la violencia, el maltrato, el abandono, el aborto y las drogas junto a otras plagas sociales por todos conocidas.

Hace algunos años comentado el drama de la violencia en las escuelas, un experto en psiquiatría nos comentaba, el problema estriba en que hemos perdido las referencias, los llamados “frenos de la conciencia” , identificando estos frenos en la enseñanza de principios y valores aprendidos en el seno del hogar, en familias bien constituidas con
la presencia de la figura materna y paterna, con abuelos, tíos, primos etc.

Estos valores que otras generaciones han aprendido y cultivado constituyen la base de nuestro ser social, hoy lamentablemente han sido socavados por la constante agresión de nuestra sociedad de consumo , la cual ha ido separando y confundiendo los roles, creando nuevos valores y necesidades, un mundo de solitarios insensibles carentes de afecto y calor humano.

Cuando mi amigo José y yo éramos niños o adolescentes seguramente sentíamos las mismas inquietudes que los niños y adolescentes de  ahora, recuerdo a una amiga de esa época que nos decía : todo lo que me gusta o es pecado o me engorda, sentíamos los mismos deseos, reaccionábamos con violencia e ímpetu propios de la juventud, pero había cosas que jamás las realizaríamos porque al momento de actuar, accionaban en nuestro inconsciente los frenos de la conciencia aprendidos en la niñez, esta sensación de lo que es correcto o no, ha impedido la ejecución de actos impulsivos que pudiesen comprometer nuestra integridad o la de nuestros semejantes.

Mi amigo es un publicista de gran calibre, de sólida formación moral, un profesional serio y responsable, por eso en sus apuntes hace referencia al componente ético como un ingrediente imprescindible en una actividad como la suya que ejerce una tremenda influencia en el comportamiento social.

Nuestra sociedad en todas sus expresiones necesita cada vez mas de la comunicación
es por eso que esta actividad debe tener claro sus objetivos el cual no es otro que el brindar servicio a la sociedad a través del individuo, el individuo niño, adolescente,
hombre o mujer, adulto o anciano, una creación única e irrepetible, alguien que tiene
en si mismo la semilla de toda una especie sólo comparable con la dignidad de los Dioses.

Ser o no ser, tu tienes la respuesta.  


                                                                       Hugo W. Arostegui








La Creatividad Humana

La Creatividad Humana:
En nuestras vidas ocurren situaciones de muy variado tenor, el simple hecho de estar vivos, nos lleva a ocupar espacios, a impregnar el territorio en el cual nos movemos de cierta aureola, algo que es nuestro en el sentido de identidad, que nos diferencia de los otros, y esa diferencia, ese ser singular, emite su propia impronta, su “ yo soy” y su accionar en el contexto de la convivencia, no siempre es percibido por los demás de la misma manera.
En las acciones inherentes al simple hecho de vivir, aunque dediquemos lo más preciado de nuestro esfuerzo al logro de objetivos que redunden en beneficio de todos los que conforman nuestro entorno íntimo, lo que hagamos, pasará, inexorablemente, por “la vara de medir” de cada uno de sus integrantes.
Los receptores del resultado de nuestras acciones, evaluarán y emitirán su juicio, de acuerdo a sus propias escalas de valores, sopesarán el costo-beneficio que supuestamente pudiesen haber recibido y el grado de compromiso o reciprocidad que las referidas acciones conlleven.
Podemos creer que nuestro comportamiento hacia los demás ha sido el mejor que se podría esperar, y que somos merecedores al reconocimiento, de todos aquellos, que, suponemos, han sido beneficiados por nuestra conducta, pensamos que los hechos positivos que hemos realizado, oficiarán de créditos a nuestro favor, una suerte de inversión a futuro la cual redundará en una abultada suma de gratitud acumulada a través del tiempo.
La cual, con el paso del tiempo, nos será reconocido y llegado el caso, recompensado por la reciprocidad.
Este sentimiento, que ha crecido abonado por la esperanza propia del sembrador que deposita la semilla en la tierra, confiado en su fertilidad y en un clima propicio que haga posible la germinación y crecimiento de lo que seguramente será, en su debido tiempo, una abundante cosecha.
Ahora bien, comencemos a deshilvanar, paso a paso, el entretejido de la trama con la que hemos confeccionado el manto con el cual hemos cubierto nuestras acciones a lo largo del trayecto que hayamos recorrido en esta vida, trayecto que puede haber sido lineal, vale decir, una sola vida, un nacimiento, una niñez, una juventud, estudio, trabajo, familia, etc.
O puede haber sido una sucesión de distintas formas de vivir, la niñez hasta… y después de… la escuela tal, o las escuelas tales, mi madre, mi madrastra, mi esposa, mi o mis ex esposas, los hijos míos, los hijos de, y así sucesivamente.
Si bien cada uno de nosotros es un universo en sí mismo, lo cierto es que nos interrelacionamos unos con otros, que nuestra condición humana es esencialmente un fenómeno social, los seres humanos estamos ligados a la convivencia, a un punto tal, que es inimaginable la supervivencia de la especie sin relacionarlo con la interrelación de todos y cada uno.
Y todos y cada uno de nosotros, conformamos e integramos, una variada gama de constelaciones, ya sean éstas, familiares, profesionales, gremiales, políticas, deportivas, etc.
El término globalización, si bien se emplea para referirnos al grado de desarrollo de la tecnología, las comunicaciones, el mercado internacional, etc. situación que genera grados tales de interdependencia que nos hace sentir como propios a acontecimientos que ocurren en el otro extremo del planeta, también es aplicable al fenómeno de las interrelaciones de la sociedad humana en su conjunto.
Nuestras acciones surcan el espacio sideral donde se desarrolla la vida humana, cual meteoros que se desplazan a gran velocidad, colisionando y fusionándose unos a otros, son la energía vital que desarrolla el intelecto y nos proyecta hacia el futuro, la evolución de nuestra especie, el genio que investiga y descubre, el artista que encuentra nuevas fuentes de inspiración a su imaginación creativa, el poeta, el escritor, los lectores, los televidentes, los llamados internautas, todos y cada uno, se expresan en reacción a las señales que perciben en ese vertiginoso desplazamiento de acciones humanas al cual llamamos vida.
Hugo W. Arostegui

Llamando A Tu Puerta: Una lección De Vida


Cuando te diriges a otras personas, empleando tonos despectivos, como: “qué se piensa ese que es”, deberías, previamente, intentar responderte algunos interrogantes relacionados con tu propia persona, claro que, para llegar a este punto, es necesario que poseas un mínimo de capacidad autocrítica, cualidad ésta, que de acuerdo a lo que se puede apreciar a simple vista, no tienes ningún interés en cultivar, sobre todo, cuando se tiene una tendencia natural a todo lo vulgar y mediocre, cuando la soberbia y la vanidad, que manan a raudales de tu ser interior, apenas pueden ocultarse tras tu apariencia de “niña bonita” ,apariencia que bruscamente se desvanece a la menor contrariedad de cualquiera de tus caprichos.
Se pueden tener caprichos eso no está mal, también se pueden anhelar o ambicionar, como es tu caso, un sinnúmero de cosas que otros tienen o dicen que tienen, a tu edad todo es posible, puedes defender tu espacio con uñas y dientes, tener más libertad de acción, no rendir cuentas a nadie de tus actos, etc. etc., todo eso puede ser… pero:
Cuando uno pretende transitar por los senderos de la “autosuficiencia” en el sentido de poder hacer “ todo lo que se le antoja” debe primero aprender algunos principios básicos que hacen a la convivencia entre humanos supuestamente civilizados, debes comprender que el ser humano es esencialmente un ser social, y esto no es simplemente una frase aprendida en alguna lección de sociología, nuestra condición, salvo muy raras excepciones, sencillamente no puede desarrollar todo su potencial a menos que se interrelacione con los demás miembros de su especie, aprendiendo, paso a paso, las leyes que regulan esa convivencia.
Personas como tú, quizás piensen que las leyes y las normas, dictadas mucho tiempo antes, de que los ovarios fecundados de tu madre, permitiesen tu irrupción al mundo de los seres vivos, no son otra cosa que restricciones arbitrarias, imposiciones de los más viejos, cuya finalidad tiene como único objetivo, el de pretender imponer su vetusta voluntad, sobre los que, como tú, son jóvenes, inteligentes, informados, modernos, y por ende, mejor dotados para tomar sus propias decisiones, sin depender de nada ni de nadie.
Hay Señor: ¡Cuánta ignorancia!
Vivimos en un planeta llamado Tierra, el cual, como todos hemos aprendido, forma parte de un sistema al que los científicos han llamado “sistema solar”, también nos han dicho, que este sistema solar, forma parte de una galaxia, y que incontables millones de éstas galaxias se interrelacionan armónicamente conformando nuestro Universo.
Este insignificante punto en la inmensidad del espacio, llamado Tierra, en el cual vivimos, también está regido por leyes, la de la gravedad, por mencionar una, la cual determina, entre muchas otras cosas, que todos los seres vivos, que habitamos su superficie, estamos literalmente, aprisionados a su suelo, desde el gusano que repta y orada sus entrañas, hasta el águila majestuosa, que surca con su vuelo las cumbres de las montañas.


Por qué menciono esto, por la sencilla razón de pretender demostrar que no existe ningún lugar en el universo donde no se respeten los espacios, tanto individuales como colectivos, y este equilibrio armónico sólo es posible, cuando cada uno de los actores cumple con la finalidad de su propia esencia y razón de ser, aquí y ahora, asumiendo las responsabilidades inherentes a la cohabitación en un mundo que nos cobija a todos, en la convivencia pacífica de todos los seres vivos, existen reglas que regulan y garantizan derechos y obligaciones, nadie, absolutamente nadie, puede exigir el respeto de los demás si en contrapartida no está dispuesto a respetar y salvaguardar el derecho de todos y cada uno.
Esto que te estoy diciendo, si aún no lo haz aprendido, se denominan principios básicos de convivencia, el desconocimiento de los mismos, no nos exime de su vigencia, sólo demostrará el grado de desviación que hayamos alcanzado en la ruta que nos conduce a nuestra propia realización, cuánto más tardemos en comprenderlo, mayor serán las posibilidades de frustración, este es un camino donde no existen atajos ni desvíos, ciertamente, por el bien de nuestra propia especie, no deberíamos pretender que alguien realice alguna tarea, por sencilla o compleja que nos parezca, que podamos estar capacitados para efectuarla por nosotros mismos.
Y esto no es por puro egoísmo, todo lo contrario, es la ley de la vida, la misma ley que impulsa a los pájaros a expulsar a sus pichones de sus nidos, una vez crecidas suficientemente sus alas, para que aprendan a volar por sí mismos y sobrevivan.
De manera que, si ya haz testado la fortaleza y longitud de tus propias alas y consideras que estás en condiciones de volar libremente, adelante. Pero… Cuidado!
Las aves no se arrojan solas al vacío, ni se separan de su grupo, permanecen juntas y se protegen mutuamente.
Hablando en términos tecnológicos, imagínate una gran aeronave, dotada de todos los elementos necesarios para garantizar la mayor seguridad en su desplazamiento por el espacio aéreo, piensas que esta majestuosa aeronave, ¿prescindiría de su contacto con la Torre de Control? ¿Viajarías tú en una aeronave, por mejor equipamiento que posea, si su piloto se comportara de tal manera? Sin duda que eres lo sufientemente inteligente como para no cometer semejante imprudencia.
Cuánto más experimentado sea el piloto, mayor serán las precauciones que tome al pilotear su nave.
Te has puesto a pensar, que tú también eres un piloto, que estás pretendiendo conducir la nave de tu propia vida por los caminos desconocidos del porvenir, me viene a la mente, las palabras del poeta Antonio Machado, el cual sabiamente nos dice: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.


El tiempo que llevamos compartiendo algunos espacios de nuestras vidas, me ha permitido captar algunas señales – sería prácticamente imposible pretender captarlas todas- señales que hacen a tu entorno, a tus preferencias e inclinaciones, a tu escala de valores, tales como los referidos a la cultura, al cultivo del lenguaje, la solidaridad que es fruto del grado de empatía que hayas desarrollado, sobre todo en lo que se refiere a tu entorno familiar, la ausencia de gratitud por todas las cosas que recibes a diario, el uso y abuso de todo lo que está a tu alcance sin importar su origen, tu vanidad y egocentrismo, etc. etc.
Estas señales que emites, las cuales, como te digo, he podido captar, me permiten percibir, que estamos ante la presencia de un ser, que no obstante, poseer potencialmente, digamos en el plano aún carente de cultivo de tus aspiraciones personales, corre el serio riesgo de convertirse en algo un tanto desagradable, una personita fútil, superficial y vanidosa, a la cual es mejor evitar.
Entonces, ante tu pregunta, un tanto despectiva, de ¿quién se piensa este que es? Cuando te diriges a otras personas, que quizás no compartan plenamente tus tan particulares puntos de vista, correspondería que previamente estuvieses en condiciones de formular juicios de valor sobre tu propia persona, y te respondas con sinceridad, ¿quién pienso que yo soy?
Tal como lo he mencionado antes, el valor que cada uno se pueda dar a sí mismo, está directamente relacionado, con el grado de desarrollo que haya alcanzado, en su capacidad de reconocer las innumerables acciones, que, día a día, son realizadas por personas de nuestro entorno, sin reclamo alguno, con la única finalidad de colaborar, para que nuestra propia vida, sea mucho más placentera, de lo que sin duda sería, si ellas no estuviesen allí, para hacer que las cosas realmente sucedan.
Acciones tales como: Darte afecto, proporcionarte y servirte los alimentos que consumes, el abrigo que te cobija, los recursos que demandas para satisfacer tus necesidades, etc. etc.
Una lista enorme de bienes y servicios que diariamente consumes, que demandas que se te brinden, por la sencilla razón, que te consideras con el derecho de demandarlos, sin que te sientas con la elemental obligación de agradecer y si es posible, retribuir.
Si miras con atención tu entorno, podrás ver, aunque hay un dicho muy sabio que dice, “ no hay peor ciego que aquel que no quiere ver” que prácticamente no existe ninguna cosa de las que demandas día a día, que provengan de tu propio esfuerzo, en realidad se puede decir que eres tan dependiente de los demás, como lo podría ser una persona inválida, tu por ti misma, no aportas ningún valor, no agregas nada, sólo reclamas, ¿crees tú que mereces lo que a diario recibes?
¿Piensas que el simple hecho de que son tu familia obliga a los que conviven contigo a dar y dar, sin recibir ningún tipo de reconocimiento por lo que hacen?
Las personas que realmente te aman, están allí, siempre dispuestas a extenderte sus manos, pero debes entender, que esas personas tienen un gran valor en sí mismas, han aprendido que los milagros, no se piden ni se reclaman, simplemente se producen.
Ellos son los hacedores de la vida diaria, los que transforman dedicación y sacrificio en obras de invalorable valor, los que permanecen ignorados, ajenos al reconocimiento y a la gratitud.
Vivimos en un mundo de consumo, estamos permanentemente en acecho, buscando, como lo hacen las fieras en medio de la jungla, consumir, consumir, es la consigna de la hora.
Lo que anhelamos hoy, puede ser descartable mañana, siempre habrá algo que despierte nuestro deseo de consumir, todo esto ocurrirá, hasta que llegue el día en que la calesita de la vida se detenga y nos tengamos que descender de ella, es en este punto trascendente de nuestra efímera existencia, cuando nos damos cuenta de la naturaleza del valor, de aquello que hemos dilapidado, despreciado o simplemente ignorado.
Lo del principio, cuando te refieras a los de tu entorno, te sugiero que sustituyas los gestos despectivos, por sentimientos de afecto, por reconocimiento y gratitud, porque ellos están allí, no para ser consumidos y descartados, sino para darle sentido humano a cada día.
Si hoy, no le encuentras sentido a mis palabras, la esperanza de un mañana en que sí puedas entenderlas, permanece.
Hugo w Arostegui

Si lo que buscas es un lugar mejor para vivir

.Estos días estamos siendo saturados por la propaganda preelectoral para las próximas elecciones departamentales, donde se elegirán las autoridades que deberán representarnos, a todos los que somos potenciales electores, en la conducción de la administración de este lugar, un lugar, que, por las razones que cada uno pueda esgrimir, es el que compartimos con otros conciudadanos , con quienes conformamos esto, que entre todos se ha construido.
En la medida en que nos sintamos parte integral de esto, en que sepamos que lo que tenemos no es un simple lugar en el cual “alguien” o “ algunos” cada cierto tiempo deberá conducir su destino, para bien o para mal del conjunto de todos, y, cuando digo todos, me refiero a ti, a mí, a mis familiares, amigos, vecinos, a los de este barrio y a los que viven en los otros barrios, pueblos, villas, ciudades, en los pobladores urbanos y los que habitan en áreas rurales, todos es mucho más que uno o algunos, todos constituimos ciudadanía, todos, absolutamente todos, sin exclusiones, compartimos y damos sentido a esto, y esto, no es otra cosa que una realidad que nos identifica, que nos ubica , no solamente en un mero punto geográfico de una nación, sino , y esto es lo más importante , nos esboza el perfil humano colectivo, el cual podrá gustarnos o no, pero es la imagen que generamos , esto, es nada más ni nada menos, que el lugar en el cual nos está tocando vivir.
El mejor lugar no podrá construirse jamás sin tu propia participación, nadie puede , y si pudiese, no debe, hacer por ti, aquello que tú deberías realizar por ti mismo, de manera que si lo que pretendes, es transformar el lugar donde vives, en el mejor lugar para vivir, no basta con dejarte horadar los oídos por la propaganda un tanto compulsiva de algún pretendiente a Mesías, que te promete ser el salvador y redentor de todas tus dificultades ciudadanas, si sólo le sigues y le proporcionas tu voto en la próxima elección.
El mejor lugar, dependerá siempre de ti, de tu proyecto de vida, de lo que estés dispuesto a invertir para alcanzarlo, sin tu esfuerzo y sacrificio personal, nunca podrás concretar tus metas, y, ya que estamos hablando de metas, te pregunto: ¿sabes tú lo que es una meta?, ¿tienes alguna idea de la forma que tiene una meta?, si no puedes o no te animas a responder esta sencilla pregunta, permíteme hacerte la siguiente analogía:
Si yo tuviese que representar en forma física una meta, te diría que una meta tiene la forma y la consistencia de una silla de sentarse, piensa en la silla que actualmente usas, sin duda te es de cierta utilidad, te proporciona seguridad y confort, quizás tengas planeado cambiarla algún día por otra que sea mejor, bien que haces, pero cuando lo hagas o intentes hacerlo, recuerda algo que considero fundamental, que le da sentido a todo lo que pretendo decirte, cuando uno utiliza o compra una silla, lo hace para sentarse encima de ella, nadie se compra una silla, para luego sentarse en el suelo.
Lo mismo ocurre con tus metas, no puedo siquiera imaginar cuán ambiciosas y loables sean las tuyas y me congratulo que las tengas, pero las metas no se elaboran con el propósito de darle rienda suelta a nuestra imaginación, las metas se construyen para servir de hoja de ruta, para ayudarnos a alcanzar nuestro objetivo en la vida, comparando nuevamente las metas con las sillas, por favor, no te distraigas ni pierdas tu mas valioso recurso, me refiero al recurso de tu tiempo y espacio en esta vida, el cual no es renovable ni transferible, no permitas que el tiempo pase sin que puedas construir una buena silla, y por favor no te conformes con sentarte en el suelo.
Volviendo al principio de este artículo, te sugiero que prestes atención a lo que suena a tu alrededor, lo que pasa delante de ti , en esta verdadera calesita de promesas que gira y gira, saturando nuestra vista y audición con las más variadas ofertas de buen gobierno, y poniendo cierta distancia, como quien se dispone a observar una obra de arte, te detengas a contemplar sus luces y sus sombras, sus proporciones, la capacidad expresiva de su autor, y sobre todo, si le encuentras algún valor ético o estético a tal representación.
El mejor lugar lo disfrutaremos todos, sin privilegiados ni excluidos, cuando todos y cada uno, tanto tú como yo, nos decidamos a ser cada día mejores personas, a superar nuestras propias limitaciones, no importa la relevancia de lo que hagamos, ni a la mal llamada clase social de donde provengamos, lo que verdaderamente importa es que si eres un obrero o un empleado, que seas un buen obrero y un buen empleado, que si eres un empresario o un comerciante, que no evadas tu responsabilidad social, lo mismo vale para cualquier actividad que se realice o para el grado de instrucción que hayas alcanzado.
Quizás tú te sientas excluido de lo que digo porque no tienes trabajo, porque según dices no lo encuentras por ningún lado, si te encuentras es esta situación, lejos de la exclusión, lo que debes hacer es prepararte, el buscar una ocupación en la vida también es un trabajo al cual te debes dedicar plenamente haciendo horas extras si fuese necesario, nadie, ni siquiera un político en campaña, vendrá a buscarte a tu casa, nadie estará dispuesto a emplearte si no sabes hacer nada, así que si tú también quieres un mejor lugar para vivir, intégrate, busca ayuda, aprende a hacer algo que valga la pena hacer, y seguramente tu también lo lograrás, como tantos lo hacen cada día en el mismo lugar y en las mismas condiciones en que tú te encuentras.
Si quieres un mejor lugar para vivir, comienza a construirlo ahora, ¿mañana? Ese mañana no lo esperes, porque ya pasó.
Hugo W. Arostegui