lunes, 16 de mayo de 2016

Un Alto A La Vera Del Camino.



Hay momentos, en que solemos detenernos al costado del camino, allí donde encontramos un espacio vacío donde la soledad nos ofrece el refugio de su sombra y el trinar de los páganos nos acoge con la suave y melodiosa entonación de una plegaria a la vida.

Esos momentos, durante los cuales recapitulamos sobre las vivencias que hoy sustentan nuestro pasado, incluyendo aquellos que insisten en su estéril permanencia haciendo caso omiso de las horas, que una tras otra, van dejando en su puñado de minutos transcurridos, la inefable tarea de irles sepultando en el recuerdo.

Dicen que cada cosa requiere de su tiempo y lo mismo ocurre con los recuerdos, sentimos la gratitud que tales vivencias nos han depositado en lo íntimo del alma, en ese lugar espacioso donde siempre existe un lugar donde albergarlos, es en ese recóndito espacio donde anidan los sentimientos, dónde les depositamos para volver a rememorarlos cada vez que la necesidad de convocarles nos haga encontrar, al costado del camino, una sombra reparadora de las duras jornadas que aún nos faltan transitar.


Hugo W Arostegui

viernes, 13 de mayo de 2016

Encuentros En El Sendero


Estos días pasados he incursionado por los senderos que conducen a la intersección  de varios caminos, como quién circula por una autopista de múltiples carriles y observa los indicadores que anuncian los desvíos que se avecinan más adelante y hacia dónde éstos se dirigen.  

Cuando la ruta es conocida y se tiene claro el lugar al cual nos dirigimos, casi no es necesario prestar demasiada atención a nuestro entorno, recorremos largas distancias sumidos en la abstracción, con la mente puesta en la ansiada llegada, en el punto de encuentro con lo que es el objetivo de nuestro viaje.  
Quienes hemos realizado rutinariamente determinados viajes, sabemos que aunque recorramos cientos de kilómetros, lo que pasa delante de nuestros ojos y lo que puedan percibir nuestros sentidos, nos resulta indiferente, miramos sin ver, escuchamos sin oír, transitamos sin percibir lo transitado y nuestro viaje no tiene otro sentido que mirar una larga sucesión de imágenes de indicadores de la distancia que nos separa del destino final al cual nos dirigimos.  

Ahora, cuando desconocemos el camino y hacia dónde nos conduce, la situación es bien diferente, todo lo que sucede a nuestro alrededor cobra importancia incluso los detalles más insignificantes, se puede decir que estamos atentos a nuestro entorno, que nos hemos integrado, la indiferencia y el desinterés del tránsito rutinario han dado paso a una nueva forma de transitar, quizás ahora sí miremos para ver, retener, conocer, oigamos los sonidos, las señales acústicas, la voz de los otros que comparten nuestro viaje, el sentido de nuestro desplazamiento , y sobre todo tomamos consciencia de cuántos "otros"  que también son "yoes"  constituimos  "el todo"  que  juntos proporcionamos " el rostro humano"  de una sociedad organizada en base a la solidaridad de los unos para con los otros.  

Suelo transitar por caminos desconocidos donde son posibles los encuentros inesperados con personas que desconoces, que descubres en medio de la multitud que pasa diariamente a tu lado , situaciones similares a la experimentada por el Divino Maestro, cuando estando en medio de la multitud que se agolpaba a su alrededor, manifestó, ¿ quién me ha tocado?
"De pronto Jesús, reconociendo dentro de sí que había salido poder de él, volviéndose a la multitud dijo: —¿Quién me ha tocado el manto?
Sus discípulos le dijeron: —Ves la multitud que te apretuja, y preguntas: "¿Quién me tocó? El miraba alrededor para ver a la que había hecho esto." Marcos 5. 21 – 43

Salvando las distancias, esta experiencia que hemos descrito se asemeja a las que podemos experimentar, cada uno de nosotros, cuando transitamos por la vida atentos a la energía que irradiamos, entonces han de aparecer las afinidades y las diferencias apreciaremos la diversidad de posturas que cada uno asume ante circunstancias similares a las nuestras,  aunque aún así, sigamos sin darnos cuenta de cuánto nos ayudaría el simple hecho de poder despojarnos de nuestros egos autistas para poder compartir nuestras singularidades, aquello que nos identifica como individuos pero que a su vez, nos complementa.

No se trata de una simple operación matemática, si contabilizáramos el número de individuos con los cuales nos entrecruzamos a lo largo del sendero, obtendríamos un número, quizás hayan sido diez, o veinte, quizás fuesen cien o miles, pero fuere cual fuese ese número hipotético resultado de nuestra suma, deberíamos respondernos, han sido tantos, ¿pero tantos qué?

Sin duda la respuesta nos daría una pauta de cuánto desconocemos de aquellos que miramos sin ver, que cruzamos sin mirar, que percibimos sin identificar, a los cuales ignoramos para no exponernos, como quién se recubre de profilácticos para no contraer el mismo mal que socialmente portamos, el mal de la indiferencia colectiva que nos destruye a todos por igual  sin darnos cuenta que el único antídoto que podría inmunizarnos se encuentra en el contacto en vivo y en directo con nuestro prójimo aquellos que caminan con la misma indiferencia que caminamos nosotros.


Hugo W. Arostegui





Vivir En Sociedad



Algunos amigos me han solicitado que les diera mi parecer sobre ciertos temas que por su reiteración y trascendencia están provocando un fuerte sacudón a las bases de sustentación de las estructuras tradicionales sobre las cuales se asienta nuestra sociedad.
En lo personal, estimo, que los acontecimientos que hoy tanto nos preocupan -y a los cuales estos amigos hacen referencia-  han estado desde siempre instalados en nuestra conducta colectiva, en nuestro "entramado social" donde tienen cabida todas las variables potenciales de comportamiento.  
El estado de conmoción, entonces, se debe a que tal como sucede con los ríos, arroyos o las simples cañadas, la inestabilidad del clima y la acumulación de precipitaciones, provocan el desbordamiento de sus causes naturales, embistiendo con furia todo lo que encuentran a su paso.
Por más terribles  que nos parezcan las condiciones actuales, éstas no difieren, en lo esencial, con las que observamos en el comportamiento cotidiano de nuestra especie a lo largo de la historia, las religiones nos mencionan la eterna lucha entre el bien y el mal, cual si fuesen estos polos, aparentemente opuestos, los generadores de la energía vital que hace posible el desarrollo de la inteligencia creativa, condición esencial en la evolución de los humanos.
El simple hecho de pretender  dar una opinión sobre ciertas cosas que han cobrado gran relevancia en la opinión pública de un extremo al otro del planeta, convirtiéndolo  a este, nuestro "globito terráqueo" en una síntesis globalizada donde convivimos más de siete mil  millones de congéneres,  en una minúscula aldea, situada en un insignificante punto del universo, que salvando distancias y proporciones, se parece a un hormiguero humano surcado por millares de senderos que se entrecruzan entre sí.
 Como seguramente todos comprenderán, opinar en estas circunstancias no resulta una tarea sencilla de abordar, sobre todo cuando lo que está en juego constituye una argamasa en la cual, de una forma u otra, por acción u omisión, todos hemos introducido nuestras manos, salpicándonos unos a otros con la mezcla de los elementos introducidos en nuestro afán de anteponer la satisfacción de nuestros intereses particulares sobre el bienestar común de toda la sociedad.
Pienso que antes de intentar siquiera esbozar  una respuesta a las inquietudes planteadas, sobre todo a las relacionadas con las dificultades de  convivencia entre humanos, como ser: la violencia, la intolerancia, la creciente indignación colectiva contra las iniquidades del sistema capitalista, la inmoralidad de los gobernantes, etc. etc. por mencionar  algunas, deberíamos tomarnos un tiempo para replantearnos en profundidad, sobre cuáles bases se han construido los fundamentos que sostienen toda la argumentación social que da sentido a la creación de los estados organizados y que dan vigencia a lo que llamamos "El contrato Social"
"Durante siglos las bases constitutivas de la sociedad se han correspondido con una estructura basada en la existencia de estamentos, grupos sociales estancos que definían una jerarquía de poder. La monarquía y la nobleza, con su escalafón, los gremios (embrión de la burguesía) y los siervos, constituían la estructura social en Europa.
En otras sociedades no europeas se daban similares formas, como el caso de la India con su sistema de castas que aún perdura.
En realidad podemos considerar esta estructura como la extensión y magnificación de los grupos humanos más básicos y propios de la prehistoria.
 Más aun, si observamos estructuras grupales de otros mamíferos, especialmente cazadores, también encontramos estructuras jerárquicas.
 Podemos por tanto suponer que estas estructuras sociales son en realidad consecuencia de nuestros instintos más básicos.
 Por otra parte, la evolución de la cultura, en su sentido más amplio como resultado de la capacidad intelectual que nos diferencia del resto de animales, impuso la necesidad de "justificar" la organización social y la desigual participación en los beneficios que reporta la propia sociedad.
 Ese encaje de bolillos que es dicha justificación tiene su base en la alianza entre las clases dominantes, que gozan del poder y la propiedad, y los detentadores del poder religioso, cuya función en la alianza es la de aportar los argumentos tales como que el orden social es el que es por voluntad divina, obteniendo a cambio parte del botín.
 Como herramienta se utilizará el concepto de ley natural (coincidente con la voluntad de dios) (San Agustín , Santo Tomás de Aquino), concepto ya apuntado por Aristóteles.
 La ley natural es común a todas las culturas y por tanto independiente de cualquier modelo social concreto.
Y esa ley natural es la que genera el derecho natural que, curiosamente, ha permitido establecer la categorización de la sociedad, permitiendo y justificando la acumulación de poder en las clases dominantes y la explotación de las dominadas (incluso la esclavitud)
Una sociedad que fomenta la existencia de desheredados sociales es una sociedad inestable que solo puede mantener el orden en base a la represión.
En épocas de bonanza económica, las migajas a repartir entre las clases dominadas pueden ser suficientes para calmar los deseos de equidad y los sectores marginales (incluso en los mejores periodos de bonanza hay sectores marginales) son lo suficientemente reducidos como para que su incidencia sea nula.
Pero cuando se presentan las periódicas crisis o la explotación de esas clases por las dominantes llega a niveles inadmisibles, la sociedad se tambalea y en ocasiones llega a la crisis total.
La revolución francesa es el ejemplo más claro de cómo un modelo social, totalmente agotado por los cambios tanto ideológicos como técnicos, se derrumba para dar paso a un nuevo modelo que lo sustituye.
La caída del Antiguo Régimen dio lugar a la sociedad actual.
Por supuesto los herederos de los revolucionarios de finales del siglo XVIII hoy son los más firmes defensores del "orden" y contrarios a cualquier veleidad revolucionaria que cuestione el actual sistema de organización social.
Pero es innegable que ellos son hijos de quienes salieron a la calle y cortaron las cabezas de los monarcas y nobles.
Durante la Ilustración, surgen nuevos paradigmas basados en la individualidad y la propiedad, entendiendo la sociedad como suma de voluntades individuales y garante de los derechos de libertad individual y de la propiedad. Serán la base de la sociedad actual, del liberalismo tanto social como económico.
Son varios los personajes de este periodo que aportan su visión (Hobbes, Lokce, Rousseau…), no siempre coincidentes, incluso contradictorios.
En realidad estas nuevas concepciones no resuelven los problemas existentes.
Simplemente hacen gravitar el poder desde la clase nobiliaria a la burguesa
Todos esos cambios se reflejan en la dicotomía entre Derecho Natural y Derecho Positivo, entendiendo este último como el emanado del poder legislativo, que, supuestamente, emite sus leyes para el ordenamiento de la sociedad y en base al bien común.
La validez del concepto de Ley Natural es en realidad muy fácil de cuestionar. Veamos algunos ejemplos.
Comencemos por uno de los derechos más encomiados, el derecho a la vida (el "no matarás" de los mandamientos bíblicos).
Es cierto que si se pregunta si este derecho debe ser respetado, la respuesta unánime es "Sí". La conclusión inmediata es que ello es una demostración de la validez de la Ley Natural.
Pero si examinamos con más profundidad el tema, aparecen las primeras contradicciones.
Si el derecho a la vida debe ser respetado y es consecuencia de un impulso interno y no el resultado de un modelo cultural, no puede haber excepciones.
Por tanto el rechazo a la pena de muerte debería ser universal.
Aun más, la propia existencia de ejércitos y la utilización de la guerra como recurso de poder serían totalmente inadmisibles, si realmente existiera un condicionante tal que considerara la muerte de un semejante como algo inaceptable.
Si en el caso del derecho a la vida es obvia la contradicción, con más claridad aun se constata en temas como el divorcio, el aborto, la homosexualidad, la moral sexual, en los que la opinión de la persona está claramente vinculada a su línea ideológica.
El puritanismo de la era victoriana, donde se llegaron a poner fundas a las patas de los pianos por considerara indecente su visión directa, y su paulatino abandono por parte de la mayoría de la sociedad hasta el punto de causarnos hoy sorpresa y risa muchos de sus planteamientos, es un claro ejemplo de lo subjetivos que son los conceptos de bondad y maldad en la sociedad.
La conclusión obvia es que no existe ningún elemento objetivo sobre el que basar la convivencia. No hay ley a la que recurrir para determinar lo que es aceptable y lo que no.
El subjetivismo es total en la estructuración social.
Por otra parte el derecho positivo está viciado desde su origen por cuanto lo que se pretende garantizar es solo el derecho a la libertad individual y a la propiedad, pero no se contemplan las consecuencias que pueden llegar a provocar de estos derechos en el ámbito social si el ejercicio de los mismos son causa de desequilibrios.
En realidad la falta de regulación de los mismos generan la pérdida de libertad real de buena parte de la sociedad (no existe libertad real si no se dispone de medios para ejercerla)
¿Debemos, por tanto, aceptar el "todo vale" en la concepción del modelo social?
Para responder correctamente a esta pregunta previamente debemos entender el porqué de la existencia de la propia sociedad.
¿Por qué el ser humano vive en sociedad? Por necesidad.
Considerado como simple mamífero, el ser humano es probablemente el animal peor dotado para la supervivencia.
Comparativamente hablando, es lento, débil, carece de garras, dientes o cualquier otra capacidad ofensiva digna de mención.
Aisladamente es presa fácil.
Así que su mejor garantía de supervivencia es el establecimiento de un modelo social que permita el mutuo apoyo.
El segundo elemento que ha favorecido su supervivencia es el elemento diferenciador de la inteligencia, que le ha permitido la utilización de recursos de la naturaleza para cubrir sus necesidades.
Ello ha generado la especialización, mediante la cual cada individuo de la sociedad es capaz de hacer su aportación específica a las necesidades globales de dicha sociedad.
Así pues la vida en sociedad es necesaria para la supervivencia de la especie humana.
¿Cuál debería ser la base sobre la que edificar el modelo de sociedad? Si la existencia del modelo social es necesario para nuestra supervivencia, este deberá ser lo más estable posible para cumplir su función de forma eficiente. Y para garantizar la estabilidad es preciso que todos y cada uno de sus integrantes sientan que salen beneficiados con su pertenencia a dicha sociedad.
Para ello será necesario que no exista ningún tipo de exclusión en el reparto de los
recursos generados por la sociedad y que todos y cada uno de sus miembros tengan garantizados los recursos mínimos necesarios para vivir (no simplemente sobrevivir).
Ello requerirá un justo equilibrio entre derechos individuales y derechos sociales, siendo prioritarios los segundos sobre los primeros.
Eso no significa que no deban ser respetados los derechos individuales. Todo lo contrario.
La intervención de los poderes públicos, la legislación debe estar encaminada a, por un lado, garantizar la participación de todos y cada uno de los ciudadanos en los recursos generados por la sociedad, y por otra a la garantía de los derechos cívicos.
Así, y a título de ejemplo, de la misma forma que la libertad religiosa debe estar garantizada, las creencias religiosas no deben en ningún caso condicionar a la sociedad.
Esta debe ser absolutamente laica y ni en el fondo ni en la forma debe tener relación con creencia alguna.
Hoy estas condiciones están muy lejos de cumplirse y las consecuencias son claramente observables: el siglo XX ha sido uno de los siglos más violentos de la historia, y el XXI no augura ser mejor."   Tomado de:   micajondesastre.org/Documentos/ensayos/Fundamento
Como podemos apreciar, nacemos biológicamente humanos , pero existe un recorrido, como bien lo expresa un viejo refrán: "entre el dicho y el hecho hay un trecho" que nos es imprescindible transitar, podemos considerarnos humanos por el simple hecho de nacer, no obstante, " El Ser Humano" es mucho más que su herencia genética, el "ser social" se construye a sí mismo mediante la práctica de ciertos valores básicos que no son transmitidos por los genes, valores que provienen de nuestra vida en sociedad, que se aprenden y cultivan desde la cuna, a través de los ejemplos de vida de quienes nos han dado la oportunidad de estar vivos.
Tomar conciencia de quienes somos nos permiten reconocer la vigencia de los valores esenciales, valores tales como: la gratitud, la solidaridad, el reconocimiento y la empatía.
Hugo W. Arostegui

Entre La Multitud

Entre la multitud de amigos con los cuales nos contactamos a través de las diversas redes sociales  -personas que hasta hace muy poco tiempo nada sabíamos de ellas-   vamos reconociendo una variedad de perfiles sumamente interesantes que se integran, poco a poco, al escenario virtual que entre todos hemos montado para representarnos, unos a otros, con mayor o menor autenticidad, las diferentes alternativas que diariamente enfrentamos en la interpretación de nuestro rol en esta obra siempre inconclusa y de final incierto, donde desarrollamos el drama diario de la convivencia humana.
Estas representaciones que asumimos como actores imaginarios  nos permiten incursionar en la vida de innúmeras personas ante las cuales exponemos un perfil cuidadosamente elaborado en procura de causar la mejor de las impresiones, una tarjeta de presentación, que podrá ser auténtica, es decir, mostrarnos tal cual somos, o la consecuencia de alguna manipulación, que puede ser algo sutil, cuando realizamos ligeras alteraciones de orden intelectual o estético, o francamente groseras, cuando recurrimos a la incorporación de atributos que carecemos en absoluto, en aras de dotar a nuestro personaje de ficción de todo aquello que  idealizamos como cualidades propias de los que han alcanzado ciertos niveles de realización personal.
El multiverso virtual, se ha constituido en "un campo de prueba"  en el cual
intercambiamos  nuestras fantasías, nuestros deseos largamente postergados,  la necesidad de establecer nuevos contactos, de darnos la oportunidad de vivir otra vida, de incursionar en "otras dimensiones"  en las cuales podamos recrear la aventura de volver a empezar ,sin las ataduras y condicionantes de las frustraciones y postergaciones pasadas.
La ciencia de la comunicación, los sistemas informáticos de los últimos años, los cuales cuentan sus generaciones en términos extremadamente abreviados, no nos permiten darnos el tiempo necesario para asimilarlos y adecuarnos a sus cada vez más increíbles posibilidades, cada día surgen nuevos medios que dejan obsoletos a sus predecesores, un ritmo de vértigo que nos envuelve en su torbellino, que nos dispersa cual hojarascas, los unos sobre los otros, confundiendo identidades, derribando muros y fronteras , mezclando credos, destruyendo mitos, arrancando mantos, desnudando dioses, pontifiques, ministros, monarquías, y los "chalecos de fuerza"  que encorsetaban la conciencia en sus "pecados originales"  los viejos karmas que pretendían justificar los caprichos de una divinidad desertora de sus deberes, que ha dejado en manos de servidores inútiles el cuidado de sus creaciones.
Literalmente corremos detrás y en franca desventaja en el intento de acompasar  el frenesí de los medios disponibles para comunicarnos los unos con los otros, con las realidades operativas que la convivencia nos exige, los nuevos "amigos"  que diariamente se incorporan a nuestro "vecindario virtual" ya no viven en la casa lindera, ni en la acera de enfrente, o en la otra cuadra, ni siquiera compartimos la misma ciudad, el país, la región o el continente.  
Nos tornamos hiperactivos  e impacientes frente a nuestro ordenador, los acontecimientos que vivenciamos apenas nos dan tiempo para darles una debida respuesta,  esta aceleración en los encuentros virtuales, nos ocasionan diversas reacciones que ponen a prueba nuestro carácter, si contásemos con un medidor de tensiones, podríamos observar, que sus indicadores oscilarían bruscamente de un extremo al otro, según fuesen las preguntas  y/o respuestas que recibamos.
Sin duda, son nuevos tiempos, quizás podamos encontrar una ayuda ,si logramos extraer desde los escritos cubiertos por el polvo de tiempos que aún permanecen vigentes, frases tales como:
"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardío para hablar,        tardío para airarse"                                            Santiago 1:19

Hugo W Arostegui
.


Imagenes De Impeachment


jueves, 12 de mayo de 2016

Proceso De Impeachment En Brasil


Los Rotos Y Los Descosidos

Sinopsis de la historieta de comics del autor español Francisco Ibáñez
El Súper es acusado de haber mordido el trasero a Ofelia. El fiscal Escorbuto Carcamal quiere someterlo a un proceso de Impeachment  para conseguir que le despidan y así poder hacerse con el cargo.
Para ello cuenta con falsos testigos. Mortadelo  y Filemón deberán conseguir que Ofelia retire la denuncia contra el Súper y desenmascarar a los falsos testigos.
Finalmente se descubre que el responsable de la confusión era un mono del profesor Bacterio que gusta de pellizcar a las señoras cuando nadie le ve."
El proceso de Impeachment recientemente concluido ha suspendido por ciento ochenta días el ejercicio de la Presidencia de La República Federativa Del Brasil, en un proceso tan particular en su desarrollo que nos hace retrotraer a la época en que estaban de moda la puesta en escena de los sainetes en las salas de exhibición del teatro popular.
Nos cuesta creer que un coloso de América Latina como  lo es sin duda nuestro país hermano con el cual compartimos nuestra frontera con Uruguay – soy uruguayo, casado con una ciudadana brasileña y viviendo actualmente en el propio Brasil ­– nos haya puesto en escena este nuevo relanzamiento de un sainete cuyo título debería ser “Los Rotos contra los Descosidos”
El deterioro de la clase política y la total pérdida de su credibilidad en manos de las intrigas y la corrupción que campea horizontalmente todos los partidos nos ha dejado perplejos con su absoluta falta de escrúpulos y el total desprecio por su población al despojarla de sus autoridades democráticamente elegidas por unos siniestros personajes algunos desconocidos y otros con sendos procesos en la órbita de la justicia de ese país.
Lo que nos resta esperar es que cumplida esta etapa vuelva a recuperarse una imagen que nuestro querido país hermano no puede perder para el bien de las instituciones democráticas actualmente heridas de consideración de un extremo al otro del continente.

Hugo W. Arostegui 

miércoles, 11 de mayo de 2016

Superación III Textos Griegos La Areté


Siempre me he preguntado qué hubiera sido de mí si no hubiese tenido la oportunidad de conocer desde muy joven el significado de la excelencia y sobre todo el poder encontrar en la historia del pensamiento griego la relación que siempre ha existido entre los valores que se enseñaban en occidente y los contenidos en el pensamiento de la Grecia clásica.
Cuando encontré en los textos clásicos la definición del concepto del areté y su importancia en la búsqueda constante de la realización personal, tal hallazgo ha marcado significativamente toda la perspectiva de mi pensamiento, a un punto tal,  de que desde entonces, hace tanto tiempo atrás, ha sido un faro orientador que me ha marcado el rumbo y en el cual confío en cada esfuerzo que realizo
La Areté
Según Hipias de Élide el fin de la enseñanza era lograr la areté, que significa capacitación para pensar, para hablar y para obrar con éxito. La excelencia política («ciudadana») de los griegos consistía en el cultivo de tres virtudes específicas: andreía (valentía), sofrosine(moderación o equilibrio) y dicaiosine (justicia): estas virtudes formaban un ciudadano relevante, útil y perfecto. A estas virtudes añadió luego Platón una cuarta, la Prudencia, con lo que dio lugar a las llamadas Virtudes cardinales: la prudencia, la fortaleza y la templanza se corresponderían con las tres partes del alma, y la armonía entre ellas engendraría la cuarta, la justicia. En cierto modo, la areté griega sería equivalente a la virtus, dignidad, honor u hombría de bien romana.
En la Grecia antigua podía hablarse indistintamente de la areté de un soldado, de un toro o de un navío, aunque su uso para los objetos inanimados es raro. Sin embargo, desde la Época Arcaica estuvo vinculado especialmente a la posesión de las virtudes, en especial la valentía y la destreza en el combate.
Para los primeros griegos guerreros de hace más de tres mil años el único camino de alcanzar la areté era mediante hazañas en la batalla. El ejemplo clásico es Aquiles, quien prefiere morir en combate antes que cualquier otra forma de vida. Los griegos tenían mucho miedo al destino. El destino podía impedirles de forma inmediata alcanzar la areté. Por ejemplo, un accidente, nacer ciego, o nacer mujer imposibilitaba para conseguir hazañas en la batalla. También la areté se relaciona con la astucia en las obras de Hesíodo y Homero; cuando en la Ilíada, Agamenón alaba a Penélope, lo hace en atención a la cooperación de ésta con los propósitos de Ulises.
Hacia la época clásica —sobre todos los siglos V y IV a. C.— el significado de areté se aproximó a lo que hoy se considera virtud, fundamentalmente a través de la obra de Aristóteles, en general, incluyendo rasgos como la μεγαλοψυχια (megalopsyjía, 'magnanimidad'), la σοφροσυνη (sofrosyne, 'templanza') o la δικαιοσυνη (dikaiosyne, 'justicia')
La adquisición de la areté era el eje de la educación (παιδεία, paideía) del joven griego para convertirse en un hombre ciudadano, siguiendo el ideal expuesto por Isócrates. Huellas de la concepción más restringida de la era arcaica se pueden ver en el énfasis puesto en la disciplina y dominio del cuerpo mediante la gimnasia, una de las actividades principales, y la lucha, pero una formación acabada incluía también las artes de la oratoria, la música y —eventualmente— la filosofía.
Si bien la posesión de la areté seguía mayormente restringida a los varones de la nobleza —llamados por lo general αριστοι, aristoi, "los buenos"—, a quienes estaba reservada la concurrencia a los gymnasia, el análisis de los filósofos elaboró una sofisticada teoría de las facultades espirituales. Tanto Platón como Aristóteles harían de la areté uno de los conceptos centrales de su doctrina ética. El Menón, diálogo platónico que marca el pasaje de los diálogos mayéuticos a los diálogos metafísicos, se centra precisamente en el problema de si es posible hacer una ciencia de la areté.
https://es.wikipedia.org


Hugo W Arostegui