viernes, 13 de mayo de 2016

Entre La Multitud

Entre la multitud de amigos con los cuales nos contactamos a través de las diversas redes sociales  -personas que hasta hace muy poco tiempo nada sabíamos de ellas-   vamos reconociendo una variedad de perfiles sumamente interesantes que se integran, poco a poco, al escenario virtual que entre todos hemos montado para representarnos, unos a otros, con mayor o menor autenticidad, las diferentes alternativas que diariamente enfrentamos en la interpretación de nuestro rol en esta obra siempre inconclusa y de final incierto, donde desarrollamos el drama diario de la convivencia humana.
Estas representaciones que asumimos como actores imaginarios  nos permiten incursionar en la vida de innúmeras personas ante las cuales exponemos un perfil cuidadosamente elaborado en procura de causar la mejor de las impresiones, una tarjeta de presentación, que podrá ser auténtica, es decir, mostrarnos tal cual somos, o la consecuencia de alguna manipulación, que puede ser algo sutil, cuando realizamos ligeras alteraciones de orden intelectual o estético, o francamente groseras, cuando recurrimos a la incorporación de atributos que carecemos en absoluto, en aras de dotar a nuestro personaje de ficción de todo aquello que  idealizamos como cualidades propias de los que han alcanzado ciertos niveles de realización personal.
El multiverso virtual, se ha constituido en "un campo de prueba"  en el cual
intercambiamos  nuestras fantasías, nuestros deseos largamente postergados,  la necesidad de establecer nuevos contactos, de darnos la oportunidad de vivir otra vida, de incursionar en "otras dimensiones"  en las cuales podamos recrear la aventura de volver a empezar ,sin las ataduras y condicionantes de las frustraciones y postergaciones pasadas.
La ciencia de la comunicación, los sistemas informáticos de los últimos años, los cuales cuentan sus generaciones en términos extremadamente abreviados, no nos permiten darnos el tiempo necesario para asimilarlos y adecuarnos a sus cada vez más increíbles posibilidades, cada día surgen nuevos medios que dejan obsoletos a sus predecesores, un ritmo de vértigo que nos envuelve en su torbellino, que nos dispersa cual hojarascas, los unos sobre los otros, confundiendo identidades, derribando muros y fronteras , mezclando credos, destruyendo mitos, arrancando mantos, desnudando dioses, pontifiques, ministros, monarquías, y los "chalecos de fuerza"  que encorsetaban la conciencia en sus "pecados originales"  los viejos karmas que pretendían justificar los caprichos de una divinidad desertora de sus deberes, que ha dejado en manos de servidores inútiles el cuidado de sus creaciones.
Literalmente corremos detrás y en franca desventaja en el intento de acompasar  el frenesí de los medios disponibles para comunicarnos los unos con los otros, con las realidades operativas que la convivencia nos exige, los nuevos "amigos"  que diariamente se incorporan a nuestro "vecindario virtual" ya no viven en la casa lindera, ni en la acera de enfrente, o en la otra cuadra, ni siquiera compartimos la misma ciudad, el país, la región o el continente.  
Nos tornamos hiperactivos  e impacientes frente a nuestro ordenador, los acontecimientos que vivenciamos apenas nos dan tiempo para darles una debida respuesta,  esta aceleración en los encuentros virtuales, nos ocasionan diversas reacciones que ponen a prueba nuestro carácter, si contásemos con un medidor de tensiones, podríamos observar, que sus indicadores oscilarían bruscamente de un extremo al otro, según fuesen las preguntas  y/o respuestas que recibamos.
Sin duda, son nuevos tiempos, quizás podamos encontrar una ayuda ,si logramos extraer desde los escritos cubiertos por el polvo de tiempos que aún permanecen vigentes, frases tales como:
"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardío para hablar,        tardío para airarse"                                            Santiago 1:19

Hugo W Arostegui
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