martes, 24 de mayo de 2016

La Honorabilidad



Entre los muchos conceptos a tener en cuenta en el cultivo de nuestras relaciones sociales y conste que no existen relaciones sociales ajenas a nuestra condición de humanos, es el sentido del honor por nuestra condición de tales, el grado de madurez que hayamos podido desarrollar en el transcurso de nuestra existencia estará signado por los valores inherentes a esta condición.

El hecho de comprender en nuestro fuero íntimo que somos parte de una herencia que se nos ha legado a través del aporte de innúmeras generaciones que nos han precedido en la transmisión de todo lo que hoy en día constituye un valioso patrimonio cultural, un acervo del cual no sólo nos enaltece, sino que además, nos obliga a preservar y de ser posible multiplicar.

El honor consiste en valorar el legado recibido y sobre todo en aunar nuestros esfuerzos, tanto individuales como colectivos, en acrecentar la puesta en práctica de éstos valores en la búsqueda constante de una impostergable superación.

"El honor es el estímulo que nos induce a cumplir correctamente nuestros deberes
cuando nuestra vida está inspirada en la integridad.
El honor es lealtad a una conciencia recta que se guía por las normas del decoro, es
patrimonio espiritual del alma, inherente al ser humano.

Se basa en la propia conciencia, que es la que, aconseja al hombre las cosas que debe hacer y aquellas que debe abstenerse de realizarlas, sin preocupaciones ni de las consecuencias ni de
la opinión ajena.

El honor es parte íntima e inseparable de nosotros mismos, por lo que es un
sentimiento innato, independiente de los juicios humanos y de un valor superior a la
vida.

El honor es un instrumento, si se lo puede llamar así, de perfeccionamiento individual
en cuanto implica el acatamiento de un código de costumbres que conserva como
normas permanentes ciertos preceptos válidos en todos los tiempos.

Para que el honor constituya un valor útil en todos los momentos de la vida, la rectitud o la
inconveniencia de una conducta, es preciso que no dependa del tiempo ni del lugar en que vive el hombre.”    Ab. Marcia Vásquez Morales
Existe una máxima que nos compromete: “Debemos dejar las cosas mucho mejores de lo que las hemos recibido”


Hugo W. Arostegui

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