lunes, 2 de mayo de 2016

Autoestima



Es muy probable que no exista nada más limitante que el siquiera considerar que no nos sentimos aptos para realizar cualquier tipo de tarea a la cual nos aboquemos a realizar.
En el caso particular de quienes periódicamente nos sentamos ante un teclado para desarrollar un tema determinado si no nos sentimos anímicamente preparados para hacerlo lo más probable es que sucumbamos en medio de la maraña de dudas y miedos que tal tarea presupone.
Si bien no deja de ser cierto que la experiencia y la práctica constante de determinada disciplina nos da cierta habilidad y confianza para realizar la tarea, no menos cierto resulta que los temas que abordamos requieren un cada vez mayor compromiso con lo que expresamos, situación ésta que apunta directamente a la sensibilidad y autoestima de quien emite una opinión.
La autoestima está relacionada con la evaluación que una persona hace de sí misma. Cuando esa evaluación es positiva, decimos que tiene una alta autoestima, mientras que si esa evaluación es negativa, decimos que su autoestima es baja.
La autoestima consiste en una serie de pensamientos, conductas y emociones dirigidas hacia uno mismo. Lo que pienses de ti en cada momento, cómo te hables a ti mismo, cómo te trates, lo que haces cuando cometes un error, cuando alguien te critica, cuando triunfas, cuando te halagan, cuando fracasas… Todo eso va conformando tu autoestima.

La autoestima tiene que ver con tu actitud hacia ti mismo, con tus ideas preestablecidas, con tus normas autoimpuestas. Si eres una persona rígida e inflexible, que se impone duras normas de comportamiento, y excesivamente perfeccionista, te resultará mucho más difícil mantener una autoestima saludable que si eres más tolerante contigo mismo, tus errores y tus fracasos.
Una baja autoestima crea para ti un mundo muy diferente del que crearía una autoestima adecuada.
La baja autoestima te impide hacer muchas cosas que desearías hacer, te hace temer los riesgos y esperar el fracaso, te lleva a esperar el rechazo de los demás, cometer errores, creer que no eres capaz; te lleva a fracasar en aquello en lo que podrías tener éxito y, en definitiva, te lleva a construirte una vida muy diferente de la que llevarías si tuvieras una buena autoestima.

La buena noticia es que si tú has creado tu baja autoestima, también tú puedes crear una autoestima alta.

Ten en cuenta también que la autoestima no necesariamente es algo general, que se dé en todos los aspectos de lo que eres.
Tu autoestima puede ser alta a nivel profesional, por ejemplo, pero muy baja cuando se trata de buscar pareja. O tal vez te consideras competente para relacionarte con los demás, pero incompetente y fracasado en el trabajo.
Hugo W. Arostegui





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