domingo, 28 de agosto de 2016

La Indiferencia Una Forma De Agresión


Algunas personas adoptan ciertas formas de comportamiento que francamente atentan contra algunas normas básicas de relacionamiento social, todo lleva a pensar que a estas personas de  las cuales nos referimos, tienen la errónea idea de que todo lo que pueda acontecer “gira a su alrededor” como si fuesen  “el ombligo de sus congéneres”
Pareciera que todo aquello que las demás personas realizan o que simplemente su forma de  pensar discrepe con lo que ellas consideran “es la única posición correcta” y por consecuencia es “la única admisible”, como suele decirse vulgarmente, ya fueron, lo que equivale a decir que están condenadas a desaparecer de nuestro ámbito de amistades, son condenadas al “ostracismo social”  y entran en esa especie de nebulosa donde ingresan todos aquellos seres de quienes “no se quiere saber más nada” son tratadas con la mayor indiferencia.
“Generalmente, es común que se dé entre la gente que cuando una persona quiera castigar a otro por alguna actitud que no le gustó y que por supuesto le molestó muchísimo, en vez de gritar, pelear o discutir por la misma, opte por asumir ese estado de ánimo que no muestra ningún tipo de sensación o emoción para con el otro que le provocó ese daño, es decir, lo que popularmente se dice y conoce como matar con la indiferencia. Este dicho o frase muy popular en el mundo, lo que promueve es que ante una situación como la descripta, la mejor venganza o la mejor respuesta ante una persona que nos lastimó será justamente ignorarlo, hacer como que sus dichos y actitudes no existen para nosotros. Hay una creencia general en que la indiferencia es una de las mejores terapias para aquellas personalidades que gustan o disfrutan de someter a otros a situaciones ridículas, difíciles, peligrosas o indignas.

Porque quienes asumen una actitud de indiferencia suponen y no muy alejadamente de la verdad realmente están, que cuando se relega a la nada misma a una persona, reduciéndola a cero a la insignificancia misma, casi como diciéndole en la cara tu no eres nada, entonces, será la mejor respuesta antes que el grito, porque para este tipo de personas omnipotentes, soberbias y pagadas de sí mismas no habrá nada peor en el mundo que otro los ignore y los reduzca prácticamente a la no existencia.

En tanto, esta razón seguramente se encuentra en que como la naturaleza del hombre es social, generalmente, no soportamos justamente esa falta de mirada del otro sobre nosotros, sobre lo que hacemos o sobre lo que decimos, ya que la misma es algo así como un aliciente para nuestras autoestimas.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/social/indiferencia.php
Ninguna persona merece un calificativo semejante y quienes adopten una actitud de esta naturaleza parecen emular a los avestruces las cuales suelen intentar evadirse de la realidad que les circunda enterrando su cabeza en un pozo excavado por ellas mismas.


Hugo W Arostegui

sábado, 27 de agosto de 2016

El Ser Responsable


Alcanzar un grado de “conciencia ciudadana” debe ser uno de los objetivos más importantes en nuestra búsqueda de un lugar, “nuestro lugar” en el ámbito del quehacer colectivo que sin duda es la demostración contundente de los avances realizados en la evolución de “nuestra socialización”.
“El ser humano por necesidad, se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se encuentre; estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les denomina responsabilidades sociales.
La idea de que los individuos tengan una responsabilidad para su sociedad se remonta a los filósofos griegos y el sistema romano de legalidad.
"En la antigua Grecia el pueblo libre tenía por costumbre, en ambiente de franco debate, participar y cuestionar los argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin embargo, la esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica"; la vida de las personas era pública, no existía la intimidad y por tanto era normal ver personas desnudas de todas las edades compartiendo todo; por tanto la responsabilidad de cada persona que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en cualquier asunto público.
En la Edad Media Occidental las creencias eran las que mostraban las reglas de convivencia y el diario vivir de cada persona, por tanto si alguna persona no aceptaba la religión era castigada, perseguida y excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único objeto de obtener la salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera Iglesia", con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la responsabilidad era exigir el respeto a los espacios privados y a su vez vigilar que se cumplan las leyes establecidas por la iglesia.
La Edad Moderna se caracterizó por un gran movimiento intelectual; la razón se convirtió en el centro de todo, los derechos del hombre aparecieron y con estos la esclavitud dejó de existir; por tanto "una de las principales obligaciones de los actores sociales consistió en defender la libertad y promover los derechos humanos" además se le dio responsabilidad al Estado con los individuos y con exigir el cumplimiento de las reglas sociales de la época.”
Este comportamiento implica la madurez necesaria como para incorporar “como algo natural y propio” el reconocimiento de todos y cada uno, de que hemos asumido el rol de asegurar el cumplimiento de nuestros derechos y obligaciones, en aras de la preservación de una sociedad debidamente organizada.

Hugo W. Arostegui 

viernes, 26 de agosto de 2016

Ingratitud


La persona que no cultiva su capacidad de agradecimiento por todas las cosas que recibe se torna insensible y carente reconocimiento.

En realidad nuestra vida se tornaría imposible de ser vivida de no contar con todos los elementos que nos rodean y que han sido puestos allí, a nuestro alcance y usufructo, por personas a las cuales ignoramos en todos los aspectos, personas que nos han legado la posición que hoy ocupamos, incluyendo nuestra filiación, educación, entorno y posibilidades de sobrevida.

“La ingratitud es la actitud contraria al agradecimiento, muestra la actitud distante y poco considerada de una persona que no valora los gestos de los demás o los detalles positivos que alguien haya podido tener hacia él. De este modo, una persona que es ingrata olvida con facilidad estos detalles.

Se considera una persona ingrata a aquella que tras haber recibido ayuda de alguien, olvida pronto esta ayuda y no corresponde del mismo modo en caso de que la situación sea a la inversa. Una persona ingrata responde con indiferencia hacia este tipo de comportamientos que la persona agradecida valora tanto.

La gratitud parte de la humildad de reconocer que todo ser humano puede necesitar ayuda en algún momento pero también, debe de tener la misma humildad para ofrecer esta ayuda. Por el contrario, la ingratitud muestra el deseo de autosuficiencia que surge de la soberbia.

Falta de empatía

La persona que es ingrata puede serlo incluso con los familiares y amigos más cercanos, en ese caso, carece de la empatía suficiente para ponerse en el lugar del otro. La ingratitud también se muestra por un diálogo emocional carente de términos clave como gracias, lo siento y por favor.

Una persona ingrata decepciona al otro ya que con su actitud hiere las buenas intenciones de aquel que ofreció su ayuda en algún momento. Así como el amor es un sentimiento que puede ser correspondido o no serlo, del mismo modo, la gratitud es un sentimiento que puede darse de forma mutua entre dos personas. Así ocurre, por ejemplo, cuando dos amigos que se sienten bien juntos se sienten agradecidos por poder contar el uno con el otro. Sin embargo, la ingratitud muestra la falta de correspondencia en este sentimiento.”

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/comunicacion/ingratitud.php



Hugo W Arostegui

jueves, 25 de agosto de 2016

La Idea De Uno Mismo


”Así pues, hace más de dos mil años que el « conocimiento de sí mismo » es objeto de nuestras preocupaciones y discusiones, de nuestras reflexiones y de nuestros intercambios de ideas, aunque con éxito dispar, ya que con frecuencia procedemos y actuamos de una manera demasiado simplista, pensando e imaginando lo que creemos ser después de tener uso de razón, o creyendo ser lo que oímos, leemos, percibimos, y entendemos, en relación a lo que otros han dicho, escrito, expresado, y entendido.
Recordemos que luego de iniciada nuestra existencia personal, sea ella feliz o desgraciada, se haya desarrollado ella en un hogar unido o mal estructurado, de una u otra forma nuestros mayores y/o nuestros referentes nos han impuesto reglas y principios de índole variada, así como diversos modelos familiares, sociales, culturales, y religiosos, y en muchos casos, de manera consciente o inconsciente, ellos querían que nosotros fuéramos los mejores, y/o que realizáramos lo que ellos mismos no habían podido realizar.
Así pues, ya sea que hayamos adherido o rechazado estas presiones parentales y de nuestros referentes, de todas maneras es necesario admitir que lo transmitido casi siempre deja una huella indeleble en nuestros espíritus, de la que es difícil sustraerse.
En consecuencia, no creamos todo lo que creemos ser en determinado momento.
Con frecuencia, creemos poseer cualidades que en realidad tenemos poco desarrolladas, y por el contrario pensamos no poseer destrezas para las que tenemos enorme potencial.
El quid de la cuestión es que muchas veces no nos damos ni el tiempo ni los medios para pensar en las consecuencias de nuestros actos, pues de una manera simplista, creemos que « actuamos bien » y que « tomamos las decisiones correctas »… Frente a los acontecimientos, en muchos casos actuamos impulsivamente buscando resultados, dando prioridad al interrogante « ¿Qué hacer? », y dejando algo de lado los interrogantes « ¿Cómo hacer? » y « ¿Para qué hacer? ».
Pensemos críticamente y con mucha honestidad, denunciando las injusticias del sistema, ocupando lugares públicos, exhibiendo carteles con atractivos eslóganes, firmando peticiones, y pidiendo a gritos (en la calle o en reuniones internacionales) que es necesario « cambiar el mundo », todo eso está irremediablemente orientado al fracaso, si esas acciones no son acompañadas de nuestra parte, por una profunda toma de consciencia de nuestra cuota parte de responsabilidad en la situación actual de cosas, así como cambios concretos en nuestros respectivos comportamientos cotidianos.
Oponerse (en los países pobres) a la explotación manufacturera infantil y a condiciones de trabajo miserables de casi esclavitud, puede ser una postura pública simpática a aplaudir, pero si nosotros mismos continuamos aprovechando los precios bajos de los productos así fabricados en China, Filipinas, etc, estamos marcando una conducta disonante o a dos caras.
Y lo que acaba de expresarse es pura lógica y sentido común. Nuestro mundo interior y nuestro mundo exterior están íntimamente relacionados.
Y esta relación es tan sólida, que es ilusorio intentar separar ambas cosas, de una forma o de otra, todo lo que pasa en nuestro interior tiene repercusiones en nuestro exterior, y viceversa.
https://es.wikipedia.org

Hugo W Arostegui



  

El Arte De Comprender


Nuestra capacidad de razonamiento se nutre de las vivencias que vamos incorporando a nuestras acciones diarias, a medida que nos interrelacionamos unos con otros nos vamos interiorizando de cuáles son los motivos que inducen a cada uno a manifestarse en una particular manera, la cual, generalmente, no necesariamente es coincidente con la idea que previamente hemos concebido sobre el mismo asunto.

La madurez de nuestro criterio es evidenciable en la forma en que reaccionamos ante posturas divergentes a la nuestra, darnos cuenta de la diversidad del escenario en el cual se materializan todas las singularidades que componen “nuestro elenco” donde todos partimos de una misma premisa “igualdad de elección y oportunidades”  nos será de gran utilidad a la hora de ubicarnos en el rol que nos corresponde realizar a cada uno.

Lamentablemente no conocemos un lugar donde pueda adquirirse un “ubicometro”  ese instrumento ideal para asegurarnos una buena ubicación en cada conflicto, en realidad nuestra capacidad de “estacionarnos” en la postura ideal, ha de surgir de nuestra experiencia y habilidad adquirida a la hora de conducirnos en un espacio que debemos compartir entre todos.

“La comprensión es un proceso de creación mental por el que, partiendo de ciertos datos aportados por un emisor, el receptor crea una imagen del mensaje que se le quiere transmitir. Para ello es necesario dar un significado a los datos que recibimos.

Cuando utilizamos el término "datos" nos estamos refiriendo a cualquier información que pueda ser utilizada para llegar a comprender un mensaje. Los datos pueden ser de diferente tipo: palabras, conceptos, relaciones, implicaciones, formatos, estructuras, pueden ser lingüísticos, culturales, sociales, etc.

El proceso de comprensión, contrariamente a lo que habitualmente se cree, no es un proceso pasivo. Por el contrario, es un proceso que exige por parte del receptor tanta o más actividad que el proceso de expresión.

Básicamente, podríamos decir que el proceso de comprensión consiste en aislar, identificar y unir de forma coherente unos datos externos con los datos de que disponemos.

El proceso de comprensión en si, es el mismo en todos los casos aunque variarán los medios y los datos que tendremos que utilizar para llevarlo a cabo.

Un ejemplo nos ayudará a comprender esta idea: cuando un mimo hace una representación somos capaces de comprender el mensaje que nos quiere transmitir aunque no utilice palabras, cuando leemos una carta somos capaces de comprenderla aunque no veamos la expresión de la cara del remitente, cuando un amigo nos describe su lugar de vacaciones somos capaces de imaginarlo aunque no lo hayamos visto nunca, ...

Queda claro que si bien la labor que tenemos que realizar para comprender en cada una de las situaciones es la misma, la diferencia estribará en los medios y los datos que tendremos que manipular para poder llegar a hacerlo.

Es importante resaltar la necesidad que tiene el ser humano de comprender y por lo tanto de contar con una hipótesis sobre cualquier acontecimiento.

Ante cualquier mensaje o situación realizamos una interpretación, la más adecuada y acorde posible a los datos disponibles en ese momento.

Esto no quiere decir que sea la "correcta" pero si es suficiente para saciar nuestra necesidad de interpretar la realidad que nos rodea.

Es inevitable e imposible no realizar interpretaciones.

Todo es interpretado, aunque las interpretaciones estén continuamente variando y completándose.
El proceso de creación de interpretaciones es la mayoría de las veces inconsciente aunque a veces pueda ser controlado conscientemente.

La necesidad de realizar el proceso conscientemente es mayor cuando aprendemos una segunda lengua ya que algunos de los procesos que realizamos en nuestra primera lengua se ven anulados cuando los tenemos que llevar a cabo en la segunda.”

www.santurtzieus.com


Hugo W Arostegui

miércoles, 24 de agosto de 2016

Intromisiones


“Cada araña por su hebra y cada lobo por su sierra.”
Dice que cada quien debe ocuparse de sus asuntos y evitar intromisiones en los de otros.

Resulta mucho más común de lo que pensamos el hecho de que no podamos evitar lo que debe ser “una tendencia natural” de nuestra especie, de que por un exceso de curiosidad nos introduzcamos sin consentimiento previo en la vida privada de otras personas.

Cuando nos referimos al término “otras personas” incluimos, claro está, a todos aquellos que integran nuestra “constelación familiar” vale decir, conyugue, hijos, parientes, amigos, etc. aparentemente nadie escapa a ser sometido a “cierta vigilancia” muy probablemente bajo la excusa de un “paternalismo involuntario” que nos hace creer que la actitud que tomamos, la de ejercer cierta vigilancia, es justificable por nuestro afán de evitarle a nuestros seres queridos el riesgo de padecer, por falta de previsión, de consecuencias que a nuestro entender podrían ser evitables.

Demás está decir de que cuando se trata de evitar consecuencias que podrían ser evitables con cierta supervisión extraemos de nuestra manga, en la que guardamos, celosamente escondidas, nuestras justificaciones, que obran como una suerte de “comodín” prontas para esgrimir en caso de ser necesarias.

Lo cierto de todo esto es que ninguno de nosotros, bajo ningún concepto, debe entrometerse en la vida ajena, lo que no toleraríamos en nosotros mismos también es válido para los demás, está muy bien que nos preocupemos por ellos pero recordemos que cada uno es cada uno, su preparación individual y sobre todo, sus experiencias de vida, dependerán en una buena medida de que aprendan a tomar por sí mismo sus propias decisiones.

Hugo W Arostegui


martes, 23 de agosto de 2016

Motivación


Hay personas que tienen incorporada a su participación periódica, por no decir diaria, en la difusión de sus inquietudes literarias o en sus publicaciones en los muros de “las redes sociales” en una clara intención de influir ánimo en todas las actividades en las cuales participa brindando un enfoque positivo y pleno de vitalidad el cual constituye un muy valioso aporte en la lucha que cada uno enfrenta en sus actividades diarias.

Ese sentido de “mantener la mano extendida” para colaborar con el o los otros demuestra un marcado interés en que todos puedan ser partícipes de la mayor cantidad posible de acciones gratificantes que renueven su ánimo y sientan que es posible coronar con éxito sus proyectos.

La motivación solidaria trae nuevo aliento al desánimo, disipando, tal como si fuese una suave brisa de viento pampero,  todas las tormentas, todos los grises, abriendo los cielos a una mayor claridad donde puedan vislumbrarse nuevos horizontes plenos de esperanza.

“La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del movimiento’. La motivación puede definirse como «el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo».

Otros autores definen la motivación como «la raíz dinámica del comportamiento»; es decir, «los factores o determinantes internos que incitan a una acción». La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta


Hugo W Arostegui