lunes, 31 de octubre de 2016

El Peor Ciego







Existen circunstancias por las cuales solemos “caer en situaciones de desborde” lo que nos acontece nos resulta abrumador, pensamos que nos ridiculiza ante el “qué dirán  o que podrán pensar” las personas que estimamos como “las más allegadas” a nuestro circulo de conocidos y ante estos hechos que por su obviedad ya no nos queda mucho margen para ocultar o minimizar sus consecuencias preferimos el ocultamiento o buscar desesperadamente, como quien realiza “un aleteo de ahogado” alguna excusa que pueda sernos útil y "tirar la pelota hacia delante"  

“Hay gente que se empeña en no querer ver la verdad, ya sea porque le da miedo, porque no le gusta o porque simplemente está mejor creyendo sus propias mentiras.

Por ejemplo, un jefe que no quiere ver que sus empleados están descontentos con la forma en que dirige el departamento. Va viendo como poco a poco sus empleados bajan su rendimiento o poco a poco van abandonando la empresa, pero el jefe no quiere admitir que hay un problema y ni pregunta a nadie si se plantea que él pueda ser el problema.

Ejemplo 2. Unos padres que aunque ven que sus hijos cada día sacan peores notas en el colegio, pero ellos siguen pensando que sus hijos lo tienen todo, que no necesitan nada y que están bien. Es posible que sus hijos se sientan desatendidos por sus padres, que se dejen llevar por las drogas o por las malas compañías, pero los padres no quieren ver que sus hijos puedan tener ningún problema.

Ejemplo 3. Una persona que va a un médico quien le diagnostica una grave enfermedad y sólo piensa que el médico no tiene ni idea, por lo que cambia de médico o directamente no le hace caso y no se deja curar.

Pues bien, cualquiera de las personas que hemos comentado realmente se pone una venda ante sus ojos para no ver la realidad, ya sea porque le tienen miedo o porque no la quieren ver, pero realmente están ciegos.

Y decimos que realmente son ciegos porque no quieren ver, no porque tengan ninguna discapacidad congénita (de nacimiento) que les impida ver, sino porque no quieren.

Por eso decimos que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Ahora bien, tened en cuenta que, aunque intentéis esconderos de ella, la realidad está ahí y por intentar evitar los problemas, no los solucionaréis, así que es mejor enfrentarse a ellos y dedicarles los cinco sentidos.”

El tiempo que pueda demandarnos “recobrar la visión” irá en detrimento de nuestro sentido de la realidad de manera que deberemos asumir nuestras responsabilidades y retomar cuánto antes el comando de los acontecimientos.

Aunque nos duela admitirlos la aceptación de nuestros desvíos y reveses nos fortalecerá la autoestima y nos permitirá “ver” con mayor claridad nuestro verdadero potencial.


Hugo W Arostegui

domingo, 30 de octubre de 2016

No Desistir


Entiendo en que hay momentos en que nos parece que “no nos da el cuero” que ya no podemos continuar  que todo indica “que no es para nosotros” el poder alcanzar determinados logros en nuestra vida y que debemos descontinuar con el esfuerzo realizado.

En realidad cuando esto ocurre es que hemos dejado que el desánimo tome cuenta de nuestras acciones futuras capitulando ante la persistencia de las dificultades que indefectiblemente se han de presentar a lo largo del camino emprendido y que han puesto a prueba nuestra voluntad de continuar.

“Generalmente, cuando se habla de desistir se está haciendo referencia a una actitud que implica cierta frustración, abandono, sufrimiento o decepción.

Esto es así ya que la acción de desistir por lo general no se da de manera completamente voluntaria (a pesar de que la persona puede tomar la decisión de desistir) sino más bien como consecuencia de los resultados que se observan ante tal o cual fenómeno.
Es por esto que desistir de determinadas actividades o actitudes siempre supone no respetar o cumplir los intereses que uno tenía al principio, antes de comenzar un proyecto o hacer frente a determinada situación.

Por otro lado, la idea de desistir también tiene que ver con un supuesto reconocimiento de que aquello que se quería completar o lograr termina siendo imposible, muy difícil o incluso que no vale la pena.

El desistir puede significar cierta decepción pero al mismo tiempo representa, entonces, un acto de concientización sobre las capacidades o habilidades que puede tener una persona ante diferentes situaciones.

Si bien muchas veces la perseverancia permite lograr resultados increíbles e inimaginables, el desistir también puede actuar como un modo de reconocer las limitaciones y tratar de actuar a partir de ese reconocimiento sin sobre exigir a la mente, el cuerpo o las sensaciones emocionales.

Nadie conoce mejor nuestras aptitudes que nosotros mismos y puede resultar muy cómodo y algo irresponsable de nuestra parte emitir una opinión sobre los desafíos que cada uno encuentra y sobre los cuales debe adoptar una decisión de continuar o desistir, pero entiendo que corresponde que mencionemos lo que “la voz de la experiencia” nos susurra la cual nos indica que ante la duda, cuando no estamos seguros, nada sustituye la certeza que llevamos muy adentro y ante la cual no debemos bajo ningún punto de vista, desistir.

Hugo W Arostegui

sábado, 29 de octubre de 2016

Hablando de Comunicación


Nuevamente y con mucho gusto nos estamos comunicando, recordando la premisa de que cuando mencionamos la palabra comunicación significa que no solamente lanzamos “nuestra opinión” por la web sin importar quien pueda recibirlas, como si estuviésemos tirando nuestros “puntos de vista” al voleo sin importarnos “donde caiga” sino que el “elemento motivador” que nos impulsa es el deseo de aportar nuestro “pequeño grano de arena” en la construcción conjunta de una relación confiable y permanente en el tiempo.

Cuando opinamos lo que hacemos, o intentamos hacer, es esbozar nuestro pensamiento tal cual lo sentimos sin que incidan en nuestras expresiones ninguna pretensión de orientar o pretender influir en las posturas de cada uno en particular, eso sí, entendemos que el mero hecho de establecer una comunicación implica una gran responsabilidad en varios aspectos que hacen a la convivencia tocando aristas tan variadas como pueden ser los aspectos culturales en los cuales intentamos colaborar con la gramática y cuidado del lenguaje que utilizamos en nuestras expresiones, como así mismo,el uso de referencias que utilicemos en nuestros textos, evitando todo tipo de “tendencias o simpatías” reflejando en el uso de estas fuentes la mayor imparcialidad.

La buena comunicación requiere entonces que tengamos un gran respeto para con quienes nos dirigimos siendo honestos y verídicos en todo lo que decimos, nos remitimos al sólido criterio de aquellos con quienes tenemos el gusto de comunicarnos en los cuales confiamos que sabrán hacernos notar cuando entiendan de que nos hemos, (aunque aleguemos que ha sido en forma involuntaria,) introducido por sendas en las cuales no deberíamos transitar.

Hugo W Arostegui


viernes, 28 de octubre de 2016

Las Consabidas Discrepancias




Nos movemos a un ritmo de vértigo desde que nos levantamos hasta que, probablemente tarde en la noche, el agotamiento acumulado por tantas horas de ajetreo nos obligue a desconectarnos, o lo más probable sea que la mencionada desconexión se produzca porque hemos quedado fuera de combate completamente dormidos al pie de nuestro ordenador.

Quienes suelen ser usuarios del caudal informativo acumulado en las redes sociales y han llegado a establecer “relaciones de confianza” con una enormidad de personas incorporan a esta inusual actividad cierta vehemencia que les conduce, casi sin darse cuenta, a no dejarse convencer tan fácilmente ante algunas posturas con las cuales no concuerdan, sin lograr en este “tire y afloje” conciliar una misma opinión que les satisfaga a ambos.

 “La presencia de discrepancia en el entorno de la comunicación demuestra justamente la importancia de fortalecer la comprensión y el respeto dentro de las comunicaciones entre las personas, puesto que cada individuo va a percibir la situación desde su punto de vista. Los individuos que se caracterizan por ser inflexibles emocionalmente, suelen pasar malos momentos cuando se topan con alguien que no esté de acuerdo con ellos. Existen individuos que siempre quieren tener la razón y cuando están conversando con otros se esfuerzan mucho por demostrar que ellos tienen la razón.

A decir verdad, las diferentes opiniones o puntos de vista enriquecen las conversaciones, ya que cada persona puede obtener un aprendizaje de la manera de pensar del otro a través de la conversación, sin embargo para lograr esto es importante que la persona sea lo suficientemente tolerante y tenga la capacidad de saber escuchar, y por qué no, hasta ser capaz de poner en entredicho su mismo punto de vista."

Cuando surjan las consabidas discrepancias de opinión resultará mucho mejor que en lugar de “sacar a relucir al indio que llevamos dentro” montarnos a caballo “con nuestro sable en ristre” listos para un largo e inútil “combate verbal” que nos acordemos de quienes somos y a quien tenemos como eventual oponente, sin duda alguna sabremos encontrar un “punto de Equilibrio” entre nuestras posturas y aceptemos que intercedan entre nosotros “otros puntos de vista” que nos proporcione ese tan necesitado “ubicometro” que nos permita zanjar nuestras diferencias.

Hugo W Arostegui


jueves, 27 de octubre de 2016

Generosidad


El que podamos compartir lo poco que tengamos con todos aquellos que por razones que no vienen al caso ni nos corresponde averiguar, golpean a nuestra puerta en procura de nuestra solidaridad,  nos sitúa en una posición de privilegio que debería doblar nuestras rodillas y despojarnos de toda altivez para comprender y agradecer las oportunidades que nos da la vida para que el estado de cosas por la cual transitamos nos permita extender nuestras manos en un gesto de generosidad para quienes nos necesitan y solicitan nuestra ayuda.

“La generosidad puede ser entendida como una de las virtudes y características más puras y nobles del ser humano ya que implica siempre acceder a ayudar o asistir a otro que lo necesita de manera voluntaria y sin que nadie fuerce a nadie. La generosidad, al mismo tiempo, puede suponer entrar en una situación de menor confort o comodidad a la hora de mejorar la situación de otro, por ejemplo cuando se donan diferentes elementos que son de uso común para una persona pero que son más necesarios para otra.

Hay diversas maneras de realizar actos de generosidad, ya sea donando tiempo, objetos, dinero o cualquier tipo de asistencia o contención. En este sentido, uno puede ser generoso en diferentes espacios, situaciones y momentos, tanto de manera organizada y preestablecida (por ejemplo, cuando se forma parte de una organización caritativa) o en la vida cotidiana, de manera espontánea y repentina (como por ejemplo cuando se ayuda a cruzar la calle a un anciano o no vidente).

Lo opuesto de la generosidad y del altruismo es el egoísmo, aquel rasgo que se basa en la extrema importancia dada a uno mismo por sobre los demás. Si bien las sociedades actuales muestran un alto índice de egocentrismo e individualismo (causado por el interés en lo material y en la satisfacción de las necesidades propias), también hay significativas muestras de solidaridad que pueden expresarse en eventos específicos (ante una catástrofe) o en hechos simples de la vida cotidiana.”

Siempre habrá un espacio más en nuestra canasta de alimentos, un plato más en nuestra mesa, un abrigo, ropa que ya no usamos, alguien que nos ayude a cuidar de nuestro jardín, etc.

La actitud generosa para ser genuina debe “estar presente” en cada una de nuestras  acciones, si lo que nos motiva es la consecuencia de un “impulso fugaz” que cual si fuese una centella luminosa que rápidamente cursa y se pierde en el firmamento de nuestra indiferencia, poco y nada lograremos, la generosidad es un valor que se manifiesta a dos puntas, reconforta a aquel que “puede dar” y alivia las carencias de “quien recibe”

Hugo W Arostegui



Deseémonos Un Buen Día



La Academia dice:
“Siempre que queramos saludar con alguna de estas expresiones, debemos decirla como indica la norma: buenos días, buenas tardes y buenas noches. Hablemos según la norma lingüística.”
Lo hagamos como lo hagamos no deja de ser una muy buena costumbre el hecho de que nos deseemos un “buen día” y mucho mejor será que nuestro deseo no sea meramente formal o como se suele decir “por cumplir o quedar bien” con lo cual nos estaríamos ajustando al protocolo no escrito pero que todos aceptamos como una muestra de “nuestra buena educación”.
Se dice que el camino que nos conduce a la vaguedad e informalismo está plagado de buenas intenciones formuladas pero nunca cumplidas como quien dice “dichas por decir” o “porque todos las decimos” pareciera que nos dirigimos a “fantasmas” inmateriales que habitan en un limbo al cual no nos interesa ingresar y con el cual no deseamos contraer ningún tipo de compromisos.
Así son la mayoría de los “buenos días” que salen de nuestra boca o del teclado de nuestros ordenadores, es sin duda un buen comienzo para cualquier actividad, me hacen recordar un dicho tan antiguo como “el hueco del mate donde introducimos la bombilla” el cual no es otro que aquel que nos decían nuestros abuelos” lo cortés no quita lo valiente” lo que equivale a decirnos que no es suficiente expresar nuestros buenos deseos si no estamos dispuestos a demostrar con nuestras actitudes que conjuntamente con nuestros deseos también les extendemos nuestra mano solidaria en todo lo que emprendan en ese día.
Como decimos siempre, un nuevo día es un regalo, que por más que lo estemos esperando casi en forma rutinaria, es un invalorable presente que sólo nos puede brindar la vida misma, el hecho de que extendamos nuestros buenos augurios nos permite compartir con quien quiera escucharnos nuestro agradecimiento por esta nueva oportunidad que solo podremos apreciar quienes somos los destinatarios de esta dadiva que se nos brinda a todos los que nos identificamos como “contemporáneos”
Ahora sí, que tengamos todos un muy buen día.

Hugo W Arostegui

miércoles, 26 de octubre de 2016

Automotivación


La definición de la automotivación es darse a uno mismo las razones, impulso, entusiasmo e interés que provoca una acción específica o un determinado comportamiento. 

La motivación está presente en todas las funciones de la vida: actos simples, como el comer que está motivado por el hambre, la educación está motivado por el deseo de conocimiento. Pero cuando hablamos de automotivación es algo diferente ya que es la motivación hacia uno mismo.

La habilidad de motivarnos, el optimismo, es uno de los requisitos imprescindibles
para la consecución de metas relevantes y tareas complejas y se relaciona con un amplio elenco de conceptos psicológicos que usamos habitualmente: control de impulsos, inhibición de pensamientos negativos, estilo atributivo, nivel de expectativas y autoestima.

La capacidad de motivarse a uno mismo se pone especialmente a prueba cuando surgen las dificultades, el cansancio, el fracaso, es el momento en que mantener el pensamiento de que las cosas irán bien, puede significar el éxito o el abandono y el fracaso.”


“En psicología y filosofía, motivación son los estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación.

Este término está relacionado con el de voluntad y el del interés.

Las distintas escuelas de psicología tienen diversas teorías sobre cómo se origina la motivación y su efecto en la conducta observable.

Motivación, en pocas palabras, es la Voluntad para hacer un esfuerzo, por alcanzar las metas de la organización, condicionado por la capacidad del esfuerzo para satisfacer alguna necesidad personal.

La Motivación en el trabajo. La palabra motivación deriva del latín motus, que significa movido, o de motio, que significa movimiento.

La motivación puede definirse como el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo.

Son las actitudes que dirigen el comportamiento de una persona hacia el trabajo y lo apartan de la recreación y otras esferas de la vida.

"Es el impulso que inicia, guía y mantiene el comportamiento, hasta alcanzar la meta u objetivo deseado".

Culminamos con este dicho motivador por excelencia:   El Querer Es Poder

Hugo W Arostegui