jueves, 20 de julio de 2017
Intrépidos
La palabra intrépido es un término que en nuestro idioma se puede usar para referir a aquel individuo que no presenta temor ante los peligros que se le puedan presentar de pronto en la vida; y por otra parte, también es posible usar la palabra cuando se quiere expresar que alguien es osado a la hora de actuar, de comportarse, o en lo que atañe a la realización de alguna actividad especial, deporte, entre otros.
La persona intrépida dispone de un notable coraje, valor y fuerza de voluntad que es lo que le facilitará someterse a los más difíciles entornos y situaciones sin temor a fracasar en ese intento. Como generalmente los obstáculos provocan en las personas miedo, la disposición de coraje es lo que le permite a una persona neutralizar el temor y seguir adelante en la acción propuesta.
Ahora bien, cabe destacarse que intrépido no es una palabra que esté muy extendida en nuestro idioma para justamente expresar las cuestiones indicadas. La realidad es que para expresar tal situación solemos usar un término mucho más popular y extendido, como ser el de valiente y que es el sinónimo más reconocido de la palabra que nos ocupa.
El concepto de valiente es el que habitualmente usamos cuando queremos expresar que un individuo sobresale por su arrojo y que por tanto no demuestra miedo a la hora de actuar o ante aquello que está por venir y tendrá que enfrentar. Para el valiente es algo natural invertir esfuerzos para conseguir cosas para sí mismo o para el entorno que lo rodea.
Entonces, intrépido, así como su sinónimo más popular, valiente, pueden ser usados para dar cuenta de aquellas acciones que implican un importante valor y osadía. Arrojarse al mar para salvarle la vida a una persona que se está ahogando es de intrépido, de valiente. Entrar a una casa que se está incendiando para salvar a un anciano, asimismo, es ser intrépido.
El concepto opuesto al de intrépido es prudente, ya que refiere a aquella persona que se caracteriza por actuar con cautela y moderadamente.
"Intrépidos defensores de la dignidad de la vida humana, de toda la vida y en todo el arco de su desarrollo. En nuestra patria, necesitamos dignificar la vida. Dignificar la vida de niños y jóvenes que sufren abandono y viven al margen de la sociedad, como un descarte de la sociedad; hay niños y jóvenes tan injustamente tratados por la sociedad egoísta, condenados a vivir en las calles, alimentándose resentimiento social y víctimas de la violencia; sujeto a abusos de diversos órdenes, que no tienen acceso a la calidad de educación, que viven en hogares que no les ofrece oportunidades de futuro.",
miércoles, 19 de julio de 2017
Confianza Y Eficacia
El concepto de la autoeficacia puede
sonar moderno, pero en realidad no lo es en lo absoluto. Aunque antes no se
conociera con este nombre, desde siempre las personas que han confiado en
sus capacidades fueron las que llegaron más lejos. Desde lo más sencillo hasta
lo más difícil, nada es posible si no tenemos la confianza suficiente.
En el área de la “psicología positiva” se ha estudiado mucho
al respecto este tema de la autoeficacia, que se relaciona con otros
conceptos, tales como la fortaleza personal o la resilencia. Más allá de los
tecnicismos de los términos que muchas veces marean, lo cierto es que si crees en
ti, puedes lograr cualquier cosa.
Los que han conseguido el éxito en los negocios o en su vida
personal, dicen que su mayor secreto es confiar en sus capacidades. No
se trata de algo mágico, sino que realmente está comprobado que la auto
confianza es la primera causa de tener lo que se desea. ¿Por
qué? Porque los pasos que se dan son más firmes, no se tienen en cuenta los
obstáculos sino que se atraviesan, se tiene bien en claro cuál es la meta, se
juzgan adecuadamente las decisiones y lo que va ocurriendo en el camino, etc.
La creencia en uno mismo es una capacidad que no todo el
mundo tiene, desafortunadamente. Pero la buena noticia es que se trata de
una virtud que se puede añadir en cualquier momento de la vida. La clave está
en mantener esa idea. El psicólogo Albert Bandura fue quien impulsó este
concepto luego de muchas investigaciones. Y se basó en el comportamiento de
diferentes individuos, según si creían o no en sí mismos, y obviamente, los
resultados que obtuvieron.
Pero no basta simplemente con decir “confío en mi” o
“soy capaz de lograrlo” sino que hay que actuar en consecuencia. Esto
significa, comenzar con buena actitud y
mantenerla, pero también perseverar, esforzarse cada vez más y afrontar los
retos que van surgiendo en el camino.
Si alguien tiene autoeficiencia, según indica la teoría,
este comportamiento o pensamiento jugará un rol determinante en lo que se
refiere a varios sectores, desde lo psicológico a lo físico o emocional. Y esta
conducta se irá perfeccionando y modificando a medida que los buenos resultados
comiencen a aparecer.
Es más sencillo ser autoeficiente si se obtiene lo que se
desea. Pero la clave está en nunca bajar los brazos ni dejar de confiar en
nuestras capacidades sólo porque algo no tiene el resultado esperado. Todo
sucede por una razón, y si no se ha dado lo que deseábamos, puede ser porque no
estamos trabajando correctamente.
Son diferentes las habilidades que necesitaremos para ser
autoeficaces, pero la principal, sin dudas es la perseverancia. Gracias a la
persistencia y en algunos casos, la tozudez, es que iremos más allá que el
resto de los mortales que nos rodean. Nos enfrentaremos a retos y ganaremos
cada etapa, iremos un paso más allá y subiremos de a un peldaño, tal vez lento,
pero seguro. Y lo mejor de todo es que al ser perseverantes, nos convertiremos
en resilientes, por lo cual, acabaremos siendo autoeficaces.
Al Pie Del Cañon
Una frase tan utilizada como “Estar
al pie del cañón” merece dar a conocer las secretas entrañas de su significado
y procedencia. Y para empezar, diremos que, según los expertos, esta expresión
se utiliza para “indicar que una persona permanece en actitud firme ante una
situación comprometida, difícil o penosa, cuando todos los demás han
abandonado”. En castellano, sería algo así como mostrar “resistencia y
heroicidad ante una situación límite”.
Su origen se remonta a épocas de
lucha armada, allá por la España de principios de Siglo XIX. Cuentan que
durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), más
precisamente durante uno de los Sitios de Zaragoza, la esposa de un cabo de
artillería, conocida como Agustina de Zaragoza, tuvo una participación muy
inusual que la convirtió en heroína.
Agustina se casó a los 17 años con
Joan Roca Vilaseca, cabo de artillería, el 17 de abril de 1803 en la iglesia de
Santa María del Pino de Barcelona. El matrimonio tuvo un hijo varón cuyo
nombre se desconoce, que murió de corta edad. Su marido participó desde el
principio en la guerra, tomando parte en la batalla del Bruch. Los
acontecimientos de la guerra los llevaron a él y a Agustina a Zaragoza.
Durante el asedio de esta ciudad,
Agustina llevó a cabo la acción que la hizo célebre. Tras haber caído heridos o
muertos todos los defensores de la puerta llamada del Portillo, las tropas
francesas se aprestaron a tomarla al asalto. Agustina, que llevaba la comida a
su marido, tomando la mecha de manos de un artillero herido consiguió disparar
un cañón sobre las tropas francesas que corrían sobre la entrada. Dice la
leyenda que los asaltantes franceses, temiendo una emboscada, se batieron en
retirada, y nuevos defensores acudieron a tapar el boquete, defendiéndose la
ciudad una vez más.
Había nacido el mito de Agustina de
Aragón o La Artillera, nombre que se le dio a partir de entonces a la mujer,
que, en un momento en que eran tan necesarios los ejemplos de heroísmo, pasó a
ocupar un lugar destacado en las páginas de los libros de historia de España.
Esta acción
aguerrida de Agustina de Aragón fue la que dio origen al uso de la frase “estar al pie del cañón” y convirtió a la heroína en
fuente de inspiración para diversos artistas como por ejemplo Francisco de
Goya, que la inmortalizó en su cuadro Agustina de Aragón pintada en los años
posteriores a la guerra civil. Asimismo, en 1950 se estrenó la película
Agustina de Aragón, bajo la dirección de Juan de Oruña. Inclusive en tiempos
modernos, la figura de Agustina sigue siendo tema para los creadores de
historias en soportes más actuales, como demuestra el cómic o novela gráfica
Agustina, editado desde el año 2009, que narra las aventuras de Agustina en los
Sitios de Zaragoza.
En esta ciudad puede apreciarse un
monumento a esta valiente mujer, en la Plaza del Portillo. En la estatua, obra
de Mariano Benlliure, Agustina aparece, precisamente, al pie del cañón, lista
para ahuyentar a la soldadesca francesa. Aun cuando posteriormente España fuera
igualmente ocupada, esta gesta femenina quedó en el recuerdo colectivo de
España y sus colonias, con una frase que hasta ahora es utilizada en el habla
popular.
Nota: La imagen del
post corresponde a Agustina Aragón, estampa
de Juan Gálvez y Fernando Brambilla, publicada en Cádiz por la Real Academia
de Bellas Artes en 1812-1813.
Al Borde Del Abismo
“El simple hecho de acercarnos a ese precipicio ya es un
acto de valentía. Más allá del abismo y las dificultades hay un mundo de
posibilidades que merecen la pena”
Estamos seguros de que a lo largo de tu ciclo vital te has
visto en muchas ocasiones ante un abismo.
Son instantes de
sufrimiento en los que nos acercamos a ese precipicio llevados de la mano
de otras personas.
Hablamos, sin duda, de relaciones
afectivas traumáticas, esas
que vulneran nuestra autoestima y que nos acercan al límite de nuestras
fuerzas. Incluso llegamos a pensar que todo está perdido.
Suele decirse que hay que llegar a situaciones
extremas para darnos cuenta, de pronto, de nuestra valentía y fuerza interior. Porque, aunque no
lo creas, todos tenemos alas para volar.
Todos hemos tocado fondo en alguna ocasión. Son instantes de
introspección y de obligada reconstrucción interior, de reflexión. Nadie debe
avergonzarse por haber caído y
aún menos odiarse a sí mismo por haberse permitido llegar hasta el abismo.
Vivir es experimentar y cometer errores. Si hay veces en que
establecemos relaciones afectivas cargadas de infelicidad es porque, al
principio, el amor nos llenó de ilusiones y de confianza hacia la otra persona.
Y eso es algo que todos merecemos: Permitirnos la
oportunidad de ser felices.
Ahora bien, la felicidad no siempre está garantizada, y la
tristeza nos lleva a esos límites personales a los que nos acercamos traídos
por otras personas.
Y el abismo siempre es frío, porque es un límite donde se
abre la nada; sin embargo, al otro lado del abismo está también una nueva
oportunidad. Ahí donde es imprescindible que abramos nuestras alas con fuerza,
con resistencia, sacando esa fuerza interior que todos tenemos.
En esos instantes de sufrimiento emocional sentimos que
hemos llegado al límite de nosotros mismos. Nos decimos aquello de “no
puedo más”. Ahora bien, cuando te digas esto a ti mismo, acompáñalo por otra
frase: “hasta aquí he llegado”.
No mires hacia abajo, ahí donde está la indefensión, el
desconsuelo, la debilidad y el no puedo. Es momento de abrir tus alas y de
recuperar todo eso que eras antes: alguien con optimismo, autoestima y que se quería lo bastante así mismo como
para luchar con todas sus fuerzas.
Ante La Adversidad
La vida es un camino con altos y bajos y una gran variedad
de matices. Sin importar donde te encuentres o quién eres, las situaciones
adversas pueden representar un desafío, incluso para el más optimista de todos.
A continuación te brindamos 5 claves para lidiar con ellas y
mantenerte positivo, encontrando el lado bueno de cada experiencia.
1. Cambia tu manera de pensar
Puede que no siempre lo parezca, pero las situaciones
adversas siempre representan una oportunidad para aprender algo. Si te sientes
incómodo o dolorido por una cierta situación negativa, podrás hacer uso de
ella. Cambiar tu mentalidad y buscar la lección en la
experiencia, no se trata de culparte a ti o alguien más por encontrarte allí y
ahora, sino de ver lo positivo de la situación e intentar prevenir que ocurra
nuevamente.
2. Apóyate en alguien
No tienes por qué lidiar con esta situación adversa por ti
mismo, sino que también puedes recurrir a tu familia y amigos o a
quienes puedes confiar para enfrentarla. No sólo te ayudará a salir vencedor,
sino que además fortalecerá tus vínculos con los demás.
3. Concéntrate en las cosas que puedes
controlar y deja lo demás de lado
No siempre podrás controlar las situaciones a tu alrededor y
no podrás agradar a todos. Hacemos lo que podemos mientras nos encontramos en
una situación complicada y lo que puedes hacer es tomar el control sobre tus
acciones y remediar tus errores.
Si te encuentras en una situación adversa, intentar tomar el
control de las cosas sobre las que no lo tienes sólo te hará sentir peor. Es
contraproducente y es probable que si no tienes control sobre ello, no
puedes hacer absolutamente nada para cambiar o evitarlo.
4. Sé compasivo contigo mismo
Toda situación adversa es una instancia para practicar una
habilidad valiosa, la compasión por uno mismo. El tiempo y la cantidad de
compasión que dirijas hacia ti mismo es directamente proporcional a tu calidad
de vida. Si eres capaz de hacerlo, podrás ser más resistente a los
desafíos y es probable que tomes más riesgos en el futuro tanto a nivel
personal como profesional.
5. Recuerda que toda situación complicada
llega eventualmente a su fin
La vida es un camino lleno de obstáculos que estarás
constantemente enfrentando y superando, por lo que debes aceptar que estas situaciones
adversas son inevitables. Tu trabajo es extraer lo que más puedas de
ellas, ya sea una lección, una mejor relación con alguien, mayor autoestima o
autoconfianza, y asegúrate de aprovechar los buenos tiempos mientras los
tengas.
Entrometidos
Porque son como esas grandes familias que tienen tradición
italiana, donde creen que te tienen que hacer la vida fácil, y para hacerte la
vida fácil te van a aconsejar qué es lo que tenés que hacer; van a averiguar de
tu vida, te van a decir que es lo que estás haciendo bien y qué es lo que estás
haciendo mal, especialmente aquellas cosas que ellos consideran que vos las
estás manejando mal. Esa persona que se pone en el lugar de crítica tuya, de lo
que estás haciendo, de las decisiones económicas que tomás, de las decisiones
afectivas o familiares, qué decidís acerca de tus hijos, en realidad esa
persona cree que tiene un conocimiento superior al tuyo y por lo tanto está en
condiciones de decirte cómo vos tenés que manejar tu vida. Y son personas que
siempre tienen la vista puesta en vos, parece que se distraen con tu vida.
El mayor daño que se lo causa el entrometido mismo, hay algo
que les pasa a los entrometidos que les causa mucho daño por entrometerse en tu
vida. En primer lugar cuando hay mucha oferta de consejos hay muy poca
demanda, nadie te va a agradecer los consejos que no te
pidió.
Los consejos se
dan cuando alguien te los pide, no cuando no te los piden. Se los tenés que dar
a alguien cuando te pide el consejo, porque si no el consejo no sirve de nada.
Si nació el bebé y la mamá o el papá no te piden consejo de qué hacer con el
bebé, ¡no les des consejos!
No le digas: "ay hace calor, hace frío, está muy abrigado, abrígale los
piecitos, ese médico no es bueno, me parece que lo estás criando mal, no le des
teta, dale teta, dale la leche ésta", ¡no le digas nada! Nadie va a
agradecer un consejo o un favor que no se pidió.
El entrometido -como está dando todo el tiempo consejos a todo el
mundo sin que nadie se lo haya pedido- tarde o temprano se termina quedando
solo; lo meten como en un refrigerador, queda congelado, porque nadie quiere
hablar asuntos delante de esa persona.
Entonces aparecen los secretos
familiares: "yo te cuento esto pero no le digas nada a tal, que no se
entere, esto queda entre nosotros dos", ¿por qué? Porque no quieren que el
entrometido venga a hablar de nada ni a opinar de nada de lo que estás haciendo.
Entonces tarde o temprano el entrometido se queda solo; los otros comienzan a
esconderle información... "no, porque si le llego a decir esto... uy,
sabés el lío, la historia que me hace, el rosario que me va a dar, va a empezar
a darme consejos,
me va a empezar a criticar, mejor no le digo nada" Y comienzan a hablar
con el entrometido solamente temas superficiales, cosas sin sentido: "qué lindo
día, qué buen sol, pero por ahí mañana llueve", cosas donde el otro si
opina no está opinando de tu vida personal, por eso el entrometido a la larga
se termine quedando solo.
martes, 18 de julio de 2017
Incondicionales
Todos nacemos con una dosis de amor incondicional, pero con
el tiempo lo vamos perdiendo. Aceptarte incondicionalmente puede llevarte
tiempo. Las experiencias negativas, los problemas con los demás provocan que
tengamos que aprender de nuevo a hacerlo.
Aceptarte incondicionalmente otra vez no es algo que
sucederá de forma repentina. Será un proceso que te llevará toda la vida. Así
que ten paciencia y piensa en lo que siempre nos han dicho “lo
bueno se hace esperar”.
“Nacimos con inocencia y amor, después aprendimos a
desconfiar y temer. Parece que va siendo hora de desaprender y volver al inicio”
¿Me acepto o no me acepto incondicionalmente?
Cada discusión, crítica, problema o dificultad hará que
pierdas un poco de amor propio. Todos estamos sometidos a este tipo de
situaciones negativas que van minando nuestra auto-confianza. Pero, no somos
conscientes de esto hasta que empezamos a sentirnos mal.
¿Quieres saber si te aceptas incondicionalmente o no?
Entonces las realidades que a continuación te presentamos serán significativas
para dar respuesta a esta pregunta. Si te sientes identificado con ellas, no te
aceptas incondicionalmente.
Te sientes fuera de lugar en determinados contextos o
situaciones.
Consideras que no mereces el amor de
los demás.
Te comparas constantemente sintiéndote inferior.
Crees que no eres lo suficientemente bueno con respecto a
los demás.
No te arriesgas en la vida por miedo a fracasar.
Te reprimes tanto que no te permites ser tú mismo.
No te gusta estar a solas con tus pensamientos.
Si te has sentido identificado con cada una de las
situaciones anteriores no te preocupes. Es normal que no te aceptes
incondicionalmente porque desde pequeños nos han educado para ser
aceptados socialmente. Como consecuencia, perdemos nuestra verdadera
autenticidad.
“Amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura que
dura toda la vida”
-Oscar Wilde-
Nos hemos convertido en lo que la sociedad quiere que
seamos, aunque hay personas que destacan todas parecen estar cortadas por un
mismo patrón. Hay cosas en ti que nunca serán iguales en otra persona. Esto es
lo que te hace ser único y auténtico.
Tal vez camines diferente, hables demasiado, quizás no te
tomas en serio situaciones que te han dicho que lo son… Hay muchas cosas en ti
que no tienen por qué coincidir con las del resto. Pero, las normas bajo las que se ha
regido tu educación te han limitado poco a poco para que corrijas todo lo
que no se encuentra bien visto.
Hugo W Arostegui
Suscribirse a:
Entradas (Atom)