lunes, 9 de octubre de 2017

Compromiso Ético - Social


La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su
auténtica realización como persona en todas sus dimensiones.

La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su
perfeccionamiento persona, el mejoramiento de la comunidad humana y la
aplicación en el mundo del verdadero sentido del trabajo.

La ética, por ser un compromiso, es como un contrato consigo mismo
de orientarse permanentemente hacia el perfeccionamiento personal y
comunitario.
El compromiso ético es la exigencia que uno mismo se hace de ser siempre
más persona. Es la decisión interna y libre de vivir actitudes que contribuyan
a la realización personal y comunitaria del hombre.

La ética como compromiso implica el propósito y la decisión firme de superar
aquellas situaciones que en lo personal o comunitario se oponen a la realización
plena del hombre en todas sus dimensiones.
La ética como compromiso requiere y supone todo un proceso, un camino por
recorrer. Precisamente recorrer ese camino, verificar ese proceso, es la gran
tarea ética del ser humano.

Ese proceso, ese camino, incluye:

1.  Ver la realidad.
Conocerla

2. Interpretar la realidad
Analizarla

3. Transformar la realidad
Es la actitud de compromiso del hombre de perfeccionarse él mismo y de
mejorar el mundo.


Del Dicho Al Hecho


“Nuestros actos son los que nos definen”,
¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza al escuchar esta frase?”.

Es bastante profunda, porque habitualmente partimos de la base de que todas las personas tenemos un muy buen fondo, una enorme cantidad de recursos, buenísimas intenciones pero lo que queda son las acciones, los actos, el cómo actuamos y hacemos las cosas, nuestras actitudes y reacciones ante las diferentes situaciones que se nos presentan día a día.

Date cuenta que de cada vez que actúas o haces algo, estás transmitiendo y dejando un impacto, la otra persona se quedará con eso, ni con tus pensamientos y el potencial del grandíoso corazón que tienes, solamente valdrá en lo que has hecho., por eso es de vital importancia tener una perfecta sintonía entre lo que sientes, piensas y haces.

Lo mismo ocurre con tus sueños, objetivos y fantásticas ideas que se te ocurren a menudo, pero si éstas no las llevas a la acción, no te servirán de nada y seguramente tu impacto será el de una persona de fantásticas intenciones pero de cero hechos.

Debes tener muy en cuenta que si quieres transmitir algo, serán tus hechos los que te definirán, porque las palabras son muy bonitas y fascinantes pero sino le acompañas de acciones, a éstas se las llevará el viento y quedarán en el olvido.

Si quieres que te recuerden por tus actos como realmente eres, deberás sacar toda la autenticidad que llevas dentro, será necesario que seas muy fiel a tus valores, no deberás tener en cuenta a tus saboteadores, también tendrás que aprender a no quedar bien con todos porque cuando una persona es fiel a si misma, a los saboteadores de otras personas no les gusta nada esa actitud, y reaccionan, ya que los pone en una situación de riesgo en su área de confort.

Sería muy bueno que reflexiones sobre tu manera de actuar, y pienses si realmente en cada acción que haces, estás transmitiendo lo que eres y sientes, si la acción realizada está en sintonía con lo que sientes, por ejemplo si quieres a alguien, díselo!!!, porque tal vez crees que lo sabe pero tus actos no son lo suficientemente claro.

Recuerda que se nos juzga por nuestros actos y no por los buenos propósitos.



Ir Por Lana…


"Ir por lana y volver trasquilado" se aplica a aquellas situaciones de las que uno espera obtener un gran beneficio y sin embargo acaban con pérdidas, y en general a todas aquellas cosas que salen al revés de lo previsto, normalmente de forma inesperada y catastrófica.

Aunque hoy en día se siga utilizando habitualmente, es una expresión muy antigua, que ya aparece en el "Poema de Fernán González".

Su origen podría estar en el castigo medieval de trasquilar a cruces a los blasfemos y herejes, es decir, pelarles con grandes tijeretazos cruzados, tal como se hace con las ovejas.

Esta pena o humillación pública viene recogida en los textos jurídicos desde tiempos remotos; ya aparece en el IV Concilio de Toledo con el nombre de "turpiter decalvare" y el Fuero Juzgo la llama "esquilar laidamientre".

Sin embargo, existe otra explicación menos enrevesada para el origen de esta frase, también recogida por fuentes antiguas, y que aludiría simplemente al carnero que se mete en rebaño ajeno y vuelve al suyo trasquilado, o sea, sin ganancia alguna para su dueño que ha perdido así su lana…

…Saddam Husein era un dictador inaceptable, aunque muchos hacían negocios con él. Pero no es costumbre democrática que la primera potencia mundial y sus aliados invadan un país para derrocar a malos gobernantes. Incluso a gobernantes deleznables que torturan a su pueblo.

Esa no fue la razón de la invasión y la guerra. Ni tan siquiera la mentira en torno a las armas de destrucción masiva y los riesgos que ello entrañaba fueron razones, sino excusas para la guerra. 

Se invadió Irak para seguir luchando contra el terrorismo yihadista internacional que había cometido el 11-S en Nueva York, como luego cometería el 11-M en Madrid o los atentados de Londres.

La primera respuesta ante la indignación provocada por el atentado a las Torres Gemelas fue invadir Afganistán. Luego, ya sin el respaldo de Naciones Unidas, Irak. Mucha gente, ya entonces, dijo que combatir el terrorismo yihadista invadiendo países y declarando guerras, era, además de otra mentira y más allá de valoraciones éticas, un error estratégico que sólo encubría incapacidad para hacer otra cosa. Así ha sido.

Como arma de lucha contra el terrorismo yihadista, la guerra de Irak ha sido un error. No ha resultado eficaz. No ha logrado el objetivo declarado. No ha erradicado el terrorismo, ni ha reducido el temor a atentados en cualquier parte del mundo. Además, ha generado problemas adicionales de gran magnitud y sólo ha podido mantenerse en base a grandes operaciones de manipulación y mentiras como está quedando en evidencia recientemente en Estados Unidos.

¿No ocurrirá lo mismo con otros terrorismos que necesitan de políticas inteligentes y complejas para luchar contra ellos, y no sólo gritos y testosterona?



domingo, 8 de octubre de 2017

Desandar Lo Andado


Si quieres sufrir de manera absurda, utiliza la expresión: “si yo hubiera hecho tal cosa, me habría pasado tal otra mejor”. “Si hubiera montado este negocio, me habría hecho rico” o “si hubiera estado con tal persona, habría sido más feliz”.

Son pensamientos que no nos dejan nada tranquilos. Es más, estas ideas nos ayudan al “arte de automachacarnos” y favorecen a que se despierte la envidia, emoción que está en las antípodas de la felicidad. Y lo que es peor, son falsos, porque la trampa está en pensar que el éxito es replicable en otra persona o en otro contexto o en otro momento.

El éxito y el fracaso son unipersonales, sujetos a un momento preciso en el tiempo y de las circunstancias. Por tanto, imaginar cosas que no ocurrieron es una proyección de nuestra mente, que tiene el riesgo de llevarnos al lamento.

Como lo resumió un amigo, es un error pensar que la vida es un examen, que podamos copiar al de al lado. Cada uno tenemos un examen diferente, incluso con unas preguntas que cada cual decide. 
Pues bien, cuando nos machacamos por intentar copiar a alguien o por lamentarnos por otra situación diferente, estamos cayendo en el “efecto de lo que podía haber sido” y que no ocurrió.

Evita la frase “si hubiera…”.Cuando te reconozcas en ella, ponte un alarma.

Recuerda el éxito es personal, como lo es el fracaso. Pensar que si entrenas horas y horas al tenis, puedes convertirte en un Nadal, es falso. Lógicamente, si no entrenas, nunca llegarás a ser un jugador de élite, pero aunque lo hicieras, no sabes si podías haber tenido una lesión o caer en una desmotivación profunda. Quién sabe.

Plantéate alternativas más amables. Lo que nos hace sufrir es que ante una decisión del pasado imaginamos que nos hubieran ocurrido mejores cosas. Por ejemplo, si hubiera continuado con mi anterior relación de pareja, me hubiera ido mucho mejor que con la actual.

O si no hubiera cambiado de trabajo, no lo estaría pasando tan mal. No se sabe.

Quizá hubieras tenido que lidiar con una infidelidad o con un despido. Por tanto, si tu mente se va a otras opciones siempre muy positivas (mayor felicidad en la pareja o en el trabajo), aunque sean falsas, plantéate otras alternativas que hubieran sido también posibles, pero no tan positivas (posible infidelidad o despido, por ejemplo). Puestos a imaginar, al menos piensa algo que te sea más amable a ti mismo.


Mirando Para El Otro Lado


En esta cultura de ‘posverdad’ en la que cada vez estamos más imbuidos; es decir, en estos modos de sentir, pensar y actuar tan obscenos, donde hasta los concursos más prístinos y las adjudicaciones más técnicas están cargados de vicios; lo cual quiere decir que casi todo se realiza detrás de la escena o que las cosas que verdaderamente importan se juegan por debajo de la mesa; y, lo que es peor, donde descubrimos que nos engañaban, pero justamente lo atroz es que “nos encantaba ser engañados”; en este mundo pareciera que se impone con ahínco un imperativo: la “transparencia”.

Y con un lente no tanto intelectual, sino simplemente laico y ciudadano, pregunto: ¿no será que esa petición de principio es un sofisma? ¿No será que al obsesionarnos por la transparencia, 
especialmente exigiéndosela cual consumidores a los políticos, –aun a sabiendas de que la mayoría de sus “rendiciones de cuentas” y “declaraciones de renta” están muy bien arregladas–, tal vez creyendo en semejante “mundo de vidrio”, estamos matando la confianza?

En esta Semana Mayor recuerdo un pasaje del evangelio que cuenta cómo cuando Pilatos le preguntó al Cristo: “¿Qué es la verdad?”. Este se quedó callado y aquel no aguardó ni un suspiro para volver a lo obsceno, es decir, a lo que se estaba tejiendo detrás de la escena.

Y esa ironía, que no solo pertenece a la historia sagrada sino a la vida profana, pareciera que se multiplica en nuestro país cuando personajes siniestros invitan a marchar contra la corrupción, como si mañana Maluma invitara a marchar contra las letras vulgares y miles de sus seguidores, a ritmo de reguetón, lo acompañaran.

Pero es que, como bien lo afirma el filósofo adoptado por la tradición berlinesa, de origen coreano, que atrae a los jóvenes, Byung-Chul Han: “La transparencia que se exige hoy en día de los políticos es cualquier cosa menos una demanda política. No se pide la transparencia para los procesos de decisión que no interesan al consumidor. El imperativo de transparencia sirve para descubrir a los políticos, para desenmascararlos o para escandalizar. 

La demanda de transparencia presupone la posición de un espectador escandalizado. No es la demanda de un ciudadano comprometido, sino de un espectador pasivo, puesto que hoy la participación se realiza en forma de reclamaciones y quejas. La sociedad de la transparencia, poblada de espectadores y consumidores, es la base de una democracia de espectador”.

Ahora bien, lo cierto es que detrás de las apariencias, todo está ahí, en la vitrina de la realidad que torpemente con paños de agua tibia ‘limpiamos’. Pero ante esa pantalla obsesionada por exhibir con ramplonería que ‘todo está divinamente’, nos hemos vuelto pornográficos. A escondidas sabemos que la historia no es como la cuentan, que hay muchos velos que jamás podremos descubrir, que no nos queda más remedio ante el desastre que seguir creyendo, aun sin verlo todo; que vale la pena tratar por todos los medios de restaurar –aun a contracorriente– la confianza.

Porque la confianza hace que la acción sea posible, a pesar de no saber. Y si creemos saberlo todo, sobra la confianza. En ese sentido, si seguimos proclamando hipócritamente que “vamos a regirnos por la transparencia”, no cabe lugar para la confianza.

Una vez más, de acuerdo con el filósofo coreano que seduce a los jóvenes en Berlín: “En lugar de decir que la transparencia funda la confianza, habría que decir que la transparencia suprime la confianza. Porque solo se pide transparencia insistentemente en una sociedad en la que la confianza ya no existe como valor”.




No Todo Lo Que Reluce Es Oro


En esta vida hay que tener mucho cuidado con las apariencias. Las cosas no siempre son lo que parecen, sino que hay que investigar un poco para llegar a averiguar cómo son realmente.

Con esta expresión española, no es oro todo lo que reluce, lo que queremos decir es que, aunque a primera vista algo parece ser bueno, a lo mejor (o bueno, a lo peor) no lo es, sino que tenemos que mirar bien de cerca, investigarlo, para ver si realmente es así.

¿No les ha pasado nunca que hemos visto algo en el suelo que brillaba mucho y, después de pensar por unos segundos que sería algún objeto valioso de joyería ha resultado ser un simple cristal que reflejaba la luz del sol? Pues esto es lo mismo.

Si vemos una oferta de trabajo en la que nos ofrecen un excelente salario desde el principio, coche de empresa, ordenador personal, gastos pagados, etc., cuidado, es posible que sea un trabajo tan estresante que no nos deje vivir.

Así que, como no es oro todo lo que reluce, antes de aceptar que algo es bueno, investiguemos un poco para ver si realmente lo es.

Nos llevaremos muchas menos decepciones a lo largo de vuestra vida.


No Todo Conocimiento Es Luz



Todo tequila es mezcal, pero no todo mezcal es tequila, de la misma manera toda Luz es conocimiento, pero no todo conocimiento es Luz.

La oscuridad es ausencia de luz y simbólicamente se disipa con el conocimiento, pero no toda ausencia de oscuridad es reemplazada con Luz, a veces, la oscuridad deja de existir para darle paso al conocimiento… simple y llano… pero ese conocimiento no es necesariamente Luz.

Si yo doy un curso de Photoshop para que aprender a cambiar el fondo de una foto y corregir algunas imperfecciones en ella, quien lo tome se llevará conocimiento: sabrá cómo cambiar el fondo de una foto y corregir algunas imperfecciones en ella; definitivamente eso es conocimiento, pero seguramente que no es Luz.

Ahora bien, si yo explico que debemos seleccionar con cuidado la imagen a recortar en esa foto y que existen muchas maneras de lograrlo, algunas más fáciles que otras pero que depende del tipo de recorte y fondo que tenemos porque no siempre es lo mismo, y que eso podremos diferenciarlo cuando juntemos algo de experiencia, y que esa experiencia comenzará cuando hayamos hecho unos 10 recortes diferentes cuando menos… si yo digo todo eso y les digo que así como es en Photoshop es en la vida, porque cuando se quiere cambiar algo hay que hacerlo con cuidado, y que existen muchas maneras de lograr una meta, algunas más fáciles que otras, pero que depende de la situación en particular porque no siempre es lo mismo, y que eso podremos diferenciarlo cuando juntemos algo de experiencia, y que esa experiencia vendrá con el tiempo y la práctica… entonces, ahí ya convertimos el conocimiento en Luz… una Luz pequeña, no muy brillante, porque el conocimiento de nuestro ejemplo tampoco es tan grande, pero Luz al fin.

La ciencia definitivamente disipa la oscuridad, la elimina, la desaparece, pero curiosamente esa oscuridad no es reemplazada por Luz, sino por simple conocimiento. Y no se mal interprete, el conocimiento es útil, utilísimo, porque gracias al conocimiento de la ciencia tenemos, por ejemplo, vacunas y antibióticos que nos permiten vivir más tiempo y curar enfermedades y eso es de suma importancia.

El conocimiento de la ciencia nos permite vivir por más tiempo, pero la Iluminación nos hace eternos.

Preguntó un gurú a sus discípulos si sabrían decir cuándo acababa la noche y empezaba el día.

Uno de ellos dijo: “Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo”.
“No”, dijo el gurú.
“Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un mango o un anacardo”.
“Tampoco”, dijo el gurú.
“Está bien”, dijeron los discípulos, “dinos cuándo es”.
“Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche”.


Un conocimiento nos iluminará si nos conduce, motiva o enseña a purificar nuestros corazones, en otras palabras, si nos mueve a ser hombres libres y de buenas costumbres. Si no es así, podrá ser muy valioso por su contenido pero no arrojará Luz.