sábado, 23 de diciembre de 2017

Amar El Mundo Tal Cual Es

Filosofía

La cosmovisión andina es ecológica y cuántica. No es antropocéntrica y tampoco newtoniana. Los amerindios no quieren transformar el mundo sino amarlo tal cual es, del mismo modo que lo hacen los místicos.

En las sociedades occidentales, dominadas, por el sistema de intercambio, las ocasiones de crear este lazo social se han vuelto escasas pues las relaciones sociales están siendo regidas por contratos laborales o transacciones comerciales. Los espacios de creación del lazo social se han limitado a la esfera familiar y a grupos limitados de personas (amigos, por ejemplo), mientras que en las sociedades indígenas toda relación con el otro tiende a ser enmarcada en una estructura de  reciprocidad, todo acontecimiento está orientado a crear o reforzar el lazo social.

“Nuestros ancestros comprenden que existen dos fuerzas, la cósmica que viene del universo, del cielo (pachakama o pachatata); y la fuerza telúrica, de la tierra (pachamama). Las dos energías generan toda forma de existencia; estas dos fuerzas convergentes están expresadas en todo proceso de la vida. Y las diferentes formas de existencia se relacionan a través del Ayni (la complementariedad y la reciprocidad).” Fernando Huanacuni Mamani.

Este profundo concepto confirma la existencia de la interrelación energética entre la tierra y el cosmos, donde pachamama, lo visible, es la esencia que alimenta, nutre y da cobijo al hombre y la mujer andinos, y pachakama, lo invisible, es la matriz cósmica tutelar que protege, guía y dirige. El término pacha, es la unión de ambas energías, ya que pa proviene de la expresión paya que significa dos y cha que viene de chama que es fuerza. Es esencia del cosmos y de la naturaleza, representa lo sagrado y ratifica que todo en la naturaleza está estructurado en opuestos complementarios. 

Ha llegado el tiempo de tener, sentir, vivir, expresar e irradiar la visión cósmica del mundo andino, escuchando nuevamente al cosmos, para vivir bien, pensar bien, hablar bien, hacer bien y sentir bien.
Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua fue un cronista peruano indígena, autor de una Relación de las antigüedades deste Reyno del Piru, de breve extensión pero que contiene valiosa información etnohistórica. Alrededor del año 1600 y a pedido del Padre Avila, que le introdujo algunas modificaciones, el “Yamqui” traza en su crónica un esquema del templo de Coricancha situado en el Cuzco.

La palabra “Hacedor” de Santacruz Pachacuti sería parte de su nueva fe cristiana o de una estrategia para eludir las campañas de persecución de idolatrías, y la alusión como “poder” de todo lo existente sería una trasposición de una referencia más primigenia como “ordenador” de todo lo existente. El esquema dibujado por el Yamqui tiene todos los visos de ser una reinterpretación cristiana de la cosmogonía andina, basándose en conocimientos alquimistas de la Edad Media que serían familiares al Padre Avila.

La interpretación de Wiracocha como “Ordenador” en vez de “Hacedor” es más concordante con la cosmogonía precolombina profundamente mítica y con una concepción cíclica del tiempo. Wiracocha es parte de la Pacha o Mundo pero no se agota en la Pacha. La Pacha es sólo su vivificación. 

Wiracocha no sólo es inmanente es también trascendente pero no creador. Aquí entendemos lo mítico no como lo primitivo y antifilosófico por excelencia, sino como la forma cultural ancestral de hacer filosofía y de trascender la condición humana para unirse con lo absoluto.


La Vida: Un “Despertar” Compulsivo


La neuroplasticidad es la posibilidad que el cerebro tiene de cambiar su funcionamiento a través de la reconexión de nuevas redes neuronales, esto como resultado en un cambio en nuestros pensamientos, luego en nuestros actos y de esta forma como resultado en nuestros hábitos.

Esto nos da una perspectiva muy alentadora cuando se trata de cambiar ciertos patrones mentales que se han convertido en hábitos en nuestras vidas, ya sea una adicción, un estilo de vida o aún más complicado un TOC (trastorno obsesivo compulsivo), por ende es una gran salida y escape al uso de medicamentos psiquiátricos que a través del tiempo revelan efectos secundarios que afectan el diario vivir y atrofian la posibilidad de mantener una mente clara y libre de tóxicos que generan la dependencia de quienes los usan.

Sin entrar a profundizar sobre ello, quiero resumir lo que realmente sucede dentro de nuestro cerebro al considerar la neuroplasticidad como forma de cambio en nuestras vidas.

Todo lo que hacemos y pensamos es cíclico, por ende nuestros hábitos y comportamientos son repetitivos, sin importar el grado de importancia que tengan o no, esto sucede porque nuestro cerebro se constituye de redes neuronales, las cuales sobreviven conectándose entre si para formar un patrón de comportamiento. La forma de pensar o nuestros pensamientos son claves en la forma que podemos cambiar nuestro cerebro, pero para ello es necesario romper con palabras, conceptos, juicios y así mismo la percepción que tengamos sobre cualquier cosa, porque algo si debemos tener claro y es que la realidad no tiene nada que ver con la forma en que percibimos la vida.

Un ejemplo claro de ello podría ser el “trabajo o empleo”, el cual en muchas personas esta relacionado o asociado con el esfuerzo y el sacrificio, esta asociación crea desgano, desagrado y se toma al trabajo como algo negativo, es una conexión que ya está hecha, pero utilizando técnicas como el quebramiento de la identificación, nuevos pensamientos, no corroborar nuestros actos con lo que pensemos, el ciclo puede empezar a romperse y a crearse una visión y experiencia de vida.
Esto especialmente para aquellos que sufren adicciones y obsesiones donde el control de sus mentes son más fuertes que su voluntad, porque están invadidos por una identificación de algo que no son, pero saliendo de esa creencia y pensando diferente, a través de la meditación o formas de enfoque es posible que se rompan esos patrones negativos, que causan solo dolor y esclavitud en el hombre, cohibiéndole de tener un pensamiento elevado, donde reconoce que no es lo que su adicción quiere o su obsesión ordena.

Así como si pensamos negativamente perpetuamos lo negativo, cuando pensamos de manera positiva perpetuamos lo positivo, de esta misma manera si repetimos un acto, que proviene de un pensamiento predefinido por la supuesta realidad según la mente, nos convertimos en prisioneros de la misma, sirviendo a sus actos, sin derecho a opinar y solo convirtiéndonos en títeres de sus rituales o adicciones, por esto es importante la creación de nuevas redes neuronales a través de nuevos pensamientos que puedan poco a poco remplazar a los nocivos. Ninguna red neuronal puede funcionar sin su asociación, sin estar conectada pues requiere de la energía en forma de información que envía su compañera, así que al no recibir esta red antigua más energía y estar siendo reemplazada por otra, empieza a perder poder hasta que se debilita tanto que es abolida y de esta forma el patrón mental cambia para convertirse en lo hemos decidido la va a reemplazar, un pensamiento que nos lleve a un acto más positivo y libre de juicios, donde somos libres del poder que le hemos dado a la mente, creyendo lo que nos dice, hay que escuchar la mente pero no creerle, comprender que somos campos elevados de sabiduría y que tenemos el control de cambiar nuestro cerebro y así mismo los resultados de nuestros comportamientos, hábitos y estilos de vida.

Si nos salimos de la identificación con nuestro cerebro podremos tener una consciencia mas elevada y un mayor entendimiento sobre lo que realmente es, sin juicios, miedos, adicciones y mas, es por eso que no podemos continuar siendo esclavos de nuestra mente y permitiendo que maneje nuestra vida de acuerdo a su forma de percibir o identificación con lo que quiere, la mente es poderosa, pero nuestro ser lo es más, y ella existe no para ser eliminada, sino para ser usada con propósitos positivos, edificantes y constructivos que puedan servir para hacer de cada uno de nosotros un mundo más elevado y así verse reflejado en todo aquello que nos rodea, pues todo lo que vemos es lo que realmente somos.


viernes, 22 de diciembre de 2017

El Diseño De Nuestra Vida


Vamos a jugar un poco con la imaginación. Imagina que quieres ir a la inauguración de un nuevo teatro. ¿Qué es lo primero que necesitas? La dirección. Si no tienes la dirección es muy probable que nunca llegues o pasarás mucho trabajo para encontrar el sitio. Si quieres moverte, ponerte en acción, necesitas saber hacia dónde quieres ir.

Durante años, he hecho esta pregunta a todo tipo de gente, desde lustrabotas hasta ejecutivos, militares, pobres, ricos, adultos, niños etc. ¿Qué es lo que quieres y esperas de la vida? La primera respuesta que recibo es un gesto de desconcierto seguido, generalmente, de una respuesta verbal vaga como: “quiero ser feliz”, “salud”, “amor”, “paz” etc. Después de profundizar un poco en el tema llegan a responderme “No sé”. “No hay viento favorable para el que no sabe dónde va” decía Séneca en la antigua Roma.
La mayoría de los problemas a los que nos enfrentamos a diario son resultado de un proceso pobre de planificación y dirección. Si no sabes lo qué quieres y esperas de la vida puede resultar peligroso, porque al no saber canalizar tu energía correctamente en una dirección, ésta se puede voltear en tu contra y las frustraciones pueden destruirte o mermar tu capacidad de acción. Otra posible consecuencia es que te vuelvas influenciable y que alguien te manipule a su favor.
¿Qué crees que sucede con todos los jóvenes que se unen a las pandillas, la gente que se une a cultos extraños, las drogas y otros problemas? Son resultado de una personalidad perdida que encuentra “aceptación” y “refugio” en alguien más. El resultado final de estas direcciones falsas son frustración, destrucción y dolor.
Ahora: ¿Cómo determino mi dirección? Voy a compartir contigo una pequeña receta de cómo diseñar un plan de vida. El secreto consiste en elaborar un mapa.
El primer paso es determinar tu estado deseado. ¿Cómo quieres ser? Describe perfectamente cómo quieres estar en 20 años. Físicamente, económicamente, socialmente, espiritualmente. No se trata solamente de mencionarlo. Cuanto más específico y detallado el mapa mejor. Cuando lo tengas listo para los 20 años repite el proceso para 15, 10, 5 y 1 año.
Segundo paso: Ya que tienes determinado específicamente dónde quieres ir, tienes que saber dónde estás, esto es determinar tu estado actual. ¿Cómo eres actualmente física, económica, social y espiritualmente? Tienes que detallar todo lo que te gusta de ti así como todo lo que no te gusta. Cuáles son tus cualidades y habilidades así como tus defectos.
“Conócete a ti mismo” decía el maestro, “¿y si no me gusto?” Contestó el alumno. Poca gente tiene el valor de pararse frente a un espejo desnudo por dentro y por fuera con el interés de explorar y conocer lo que son. Si tienes interés de asistir a la inauguración del teatro y tienes la dirección, tienes que saber también donde te encuentras, porque si estás al sur el camino es diferente al que fuera si te encontraras al norte.
El desarrollo de estos dos primeros pasos es lento y requiere de mucha concentración. Tú decides. La siguiente semana cerraremos el círculo. ¿Cuánto tiempo hace que te sentaste en una habitación con buena música y frente a un grupo de papeles en blanco y te pusiste a diseñar tu vida? Lo más importante en este mundo para Ti eres Tú y siempre hay tiempo para desarrollar o mirar el mapa.
Sólo de esa manera nos perderemos menos y llegaremos a tiempo para ver la función.
Existe una gran diferencia entre sobrevivir una vida y diseñar una vida. No sobrelleves una vida a tus espaldas. Elige la obra que quieres ver y cuando. Planifica y disfruta de la función y con boletos preferenciales.



Lo Que Tengo Les Comparto


Lentamente se aproxima el tiempo en que debo emprender el camino que no tiene regreso. No puedo llevarlos conmigo y les dejo en un mundo en el que los buenos consejos no salen sobrando.

Nadie es sabio de nacimiento. Aquí el tiempo y la experiencia enseñan y limpian la conciencia; yo he observado el mundo más tiempo que ustedes.

Queridos hijos, no todo lo que brilla es oro. He visto caer algunas estrellas del cielo y quebrarse muchos bastones en los cuales uno confiaba para poderse sostener, por eso, quiero darles algunos consejos y decirles lo que yo encontré y lo que el tiempo me ha enseñado. 

Nada es grande si no es bueno y nada es verídico si no perdura.
No se dejen engañar por la idea de que pueden aconsejarse solos y que conocen el camino por ustedes mismos. Este mundo material es para el hombre demasiado poco y el mundo invisible no lo percibe, no lo conoce, ahorren pues esfuerzos vanos, no se aflijan y tengan conciencia de sí mismos.

Considérense demasiado buenos para obrar mal. No entreguen sus corazones a cosas perecederas. La verdad queridos hijos no es gobernada por nosotros sino que nosotros debemos ajustarnos a ella.

 Vean lo que puedan ver y para ello usen sus propios ojos y con respecto a lo invisible y eterno aténganse a la palabras del Altísimo.

No desconfíen de nadie tanto como de ustedes mismos; dentro de nosotros vive el juez que nos enseña y cuya voz es más importante para nosotros que el aplauso de todo el mundo y la sabiduría de los griegos y egipcios; háganse el propósito, hijos, de no actuar contra su voz y si algo piensan o intentan hacer, pónganlo primero en la mente y pídanle consejo a vuestro juez interno; al principio, él hablará únicamente en forma muy suave balbuceando como una criatura inocente. Sin embargo, si honran su inocencia soltará su lengua y les hablará en forma más perceptible. . Aprendan con gusto de los demás y escuchen con atención donde se hable de sabiduría, dicha humana, luz, libertad, virtud, pero no confíen inmediatamente en todo porque no todas las nubes llevan agua y existen diversos caminos para seguir. 

Hay quienes creen que dominan una materia porque hablan de ella; pero no es así hijos míos, no se tienen las cosas por poder hablar de ellas, palabras sólo son palabras y tengan cuidado si fluyen en forma demasiado hábil y ligera, pues los caballos cuyos carros están cargados de mercancías avanzan con pasos más lentos. Nada esperen del trajín ni de los trajinantes y pasen de largo donde haya escándalo callejero. Si alguien quiere enseñarte sabiduría, mírale la cara, si lo ves enorgullecido, déjalo, no hagas caso de sus enseñanzas por más famoso que sea.

Lo que uno no tiene no lo puede dar, y no es libre aquel que puede hacer lo que quiere sino que es libre aquel que puede hacer lo que debe hacer, y no es sabio el que cree que sabe sino el que se percató de su ignorancia y logró sobreponerse a la vanidad.

Piensen con frecuencia en cosas sagradas y tengan la seguridad de que ello les traerá ventajas y así serán como la levadura que fermenta la masa del pan. No desprecien religión alguna puesto que están consagradas al espíritu y ustedes no saben lo que pudiera estar oculto bajo apariencias insignificantes.
Desdeñar algo es fácil, hijos, pero es mucho mejor comprenderlo.

No instruyas a otros hasta que sean instruidos. Acójanse a la verdad si pueden y gustosamente permitan que les odien a causa de ella, cuiden de no confundirlas simplemente hagan el bien y no se pregunten por lo que de ello resulte.

Quieran sólo una cosa y esa quiéranla de corazón. Cuiden de sus cuerpos pero no de tal manera como si fueran sus almas.

Obedezcan a la autoridad y dejen que otros la discutan. Sean correctos con cualquier persona pero no se confíen fácilmente.

No se mezclen en asuntos ajenos y los suyos arreglenlos con diligencia. 
No adulen a persona alguna y no se dejen adular. Honren a cada quien según su rango y dejen que se avergüencen si no se lo merecen.

No deban a persona alguna, pero sean afables como si todos fueran tus acreedores.

No quieran ser siempre generosos pero procuren ser siempre justos. A nadie deben ofender, sin embargo, cuando obren con justicia no se preocupen por ellas. 

Desconfía de la gesticulación y procuren que sus modales sean sencillos y correctos. Si tienen algo, ayuden, den con gusto, y no por ello se crean superiores; y si nada tienen, tengan a mano un trago de agua fresca y no por ello se crean menos. 

No te sientes donde se sientan los burlones porque ellos son los más miserables de todas las criaturas. Respeten y sigan a los hombres piadosos, mas no a los santurrones. El hombre que tiene en su corazón verdadero temor a Dios es como el sol que brilla y calienta, aunque no hable.

Hagan lo que merezca recompensa, pero no pretendan obtenerla. Si tienen necesidades, quéjense ante sí mismos y ante nadie más.

Lo mejor que puedan dar a un enemigo es el perdón. A un oponente tolerancia. A un amigo, oídos. A tus hijos, buen ejemplo. A tu madre, una conducta que la haga sentirse siempre orgullosa de ustedes. 

A vuestro prójimo siempre caridad.

A ustedes mismos, amor propio. 


Camino A La Excelencia


Nuestra recompensa en la vida está en relación directa al servicio que proporcionamos a nuestros semejantes. Los que solamente buscan oro cavan mucho y hallan poco. Aprovecha más el que sirve mejor.

 Valor Agregado: Sea un 1% mejor todos los días en cada una de sus actividades, adiciones ese algo más que hace la diferencia. “Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos que he ganado sobre ellos”.

 Compromiso: Hágase indispensable siendo un ser de soluciones y no de problemas; nadie contrata a una persona para que le cause problemas, sino para que encuentre respuestas.

 Trato: Trate a los demás como los seres más importantes sobre la faz de la tierra, “sé con tu prójimo como lo eres contigo mismo”; muchos pueden actuar servicialmente, rara es la persona que piensa servicialmente.

 Aprendizaje: Cuando algo falle hay que asimilar la lección y adelante, ¡ánimo!; un error reconocido es una victoria ganada.

 Crisis: Los problemas para el ser excelente son oportunidades no resueltas; la dirección se aprende dirigiendo y se aprende mejor en medio de obstáculos.

 Acción: El triunfador y el perdedor tienen los mismos problemas, la diferencia está en que el primero actúa para resolverlos y el segundo procura evitarlos; es mejor gastarse que enmohecerse.

 Actitud mental: No pierda el tempo lamentándose de los problemas, mejor resuélvelos; es preferible encender una luz que maldecir las tinieblas.

Capacitación: Pregúntese todos los días cómo puede ser mejor que ayer, invierta en su preparación. 

Como la tierra por más rica que sea no puede dar frutos si no es cultivada, la mente sin cultivo tampoco puede producir.

 Preparación: Prepárese para aprovechar las oportunidades, busque la buena suerte e inevitablemente la encontrará, la fortuna siempre favorece a la mente preparada.

 Superación: Haga hoy su trabajo mejor que nunca, recuerde que siempre habrá una mejor forma de hacer las cosas.

 Reto: Desafíe sus limitaciones y no se bloquee pensando que no se puede lograr; sólo los audaces llegan a la cumbre.

 Audacia: Inicie cada día una aventura extraordinaria, viva intensamente cada minuto de su existencia, atrévase a ser un triunfador.


 Constancia: Para obtener el éxito haga de cada hora de su vida un triunfo, sumará al final de la jornada: un día de Excelencia, así una semana, un mes, un año, una vida de éxito. El éxito se alimenta de éxito.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Partos Literarios


Las musas son caprichosas. Algunos escritores, para propiciar la llegada de la inspiración, tienen sus rituales de invocación. Silencio absoluto, la oscuridad de la noche o las primeras luces del día, pluma estilográfica, lapicero o tinta verde, zapatos apretados, un baño relajante o una ducha de agua fría... Cada maestrillo tiene su librillo. Pero la ‘ceremonia’ de la creación se convierte para algunos autores en un doloroso parto. Y muchos escritores acumulan manías, supersticiones y fobias.

Rara entre las raras, la escritora chilena Isabel Allende siempre inicia sus novelas el 8 de enero. Además, empieza a escribir a las 8 de la mañana y se entrega a esta tarea 8 horas. La autora de La casa de los espíritus, que ha inmortalizado en sus obras a los miembros más excéntricos de su familia, comienza sus historias el 8 de enero tanto por superstición como por disciplina. La escritora ha confesado en alguna ocasión que ignora de dónde le viene la inspiración, pero considera que todos sus libros nacen de un interés profundo o una obsesión, de ahí que sus temas se repitan: mujeres fuertes, padres ausentes, solidaridad, redención, justicia, violencia, amor, muerte...

Algunos escritores sienten ante el folio el blanco el mismo pánico escénico que los actores momentos antes de subir a un escenario. Otros, como Arturo Pérez-Reverte, se meten en la piel de sus protagonistas y se adentran en «territorio comanche», como en su nueva novela, El francotirador paciente. Y así se pasó meses, desde Madrid a Lisboa, Verona y Nápoles, persiguiendo a grafiteros.

Un escritor de la ‘vieja escuela’, como el premio Cervantes Antonio Gamoneda, perdió hace unos años unos poemas inéditos porque no los había ‘pasado’ aún al ordenador. No es el único que sigue aferrado a la tinta y el papel. El británico Tom Sharpe, fallecido el pasado verano, también escribía a mano.
Tinta verde
Hay escritores que trabajan con un cuaderno de notas. Pablo Neruda transcribía siempre sus poemas en tinta verde, porque este es el color de la esperanza. Y algunos hasta los ilustraba. Lo mismo que Victoriano Crémer, quien sólo al final de su vida se atrevió a mostrar sus ‘garabatos’ en una exposición. Crémer era un escritor metódico, que se refugiaba en un pequeño trastero al que llamaba su ‘palomar’ y allí permanecía encerrado durante horas hasta que convocaba a las musas. Convertía en folios cartas de bancos y cualquier papel que tuviera una cara útil. José María Merino tiene facilidad igualmente para el dibujo. El escritor y académico leonés es de los que consulta una y otra vez el diccionario; una manía que también practicaba Truman Capote. Gamoneda escribe hasta cinco veces el libro antes de publicarlo. Para corrector impenitente Tolstoi, que llegó a reescribir la voluminosa Guerra y paz hasta ocho veces.

Hemingway, un auténtico bon vivant, amante de todos los placeres terrenales, era extremadamente supersticioso. Amén de escribir de pie, quizá porque todo acto creativo conlleva sufrimiento, no era capaz de enfrentarse a la máquina de escribir sin llevar en el bolsillo su amuleto de la suerte, una raída pata de conejo.

Las manías de los escritores son el suculento argumento de varios libros, como Escribir es un tic, de Francesco Piccolo, en el que despeja cuestiones como quién es el escritor que sigue el ritual más estrambótico para meterse en faena, sazonado con jugosas anécdotas sobre los métodos y las manías de autores de todos los tiempos y nacionalidades.

Ángel Esteban y Raúl Cremades desvelan en su libro Cuando llegan las musas los secretos de autores como Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar, Rafael Alberti, Octavio Paz o Buero Vallejo.

Encamados
A muchos lectores se les caerían sus mitos si pudieran contemplarlos en bata y zapatillas. Hay escritores partidarios de la disciplina férrea, como el superventas Murakami, un auténtico ‘currante’ del oficio de escribir, en el que emplea siete horas diarias, a partir de las cuatro de la madrugada. Oscar Wilde tenía la manía de escribir en su cama.
El más exagerado, no obstante, fue Proust, que se pasó tres cuartas partes de su vida en la cama, donde escribió, paradojas del destino, En busca del tiempo perdido. Con la misma manía de Proust, el uruguayo Juan Carlos Onetti se pasó enclaustrado en la cama los últimos cinco años de su vida en su domicilio madrileño.

La célebre escritora sueca Asa Larsson tiene el hábito de escribir de noche y a oscuras, vicio que desarrolló porque era el momento en que sus hijos dormían y podía concentrarse en las historias de la abogada Rebecka Martinsson, protagonista de sus novelas de suspense.

Mientras Hemingway era célebre por sus conocimientos en coctelería —de hecho se le considera el inventor del daiquiri—, Balzac consumía sin cesar café tras café. Tennesse Williams era un fumador empedernido y Sartre dominaba el arte de mezclar fármacos, con los que probablemente forzaba la inspiración.

Uno de los más raros es el superventas Dan Brown. El creador del Código Da Vinci se cuelga de los tobillos para relajarse e irrigar su cerebro cabeza abajo en busca de inspiración. El autor de Inferno también es un legionario de la escritura que se levanta cada día a las cuatro de la mañana.
Y para huraños, el estadounidense y ganador del Pulitzer Cormac McCarthy, autor de obras adaptadas al cine como La carretera -protagonizada por Viggo Mortensen- y El consejero, dirigida por Ridley Scott y estrenada este fin de semana con un elenco de lujo en el que figura la pareja Javier Bardem-Penélope Cruz. McCarthy sólo concede una entrevista cada diez años.

Hay creadores a los que les funciona la ducha fría; otros, por el contrario, necesitan un baño relajante antes de abordar el primer renglón.

El premio Nobel Mario Vargas Llosa es conocido por ser un maniático del orden, hasta extremos obsesivos. Dicen de él que se rodea de figuritas de hipopótamos a modo de talismán.

El caso Pessoa
Las manías de Pessoa son argumento de un libro cuyo autor es el colombiano Jerónimo Pizarro, especialista en el autor del Libro del desasosiego. Escribir de pie o su vicio al tabaco son algunas de las costumbres del poeta portugués que desvela Os Objectos de Fernando Pessoa, que recoge veinte de los objetos más representativos del literato, a través de los cuales el lector puede hacer «una reconstrucción mental» de su historia.

Podría entrar dentro del ámbito de las manías el gusto enfermizo de Pessoa por cambiarse de nombre y utilizar numerosos seudónimos para abordar cada trabajo con diferentes estilos y hasta personalidades.

El dramaturgo, guionista, actor y director Woody Allen es único a la hora de acumular manías. Por su terror a la muerte y a los accidentes, duerme con los zapatos puestos y se toma la temperatura cada dos horas. También le aterran los gérmenes. Fobias que él mismo ha retratado en el personaje hipocondríaco que durante décadas ha interpretado en el cine.


Autolimitaciones


La libertad del hombre es limitada en muchos aspectos físicos, psicológicos, emocionales y sociales como bien lo afirma Víctor Frankl Aunque uno quiera, no puede cambiar sus características genéticas, ni aumentar su coeficiente intelectual más allá de cierto punto, ni tampoco tiene el poder de terminar con las crisis económicas o las guerras del mundo. Sin embargo, hay muchas otras cosas que las personas se dicen constantemente que “no pueden hacer” y eso es, en realidad, una forma de no enfrentar la realidad de las cosas, decir por ejemplo:

No puedo titularme, no puedo bajar de peso, no puedo dejar a esa persona, no puedo cambiar de trabajo, no puedo organizarme, no puedo tolerarlo.

En estos ejemplos podemos ver como el recurrente “no puedo” es una manera que utilizamos las personas para autolimitarnos a través de nuestra forma de hablar.

Lo cierto es que, en cada uno de los ejemplos mencionados, si las personas que lo dicen se lo propusieran, podrían lograr bajar de peso, separarse de una persona, cambiar de trabajo,  aprender a organizarse o tolerar algo que dicen no poder.

La mayoría de las veces aquellos “no puedo” que se utilizan de manera recurrente son un autoengaño, una manera de hablarse a sí mismos o a los otros para no asumir la responsabilidad de las propias elecciones.

Cada vez que decimos “no puedo” estamos evadiendo la responsabilidad de nuestras propias decisiones de manera velada, como si en realidad no tuviéramos el poder para hacer aquello que encadenamos bajo la frase “No puedo”.

Con sólo decir “no puedo”  la persona aleja, de manera segura, sin tener que asumir su responsabilidad,  el asunto que le incomoda. Se  convence de que, en realidad, el asunto en cuestión no depende de ella ni de sus elecciones, sino de otras personas, de circunstancias externas o, incluso, de su inconsciente, al cual tampoco puede controlar.

Si la persona se protege detrás del  “yo no puedo hacerlo“no soy capaz”, evade la responsabilidad de aquello que, en realidad,  no se atreve a enfrentar de manera directa.

Sería mejor que la persona se enfrentara cara a cara con el “no quiero hacerlo”, así, por lo menos, podrá reconocer las verdaderas razones o motivos de su elección y, además de asumir la responsabilidad de que no son los otros, no es el destino, sino él mismo el que elige o decide no hacerlo, podría recuperar su propio poder al darse cuenta de que en realidad no es víctima de otros ni del destino que no le permiten alcanzar una meta, sino que es una elección personal con  razones de fondo, que hasta ahora no había podido reconocer.

Tal vez, con un poco de suerte, al reconocer las verdaderas razones por las que has elegido que no quieres algo, puedas encontrar la solución a esos problemas que te han perseguido desde hace tanto tiempo y ponerte en acción para decidir lo que realmente quieres hacer de una manera más auténtica  y  más responsable.

 Si al final decides que, de cualquier manera, no quieres hacer algo, la ventaja será de que ya no culparás a otros y te podrás responsabilizar tú mismo de esa decisión asumiendo, con valor,  las consecuencias.

Finalmente, eso ya es un cambio, reconocer las decisiones personales claramente y asumir la propia responsabilidad y las consecuencias de nuestras elecciones personales es, sin duda, un acto de madurez emocional.