Vamos a jugar un poco con la imaginación. Imagina que
quieres ir a la inauguración de un nuevo teatro. ¿Qué es lo primero que
necesitas? La dirección. Si no tienes la dirección es muy probable que nunca
llegues o pasarás mucho trabajo para encontrar el sitio. Si quieres moverte,
ponerte en acción, necesitas saber hacia dónde quieres ir.
Durante años, he hecho esta pregunta a todo tipo de gente,
desde lustrabotas hasta ejecutivos, militares, pobres, ricos, adultos, niños
etc. ¿Qué es lo que quieres y esperas de la vida? La primera respuesta que
recibo es un gesto de desconcierto seguido, generalmente, de una respuesta
verbal vaga como: “quiero ser feliz”, “salud”, “amor”, “paz” etc. Después de
profundizar un poco en el tema llegan a responderme “No sé”. “No hay viento
favorable para el que no sabe dónde va” decía Séneca en la antigua Roma.
La mayoría de los problemas a
los que nos enfrentamos a diario son resultado de un proceso pobre de
planificación y dirección. Si no sabes lo qué quieres y esperas de la vida
puede resultar peligroso, porque al no saber canalizar tu energía correctamente
en una dirección, ésta se puede voltear en tu contra y las frustraciones pueden
destruirte o mermar tu capacidad de acción. Otra posible consecuencia es que te
vuelvas influenciable y que alguien te manipule a su favor.
¿Qué crees que sucede con todos los jóvenes que se unen a
las pandillas, la gente que se une a cultos extraños, las drogas y otros
problemas? Son resultado de una personalidad perdida que encuentra “aceptación”
y “refugio” en alguien más. El resultado final de estas direcciones falsas son
frustración, destrucción y dolor.
Ahora: ¿Cómo determino mi dirección? Voy a compartir contigo
una pequeña receta de cómo diseñar un plan de vida. El secreto consiste en
elaborar un mapa.
El primer paso es determinar tu estado deseado. ¿Cómo quieres
ser? Describe perfectamente cómo quieres estar en 20 años. Físicamente,
económicamente, socialmente, espiritualmente. No se trata solamente de
mencionarlo. Cuanto más específico y detallado el mapa mejor. Cuando lo tengas
listo para los 20 años repite el proceso para 15, 10, 5 y 1 año.
Segundo paso: Ya que tienes determinado específicamente dónde
quieres ir, tienes que saber dónde estás, esto es determinar tu estado actual.
¿Cómo eres actualmente física, económica, social y espiritualmente? Tienes que
detallar todo lo que te gusta de ti así como todo lo que no te gusta. Cuáles
son tus cualidades y habilidades así como tus defectos.
“Conócete a ti mismo” decía el maestro, “¿y si no me gusto?”
Contestó el alumno. Poca gente tiene el valor de pararse frente a un espejo
desnudo por dentro y por fuera con el interés de explorar y conocer lo que son.
Si tienes interés de asistir a la inauguración del teatro y tienes la
dirección, tienes que saber también donde te encuentras, porque si estás al sur
el camino es diferente al que fuera si te encontraras al norte.
El desarrollo de estos dos
primeros pasos es lento y requiere de mucha concentración. Tú decides. La
siguiente semana cerraremos el círculo. ¿Cuánto tiempo hace que te sentaste en
una habitación con buena música y frente a un grupo de papeles en blanco y te
pusiste a diseñar tu vida? Lo más importante en este mundo para Ti eres Tú y
siempre hay tiempo para desarrollar o mirar el mapa.
Sólo de esa manera nos perderemos menos y
llegaremos a tiempo para ver la función.
Existe una gran diferencia entre sobrevivir una
vida y diseñar una vida. No sobrelleves una vida a tus espaldas. Elige la obra
que quieres ver y cuando. Planifica y disfruta de la función y con boletos
preferenciales.
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