Mi vida dista mucho
de ser perfecta, y sé muy bien que jamás lo será, pero he aprendido a disfrutar
las pequeñas cosas….desde un vaso de agua fría cuando más lo deseo, hasta una
puesta de sol que tenga el honor de observar.
En este momento de
mi vida emociono con detalles que a otras personas les parecería
insignificantes, y celebro cada minuto de mi existencia, agradecida de vivir,
porque como siempre digo, hay muchos que no tienen ese privilegio, no solamente
a los que parten de este mundo, sino a los que aún están aquí, pero no se dan
cuenta.
Y es que cada
minuto cuenta, y el tiempo no regresa. Y muchos aún no entendemos para
qué estamos acá. La vida no es fácil, hay problemas, pesares,
dificultades, presiones, pero está en nosotros reconocer que nada de lo
anterior es perenne y que todo tiene una caducidad. Entonces, de qué sirve lamentarse, llorar,
culpar? De nada, la vida continúa pasando y vamos perdiendo ese tiempo
precioso que no regresa.
Los tiempos malos
llegan solos, y cuando llegan parece como si se detuviera el tiempo y se
convierten en una eternidad. Pero eso también pasa.
Simplemente
vive. Levántate cada día con la mejor actitud, da gracias a Dios por la
oportunidad de abrir los ojos, por todo lo que te ha dado y te dará, presenta
tu día a Él y entrégale todo lo que has de emprender. Luego salta de la cama
con tu mejor sonrisa y decide amar a todos, especialmente a aquellos que menos
lo merecen.
Siempre digo que es
nuestra decisión ser feliz, y no porque lo leí por ahí, sino porque lo vivo
cada día. Abro mi corazón a Dios y le invito a quedarse en él, y con El,
llega la paz, la templanza, la paciencia y la tolerancia hacia los demás.
También llega el agradecimiento por todo lo que me llega, por lo bueno, por
lo malo y por lo espectacular .
Seamos agradecidos,
cada momento cuenta!
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