Trascender (de trans, más allá,
yscando, escalar) significa pasar de un ámbito a otro, atravesando el límite
que los separa.
Desde un punto de vista
filosófico, el concepto de trascendencia incluye además la idea de superación o
superioridad. Este es el significado concreto de esta palabra, pero ahora
debemos pensar que es lo que diferencia al hombre corriente de una persona
"que trasciende", pues bien, toda persona que intenta superar los
límites que le pone la vida, que intenta buscar sentido y conocimiento de su yo
y de su existencia trasciende a un plano en el que la vida enseña su verdadera
esencia y verdad.
No hace falta ser un monje o un
iluminado espiritual para trascender en la vida, una persona que ayuda a otra cuando
la ve en apuros ya está trascendiendo, una persona que realiza un voluntariado
en una ong, está trascendiendo, una persona que escucha a otra contarle sus
problemas con verdadero interés y da consejos para aliviarla trasciende, y así
en todos los actos de bondad que los humanos realizamos a diario.
También una forma de transcender,
aunque no lo creamos, es el mero hecho de conversar con la gente. Hoy en día
apenas conversamos con nuestros conocidos, vecinos, familiares, siempre vamos
enganchados a los móviles o a Internet pero esas conversaciones no son
verdaderas en el sentido "espiritual" de la palabra, hemos perdido el
contacto humano que hace que la conversación sea un placer y una forma de
intercambiar energías e ideas que poco a poco tiende a desaparecer.
En todas las culturas anteriores a esta era tecnológica
la conversación entre las personas ha sido uno de los medios de comunicación
más importantes y usados, gracias a ella las gentes transmitían sus
conocimientos, sus inquietudes y sus ideas para trascender en el desarrollo del
grupo al que pertenecían. Mediante ella se transmitían los valores que regían a
las personas y las desarrollaba como tales.
Hoy en día la falta de conversación en las nuevas
generaciones está propiciando que la gente se aísle en sus casas, que se
conviertan en gente taciturna y tímida y que tienda a buscar
"amistades" mediante el ordenador en Internet esto no lo considero
una verdadera conversación, pues no existe el intercambio de
"impresiones" entre las personas y sí, se proporcionan la
información, pero esta carece de "alma" por lo que enseguida la
olvidamos o quizás pasemos de ella, no existe entonces la empatía con la
persona y por lo tanto no hay verdadero sentimiento de haber conversado.
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