En la vida en algún momento nos creemos y nos
ilusionamos esperando alguna cierta “recompensa” o algún tipo de “sorpresa” de
parte de otra persona. Nosotros lo damos todo y aunque está bien dicho que no
pidas nada a cambio por lo que tu des, indirectamente siempre esperamos algo de
otra persona, si no es lo mismo o parecido a lo que tú haces o das, simplemente
algo que haga ver nuestra recompensa por lo bien (o mal) que vamos con las cosas.
Cuando terminas una relación te pasas días, semanas,
meses…machado y podrido pero con cierta fe e ilusión de que la otra persona
está sufriendo por ti, te echa de menos, y está deseando al menos escuchar tu
voz para saber cómo estas. Ya que, indirectamente, nos sentimos culpables de
todo lo malo que le pase a esa persona porque tiempo atrás siempre estabas ahí
en todo. No caigamos en el error. Como bien acabo de decir, nos ilusionamos y
pensamos que es así y nos puedan llegar a sorprender. Nada más lejos de la
realidad, no es así.
Con una sola llamada, conversación, o mensaje, te das cuenta
que solo estás haciendo el ridículo. Mientras la otra persona le da igual todo
y se dedica a decirte que la dejes en paz y hagas tu vida, tú has estado
soñando día y noche con que esa persona hacia lo mismo contigo y en el fondo
deseaba hablarte y estar a tu lado.
Nunca esperes nada de nadie y así no seremos
defraudados. Suerte a aquellas personas que les den y les sorprendan día a día
y enhorabuena. A los que no, adelante. Se tú mismo y no dejes que esas
desilusiones acaben contigo y con tu ilusión, por la vida, la amistad, y el
amor.
Eso sí, lo mejor es aprender a volar solos, no vaya a ser
que tanta espera de algo o de alguien se demore hasta acabar estampados en
nuestra… querida estampa.
Aunque yo cambiaria un poco la última parte. Y es que deberás
tener esperanza porque si la pierdes y esas desilusiones acaban contigo…
entonces te conviertes en un mero especulador.
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