martes, 14 de marzo de 2017

Crear Los Momentos

Todos nosotros tenemos un artista dentro, todos nacimos con la necesidad de crear, porque fuimos creados.
Crear es expresar lo que sientes que eres, lo que sientes que tienes y quieres ofrecer, es entablar una conversación entre tu mundo interior y el mundo que te rodea. 
Es un deseo de comunicar, de aportar, de trascender, de comprender, de cocrear. 

Crear es la expresión del yo auténtico sin límites y un acto de alumbramiento que trae una nueva vida al mundo.

Nuestro yo creativo necesita de la soledad para poder escucharse, para poder mirar hacia adentro y encontrarse, para sentir que está ahí, que late, que vibra, que resuena, que está vivo.

Necesita aislarse del ruido, de las voces que dudan de él, que quieren someterle a normas, que quieren que sea como la mayoría. Necesita un momento y tiempo que es solo para él,  en el que no existe ni el pasado ni el futuro, solo el aquí y ahora.

Los momentos del artista son momentos llenos de verdad, de belleza, de vitalidad, de plenitud, de riqueza, de alegría, de totalidad y trascendencia. Son momentos de grandeza que no se pueden compartir porque perderían su magia, esa magia que se transforma en palabras, esculturas, pinturas, bailes, y cualquier otro fruto creativo, para que otros la puedan vivir. En cada acto de creación el artista transmite su pasión a otros para hacer renacer de nuevo su propia pasión.

Para algunas personas, entre las que me encuentro, crear y expresar es vivir, es respirar, es el motivo y la razón de vivir. Sin ello nos limitamos a meramente existir. Por eso necesitamos la soledad y el retiro en algunos momentos, pero también la compresión del entorno hacia esa necesidad, sin que se sientan por ello rechazados o abandonados. Buscamos la soledad para encontrarnos con nuestra artista, para escucharlo, para atenderlo, para dejarlo salir y fluir, para renacer en cada encuentro.

A veces por la presión del entorno, por la incomprensión, por el miedo a que esos momentos de soledad se conviertan en una soledad eterna, vamos poco a poco abandonando a nuestro artista interior, acallándolo, desatendiéndolo, hasta dejarlo en coma. Y aunque le hayamos proscrito al olvido, sigue ahí, y sufre, y llora, y protesta y se enrabieta, y ese artista desatendido es el autor de muchos comportamientos que no alcanzamos a ver y de los que nos somos conscientes.

Porque con todo ello está queriendo llamar nuestra atención, para que volvamos la mirada hacia él, y le demos su espacio y su momento.

Hace tiempo que yo me di cuenta que me había olvidado de mi artista, pero él no se olvidó de mí, y me llamo y busco con tanta fuerza que no pude resistirme a volver con él. Después de tantos años separados volver a vivir juntos no está siendo tarea fácil, pero como dicen “el amor lo puede todo”, y a pesar de la distancia y el olvido nunca he dejado de querer a mi artista. Por eso, en este nuevo camino busco espacios y momentos para encontrarme y disfrutar con él, para darle libertad de crear, de divagar, de fantasear, soñar, imaginar, de vivir en el caos si hace falta. Son sus momentos, y hay que dejarle que los viva con plenitud, luego ya vendrá la calma, el orden y otras cosas.

Esa es la clave para vivir en paz y armonía con nuestro yo creativo, como dice Maslow en su libro Personalidad Creadora, a las personas creativas hay que darles libertad y tenerles paciencia.


Soltemos La Presa

Desapegarse, es una de las tareas más complicadas a las que el ser humano se enfrenta en algún punto de su camino, aquel en que simplemente y sin alternativa comprende que no hay más elección que desapegarse.
Desapegarse de todo. Desapegarse incluso  de uno mismo y del enorme peso que nos mantiene atados a una realidad que no es más que un sueño. Un sueño aplastante que nos vuelve cadáveres vivientes que se sueñan viviendo.
Pero, ¿cómo podremos volar si vivimos arrastrando esa pesada carreta que lleva el peso toda nuestra existencia?, una que a través de muchas vidas o experiencias, va cargando una aparente realidad que nos mantiene ciegos.  
Amarrados y esclavos del pensamiento, la mente, aquella loca que parlotea gimiendo como un rumiante herido y tuerto velando nuestra verdadera libertad.
Ese soltar ideas y creencias, soltar la ilusión de que somos espirituales cuando nos aferramos a la idea de la espiritualidad, soltarnos de la cruz y de la vela, del incienso, del padre nuestro, soltarnos de nosotros mismos.

De todas las creencias que nos aguijonean la poca luz que nos fue obsequiada para comenzar a caminar, a despertar.

Soltar todas las imágenes y formas, soltar las palabras que nos atan al rezo, al gurú, al maestro, a los ángeles, guías, canalizadores, refranes y edificios costosos que albergan la salvación.

A la creencia, cualquiera sea esta, soltarnos al deseo de soltarse. 

Soltarnos a toda la amplia película que se nos ha pintado desde el comienzo de nuestros tiempos convirtiéndonos en marionetas de un titiritero.

Soltarnos de todo lo que provoque una resistencia.

Mientras haya resistencia, no podrá fluir nada. Mientras haya deseo, apego, no habrá evolución porque realmente no comprendemos que al desear estamos presos de ese deseo. Encarcelados en el anhelar. Ciegos por la forma.  En el pesado sueño del siguiente minuto.
Cuando se comprende esto, lentamente y sin alternativa, como un inmenso globo que soltó las amarras, el vuelo hacia la libertad comienza y todo a nuestro alrededor cambia.
No puede ser de otra manera, ya no se es parte de ese todo, de la garra que conforma la forma. Estas más arriba, más libre, con menos peso.
Ahora observas desde un punto distante donde no hay nada inventado, no eres tocado ni alcanzado por nada.
Sólo observas. Observas solo y silenciosamente. Sin distracción, sin temor, sin deseo. Sin palabras, sin forma. Hasta, que incluso dejas de observar para ser en lo observado. Ya eres parte de Todo.
Eres en la nada y en ese todo que crece como un río dentro de ti. Como una malla milagrosa. Piadosa y extasiada. Cada vez que comprendemos esencialmente “algo”, ese Todo, Dios, Energía, Consciencia  o cualquiera sea el nombre que necesitemos ponerle, se expande como un río sediento en ti. Gozoso y sublime. Iluminador y esclarecedor.
Hugo W Arostegui


Siguiendo La huella


Imaginemos que estamos perdidos en el desierto. Desesperados. Sin saber hacia dónde tirar. Y de repente aparece una huella humana en la arena.

La impronta perfecta de otros pies que ya estuvieron ahí, antes que nosotros.
Y a esa huella sigue otra huella mostrándonos una dirección a seguir.

Así que, sin dudarlo, y llenos de esperanza, seguimos ese rastro que nos guía, sin saber muy bien a dónde, pero confiando en que nos rescate de ese lugar árido y vacío en el que nos encontramos.
Atentos, colocamos nuestros pies sobre las marcas de esas pisadas. Y emprendemos el camino.
Esa huella en la tierra es para mí el símbolo del Maestro Interior que nos guía en la vida.

Más allá de nuestros impulsos y deseos egoístas, hay otro motor más profundo que con paciencia infinita nos encamina hacia el encuentro de nosotros mismos.

Llamémoslo intuición, corazonada, sexto sentido… Aquello que te hace elegir desde la verdadera libertad y no desde el miedo o la arrogancia, no desde el placer o el dolor.

¿Qué es lo que se debe seguir? Siempre lo correcto, lo que para nosotros corresponde a nuestra verdad interna. Cuando nos alineamos con nuestro centro la intuición se despierta espontáneamente y se convierte en el faro que nos guía en nuestras decisiones y acciones.

Cuanto más avanzamos en el camino del autoconocimiento más arduas son las pruebas que la vida nos exige. 

Podríamos pensar que, como ya somos más sabios, no necesitamos ayuda. 

Sin embargo, cuanto más avanzamos, más humilde y entregada ha de ser nuestra actitud.

El más sabio es aquel que no se cree un sabio. El verdadero maestro es aquel que sigue considerándose un aprendiz.

Nunca dejamos de aprender porque seguimos caminando, porque nuestra posición y nuestro estado nunca son definitivos, porque queda mucho por avanzar, por crecer, por evolucionar.

Seguimos firmes en la huella

Hugo W Arostegui


La Buena Onda


 Caer bien es imprescindible para tener una buena relación con las demás personas. La buena onda hace que puedan surgir otra serie de sentimientos (compañerismo, amistad, amor...) por lo que es muy importante asegurarnos de que somos agradables a todo el mundo”

Hay una fórmula muy sencilla que nos permitirá tener este buen feeling con todos.
Existe un procedimiento muy fácil para lograr esta buena onda. Podemos sin esfuerzo conseguir caer bien a todo el mundo, conseguir ser agradables a los ojos de los demás, lograr que los otros nos vean como personas cercanas y amigables.

Créeme que puedes conseguir todo esto sin ningún esfuerzo. Te aseguro que siguiendo este simple consejo vas a conseguir tener muy pocos enemigos, sino al contrario, vas a ser una persona popular y querida. No importa lo tímido o introvertido que seas, no importa la seguridad en tí mismo que tengas , no importa que pienses que no eres popular y querido. Con esta sencilla técnica, que está al alcance de todo el mundo (y eso te incluye a tí), nos aseguramos el mejorar nuestra imagen ante los demás, y caerle bien a todo el mundo.

Esa técnica es innata a algunas personas, pero para el resto se puede conseguir sin mucho esfuerzo. Es una fórmula tan simple y tan obvia que muchas veces pasa inadvertida a nuestros ojos, y sin embargo puede cambiar la percepción que los demás tienen de nosotros y nuestra relación con ellos.

¿Sabes cuál es esa "fórmula mágica"? Pues es tan simple como esto: SONREÍR

Así es. La sonrisa es la más poderosa de nuestras armas a la hora de causar buena impresión a los demás, a la hora de caerles bien, a la hora de generar buena onda con ellos. Sonreírle a los demás causa un hilo de empatía con ellos, provoca una sensación de buen rollo y de cercanía.
Casi nadie profesa sentimientos negativos hacia alguien que le sonríe. Al contrario, ver a alguien que nos sonríe nos causa buena impresión, nos hace sentirnos confiados, cercanos, nos provoca sentimientos positivos  hacia esa persona que nos sonríe.

Una cosa importante para este concepto es que no se trata de poner una mueca forzada, una alegría fingida; no, ni mucho menos. Se trata de mostrar una sonrisa sincera, se trata de alegrarse uno ante cada persona que ves y trasmitirle y trasladarle esa alegría. Se trata comunicar a la otra persona tu amabilidad y tu disposición a la buena relación a través de tu sonrisa sincera.

Practica a menudo la sonrisa. Quizás al principio si no estás acostumbrado a sonreir, te sientas extraño. No te preocupes, piensa que estás agradando y siendo agradable a los demás, que ellos te lo van a agradecer. Practica con frecuencia, trata de estar sonriendo la mayor parte del tiempo, y pronto será algo innato a tí.

Puedes utilizar esta fórmula cuando quieras causar buena impresión, en una entrevista de trabajo, ante tus profesores o cuando vas a conocer a los padres de tu pareja. Pero también puedes (y deberías) hacerlo en todas las situaciones de la vida: sonríe al conductor del autobús , al portero de tu edificio o a la chica de la limpieza. Sonríe al tendero de la esquina, al camarero que te sirve una cerveza, o al chico hace gimnasia a tu derecha, sonríe al guardia de tráfico, al vecino que te encuentras en el ascensor, o a la chica que te gusta y a la que no te gusta. Sonríe a todo el mundo.

Acostúmbrate a sonreír. No importa lo cansado que estés o que hayas tenido un mal día. Puede que estés distraído o enfadado. No importa. Acostúmbrate a sonreir a todos. Sonríe en todas las ocasiones. 
Sonríe en todos los momentos. 
La sonrisa es tu mejor arma. La sonrisa es tu carta de presentación. La sonrisa es tu imagen de cara al público.
Tu sonrisa es lo que los demás van a ver de tí. Tu sonrisa eres tú.

La gente se agradará contigo, para ellos verte será como aire fresco. Una persona que siempre les sonríe, que siempre es amable y cercano con ellos.
Serás alguien que cae bien, alguien con buena onda, alguien popular y querido. Y sin haber hecho ningún curso, ni esfuerzo.

SONRÍE. SIEMPRE.




lunes, 13 de marzo de 2017

La Permacultura


Es un sistema de principios de diseño agrícola y social, político y económico basado en los patrones y las características del ecosistema natural.

La Permacultura es una filosofía de vida, pero también una ciencia o por lo menos un conjunto de conocimientos que procuran integrar la forma de vida humana y los elementos que ésta usa (agricultura, viviendas, etc.) en la Naturaleza, imitando cómo funcionan los ecosistemas naturales.
Su filosofía es trabajar con la naturaleza y no contra ella. Esto genera muchos beneficios: reducción de trabajo o esfuerzo, ausencia de residuos contaminantes, vida sostenible sin explotar o extinguir los recursos naturales, vida sana y plena, etc.

Como diría Bill Mollison uno de los padres de la Permacultura: 

"La permacultura es la filosofía de trabajar con, y no en contra de la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva, en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar a la áreas como sistemas mono-productivos."

Permacultura es un término genérico para  la aplicación de éticas y  principios de diseño universales en planeación,  desarrollo, mantenimiento, organización y la preservación de hábitat apto de sostenerse en el futuro.

La Permacultura también es una  red y un movimiento internacional de practicantes, diseñadores y organizaciones, la gran mayoría de las cuales se han desarrollado y sostenido sin apoyo de corporaciones, instituciones o gobiernos.

Los ejes centrales de la permacultura son la producción de alimentos, abasto de energía, el diseño del paisaje y la organización  de (Infra) estructuras sociales. 

También integra energías renovables y la implementación de ciclos de materiales en el sentido de un uso sustentable de los recursos al nivel ecológico, económico y social.

Desde sus inicios a finales de los años 70, la permacultura se ha definido como una respuesta positiva a la crisis ambiental y social que estamos viviendo.

Un hábitat diseñado según los principios de la permacultura se entiende como un sistema, en el cual se combinan la vida de los  seres humanos de una manera respetuosa y beneficiosa con la de los animales y las plantas, para proveer  las necesidades de todos de una forma adecuada.

En el diseño de estos sistemas se aplican ideas y conceptos integradores de la teoría de sistemas, biocibernetica y ecología profunda. 

La atención no solo se dirige hacia los componentes individuales (=elementos), sino hacia las relaciones entre estos elementos  y su uso optimo para la creación de sistemas productivos.
Planificación, implementación y mantenimiento componen el proceso de diseño permacultural, el cual se enfoca tanto en una optimización sucesiva del sistema para las necesidades de ahora, como también en una futura productividad, abierta para ser desarrollada y refinada por las generaciones que vienen.

El proceso de diseño tiene como objetivo una integración óptima de las necesidades ecológicas, económicas y sociales del sistema, de modo que a largo plazo se pueda auto regular, y/o. mantener en un equilibrio dinámico mediante interferencias mínimas.

El modelo para esto son los procesos de autorregulación que podemos observar diariamente en sistemas ecológicos como por ejemplo en los bosques, lagos o los océanos.

El pensamiento sistémico y una acción motivada por esto buscan superar de una manera consciente  el procedimiento linear-causal todavía predominante, cuyas consecuencias destructivas están hoy más y más a la vista de todos.

Como estamos viviendo en sistemas y estamos rodeados por ellos, el pensamiento y la acción lineal-causal no pueden solucionar nuestros problemas, solamente trasladarlos en el tiempo y espacio. 

De esta forma nos lleva a la conclusión equivocada de ver la influencia que más nos “estorba” en este momento como la causa única de nuestros problemas. 

Además, por su tendencia de implementar solamente  correcciones sintomáticas, produce constantemente nuevos problemas muchas veces mayores a las anteriores.

El concepto libre de ideologías de la permacultura se abre tanto a los nuevos conocimientos y tecnologías como a los conocimientos “antiguos”, milenarias, de todas las culturas y apoya su fusión creativa en innovadoras estrategias de diseño.



El Compromiso Social



Los países son tan buenos como buena es su sociedad. Y para que una sociedad sea buena, requiere definir con claridad el país por el que está dispuesta a comprometerse, la forma de lograrlo y la exigencia que esto implica hacia el gobierno en turno, viendo a éste no como un obstáculo insalvable, sino como un aliado indispensable y conquistable ejerciendo, de ser necesaria, la presión indispensable para que atienda los reclamos de la ciudadanía a la que se debe.

Corrupción, palabra mil veces repetida para señalar el daño que causa a nuestra sociedad y que sigue rondando todos los ambientes y rincones de nuestro actuar, en lo político, en lo empresarial y en la sociedad.

Dios nos ha dado, al nacer, unas cuantas monedas. Muchas de ellas para hacer bien a nuestros semejantes, pocas para nosotros. Pero más que la cantidad que hayamos recibido, será importante, mucho más importante, la forma en que las utilicemos. Estoy convencido de que aquel que recibió pocas monedas pero las utilizó con excelencia, logró una vida plena llena de realizaciones, que no necesariamente son materiales. El recurso económico excesivo, puede ser una fuente extraordinaria para procurar el beneficio de la gente que nos rodea, pero cuando su propósito es el lucro a favor de quien la posee, generalmente acaba hundiendo a su poseedor, porque la riqueza es un amo implacable sin sentimientos ni moralidad alguna.

¿Qué necesitamos? Crear redes ciudadanas desde las comunidades vecinales, escolares y gremiales, e integrarnos en proyectos de gran dimensión social que procuren el beneficio de la comunidad y persigan objetivos de gran visión hasta alcanzarlos sin reparar el gran esfuerzo que esto implica. Proyectos locales, de abajo hacia arriba, de los municipios a los estados y a la nación. Sin prisa pero sin tregua. Y pensar que los grandes proyectos empiezan, muchos de ellos, por pequeños proyectos impulsados por líderes sociales que infunden respeto y ánimo y que poco a poco van creciendo o uniéndose a otros hasta alcanzar una dimensión insospechada que transforma para bien el entorno político, económico y social en donde se desarrollan.

Con la vida y con la humanidad. Comprometidos con la solución de los problemas que aquejan a la humanidad de nuestro tiempo. 

Esto, junto con los rasgos anteriores, se contrapone al individualismo egoísta que sólo va a lo suyo, sin importarle los males de los demás. A la compasión el compromiso le añade actuación con visión de la realidad, la comprensión de las causas de los males, la construcción de instituciones y estructuras de valor. 

En un mundo tan interrelacionado e interdependiente el comprometido asume lo público, como plataforma de bien común, nacional e internacional. 

El comprometido busca su bien, pero al mismo tiempo busca que sea bueno para los demás. 

Busca estructuras sociales e instituciones para que todos tengan oportunidad de vida digna, pues las sociedades que excluyen y niegan a una parte de ellas cultivan a la larga el conflicto y la mutua destrucción. 

El comprometido tiene creatividad de nuevas posibilidades partiendo con una visión crítica de las negaciones que mutilan la humanidad.


Hugo W Arostegui

domingo, 12 de marzo de 2017

Intenciones


Definiciones web
(Intención) Intencionalidad es un término filosófico que se refiere a la propiedad de los hechos con referencia de la mente por los que ésta indica, hace referencia o se dirige a un objeto. ...

Te debe haber pasado que cuando piensas en algo comienzas a ver ese algo en todos lados.

Quizás pensabas comprarte un teléfono, un coche o unos zapatos deportivos, te gusta un modelo y piensas positivamente en él.

Sales a la calle y lo ves en todos los sitios a los que vas. Cosa que hasta ese momento no te sucedía. Aunque para muchos puede ser una simple coincidencia, se trata de tus propias intenciones y tus anhelos más profundos.

Las intenciones son el punto inicial y más importante de los sueños. 

Es lo que te da el poder creativo para cubrir tus necesidades, te ayuda a encontrar nuevas alternativas para conseguir el dinero para vivir como deseas, mejorar tus relaciones, amar y encontrar la fe que necesitas en tu vida.

Desde la acción más pequeña hasta la más relevante de tu vida va a depender de las intenciones. Las intenciones nacen cuando tu mente que se conecta con tu entorno. 

Cuando logras estar en sintonía con el universo y con tu entorno, todo aquello que deseas o piensas fuertemente sucede. O de alguna, manera obtienes una respuesta sobre ese tema. 

Lo importante es que te des cuenta, que sepas leerla y entenderla en el momento en el que se presenta
.
Debes estar abierto a esta experiencia

Es muy beneficioso para ti. Verás cuánto poder tienen tus intenciones y entenderás las razones del pensamiento positivo, solo recuerda no depender de él. Puedes aprovechar la fuerza de tu mente y alcanzar tus metas.

Siempre se ha dicho la frase: “del dicho al hecho hay un trecho” recuerda que tú eres el arquitecto y el constructor de todos tus proyectos, la frase antedicha tiene su ineludible complemento: “el querer es poder” nada ni nadie podrá jamás sustituir los verdaderos anhelos de tu voluntad.

Hugo W Arostegui



La Vida De Todos



En el concepto de vida podemos entonces incluir a diferentes reinos como el vegetal, el animal, el de hongos, y el de bacterias.

En el caso del ser humano (perteneciente al reino animal), la discusión sobre qué es la vida y cuál es su importancia se vuelve más compleja al ser este el único ser vivo que puede reflexionar sobre fenómenos abstractos e incomprensibles.

Podríamos decir que la importancia de la vida reside en el don que uno recibe al nacer y que se transforma en aquello que nos permite, en definitiva, existir. La vida es sumamente importante porque, de otra manera entonces, no podríamos existir. Así, entra en cuestión la idea de cómo cuidar y proteger esa vida es importante. Queda en claro que si no tuviéramos vida no existiríamos, por lo tanto todo lo que hagamos y realicemos para cuidarla será importante.

En este sentido, la vida es importante porque nos permite crecer, desarrollar vínculos con otros seres vivos, aprender, conocer el mundo y un sinfín de actividades que ya van más allá de las meras funciones biológicas. Actos de agresión, violencia, o situaciones en las que se da la ausencia de salud, de abrigo y de una buena nutrición son todos elementos que no toman en cuenta la importancia de la vida y por tanto la ponen en peligro. Algunos de ellos pueden ser involuntarios e inconscientes, otros pueden ser planeados y bien conscientes.

La complejidad de las sociedades actuales hace que muchas veces olvidemos esta noción de cuán importante es la vida y la pongamos en peligro de diversas maneras, restándole gravedad a actos que pueden directamente dañarla o interrumpirla.

El derecho a la vida es uno de los Derechos Humanos Universales recogido y aceptado en todas las Constituciones Políticas y demás normas legales de los diferentes países del mundo, así como en los Instrumentos Internacionales que libre y voluntariamente algunos países han integrado a sus respectivas legislaciones. 

Como ejemplo podemos citar la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, la Convención Americana de los Derechos Humanos, entre otros, que garantizan el derecho a la vida, como un derecho fundamental autónomo. 

El Derecho Internacional obliga a proteger la vida humana, desde la concepción, es decir,  tanto antes como después del nacimiento. 

Pues la evolución de la internacionalización de los derechos humanos alcanza mayor fuerza día a día y aceptación a nivel mundial. 

Es justamente el Derecho Internacional uno de los principales promotores de los derechos humanos y de la protección de los individuos.  

El derecho a la vida constituye un valor supremo cuya titularidad corresponde a todos los individuos de la especie humana y cuya violación es de carácter irreversible, ya que desaparece el titular de dicho derecho. 


Hugo W Arostegui

Nuestra Casa Común


 “Si es verdad que los trastornos climáticos son antropogénicos, es decir, que tienen su génesis en los comportamientos irresponsables de los seres humanos (menos de los pobres, y mucho más de las grandes corporaciones industriales), entonces es claro que la cuestión es antes ética que científica.

Es decir, la calidad de nuestras relaciones con la naturaleza y con la Casa Común no eran y no son adecuadas y buenas.

«Nunca maltratamos y herimos nuestra Casa Común como en los dos últimos siglos... Esas situaciones provocan los gemidos de la hermana Tierra, que se unen a los gemidos de los abandonados del mundo, con un clamor que reclama de nosotros otro rumbo» (n. 53).

Ese otro rumbo implica, urgentemente, una ética regeneradora de la Tierra.

Esta ética debe estar fundamentada en algunos principios universales, comprensibles y practicables por todos.

Es el cuidado esencial, que es una relación amorosa con la naturaleza; es el respeto por cada ser porque tiene un valor en sí mismo; es la responsabilidad compartida por todos acerca del futuro común de la Tierra y de la humanidad; es la solidaridad universal por la cual nos ayudamos mutuamente; y, por último, es la compasión por la cual hacemos nuestros los dolores de los otros y de la propia naturaleza.

Esta ética de la Tierra debe devolverle la vitalidad vulnerada a fin de que pueda continuar   regalándonos todo lo que nos ha regalado siempre durante todos los tiempos de nuestra existencia sobre este planeta.

Pero no es suficiente una ética de la Tierra. Necesitamos acompañarla de una espiritualidad. Ésta hunde sus raíces en la razón cordial y sensible. De ahí nos viene la pasión por el cuidado y un compromiso serio de amor, de responsabilidad y de compasión por la Casa Común.

El conocido y siempre apreciado Antoine de Saint-Exupéry, en un texto póstumo escrito en 1943, Carta al General “X” , afirma con gran énfasis: “No hay sino un problema, solamente uno: redescubrir que hay una vida del espíritu que es aún más alta que la vida de la inteligencia, la única que puede satisfacer al ser humano” (Macondo Libri 2015, p. 31).

Otro texto, escrito en 1936, cuando era corresponsal de Paris Soir durante la guerra civil española, lleva como título «Es preciso dar un sentido a la vida».

En él retoma el tema de la vida del espíritu. Para eso, afirma, “necesitamos entendernos recíprocamente; el ser humano solamente se realiza junto con otros seres humanos, en el amor y en la amistad; sin embargo, los seres humanos no se unen aproximándose los unos a los otros, sino fundiéndose en la misma divinidad. Tenemos sed, en un mundo convertido en desierto, sed de encontrar compañeros con los cuales compartir el pan” (Macondo Libri 2015, p. 20). Y termina la Carta al General “X” : “Tenemos tanta necesidad de un Dios...” (op. cit. 36).

Efectivamente, sólo la vida del espíritu satisface plenamente al ser humano. Ella es un bello sinónimo para espiritualidad, a veces identificada o confundida con religiosidad. La vida del espíritu es más, es un dato originario de nuestra dimensión profunda, un dato antropológico como la inteligencia y la voluntad, algo que pertenece a nuestra esencia.

Sabemos cuidar de la vida del cuerpo, hoy un verdadero culto celebrado en tantas academias de gimnasia. Los psicoanalistas de varias tendencias nos ayudan a cuidar de la vida de la psique, de cómo equilibrar nuestras pulsiones, los ángeles y demonios que nos habitan, para llevarla con un relativo equilibrio.

Pero en nuestra cultura prácticamente olvidamos cultivar la vida del espíritu, que es nuestra dimensión más radical, donde se albergan las grandes preguntas, anidan los sueños más osados y se elaboran las utopías más generosas. La vida del espíritu se alimenta de bienes no tangibles como el amor, la amistad, la compasión, el cuidado y la apertura al infinito. Sin la vida del espíritu divagamos por ahí, desenraizados y sin un sentido que nos oriente y que haga la vida apetecible

Una ética de la Tierra no se sustenta sola por mucho tiempo sin ese supplément d’âme que es la vida del espíritu, que nos convoca a lo alto y a acciones salvadoras y regeneradoras de la Madre Tierra.

Ética y vida del espíritu son dos hermanas gemelas inseparables.

Hugo W Arostegui

sábado, 11 de marzo de 2017

Entendimiento



Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad.
Capacidad de pensar y obrar con buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad

El entendimiento es aquella facultad que diferencia a los seres humanos de los animales.

El entendimiento permite la comprensión de la realidad a partir de esta facultad mental. Desde el punto de vista filosófico, este concepto también recibe el nombre de intelección o aprehensión de la realidad a través de la que se accede a la esencia de las cosas.

El entendimiento muestra la capacidad de discernimiento racional que potencia la delibración en la toma de decisiones. Esta capacidad de discernir muestra la posibilidad que tiene el ser humano de diferenciar aquello que es correcto de aquello que no lo es. El entendimiento muestra el valor del buen juicio, es decir, de obrar a partir del sentido de la prudencia.

Teoría del conocimiento

El entendimiento es uno de los aspectos esenciales en el proceso de conocimiento por parte del sujeto. Una facultad que muestra la relación entre la mente y el objeto a través del ejercicio de conocer.

El conocimiento que es la base del entendimiento es una acción inmanente cuyo origen y término se encuentra en el propio sujeto. El entendimiento implica poner atención en cada cosa para poder captar la raíz esencial.

Además del plano del conocimiento, la capacidad de entendimiento también tiene una gran influencia en el contexto de la comunicación interpersonal puesto que dos personas pueden llegar a un entendimiento mutuo a través del poder de la palabra, es decir, pueden comprenderse al escucharse. Desde el punto de vista de la comunicación, es positivo utilizar argumentos concretos que respalden el valor de un mensaje determinado a través de la organización adecuada de ideas principales e ideas secundarias. Se trata de aportar razones que tengan una validez sólida en la expresión de un mensaje determinado. Existe una actitud que dificulta la capacidad de entendimiento mutuo: querer llevar siempre la razón.

La reflexión sobre el propio entendimiento ha sido objeto de reflexión filosófica como muestra la epistemología que muestra la capacidad del filósofo de admirarse de esta facultad humana que aporta una gran libertad a la existencia. Y es que, el entendimiento permite poner conciencia a la existencia al tener la capacidad de reflexionar sobre los propios actos y sus consecuencias. Esta reflexión también es base en la ética.

Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender.
José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo y ensayista español
La llave que se usa constantemente reluce como plata: no usándola se llena de herrumbre. Lo mismo pasa con el entendimiento.
Benjamín Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
El problema es que la información no es el entendimiento.
Nadine Gordimer (1923-2014) Escritora sudafricana.
Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado despacio, no entendemos nada.
Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.
El entendimiento agudo y sin grandeza, lo pincha todo, pero nada mueve.
Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Refrán

Hugo W Arostegui




Malas Artes

Malas Artes
Medios o procedimientos poco éticos de los que se vale alguien para conseguir algo.

Esta mañana un hombre aparcaba su coche y el de detrás, esperando más de lo que le gustaría por lo complicado de la maniobra, ha comenzado a tocar fuertemente su bocina.

Cuando finalmente ha podido pasar y ha estado a la altura del primer conductor, le ha echado una mirada de auténtico odio. ¿Qué pretendemos cuando lanzamos esas miradas?

Una de las aproximaciones más ingenuas y parciales a la moral humana es la que determina que hay personas buenas y personas malas, así, tal cual, sin matices, como en una película maniquea de superhéroes y supervillanos.

Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Las personas buenas pueden ser malas en determinadas circunstancias, y viceversa (sin contar lo porosos y mutantes que resultan los términos “bueno” y “malo”.)

Un fenómeno que pone en evidencia hasta qué punto las personas más aparentemente normales y civilizadas son capaces de comportarse de forma cruel se produce en las muchedumbres. Los psicólogos lo denominan multitudes encarnizadas.
Grupos de personas que, por ejemplo, son capaces de azuzar a un suicida que está a punto de tirarse desde las alturas a que no se lo piense tanto, que salte ya, que se muera de una vez.
Por ejemplo, es lo que ocurrió en Seattle en agosto de 2001, cuando una mujer de veintiséis años amenazaba con saltar desde el puente Seattle Memorial.

Llegado el momento, aprendes a saber poner a las personas en su lugar. No siempre hay que poner la otra mejilla y comprendes que cuando lo haces así no eres una mala persona.

Ser egoísta, en ocasiones, es más que positivo. No tienes por qué estar a merced de los demás, pues los demás no están a tu merced. 

Sé libre para decir “no”, sé libre para no permitir que nadie te haga sentir que eres una mala persona.

Es muy fácil ser bueno con los demás cuando la vida nos sonríe y los demás son buenos con uno y hacen y dicen justo lo que esperamos y lo que queremos.

Mas ¿qué pasa cuando eso no sucede?

Es ahí donde se nota la verdadera entraña de cada uno de nosotros. ¿Seguimos siendo buenos? ¿O arañamos a quien tenemos enfrente sólo porque no son lo que queremos ni esperábamos?


Hugo W Arostegui