sábado, 1 de abril de 2017

Entrometidos


¿Por qué tu familia es entrometida?, ¿por qué hay gente de tu familia que se entromete? La suegra entrometida, la madre entrometida, el tío entrometido, la otra tía vieja entrometida, ¿por qué se entrometen? ¿Por qué tu familia es entrometida?, ¿por qué hay gente de tu familia que se entromete?

Porque son como esas grandes familias que tienen tradición italiana, donde creen que te tienen que hacer la vida fácil, y para hacerte la vida fácil te van a aconsejar qué es lo que tenés que hacer; van a averiguar de tu vida, te van a decir que es lo que estás haciendo bien y qué es lo que estás haciendo mal, especialmente aquellas cosas que ellos consideran que vos las estás manejando mal.

Esa persona que se pone en el lugar de crítica tuya, de lo que estás haciendo, de las decisiones económicas que tomás, de las decisiones afectivas o familiares, qué decidís acerca de tus hijos, en realidad esa persona cree que tiene un conocimiento superior al tuyo y por lo tanto está en condiciones de decirte cómo vos tenés que manejar tu vida.

Y son personas que siempre tienen la vista puesta en vos, parece que se distraen con tu vida. 
El mayor daño que se lo causa el entrometido mismo, hay algo que les pasa a los entrometidos que les causa mucho daño por entrometerse en tu vida.

En primer lugar cuando hay mucha oferta de consejos hay muy poca demanda, nadie te va a agradecer los consejos que no te pidió.

Los consejos se dan cuando alguien te los pide, no cuando no te los piden. Se los tenés que dar a alguien cuando te pide el consejo, porque si no el consejo no sirve de nada. Si nació el bebé y la mamá o el papá no te piden consejo de qué hacer con el bebé, ¡no les des consejos! No le digas: "ay hace calor, hace frío, está muy abrigado, abrígale los piecitos, ese médico no es bueno, me parece que lo estás criando mal, no le des teta, dale teta, dale la leche ésta", ¡no le digas nada! Nadie va a agradecer un consejo o un favor que no se pidió.

El entrometido -como está dando todo el tiempo consejos a todo el mundo sin que nadie se lo haya pedido- tarde o temprano se termina quedando solo; lo meten como en un refrigerador, queda congelado, porque nadie quiere hablar asuntos delante de esa persona.

Entonces aparecen los secretos familiares: "yo te cuento esto pero no le digas nada a tal, que no se entere, esto queda entre nosotros dos", ¿por qué? Porque no quieren que el entrometido venga a hablar de nada ni a opinar de nada de lo que estás haciendo.

¿Por qué un entrometido se mete en la vida del otro?, ¿qué le pasa a esta persona que se entromete en la vida del otro? Algunas personas se entrometen en la vida del otro porque dicen: "yo aprendí tanto en la vida que quiero que los demás aprendan de lo que yo aprendí, si yo ya lo experimenté, ya lo viví, escúchame que te va a hacer bien lo que te digo".

Creen que toda la experiencia y todo lo vivido te lo entregan a vos en bandeja de plata. Sería ideal aprender de lo que le pasó a otro y no cometer errores, pero todos debemos aprender de nuestras propias experiencias. 


Hay otros que se entrometen en tu vida porque están solos y cuando te tienen todo el tiempo en su mente sienten que están acompañados; por eso a muchos entrometidos los vas a analizar y te vas a dar cuenta que sienten mucha soledad, por eso todo el día andan detrás de tus historias de vida, andan detrás de tus reacciones, te llaman por teléfono todo el tiempo para ver qué hiciste o qué no hiciste. 

Otros entrometidos lo hacen para compensar un poco el sentimiento de culpa que tienen por sus propios fracasos: les fue mal en la vida y dicen: "mirá, para mí ya es tarde, pero vos estás todavía a tiempo, por eso yo te lo estoy diciendo para que no te vuelvas a equivocar, mirá que yo ya pasé por esto, yo ya no lo puedo hacer, a mí las cosas me salieron mal, pero con mi consejo a vos te pueden salir bien". 

Y hay otros entrometidos que no tienen otra cosa que hacer; esos son los más difíciles. Esos son los más jorobados porque están aburridos, y quieren de alguna manera distraerse mirando tu vida. 




Ser Mezquino


La mezquindad es el acto por el cual preferimos lo que tenemos a lo que somos. La mezquindad no significa exactamente el no-deseo de dar, la antigenerosidad. No. La mezquindad es esa sensación perenne de carencia que sienten quienes la padecen. 

De allí que se sientan incapaces de darse y de dar.

Dice un cuento antiguo: érase una vez un rey inmensamente rico que tenía dos hijos muy envidiosos. Para ponerlos a prueba, les anunció que estaba dispuesto a concederles el mejor de sus deseos, pero con una condición. 

Obtendría el deseo el primero de los hermanos que formulara su petición y al segundo le daría el doble de lo que hubiera solicitado el primero...

Ninguno se decidía a hablar esperando que empezara el otro, hasta que el rey obligó a uno de ellos a formular su deseo. 

Y este respondió: "Deseo, padre, que me arranque un ojo"...

La mayoría de la gente no se da cuenta si se portan mezquinos -mezquinos en cuestiones de dinero, mezquinos para perdonar a la gente, mezquinos para agradecer y enseñar, mezquinos para amar, y hasta para dar una propina...etc.-y van por la vida escatimando todo.

La mezquindad es del miserable, del que restringe cada cosa que debiera dar sin parpadeos, sentimientos, palabras, gratitud, y cosas materiales...

Por ello el mezquino vive a medias, angustiado siempre, da mendrugos de manera hipócrita o de humillante mal modo, y envaneciéndose  por la mísera limosna dada, y por eso, de vuelta sólo recibe migajas por su modo de ser, y eso lo hace totalmente infeliz, y en consecuencia, es poco inteligente, y muy insano.

Y es que la malicia, el abuso, y la mezquindad, suelen ser mecanismos de defensa de una personalidad que esconde traumas, incompetencias e inseguridades severas, y actuando así, el mezquino cree que se resguarda y se encuentra mejor, más fuerte, superior a los demás, pero sólo se engaña a sí mismo haciendo por el bien de los demás el mínimo esfuerzo posible, escatimando todo, desde una propina hasta el reconocimiento por el talento ajeno, y ni que decir de la gratitud o de la amabilidad...

Y es que los tacaños no sólo lo son con el dinero: la tacañería es una actitud ante la vida, que lo contamina todo, desde dar una palabra de aliento a quien la necesite, hasta dar un aumento de salario justo a los empleados.

Hay sujetos, inmersos en el capitalismo mórbido, que usan el 90% de su capacidad creativa para buscar los modos de ahorrarse unos centavos, o ganarlos abusando de otros.
Individuos cuyos pensamientos están ocupados en un 100% en preocupaciones relacionadas con el dinero.

No les importa el arte, el amor, la justicia, la bondad, la salud y mucho menos el bienestar de los demás. Son sujetos como los dueños de las telefónicas, las televisoras, los supermercados, y hasta los gobiernos, a los que el hecho de ser miserables les da una vitalidad impresionante.

Incluso, pareciera que dicha vitalidad se traduce en una mayor esperanza de vida, porque esos ricos mezquinos tardan lustros en morir, quizá por temor al gasto económico que significaría su funeral, y claro, suponen absurdamente, que se llevarán sus acumulaciones afectivas y materiales al otro mundo...

Los mezquinos terminan siendo parásitos y explotadores de los demás, y para nada, porque ni disfrutan ni dejan disfrutar a nadie a su alrededor de ningún placer, porque tal pareciera que todo placer, aunque no cueste dinero, para ellos es un desperdicio oneroso.

Tanto ejemplo de abuso y egoísmo debe hacernos replantear el ser y el tener.

(Si nuestra autoestima está basada en el éxito económico, y somos lo que tenemos, entonces, si de súbito perdiéramos esos bienes, ya no seríamos nada.

Así de claro.


Hugo W Arostegui


Rispideces De La Vida Diaria


La rispidez, en sentido amplio, se aplica a todo aquello que es contrario a lo suave, resultando áspero, molesto, tenso e hiriente, pudiendo aplicarse a las cosas, a los hechos, a las ideas, al carácter, a las palabras, a las relaciones entre individuos o a los sentimientos.

Ejemplos: “Estas sábanas son muy ríspidas, prueba agregarles suavizante en el enjuague”, “Las montañas ríspidas hacían el camino intransitable”, “La rispidez del camino rompía los neumáticos”, “Se vivió un momento ríspido cuando la mujer golpeó a su novio delante de todos”, “Sus ideas son tan ríspidas que resulta ofensivo”, “Su carácter ríspido lo vuelve solitario”, “Sus palabras ríspidas la hicieron llorar” o “Sus ríspidos sentimientos lo han llenado de odio”.

Es bastante frecuente que la rispidez acompañe cualquier tipo de debates, donde se enfrentan diferentes posiciones, y no se logra un diálogo constructivo, sino que cada uno intenta hacer prevalecer su opinión, por ejemplo: “Los diferentes candidatos políticos se enfrentaron en una ríspida discusión sobre los mejores modos de mejorar la economía del país” o “Fue muy ríspido el enfrentamiento entre los partidarios de legalizar el consumo de drogas y los que se oponen a ello”.

La vida cotidiana, observada por las ciencias sociales, en especial la psicología y la sociología, está conformada por situaciones que vivimos a diario, acciones que realizamos frecuentemente en el contexto de nuestro entorno. Las relaciones interpersonales, vivencias, sensaciones y experiencias que atravesamos todos los días como miembros de la comunidad son parte de la vida cotidiana. 

En nuestro devenir diario, la vida cotidiana forma nuestra personalidad desde la niñez a través del ejemplo de nuestra familia y educadores, en la transmisión de valores y principios. Muchos factores influyen en ello como los medios de comunicación, la tecnología, los amigos, el contexto social, económico y político, y la época actual.

La vida cotidiana es parte de la rutina natural de nuestro devenir bio psico social. Si nos atrevemos a usar creativamente nuestra libertad practicando nuestras convicciones, la vida cotidiana deja de ser una rutina esclavizante. 

Se trata de reconocer nuestros comportamientos, nuestra conducta adaptada a las circunstancias, los roles que desempeñamos en las distintas situaciones que atravesamos, la proyección de nuestras necesidades, observándonos y autocalificándonos para tratar de entender si nuestra realidad diaria se corresponde con nuestros intereses y anhelos. O si estamos viviendo una cotidianeidad ajena a nosotros, impuesta por el afuera, por las expectativas de los otros, o por el mandato familiar y aún de la sociedad de consumo.

Escudriñar la vida cotidiana es inmiscuirse en el modus vivendi del individuo y desenredar lo aparente para discernir lo simbólico en cada estilo de vida, con la capacidad de poder diseñar un proyecto de vida que revolucione nuestra vida cotidiana.

Hugo W Arostegui


La Zancadilla


Dícese en el diccionario que la zancadilla es la acción de cruzar una persona su pierna entre las de otra mientras ésta se mueve, para hacerla tropezar o caer.

También se puede interpretar como un coloquial engaño o trampa con que se intenta perjudicar a una persona.

En un sentido figurado, "la zancadilla es una estratagema mediante la cual se derriba o se pretende derribar a alguien de un puesto o cargo". A estos artistas de la desgracia ajena les produce una enorme satisfacción ver cómo amigos y enemigos se dan de bruces contra el suelo gracias a su perversa habilidad.

La acción de la zancadilla les proporciona a estas personas una mezquina alegría por el infortunio ajeno.  

He sido testigo de muchas zancadillas y no sólo en los campos de fútbol, las he visto en la universidad, en las oficinas, en las empresas, en las familias y hasta en los partidos políticos.

Quienes practican la zancadilla disfrutan con ella, y más cuando a quien se la tienden, va velozmente hacia una meta clara y ambiciosa.

El arte de poner zancadillas se puede perfeccionar hasta tal punto de que quien cae no es capaz de conocer quién ha sido el que ha metido la pierna. Hay quien prefiere, no obstante, que el adversario o el enemigo sepa que son ellos los causantes del daño.

La zancadilla puede ser una calumnia, una mentira, una sospecha, una denuncia, un insulto, un recuerdo, una frase sarcástica y hay especialistas en la frasecita descalificadora, en la palabra mordaz, en el chivatazo miserable.

Algunas zancadillas son fruto de una larga preparación y otras son tan improvisadas que resultan casi automáticas. También hay zancadillas que son el resultado de la premeditación y de la perfidia, de la envidia, de la rivalidad y otras, simplemente, del placer que algunos sienten al ver que quien va corriendo tropieza y se estrella.

Vivimos en un mundo cargado de individualismo y competitividad e impedir que el otro gane parece una forma de ganar, bloquear el éxito ajeno parece una forma suficiente para consolarse por no alcanzar el propio. 
La competitividad se envilece cuando vale todo para ganarle al otro.
PD. Los envidiosos suelen ser buenos zancadilleadores de amigos y enemigos.
Hasta la próxima… Dios les bendiga, siempre.

Jaime Di Capote Rivera
Popayán
Cauca


Tropezando Al Avanzar


¿Quién no tiene tropiezos en su vida personal o profesional?
¿Quién no desea cambiar algo que no le funciona como quiere?
Los seres humanos no somos perfectos. Lo que tenemos que hacer es aprender de cada situación que se nos presenta, aprender de nuestros éxitos y nuestros errores. No hay fracasos solo resultados, si el resultado no es el que esperamos solo significa que hemos aprendido algo.
Todos tenemos dentro de nosotros las condiciones que necesitamos para lograr lo que deseamos, solo tenemos que activarlas.
Es importante re-conocer que es lo que queremos cambiar, que es lo que nos incomoda, la situación que nos molesta, ser sinceros con nosotros mismos y detectar cuales son las formas que usamos para sabotearnos que nos impiden alcanzar el éxito en los objetivos o metas que deseamos.
¿Qué es lo que te impide avanzar?
Tus creencias limitantes te estancan, y en este caso solo cuando te cuestionas tus creencias vas a descubrir si estas te sabotean o no.
También hay emociones saboteadoras como la culpa, el miedo, la ansiedad, la rabia y el resentimiento que te impiden avanzar.
Y que me dices de tus hábitos? Sabes cuales son los positivos y cuales son los limitantes que te impiden lograr tus metas?
Como te va con tus excusas? Solo reconociendo que en ti esta el poder es que podrás llegar a tu realización personal y al éxito.
¿Como te puedes ayudar en este proceso y hacer mas fácil tu camino?
Aprende a observarte a ti mismo y a tu entorno de una manera diferente,
Toma conciencia de los tropiezos que encuentras,
Aprende de cada tropiezo y vuélvelo a intentar.
Atrévete a hacer algo diferente,
Se creativo,
Dale un lugar preponderante a tus valores,
Reafirma tu autoestima,
Ten confianza en ti mismo, tu tienes todo el potencial dentro de ti, solo tienes que sacarlo y ponerlo en práctica,
Comprométete con lo que quieres lograr,
Elabora una estrategia de acción,
Actúa. Lleva tu estrategia a la acción.
Se flexible en los cambios que tengas que realizar para alcanzar el éxito,
Se exitoso y no te duermas en tus laureles.
Sueña y no permitas que nada ni nadie te aleje de tus sueños.

Hugo W Arostegui



Ser Tenaces


El concepto de tenacidad se utiliza para nombrar aquellas actitudes y formas de actuar que se caracterizan por recurrir a la firmeza y a la constancia en pos de obtener un resultado final.

La tenacidad se vincula muy cercanamente con la inteligencia ya que aquellas personas consideradas tenaces deben saber cómo proceder en cada situación específica, pero al mismo tiempo, la tenacidad se relaciona con la fortaleza de espíritu porque es la constancia y la permanente entrega por un objetivo lo que hace que una persona sea considerada tenaz. En suma, la tenacidad implica tanto inteligencia como constancia.

La tenacidad es una característica típica del ser humano ya que este es capaz de decidir de manera conciente qué es lo que quiere y planificar alrededor de ese objetivo un tipo de actitud que le rinda los mejores resultados.

Sin embargo, también puede ser tenaz un animal por ejemplo cuando caza y recurre a la mejor estrategia para hacer de su actividad una actividad fructífera, la tenacidad por tanto es una virtud que se puede encontrar tanto en el ser humano como en muchas especies animales.

Se denomina tenacidad a la capacidad de mantenerse firme en un proyecto a pesar de las dificultades que puedan presentarse.

Es sin lugar a dudas una cualidad moral y propia de una personalidad segura de sus convicciones. La tenacidad puede ser de gran utilidad en distintas circunstancias de la vida, en particular cuando los resultados obtenidos distan de ser los buscados.

Además de una cualidad moral, el término también alude a una de las características de los materiales. En efecto, los materiales muestran distintas características, una de las cuales es la tendencia a resistir las deformaciones y las roturas.

Tomando su acepción ética, la tenacidad corresponde a la actitud de firmeza en el carácter y en la decisión. Es de alguna manera otro modo de referir a la constancia.

Para lograrla se deben tener claros los objetivos y el motivo por el cual se desean alcanzarlos.

Además debe considerarse cuales son los recursos propios y cuales pueden recibirse de los demás.

Finalmente, se debe intentar incansablemente alcanzar el objetivo incansablemente sin cejar jamás. La tenacidad puede sin lugar a dudas mejorarse y es lógico cultivarla para lograr perseverancia en las distintas decisiones que se toman en la vida.

La tenacidad es un valor muy importante, que también tiene que ver con la perseverancia, el ser tenaz es una fuerza motriz personal que nos empuja a seguir trabajando por nuestros objetivos, por nuestras metas, por nuestro propósito.

Es tener un valor bien cimentado, para luchar constantemente, para cultivar y luchar por nuestros sueños
Entendiendo que todo es paso por paso
Teniendo en cuenta que es un proceso lento y que se le debe invertir a diario pasión llevada a la acción
Es tener la entereza para hacer algo de la mejor manera posible durante mucho tiempo de forma constante para lograr lo que queremos en la vida.

Es trabajar duro, teniendo paciencia, es ser humildes para darnos cuenta de que somos personas transparentes y que no engañamos a nadie, ni tampoco a nosotros mismos

Es centrarnos en lo importante y no hacer a un lado lo que nos hemos planteado lograr.


Hugo W Arostegui

viernes, 31 de marzo de 2017

Comportamiento Humano


Jane Goodall (Londres, 1934) lleva toda su vida estudiando el comportamiento de los chimpancés, promoviendo un estilo de vida de la sociedad occidental más sostenible con el medio ambiente y tratando de dar respuesta a una pregunta: ¿Por qué estamos destruyendo el planeta? Su conclusión deja en mal lugar a la especie humana. «Porque nos estamos comportando de un modo estúpido», afirmó ayer durante una visita a Barcelona.

Siempre acompañada por un chimpancé de peluche, Goodall se dedica en cuerpo y alma a llamar la atención sobre lo que los ciudadanos y las empresas pueden hacer en positivo por la conservación de los ecosistemas y el desarrollo sostenible y pacífico de, entre otras, las comunidades de la cuenca del Congo, donde cree que se corre el peligro de acabar con las selvas vírgenes por culpa de la sobreexplotación mineral.

Especialmente del coltán, elemento muy útil para fabricar los móviles. Por ello, pide la colaboración de consumidores y fabricantes de terminales en dos sentidos.

Por un lado, animando a la ciudadanía a involucrarse en el alargamiento de la vida útil y el reciclaje de móviles, y también instando a todas las empresas a asegurar la mayor transparencia en su cadena de suministros de minerales, para evitar que los usuarios terminen financiando a las grupos armados que violan los derechos humanos y trafican estos recursos en la República Democrática del Congo y países vecinos. Algo parecido a lo que ocurre con los diamantes, que deben llevar un certificado de que no son minerales 'de sangre'.

La campaña 'Movilízate por la selva', impulsada por el instituto Jane Goodall, trata de concienciar poniendo el acento en que la explotación del coltán y la casiterita está en el centro de los conflictos bélicos que producen millones de víctimas y refugiados en la República Democrática del Congo. La minería ilegal explota mano de obra infantil o semiesclavizada, destruyendo además los hábitats de muchas especies como los chimpancés y gorilas, en grave peligro debido a la caza furtiva y la deforestación

Reflexión:
«Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia de forma diaria», señala. Y se dirige, sobre todo a los jóvenes, a los que pide que reflexionen sobre cómo pueden solucionar los problemas. «Si se remangan, pueden cambiar el mundo», dice. Doctora en Etología por la Universidad de Cambridge y doctora honoris causa por más de cuarenta universidades del mundo, Goodall lo afirma desde su más absoluto amor por el mundo animal.

Un respeto que no aprendió en los libros, ni en las universidades, sino que se lo enseñó su perro. 

«Cuando fui a Cambridge, tras haber viajado a África, los profesores me decían que no podía hablar de los animales como seres con personalidades y emociones individuales. No son como nosotros, me recalcaban. Yo sabía que estaban equivocados», remata. Tras más de 60 años estudiando primates, su conclusión es que son muy parecidos a los humanos. Sus relaciones familiares pueden durar más de medio siglo, tienen personalidad propia, el funcionamiento de su cerebro es muy parecido y tienen las mismas emociones básicas: felicidad, ira, miedo, desesperación, también pueden ejercer la violencia, como el hombre, provocan guerras entre comunidades y sienten el amor, el afecto y pueden ser altruistas y hasta sienten la vergüenza. «No hay frontera entre nosotros y el resto de los animales», 
asegura. 

Tampoco con los toros. «Si fuera un toro no me gustaría participar en una corrida», remata. «Los humanos no somos los únicos que tenemos sentimientos», concluye.


El Aporte De Todos


En su uso más amplio, el término aporte refiere a aquella contribución que alguien realiza a otro individuo o a una organización. La mencionada contribución puede consistir en un bien inmueble, una suma de dinero o tratarse de una contribución de tipo espiritual, artística o intelectual.

Cuando hablamos de aportes que no tienen que ver con un bien material o una suma de dinero estaremos haciendo alusión a aquellos que una persona produce a través de algún trabajo o desarrollo que ha generado en el desempeño de algún quehacer específico dentro de un área. Por ejemplo un investigador científico que consigue tras un arduo trabajo desarrollar una vacuna que curará una peligrosa afección.

También la persona que a través de un trabajo intelectual incorpora una serie de ideas y de conceptos que son de suma importancia para la comunidad en la cual se desarrolla.
Desde cualquier área una persona podrá realizar algún aporte, asimismo un amigo que aconseja a otro para que evite un mal paso en la vida estará haciendo un aporte.

Normalmente los aportes que alguien realiza en niveles políticos, culturas, intelectuales, y que por los alcances afectan de manera positiva a las personas, las comunidades, los estados, entre otros, suelen ser reconocidos con menciones, premios, que dejan sentado en la historia ese aporte fundamental. 

Si revisamos la historia en general nos encontraremos con muchísimos ejemplos en este sentido, y que son básicamente los que permitieron el gran avance y evolución de la humanidad.

Los científicos, los intelectuales, los políticos, los militares, personalidades de la cultura y del arte marcan supremacía en este sentido.

No cabe duda de que en nuestra sociedad cada vez se hace más necesario analizar el contexto ético de las decisiones, en el actuar científico, laboral y profesional. 

El conocimiento se va haciendo más amplio y complejo, en la misma medida que la toma de decisiones y las acciones a que se ven enfrentados los profesionales deben tomar en cuenta variados aspectos, con complejidad creciente. 

Los conflictos de interés, la información privilegiada, el lucro personal indebido, el uso de conocimiento para el propio fin, la falta de respeto al prójimo, son aspectos a tener en consideración al momento de formar científicos y profesionales jóvenes en todas las disciplinas.


El compromiso personal de cada uno de los miembros de la comunidad universitaria va a hacer posible desarrollar de mejor forma la propia identidad de cada institución y su aporte prioritario a la sociedad. 

Las universidades cumplen un rol indispensable en la formación científica, profesional y ética de los jóvenes, lo que es un aporte de gran importancia para el pleno desarrollo del país. Cultivar estos valores, acoger la crítica y evaluación de cada uno de nuestros procesos, indicadores y resultados, es un compromiso público que la sociedad demanda.


Sobre Adicciones


Cada cierto tiempo, los medios de comunicación de diferente corte y pelaje sacan una noticia con un estudio sobre cómo las nuevas tecnologías y su uso desmesurado producen patologías y trastornos en los usuarios advirtiendo a la población de que, además de ser irreversibles, van en aumento.

Estar enganchado al móvil o ser adicto a internet son las consecuencias nocivas de las que más se habla y las que más se teme padecer. La nomofobia -no mobile phone phobia- o pánico a no estar conectado por el móvil, la tecno ansiedad, o tecnostress, el síndrome de la vibración fantasma, etc. son algunas de las características del cuadro clínico que presenta esta dependencia tecnológica. 

Pero, ¿es cierto todo lo que se dice sobre los males que genera la tecnología o es miedo a lo desconocido y al cambio?

“Al principio también se pensaba que la velocidad de los trenes era perjudicial para el cuerpo humano y recuerdo leer artículos de finales del siglo XIX donde mucha gente criticaba el teléfono y su uso, advirtiendo de cómo iba a destruir el contacto personal”, cuenta José Miguel Gaona, psiquiatra y Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, que dirige el Instituto Neurosalus, especializado en el tratamiento de la depresión y las adicciones. “Internet per se no produce adicción. 

En 25 años de profesión no hemos visto ni una sola persona que fuese -con los síntomas propios de una adicción-, adicta a internet”.

La idea de que pudiera existir una adicción a internet tuvo supuestamente su origen en una broma que, en 1995, el psiquiatra Iván Golberg propagó por la recién estrenada red.

Cada tecnología que nace y se desarrolla viene asociada con una nueva patología. Ocurrió con el teléfono, la televisión, la consola y ahora con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). “Toda tecnología como acción humana tiene unos efectos no previstos y no deseados.

Es una ley general a todo avance técnico pero, dicho esto, no creo que las TIC sean más perniciosas ni parece que las personas se vuelvan más adictas que con cualquier otro uso de las tecnologías”, asegura Francesc Núñez, Doctor en sociología y profesor agregado de la UOC, (Universitat Oberta de Catalunya) cuya investigación se centra en la sociología de las emociones, consumo y tecnología.

“Todas esas alertas que periódicamente salen en los medios, seguramente haya personas que tienen esos enganches, pero casi siempre en un porcentaje muy minoritario. La mayoría de la gente que hace un uso de las tecnologías de la comunicación no está teniendo esos efectos negativos”, asegura el investigador.

La idea de que pudiera existir una adicción a internet tuvo supuestamente su origen en una broma que, en 1995, el psiquiatra Iván Golberg propagó por la recién estrenada red. En ella hablaba de un nuevo síndrome al que llamó ‘desorden de adicción a Internet’ (IAD, en inglés) y en el que describía precisamente los síntomas mencionados al comienzo del texto: ansiedad, la necesidad de conectarse horas y horas, y el movimiento involuntario de los dedos para teclear.

Aquella falacia se dio por verdadera y pronto se inundó la web de gente que se veía identificada con esas dolencias. Ese mismo año, la psicóloga Kimberley Young, referente en la materia, fundó el Centro para la Recuperación de la Adicción a Internet netaddiction.com que continúa actualmente ofreciendo sus servicios.

La adicción a Internet (ni ninguno de los trastornos derivados de las nuevas tecnologías), no ha ingresado como desorden mental en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales que edita la Asociación Americana de Psiquiatría, aunque los defensores de su existencia argumentan que Internet es aún muy nuevo y por eso no ha sido aún aceptada.

“Hay mucho de tecnofobia. En muchas de las entrevistas que hemos realizado sobre el uso de las nuevas tecnologías y las relaciones de pareja, todo el mundo está de acuerdo en que es preferible el cara a cara, porque la mediación tecnológica todavía despierta cierto recelo”, explica el sociólogo. “Pero fuera de esta ‘desconfianza’ inicial, el uso y las ventajas que ofrecen las TIC se extiende a cualquier ámbito. ¿Hay quien hace un mal uso y abusa?, pues seguro, pero en sí mismas no creo que encierren más peligro que otras tecnologías”.

Para el psiquiatra José Miguel Gaona, la posible dependencia que se desarrolla hacia el móvil o internet está ligada a la neurofisiología de cada uno lo que influirá a la hora de vivir en mayor o menor medida ese ‘enganche’. “Los circuitos de pregunta-respuesta se crean con bastante intensidad, requiere una acción inmediata, y eso produce -si se puede llamar así- cierta adicción. Han acostumbrado a sus neuronas a que cuando recibe un wassap contesten y si no lo hacen se siente incómodo y eso es lo que puede generar ansiedad”.
Helena Matute, catedrática de Psicología de la Universidad de Desto, quien se dio a conocer al ser una de la primeras en publicar un artículo en 2003, cuestionando estas patologías derivadas de las nuevas tecnologías, explicaba muy gráficamente: “Si alguien no puede dejar de entrar en Internet es como si fuera al mismo bar de la esquina todos los días. Podría ser un problema, pero no una adicción”.


jueves, 30 de marzo de 2017

La Simpleza


El término simpleza se utiliza para hacer referencia a una condición, cualidad o modo de comportamiento que se interesa por las cosas y las sensaciones simples antes que por las complejidades o grandes angustias que la vida nos propone. La simpleza puede ser entendida como una cualidad de una persona así como también la cualidad de un objeto o elemento concreto. Al mismo tiempo, podemos señalar que en algunos casos particulares la noción de simpleza puede tener un significado negativo o peyorativo si hace referencia a la falta de intereses mayores o más complejos.

La simpleza tiene mucho que ver con la búsqueda de los elementos más naturales y puros en todas las cosas, en todas las personas y las situaciones. Así, una persona simple probablemente se interese por la belleza de la naturaleza antes que por los lujos de la vida moderna. La simpleza pasa por conformarse con lo que uno observa alrededor y ser feliz con ello. Obviamente, alcanzar este nivel de comportamiento o de sentir implica estar muy feliz con uno mismo y con el entorno que lo rodea de modo que las preocupaciones diarias y las necesidades socialmente impuestas no interrumpan la tranquilidad del vivir. Hoy en día, este tipo de actitud hacia la vida no es muy común debido al stress y la vida rápida que lleva la mayoría de la población.
La simpleza, como se dijo antes, también puede tener un lado negativo en algunos casos y esto tiene que ver con la utilización del término como algo peyorativo. Así, puede una persona mostrar rasgos de excesiva simpleza cuando no pretende demasiado de la vida y, por tanto, no tiene expectativas ni sueños ni grandes fantasías a cumplir a lo largo de su vida. Si bien una persona simple siempre puede encontrarse satisfecha con poco, al mismo tiempo podríamos decir que es una persona que no posee ambiciones y que entonces no se permite crecer o descubrir nuevas sensaciones.
Poema:

“Nunca llegué a concebir que en la simpleza hubiera tanta belleza.
Viajamos hacia lo simple por el camino de lo complejo.
¡Qué contradicción de términos para ti, y para mí, no siendo más que simples mortales!
Que para Ser, tenemos que dejar de serlo.
Que para saber, debemos desaprender...
Y penamos, y batallamos contra aquella imagen de nosotros mismos,
que enferma y distorsiona, que confunde y empobrece. 
¡Oh extravagante simpleza, que para ser lo que Soy, tuve que olvidar lo que era!
Hoy navego, por el mar de la indiferencia,
y remo por los confines más absurdos de mis apegos y mi ceguera.
¡Oh extravagante simpleza, quién te viera, quién se atreviera a verte o siquiera a vislumbrarte!
¡Ay, y qué sería de los simples mortales, si supieran que sólo te presentas ante los ojos certeros y ante el corazón desnudo de sí mismo!
Porque es en la simpleza, donde radica la belleza.”

SASHA BARTEL



Aportando Amabilidad


Podemos ser amables, generosos y afectuosos cada día con los demás y sentirnos contentos con nosotros mismos por comportarnos de esa manera. Pero si en algún momento nuestro bienestar comienza a depender de que algunas de esas personas también sean amables con nosotros, 
seguramente sufriremos y nos sentiremos frustrados porque es muy difícil que los demás actúen como nosotros lo deseamos. 

Nuestra alegría no depende de que el mundo funcione como cada uno de nosotros quiere ni de que los demás se comporten como nosotros creemos que deberían hacerlo, tampoco depende de que podamos hacer todo lo que nos gusta. 

La felicidad sólo depende de nuestra capacidad y disposición de ser generosos, amables y afectuosos a pesar de las circunstancias. La alegría y el bienestar interior, nacen de la experiencia consciente y madura de dar y compartir incondicionalmente con los demás lo mejor de nosotros.

Recordemos que lo que hagan nuestros amigos, seres queridos, conocidos y desconocidos está fuera de nuestro control. No podemos hacer que todo funcione como nosotros desearíamos, no podemos cambiar a los demás, aun cuando el beneficio de ese cambio sea para ellos mismos, pero sí podemos ser amables, pacientes, tolerantes, comprensivos, solidarios, responsables, honestos y atentos para hacer el bien y dar nuestro aporte consciente al mundo cada día, a pesar de que los demás no lo hagan o no puedan reconocer lo que nosotros estamos haciendo. 

Vale la pena hacerlo y nadie nos puede impedir que lo hagamos. Por muy afectada y desequilibrada que esté una sociedad, ésta no puede impedir que una persona continúe haciendo el bien.

¿Cuántas veces nos justificamos en los demás, para no seguir realizando el trabajo de vivir la diferencia? Casi siempre tenemos una excusa o una justificación del porqué hacemos cosas equivocadas o tenemos actitudes que hemos criticado a los demás en su momento. 

Es vital comprender la importancia que tiene vivir de acuerdo con nuestras creencias y basados en el rescate y la puesta en práctica de nuestros valores esenciales. Los momentos difíciles son los más apropiados para que nos esforcemos en compartir con las otras personas todo lo bueno y especial que hay dentro de cada uno de nosotros. 

No te dejes desanimar, no le permitas a los demás con sus comentarios negativos o con su comportamiento indolente, mediocre o irresponsable que te contagien y apaguen tus ganas y tu determinación de vivir cada día con alegría, esperanza y valor.

Puedes convertirte en esa persona que con una frase amable y entusiasta suavice y refresque la vida de otra persona, que con su gesto o con su comportamiento le devuelva la esperanza y la confianza en el género humano. 

Algunas veces podemos ser ese instrumento que motive a otros a recuperar la fortaleza y la determinación de actuar de una mejor manera. No perdamos la oportunidad de hacerlo.

Cada vez que algo nos afecte o nos haga experimentar el rechazo o la negativa a dar... detengámonos a tiempo de revisarnos y preguntarnos: ¿Qué nos pasa?, ¿qué podemos hacer para superarlo, para que no nos afecte como lo hace? 

De manera que podamos continuar experimentando la felicidad y el bienestar esencial.


Hugo W Arostegui

Roles Sociales


El término francés rôle llegó al inglés como role y luego derivó, en nuestra lengua, en rol. Se trata de la función o el papel que desempeña alguien en un cierto contexto. 

Social, por su parte, es aquello que está vinculado a la sociedad (la comunidad de individuos que comparten una cultura y que interactúan entre sí).

Con estos conceptos en mente, podemos analizar la noción de rol social. Esta expresión, frecuente en el ámbito de la sociología, se refiere a las pautas de comportamiento que la sociedad espera de una persona. Puede decirse que el rol social es aquello que debe representar un individuo en su comunidad.

El rol social es una imposición de la sociedad al sujeto. El entorno exige a la persona que cumpla con su rol social: es decir, que brinde las respuestas esperadas de acuerdo a su condición (profesional, económica, cultural, etc.). La imposición del rol social se desarrolla a partir de la actuación de las principales instituciones sociales, como la familia, el Estado y la religión.

El marco del rol social de cada persona acarrea la obligación de amoldar su comportamiento a un perfil determinado. Se espera que un docente, por ejemplo, respete las normas establecidas, ya que su función en la sociedad es instruir a los demás y, por lo tanto, debe dar el ejemplo. Otros comportamientos no son exigidos, aunque sí permitidos, mientras que también existen los comportamientos prohibidos.

Desde el punto de vista de las razones por las cuales una persona encara un rol social determinado, es posible distinguir entre los siguientes dos tipos: el rol adscrito, que no lleva a cabo por voluntad propia, sino que lo asume (como ser su nacionalidad, su etnia y su sexo); el adquirido, que espera del individuo un esfuerzo, una participación activa, y que puede o no realizar, según decida. Cabe mencionar que el rol adquirido es opcional hasta un cierto punto, ya que la presión de la sociedad suele ser muy intensa para llevarnos a cumplirlo. Por otro lado, los límites de ambas clases pueden confundirse según el enfoque del análisis.

Se denomina conflicto de rol a la situación que tiene lugar cuando un individuo no cumple con las expectativas externas con respecto a su conducta; de forma opuesta, si acepta su rol y todo lo que él conlleva, su proceder es aceptado por el entorno. 

A su vez, se habla de conflicto interno (cuando se origina en la propia persona), externo o poseer características de ambos tipos. Los sociólogos Richard Moreland y John Levine propusieron en el año 1982 la siguiente distinción de conflictos:

* inter-rol: tiene lugar cuando el desempeño de un rol determinado no resulta compatible con el de otros que también debe llevar a cabo el individuo;

* intra-rol: describe el choque entre expectativas que provienen de orígenes diferentes, aunque todas se enfocan en el mismo rol. Dichas expectativas pueden haber surgido en el propio individuo o bien en terceros que mantengan un vínculo de influencia para él.

Cuando no existe una definición clara de las expectativas sobre las normas de comportamiento vinculadas a un rol social determinado, se habla de un fenómeno denominado ambigüedad de rol

Ambos conceptos, el conflicto y la ambigüedad, pueden desencadenar en la tensión de rol, una suerte de incomodidad que una persona experimenta al intentar cumplir con las pautas señaladas con respecto a su rol particular. Cada uno busca la forma de asumir el rol que mejor encaje en el marco de sus valores y creencias para no atravesar dicho malestar, aunque esto no es fácil de alcanzar.


La Ilusión Que Construye


Juan Rulfo se preguntaba “¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido”. La ilusión está vinculada a los sentidos y es esa capacidad que poseemos las personas para reunir todas nuestras fuerzas y concentrarlas a favor de la conquista de un objetivo.

Ilusión es una palabra que procede del latín ilusionis y significa engaño. Porque así es la ilusión, es ese don que tenemos los seres humanos para creer en aquellas cosas que no vemos, pero que nos ayudan a vivir.

La ilusión está conectada a emociones positivas. Cuando nos ilusionamos nos sentimos bien, nos sentimos plenos y motivados. Nuestra mirada cambia. Nuestro estado emocional también. 
Nos sentimos entusiasmados y cargados de energía. Es un sentimiento que nos empodera.

Desde pequeños recurrimos a las ilusiones para construir nuestro proyecto de vida, para diseñar nuestros sueños y fijar nuestras metas. Vivimos con ella porque es la fuerza que nos empuja a alcanzar nuestros objetivos. La ilusión es nuestra compañera de viaje. 

Con ella pensamos dónde nos gustaría ir, qué nos gustaría ser o a quien nos gustaría tener a nuestro lado. La ilusión nos ayuda a hacer realidad nuestros sueños.

La ilusión sirve para no rendirnos, para llenarnos de aliento y empujarnos a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. Con el paso de los años parece como si el depósito de nuestras ilusiones se fuera agotando. Esta sensación está asociada a la experiencia. 

Las cosas no nos hacen la misma ilusión cuando las hacemos por primera vez, que cuando la repetimos muchas veces. Por eso las ilusiones hay que renovarlas.

El problema de las ilusiones llega cuando no sabemos conformarnos, es decir, cuando construimos nuestro objetivo sobre expectativas de las que dependen directamente nuestra felicidad o nuestra autoestima y que, si no las conseguimos, nos hacen sentir mal. Por eso, debemos motivarnos, ilusionarnos sin despegar mucho los pies del suelo.

La ilusión conecta con los sentimientos más positivos del ser humano y es contagiosa

Recurrimos a ella para sentirnos mejor, para alcanzar algo que nos hace feliz. Eduardo Punset argumenta que “en el hipotálamo del cerebro está lo que los científicos llaman circuito de la búsqueda. Este circuito, que alerta los resortes de placer y de felicidad, sólo se enciende durante la búsqueda y no durante el propio acto.

En la búsqueda, en la expectativa, radica la mayor parte de la felicidad”. Dice Gilbert Keith Chesterton que “hay algo que da esplendor a cuanto existe y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina”. La ilusión aviva nuestro sentimiento de felicidad por eso es algo que debemos cultivar.

La ilusión sirve para no rendirnos, para llenarnos de aliento y empujarnos a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. Con el paso de los años parece como si el depósito de nuestras ilusiones se fuera agotando. Esta sensación está asociada a la experiencia. Las cosas no nos hacen la misma ilusión cuando las hacemos por primera vez, que cuando la repetimos muchas veces. Por eso las ilusiones hay que renovarlas.

Quizá resulte más eficiente cambiar esa tendencia de creer que “si las cosas fueran de otra manera, estaría mejor, sería más feliz, encontraría trabajo antes” por la siguiente creencia “mis circunstancias pueden empezar a cambiar e incluso, ser radicalmente distintas, si empiezo a actuar de otra manera”.
Dedicar tiempo y esfuerzo a conocernos, es el primer paso para hacer realidad el objetivo que nos marquemos. Párate a pensar, reflexiona, haz un buen balance personal y profesional y define claramente qué quieres, por qué lo quieres y por qué eres bueno en eso que tú quieres.

Trabaja por tener claro tu proyecto.

¿Por qué no empezando con una sonrisa? 


Hugo W Arostegui