lunes, 20 de agosto de 2018

Autenticidad

Cuando digo o pronuncio la palabra autenticidad abro la boca de una forma especial, bien es verdad que es un vocablo que abre y cierra con sílabas que contienen la vocal a, lo que lo hace mucho más fácil pronunciarla.

Lo que encierra su significado, me encanta leerlo: “cualidad de auténtico. autorizar o legalizar algo. Acreditar: afamar, dar crédito o reputación.

Dar seguridad de que alguien o algo es lo que representa, lograr fama o reputación.” 

Decir que una persona es auténtico/a es lo más porque vive, trabaja y actúa de acuerdo a los valores que lo hacen mejor persona y excelente dejando huella y haciendo que lo recuerden de una forma extraordinaria cuando él o ella sólo ha hecho un trabajo ordinario con energía, pasión, actitud y muchas ganas, como diría Isra Garcia “haciendo que suceda” (frase fácil pero que ya es Ley para todos los que intentamos hacer algo con resultados que impacten en la sociedad a crear cambio y ser mejores).

A los que nos dedicamos al Retail y atención al cliente, autenticidad va muy ligada al trabajo que hacemos porque en los productos, marcas o servicio que ofrecemos debemos ser auténticos y excelentes en el trato con nuestros clientes dándoles lo mejor y lo más profesional posible para que vuelvan a solicitarnos en su próxima visita o llamada. 

Debemos crear y hacemos crear una conversación auténtica e inspiradora entre personas que van a hacer un intercambio o relación comercial con resultados óptimos y generando una buena experiencia de cliente, lo que va a desembocar en más clientes, prescriptores y fans de la marca, producto o servicio.

 ¡Sé auténtico! ¡Da! ¡Dona! Los resultados auténticos, las personas auténticas vienen a ti cuando menos te lo esperas.      


domingo, 19 de agosto de 2018

El Valor Persona


El verdadero valor de una persona no se encuentra en su inteligencia, ni en sus talentos, ni en sus habilidades, ni siquiera se encuentra en sus principios…
El auténtico valor de una persona, el más valioso, el que es exclusivo, inconfundible, el que es innato al gran ser humano, es esa capacidad tremendamente generosa de situarse en el lugar del otro, de olvidarse de uno mismo, de sustituir el YO por encima de todo a el TÚ como una misma parte. 

De postergar ser el centro del universo por empatizar con tus semejantes. De aparcar la falsa necesidad de nuestro ego por la bondad de prestar ayuda a los demás. De desatender nuestros arduos deseos por atender los deseos de los que de verdad te necesitan en ese momento.

Esa cualidad, que es tan escasa en la actualidad, es la que más valor tiene, porque en un mundo tan superficial y caótico como es el actual, donde cada cuál camina en soledad y mira por si mismo, es realmente difícil encontrar a personas que no solamente se preocupen por ti sino que se ocupen de hacerte sentir feliz.

Sentir empatía requiere de un grado de atención cuantioso, de un esfuerzo extraordinario de observar al otro.


Seamos más humanos y desarrollemos nuestra empatía, situémonos en el lugar del otro e intentemos comprenderlo en cada situación. Las relaciones humanas funcionarían mucho mejor si practicáramos la escucha activa desde nuestro corazón y apreciáramos de verdad los sentimientos y necesidades de los demás.

La Buena Compostura

Son tiempos difíciles en los que aguantar el temperamento en una discusión puede resultar todo un arte. Hay quien evita tocar temas delicados con grandes amigos para no romper una relación de años, hay quien se salta un par de comidas familiares para no tener que enzarzarse con el cuñado en una nueva bronca y hay quien entra y sale de la oficina sin hacer ruido para no tener que meterse en una charla incómoda.

Pero si a usted no le va meter la cabeza bajo el ala y quiere expresar sus opiniones de manera educada, más todavía, sin hacer sentir mal a su interlocutor, entonces deberá nutrirse de técnicas de control temperamental para salir airoso de cualquier situación.

De la mano de la psicología, la ciencia y la experiencia personal usted puede desarrollar habilidades que le permitan mantener siempre la calma, a pesar de que le estén tocando sus botones rojos. A veces se trata tan solo de controlar la melodía de su voz o gestionar la manera en que mira a su interlocutor, aunque en muchas ocasiones deberá recorrer un inevitable camino interior de autorreflexión que le sitúe en un plano en el que rápidamente consiga ponerse en el lugar del otro. Eso es, no hay fórmulas mágicas que valgan, la empatía es el primer paso para una victoria holgada en un debate. Dicho esto, hay pequeños trucos y técnicas que le pueden ayudar a completar su excelencia oracional. Veamos:
1. Evite el 'sincericidio'
¿Cuántas veces ha vivido una discusión que tomaba una deriva dramática irreversible con final a gritos y descalificaciones? ¿Todas las discusiones han de acabar siempre así? ¿No sería mejor evitar discutir a toda costa? Sheila Estévez, psicóloga especialista en conflictos emocionales nos explica que “discutir no es malo, es positivo, sano y fruto de la madurez”. Para la especialista siempre es positivo conversar “y si hay desacuerdos, es preciso negociarlos mediante una discusión”.

El problema está cuando percibimos que el contenido de una conversación nos produce un sentimiento de injusticia, esto hace que “interpretemos una opinión como algo que ataca a nuestra persona y esta emoción, junto a la ira, enciende las alertas que transformarán un encuentro en desencuentro”, continúa Estévez. En estos casos, esas situaciones en que uno ya prevé de antemano que ese encuentro va a tener un punto de no retorno “ahórrese el sincericidio”, comenta la psicóloga. “No siempre es necesario decir lo que uno piensa. Ello dependerá de la finalidad, del coste emocional y del vínculo con la persona con quien estemos discutiendo. Hay situaciones en que entre exponerse y no decir nada, es más sano mostrar un 'silencio administrativo' si no queremos alimentar un posible conflicto a posteriori”.

2. Practique la escucha activa
La escucha activa es un conjunto de técnicas diseñadas para ayudarle a escuchar y entender lo que dice otra persona y, en consecuencia, que le ayudarán a expresarse con claridad. Lo primero que ha de hacer cuando aplique la escucha activa es “no tomarse a nivel personal la opinión de los demás, del mismo modo que los otros no se tomarán sus palabras como un ataque contra ellos”, explica Estévez. 

Una vez esté mentalizado de esto entonces debe “escuchar el mensaje en lugar de ir gestando la respuesta mientras le están hablando —cosa que se hace como contraataque, la mayoría de veces—, con lo que no estaríamos discutiendo inteligentemente”, relata la especialista.


Como la escucha activa se centra tanto en los hechos como en los sentimientos, consigue reducir la tensión y la actitud defensiva, y permite que los conflictos se resuelvan de manera más efectiva.

Aptitud



Una aptitud es la capacidad o destreza personal para realizar una tarea en concreto. Una aptitud refleja el talento de una persona, sin embargo, la aptitud necesita ser entrenada para poder ser desarrollada de una forma potencial. 

Ningún deportista de élite habría llegado a la cima del éxito si no fuese porque a sus condiciones individuales se suma el trabajo constante, el esfuerzo y el sacrificio. En este sentido, la pedagogía tiene un alto valor a nivel humano porque es gracias a la ayuda de los profesores y de los padres que los niños van descubriendo cuáles son sus habilidades y así se conocen mejor a sí mismos.

Para cultivar una aptitud es importante practicar en el tiempo de ocio una afición concreta. Existen distintas áreas, por ejemplo, una persona puede tener buenas aptitudes para el deporte, para las matemáticas, para la literatura, para la música, el razonamiento abstracto… Como bien muestra la inteligencia emocional no existe una única noción de persona inteligente en tanto que cada ser humano tiene un valor interno.

La clave reside en descubrir cuál es ese valor y potenciarlo a nivel vocacional. La reflexión sobre este tema es fundamental en decisiones tan importantes de la vida como la elección de los estudios universitarios o la elección de un trabajo. Cuando una persona trabaja en aquello que le gusta porque tiene aptitudes para esa profesión, entonces, el trabajo se convierte en un placer. De hecho, una de las funciones del departamento de recursos humanos en la empresa es encontrar un puesto adecuado para cada profesional para que de acuerdo a sus características rinda al máximo.

Conocer cuáles son tus aptitudes también te permite tomar conciencia de tus fortalezas y de tus límites para marcarte objetivos realistas de acuerdo a tus condiciones. Por otra parte, conviene diferenciar entre las habilidades innatas que el sujeto tiene desde que nace, y aquellas aptitudes o destrezas que adquirimos a través de la experiencia propia de la vida. El paso de los años suma vivencias, aprendizajes y conocimiento. Una persona de cuarenta años es más sabia que una de veinte años porque ha vivido más, por tanto, también ha tenido tiempo de entrenar habilidades que una persona joven todavía no ha desarrollado.

Una aptitud puede ir en aumento o también, atrofiarse. Así sucede cuando no la practicas. De ahí la importancia del trabajo y de la perseverancia que te conduce hacia el éxito.


Entendimiento


El entendimiento es uno de los aspectos esenciales en el proceso de conocimiento por parte del sujeto. Una facultad que muestra la relación entre la mente y el objeto a través del ejercicio del conocimiento. El conocimiento que es la base del entendimiento es una acción inmanente cuyo origen y término se encuentran en el sujeto mismo. El entendimiento implica prestar atención a todo para comprender la raíz esencial.

Ahora tratamos con lo que podríamos llamar el entendimiento en sentido estricto, es decir, en lo que significa comprender la experiencia más allá del nivel intuitivo. Lo que está más allá de la intuición es pensamiento. 

Una cosa es intuir, es decir, ver, oír, tocar, etc. y otra cosa es pensar en lo que vemos, escuchamos, tocamos, etc. En el momento de analizar el pensamiento, tenemos la posibilidad de que simplifica el trabajo: el pensamiento, a diferencia de la intuición, se puede expresar completamente con palabras. Sin duda, es posible pensar sin palabras, y no vamos a entrar aquí si es posible pensar algo sin palabras que no se pueden expresar adecuadamente en palabras. 

En la práctica, el hecho de que todos los pensamientos que nos interesen puedan, de hecho, expresarse en palabras, es suficiente.

De acuerdo con el significado básico de estos términos, la persona entendida es aquella capaz de comprender los detalles de un sujeto, de discernir su composición aislando los factores o elementos que constituyen o forman un todo, de percibir la relación entre estos componentes y, por lo tanto, , ambos, entienden o captan el significado del asunto.

Esto se puede ilustrar con un lenguaje. Para que una persona entienda lo que se habla en un determinado idioma, él o ella debe ser capaz de distinguir las palabras individuales que componen las oraciones, conocer su significado y ver cómo se relacionan entre sí. Sin embargo, aunque la persona básicamente puede entender lo que se ha dicho, la comprensión puede ir más allá de una simple comprensión. Significa obtener el verdadero significado y significado del mensaje, con la capacidad de evaluarlo, beneficiarse de él y conocer la acción que demanda.


La reflexión sobre la propia comprensión ha sido objeto de reflexión filosófica al mostrar la epistemología que muestra la capacidad del filósofo para ser admirado de esta facultad humana que aporta una gran libertad a la existencia. 

Y es que la comprensión nos permite aumentar la conciencia de la existencia al tener la capacidad de reflexionar sobre nuestras propias acciones y sus consecuencias. Esta reflexión también se basa en la ética.

Crecer En Conocimiento


El libro del profesor Joaquín Arriola es un libro académico en el mejor sentido del término: es riguroso, teóricamente fundamentado y con referencias constantes a la praxis micro y macroeconómica. Es preciso, y en el uso del lenguaje no hace concesiones divulgativas, lo que lo convierte en un documento útil para personas dedicadas a la economía, la industria y la tecnología, con independencia de su función y formación; además de ser el mejor manual sobre la materia que ha caído en mis manos. 

Por primera vez encuentro todos los lugares comunes reunidos, filtrados a la luz de los nuevos paradigmas teóricos y sistematizados en políticas y recomendaciones prácticas que los trascienden.


El libro del profesor Joaquín Arriola es un libro académico en el mejor sentido del término: es riguroso, teóricamente fundamentado y con referencias constantes a la praxis micro y macroeconómica. 

Es preciso, y en el uso del lenguaje no hace concesiones divulgativas, lo que lo convierte en un documento útil para personas dedicadas a la economía, la industria y la tecnología, con independencia de su función y formación; además de ser el mejor manual sobre la materia que ha caído en mis manos. 

Por primera vez encuentro todos los lugares comunes reunidos, filtrados a la luz de los nuevos paradigmas teóricos y sistematizados en políticas y recomendaciones prácticas que los trascienden.

sábado, 18 de agosto de 2018

Asumir Nuestra Identidad

En muchas ocasiones, hemos escuchado hablar de “Identidad”, se dice que cada uno forma la suya. Algunos mencionan que somos como un molde único, porque al nacer cada uno de nosotros, ese molde se rompe y quedamos en este mundo como seres únicos.

Pero derivada de esa palabrita que todos conocemos, o quizás hemos escuchado hablar, a la hora que alguien nos pregunta ¿Qué es identidad?, ¿Cómo definirías la palabra Identidad?; simplemente un sin fin de ejemplos nos pasan por nuestra mente, sin saber explicar con precisión y solo decimos lo primero que se nos ocurre.

Hay diferentes puntos que describen la identidad, diversos rasgos que nos caracterizan, tales como son carácter, valores, etc., en sí algo peculiar que funciona de distintivo en nosotros, es decir que llame la atención y muchas cuestiones se enlazan alrededor de esta. Originalmente surge de raíces familiares a través de costumbres, mitos, tradiciones, ritos, religión, valores, etc. que caracterizan a cada uno de los miembros del grupo, ya sea familiar, de amistad, laboral, entre otros y hasta que al final nos vemos sumergidos en la sociedad, pero con particularidades que hacen que sobrevivamos en ella.

Aunado a esto, se complica aún más, cuando tenemos que enfocar Identidad al rol en que nos desempeñamos, caso concreto del presente trabajo es materia jurídica.

De lo anterior se desprende, la idea de dar a conocer Identidad en conductas antisociales, el observar a las personas que cometen actos en contra del derecho, jugando a imitar una personalidad que nos la suya, así esconden su verdadera identidad, entrando a materia de psicoanálisis en criminología, al estudiar su verdadero Yo.
“Identidad es la respuesta a las preguntas quién soy, qué soy, de dónde vengo, hacia dónde voy. Pero el concepto de identidad apunta también a qué quiero ser.
La identidad depende del autoconocimiento: ¿quién soy, qué soy, de dónde vengo?; de la autoestima: ¿me quiero mucho, poquito o nada?; y de la autoeficacia: ¿sé gestionar hacia dónde voy, quiero ser y evaluar cómo van los resultados?.
El autorretrato de la identidad. El ojo interno de la mente crea la identidad con la información que proviene de la experiencia en un proceso que dura toda la vida. Al responder a la sugerencia Socrática: Conócete a ti mismo y conocerás el Universo, la mente refuerza la identidad interconectando experiencia, vocación y filosofía de vida.
Pérdida de identidad. Si no se resuelve bien la crisis de identidad se puede aceptar una identidad creada por los padres, los amigos, o la autoridad. La falsa identidad pone en contradicción actos, pensamientos y emociones, elimina la pasión y rebaja la autoestima.
Crear la identidad. Para afirmar la identidad la educación debe sacar de adentro el potencial que traemos al nacer. El cerebro es una página en blanco a completar con el saber y la experiencia, que construye su realidad con las limitaciones de su sistema perceptivo.
Logro de Identidad. Construir identidad consume energías hasta que al final se convierten en el logro. Caer en la falsa identidad es fácil: asumir como propios planes ajenos, eludir el compromiso, como una hoja arrastrada por el viento o cambiar de colores según la ocasión, como el camaleón, diferir la resolución de la crisis produce parálisis por exceso de análisis.
Cultura e identidad. Mentalidad de empleado. Se puede esperar poco de una sociedad donde priva la conveniencia sobre la autorrealización, sálvese quien pueda sobre los valores. La cultura establece directrices; un poder central fuerte, articula la identidad según la distancia con el centro. La cultura de la función crea identidades: soy contador, abogado, obrero. La cultura de la tarea acentúa el proyecto y cuando este concluye sobreviene la desorientación. La cultura del individuo como centro de todo, es la categoría del consultor.”
Bajo ese contexto estoy en total acuerdo de la manera en que define identidad es el “Yo” que tenemos; es decir el “yo interno”, de lo antes mencionado, la identidad se adquiere con todo la información que vamos obteniendo a través de los años, valores que los padres nos enseñan, la educación, los amigos, entre otros, todos esas características van llenando nuestra mente, que sirve como elección de lo que queremos ser, elección de nuestro actuar.



Construyendo Humanidad


Según el Informe Delors de la UNESCO “La Educación encierra un Tesoro” (1996), el aprendizaje más difícil en el S. XXI, es aprender a vivir juntos precisamente cuando vivimos de los medios de información y comunicación en el mundo globalizado los cuales, sin duda, nos acerca, pero desgraciadamente no nos unen en lo esencial como seres humanos.

Los medios nos juntan pero su acción queda en la superficie o periferia de lo que en el ser humano es su núcleo esencial el espíritu. Su acción queda casi siempre en la noticia, en el evento, en el hecho, en lo agradable o desagradable, en lo admirable o detestable pero no atraviesa las distintas capas de la estructura humana, hasta alcanzar el núcleo sublime del espíritu.

Corresponde a la educación en tanto proceso humanizador y constructor del ser humano como persona, generar en nosotros el sentido de humanidad y más allá de él aceptar el sentido de humanidad entre nosotros. La solidaridad es quizás la expresión más cercana a la expresión de humanidad porque nos desprendemos de algo nuestro para compartirlo y entregarlo a los otros, o todo lo que somos o tenemos lo sentimos como también de los otros. Esto se concreta cuando hacemos un favor y en grado supremo cuando donamos un órgano que da vida a otra persona. Es cuando el espíritu se abre hasta llegar al otro y éste entra en nuestro espíritu formando una unidad que enriquece a los dos, es la unidad que entraña el sentido de humanidad. Cuando ese uno y otro se hace grupo, comunidad, pueblo, sociedad se construyen los fundamentos de humanidad de la que todos somos sus miembros inseparables.

La separación entre las personas, entre los grupos, entre las naciones, atentan contra la esencia misma de cada uno de nosotros, dado en el fondo somos esencialmente humanidad, somos humanos sin posibilidad de no serlo, pero nos especializamos en demostrar que no lo somos. De esta manera estamos despreciando las leyes de nuestra naturaleza. De ahí las divisiones de todo tipo, sociales, económicas, políticas y tantas otras en distintas direcciones que nos separan hasta llegar al desprecio, a la enemistad, a la xenofobia, al rechazo, al odio, a la guerra, a la destrucción del otro que es algo nuestro como parte de la humanidad ¡que contradicción¡.

En realidad con frecuencia hacemos del ser humano una contradicción consigo mismo. Somos seres en conflicto con nosotros mismos, cargando nuestra propia contradicción como seres humanos.

Por eso las grandes religiones, los grandes pensadores y filósofos que han acompañado siempre al ser humano se fundamentan en la razón y ser de la humanidad que somos.

“No hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti”, “Ama al prójimo como a ti mismo”, “Trata al otro como quieres que te traten a ti”, etc. ¿Por qué?
Lo proclaman y definen ¿sólo para convivir, sólo para garantizar el bienestar colectivo, sólo como un medio para que funcione la sociedad?. Estos imperativos tienen raíces previas, más profundas, más radicadas en el ser humano. Es que todos somos humanidad, como seres humanos perfectamente iguales, aunque diferentes como individuos. No es lo mismo igualdad que identidad. Todos somos iguales como seres humanos pero cada uno posee su irrepetible individualidad e identidad. Sin duda por esta asombrosa contradicción se rompe con frecuencia la armonía y la convivencia humana. 

Esta es precisamente una de las funciones y fines de la educación como proceso de formación de la persona y de la formación de la ciudadanía responsable: armonizar, entrelazar la igualdad y la identidad que caracteriza al ser humano, aceptando que nuestra identidad adquiere su sentido definitivo en la humanidad. 

Aprender a vivir juntos es un paso importante para ir construyendo humanidad.

Actitud Humanista


Cuando nos referimos a una actitud humanista, nos referimos a los siguientes puntos:

La ubicación del ser humano como valor y preocupación central.
La afirmación de la igualdad de todos los seres humanos.
El reconocimiento de la diversidad personal y cultural.
La tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo aceptado o impuesto como verdad absoluta.
La afirmación de la libertad de ideas y creencias.
El repudio a la violencia.

Es posible rescatar en la historia, en el pensamiento y en la espiritualidad de cada cultura estos elementos. Ellos, más que anhelar un nostálgico retorno a un pasado dorado, están inspirando las mejores aspiraciones futuras y representan el punto de convergencia posible entre las culturas más diversas.

Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada.

La actitud humanista, fuera de todo planteamiento teórico, puede ser comprendida como una “sensibilidad”, como un emplazamiento frente al mundo humano en el que se reconoce la intención y la libertad en otros, y en el que se asumen compromisos de lucha no violenta contra la discriminación y la violencia.

La actitud humanista ya estaba presente antes del acuñamiento de palabras como “humanismo”, “humanista” y otras del género. En lo referente a la actitud mencionada, es posición común de los humanistas de las distintas culturas:
El humanismo es una corriente filosófica que ha tenido una gran influencia tanto en la psicología como en la política y las ciencias sociales en general. Sin embargo, no existe como algo homogéneo, sino que existen diferentes tipos de humanismo.

Cada una de estas clases de humanismo expresa, a su manera, la idea fundamental de esta forma de pensar: que importan la vida de todos los seres humanos y que, por defecto, hay que respetar las vidas de los demás sin pretender alterarlas injustificadamente o sin tener en cuenta su opinión.


Se trata de una forma de pensamiento muy influida por la filosofía posmoderna. Señala la necesidad de crear sociedades inclusivas para todas las personas, respetar las diferentes culturas que están presentes en la sociedad y no guiarse únicamente por códigos de conducta rígidos, sino todo lo contrario: apreciar la espontaneidad y la creatividad en todos los aspectos de la vida.

Inteligencias Múltiples


Cada persona combina dentro de sí todas estas inteligencias, desarrollándolas y usándolas en diferentes grados. El desarrollo de estas inteligencias, amén de la dotación genética de cada uno, depende de la interacción del sujeto con el entorno cultural y social.

Las repercusiones de esta teoría en el estilo docente son notables. Cada sujeto, en función del desarrollo de sus distintas capacidades, aprende, procesa y ejecuta de diferente manera, por lo que es función de los docentes descubrir, potenciar y estimular en la medida de lo posible las diferentes inteligencias que se combinan en cada alumno.

En contraposición a los programas educativos tradicionales, más centrados en la inteligencia lingüística y en la lógico-matemática, la propuesta metodológica cooperativa intenta llegar a todos aquellos alumnos que pueden no destacar en estas dos inteligencias más académicas pero que disponen de la predisposición y destreza natural de tener éxito en el desarrollo de otras inteligencias.

Con la presentación de tareas múltiples en múltiples modalidades de trabajo, el aprendizaje cooperativo aumenta la probabilidad de éxito de todos los estudiantes. Esta metodología contribuye a un desarrollo específico de las «otras inteligencias», ya que se aumentan en el aula la variedad y riqueza de las experiencias educativas, estimulándose así en mayor medida el desarrollo de las distintas inteligencias.

El aprendizaje cooperativo permite, además, la diferenciación curricular, favoreciendo la adaptación de objetivos y contenidos a las peculiaridades de cada alumno. Los contenidos de la acción educativa llegan a un mayor número de alumnos, ya que la información puede ser procesada y comprendida de forma distinta por alumnos con inteligencias distintas.

Se desarrolla de forma específica en todos los alumnos la inteligencia interpersonal, ya que se les entrena en habilidades de relación, interacción y comunicación con sus iguales (desarrollo de la escucha activa y la empatía, resolución de conflictos, habilidades sociales...). Se produce además un mayor desarrollo de las capacidades lingüísticas.

Por todas estas razones creemos que, desde el planteamiento de las inteligencias múltiples, el docente puede optar por una metodología cooperativa que satisfará las necesidades de muchos más alumnos y que le permitirá realizar más fácilmente una diferenciación a nivel curricular con aquellos con necesidades específicas, entre los que se encuentran los alumnos con altas capacidades.


Intima Intimidad

Del Derecho a la Dignidad se derivan los demás derechos personales: honor, privacidad, intimidad y propia imagen.

El honor es la consecuencia de los actos y el reconocimiento que otorga la sociedad hacia una persona. Es la imagen generada de uno mismo en los demás.

La propia imagen es el derecho que tienen las personas a proteger o usar su propia imagen corporal o facial, sea ésta fotográfica, pictórica
o en cualquier otro registro. Incluye también la voz.

La vida privada se organiza en torno a la familia y sus actividades:conformación,origen, matrimonio, recursos económicos y amistades.

La vida íntima es lo relacionado con lo más personal e interno que guarda una persona para sí. Por ejemplo el ejercicio de la religiosidad, la salud, la enfermedad, el dolor y la muerte, son temas estrictamente íntimos. Los sentimientos, la sexualidad y las convicciones políticas pertenecen a dimensiones muy personales cuya difusión depende de la voluntad o necesidad de exponerlas. 

Si alguien decide publicar su intimidad por cualquier medio, está en su derecho. Lo que no se puede es invadir esa dimensión.

Estos son los derechos personales que son considerados por la teoría del derecho como innatos a las personas, inherentes, extra patrimoniales, irrenunciables e imprescriptibles.

Sin embargo, la curiosidad y los intereses económicos o políticos de personas y grupos han convertido la privacidad en objeto de intromisión a través de los medios de comunicación tanto masivos como redes digitales. La cultura mediática tiene recursos tecnológicos para invadir la privacidad, inclusive sin que los ciudadanos lo perciban.

Los nuevos sistemas de comunicación e interacción facilitan la exposición de datos personales que pueden perjudicar a las propias personas. Las interacciones  TIC. Las disputas por el poder hacen que grupos hegemónicos no duden en invadir las comunicaciones ajenas. Finalmente, la necesidad de fama y poder hace que muchas personas renuncien a su intimidad a través de reality y talk shows.

Aunque en la mayoría de los países democráticos rige el Derecho a la Libertad de Expresión, las comunicaciones sociales suelen incumplir con la responsabilidad que conlleva este derecho. No puede haber libertad sin responsabilidad. Es decir que no se puede emitir cualquier mensaje que vulnere los derechos personales de los demás. 

La Libertad de Expresión protege la facultad de las personas a expresar libre, pero responsablemente, sus ideas. El Derecho a la Información, protege el derecho de los ciudadanos a recibir, investigar y emitir información técnica y éticamente producida. 

La opinión no es lo mismo que información. El Estado garantiza la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información y solamente restringe el acceso cuando la seguridad del Estado depende de esa información.

viernes, 17 de agosto de 2018

Manojo De Oportunidades


Las emociones negativas son un problema cuando se convierten en una manera de vivir. Por supuesto es natural sentirse desilusionado cuando te rechazan en una entrevista de trabajo, cuando tu proyecto no se aprueba o cuando las cosas no salen como esperabas. Del mismo modo es normal arrepentirse cuando defraudas a alguien, apenarse por la pérdida de alguien querido…

Todos estos sentimientos que nos remueven puntualmente son sanos: aunque resulten dolorosos en el momento,  pueden representar nuestras mayores oportunidades de crecimiento, pues  nos permiten experimentar nuestra humanidad, sobre todo si no tenemos miedo a sentir algo de dolor y oscuridad.

En cualquier caso, debemos ser capaces de convivir con ellos para poder trascenderlos en el siguiente paso;  es así como podemos convertirnos en seres más plenos y profundos. En realidad sólo podemos sanar y sentirnos más completos si nos permitimos sentirnos rotos primero.

Los sentimientos negativos son señales que nos dan información sobre nuestras circunstancias particulares. Si desarrollamos la capacidad de abrirnos a ellos sin dejarnos invadir, sin pretender, disimular o convencernos racionalmente de que no los sentimos, nos ayudarán a enfrentarnos a los problemas de frente y con honestidad
.
De esta manera podremos pasar a la acción tal y como la situación requiera, desde la reflexión y la conexión con nuestro interior e intuición, y no desde la reacción irracional y automática. 

Desde ahí podremos avanzar y tomar decisiones apropiadas y equilibradas que tengan en cuenta a la mente y al corazón, es decir, al lado derecho e izquierdo del cerebro.



Tus Cargas En La Mochila

Imaginemos que nuestra vida es una mochila, en ella están aquellas cosas importantes y muchas veces no importantes que de una manera u otra nos hacen tener algún tipo de peso en nuestro hombro. ¿Todo lo que llevas en tu mochila te suma cosas positivas? ¿Eres consciente de las cargas de más que llevas en tu mochila? ¿Desde cuándo no analizas tu mochila para sacar cosas o personas que no debes seguir cargando?

Detente un poco y evalúa como ha cambiado tu vida de manera positiva y negativa en estos últimos años. Analiza por un segundo todo lo que se ha sumado a tu vida y de igual manera analiza aquellas personas o cosas que por una razón u otra no siguen a tu lado.

Mayormente conocida como el síndrome de burnout, es una mezcla de estrés, cansancio, agotamiento, sensación de no tener deseos de nada y también aquella sensación que nos hace querer huir del mundo.

Todo en la vida necesita un equilibrio y siempre lo digo, aquello que no expresamos o liberamos en el momento adecuado sabe salir cuando menos lo estamos esperando. Habla y si no tienes con quien hacerlo hazlo con una piedra, pero que nada y nadie te robe tu paz interior.

Detallemos un poco estos conceptos.

El estrés es una respuesta emocional, necesitamos sí o sí el tener estrés en nuestras vidas, ya que gracias al estrés nos movemos en la vida. Eso es el estrés positivo, luego está el estrés negativo que en muchas ocasiones tiene que ver con aquellas cosas negativas que vamos acumulando en nuestras vidas. Y sin duda alguna tiene que ver con aquellas emociones que no expresamos cuando debemos hacerlo.

Todos hemos sentido esta sensación de cansancio en nuestras vidas. El agotamiento es una emoción de alerta y cuando no le hacemos el caso debido ella sabe traer alguna enfermedad en nuestras vidas. ¿Cuándo fue la última vez que te dedicaste tiempo solo para ti?

Algunas veces, no siempre, es bueno tener esta sensación de no querer hacer nada en la vida. Existen personas que necesitan estar siempre en movimiento, pero amigo no eres una máquina, a veces hacer stop es salud para nuestra vida. Esta sensación de no querer hacer nada siempre viene ligado cuando no tenemos algo o alguien que nos mueve en la vida, es cierto que debemos ser siempre nuestro mayor estimulo en la vida, pero nunca está de más estar cerca de aquellas cosas o personas que saben llenarnos de energías.

Siempre he escuchado el término, me quiero escapar de este mundo, mi pregunta es: ¿si no puedes lidiar en esta tierra que naciste que te hace creer que lo podrías hacer fuera? Vamos, yo también tengo a veces deseos de subir a un cohete y desaparecer, pero solo lo quiero por un segundo.

Esta sensación de escapar nunca trae cosas positivas, porque amigo mío, aquellas cosas que no enfrentas en tu vida tarde o temprano saben pasar factura. Y esas facturas nunca vienen económicas.

A la hora de querer huir de tu mundo, recuerda que el pasaje a la luna no es nada económico.

Desde la mirada de la psicología este punto no es nada fácil, ya que nos encanta retener, retener cosas y a veces personas que muchas veces no saben aportar nada positivo en nuestras vidas.

Y de igual modo realizar este análisis de qué cosas sí y no deben quedarse en nuestras vidas, nos cuesta tiempo y muchos sacrificios, porque todo en la vida cuesta y cuidar nuestra salud emocional es gratis pero no siempre es algo que sabemos controlar.

De manera personal estoy en un proceso de mi vida en el cual estoy dejando cerca de mí aquellas cosas y personas que valen la pena tener cerca, las personas cambian y esos cambios a veces no van relacionado con lo que hacemos y buscamos en la vida. 

Tu salud emocional te pertenece, no permitas que nada ni nadie traigan cargas de más en tu vida.

Insistencia


La palabra insistencia hace referencia a repetir, esto quiere decir que una actividad culminada se intente nuevamente, una y otra vez. Es decir, continuar en la misma y no parar hasta obtener el resultado deseado. Se trata de una actividad continuada, pero sin pausas. Hoy, en este artículo, quiero que hagas tuya la palabra “insistir”. Quiero que la insistencia se vea reflejada en ti.

Te puedo asegurar que esta palabra es sinónimo de resultados. Los resultados en tu timidez de los que podrías disfrutar, si te tomases en serio tu principal meta, tu meta más importante, que es la de aprender a cómo vencer la timidez.

La insistencia es ya de por si, una palabra importante. Ésta, nos ayuda a esforzarnos por lo que queremos sin desistir en el intento. Insistir es querer seguir intentándolo, dándolo todo. Así es cómo tienes que actuar en tu timidez, dándolo todo para obtener resultados. Tu resultado primordial de aprender a cómo vencer la timidez.

La persona tímida, en muchas ocasiones, se rinde. Se rinde sin ni siquiera intentarlo, porque el solo hecho de ver todo lo que tiene que intentar y en consecuencia, todo lo que tiene que conseguir, hace que se paralice, decidiendo de este modo no actuar, convirtiéndose así en una persona pasiva, sin capacidad de decisión ni de intentos.

Al no saber cómo vencer la timidez, prefiere mantenerse tal cual, es decir, viviendo frente a sus limitaciones, las cuales no le permiten actuar cómo le gustaría.

Por ello, hay que insistir. Insistir en algo y luego conseguirlo, te dará la fuerza necesaria para seguir luchando por cosas importantes. La satisfacción que produce ver los resultados obtenidos, después de aportar esfuerzo, dedicación, insistencia, no tiene precio.

Si eres insistente en tu vida, te puedo asegurar que nada se te resistirá. 

Tampoco te digo, que utilices la insistencia de manera, que pueda resultar agobiante para ti o para otros. Todo en exceso, no es bueno. 

Pero si actúas de manera consciente y convencido de que con los resultados obtenidos saldrás beneficiado, adelante!, insiste en lo que desees con fuerza. 

Insiste en tu lucha de cómo vencer la timidez.


Reconocer Errores


Sabemos que errar es humano, sin embargo a la hora de hablar del tema es más fácil poner la vista afuera que mirarnos a nosotros mismos. ¿Cuál es la importancia de registrar nuestras equivocaciones? ¿Por qué es tan difícil aceptarlas? Preguntas y respuestas de un dilema que nos cuesta a todos.

Cuántas veces repasamos situaciones una y otra vez, sin poder ver en qué nos equivocamos, más allá de la herida narcisista que implica darnos cuenta que hicimos algo mal, miles de pensamientos entran en juego al momento de enfrentarnos a nuestros errores. Esa lupa que usamos para marcar las equivocaciones ajenas se vuelve bastante borrosa cuando se trata de las nuestras, y más de una vez terminamos haciendo la famosa vista gorda en lugar de detenernos a reflexionar sobre una situación que nos resultó conflictiva.

No podemos decir que ver nuestros errores duele, pero de lo que sí estamos seguros, es que nos genera un malestar, nos pega en el medio del ego. Esa resistencia a aceptarlos, muchas veces, es la que funciona como venda para poder revertir situaciones. Hablamos de ese instante en el cual sentimos que algo no está bien, pero nos quedamos inmóviles sin poder descifrar qué es exactamente lo que nos está molestando.

Está claro que llegar a decir esta expresión implica un largo camino, a nadie le gusta enfrentarse con su lado vulnerable, y tal vez esa sea la razón, por la cual nos resulta tan difícil aceptar los errores. En el fondo, hay una especie de lectura latente de que equivocarse nos vuelve débiles, chiquitos, ante un mundo perfecto que no está hecho para perder el tiempo en reparar errores. Esta visión errónea del error, valga la redundancia, muchas veces nos lleva a querer ocultarlos, como si ignorándolos pudiéramos corregir aquello que hicimos mal.

Es necesario comprender que empezar a trabajar nuestros errores, no sólo tiene que ver con poder aceptarlos ante un otro, sino que el objetivo principal es poder reconocerlos ante nosotros mismos. Lo que en psicología se suele llamar #INSIGHT, ese "darse cuenta" de nuestro propio accionar es la pieza fundamental de este tema. Desarrollando nuestro grado insight podemos encontrar la manera de llegar a percibir los errores cometidos. Lo cual implica sincerarnos frente a nuestro ego, y empezar a construir autocríticas.

La única manera de no volver a caer en ellos es entender en qué nos equivocamos. Solo se aprende aquello que se entiende, si pasamos por alto una equivocación, es muy probable que sea la antesala a repetirla una y otra vez, poder registrar aquello que hicimos mal nos abre un abanico de lecturas diferentes de las cosas, nos ayuda a reflexionar sobre cómo mejorarlas y que podemos cambiar desde nuestra conducta.

Muchas veces el no poder aceptar un error repercute en nuestros vínculos. No hay nada más perjudicial en las relaciones humanas que el querer defender una equivocación bajo capa y espada, por el solo hecho de no querer sentirnos débiles frente al otro. Debemos entender que reconocerlos, poco tiene que ver con la debilidad, no hay imagen de persona más fuerte, que aquella que aceptó el error, lo enfrentó y lo superó no solo las virtudes hablan de nosotros, también nuestras equivocaciones nos describen. 

Podemos crecer si nos aceptamos con todo el combo. Se trata de conocernos a nosotros mismo porque únicamente de esta manera podemos lograr llevar adelante cambios importantes.


Por lo tanto hay una realidad: ¡¡a nadie le gusta equivocarse!! ¡¡¡No nos gusta para nada!!! Pero la vida es intentar, y el intentar muchas veces trae implícito equivocaciones. Si las reconocemos, el aprendizaje obtenido es un pasaporte a la superación de las mismas, si en cambio, las ignoramos, no hacemos más que dilatar el tiempo de tener que enfrentarnos, tarde o temprano, nuevamente con la misma situación. 

Por eso, retomando nuestra frase inicial, todos sabemos que errar es humano, lo que debemos aprender es que persistir o no en el error, ya depende de cada uno de nosotros.

Hacer Las Cosas Bien


Muchas veces me pregunto si estamos haciendo las cosas bien, si vamos por el buen camino, pero ¿Qué es hacer las cosas bien?. Trato de pensar en sentido global, en la sociedad de la que formamos parte y en la que nos desenvolvemos.

Necesito pensar si estamos haciendo las cosas bien porque creo que es el único camino para poder vivir de la mejor forma posible, pero aquí vuelve a surgir otra pregunta, ¿Cuál es la mejor forma posible de vivir?. Lo fácil es pensar que cada uno tiene su forma de vivir, y no lo critico, pero necesito pensar que hay unos mínimos que debemos de entender por ‘BIEN’, y por ‘MEJOR’ que debemos compartir y en base a ellos poder construir una sociedad en la que todos tengamos la seguridad que el camino por el que avanzamos es el correcto.

Afortunadamente por el mundo han pasado, pasan y pasarán personas que nos ayudan a percibir el sentido de lo correcto. Gente que lucha por reivindicar la dignidad de la persona, la dignidad de la humanidad. Gente que no piensa en el beneficio propio sino que percibe el mundo global como un corazón inmenso que palpita la misma sangre que corre por sus venas.

Algunas veces las personas actúan a sabiendas de que no están haciendo las cosas como debería de ser. Tratan de ganar terreno en alguna negociación para conseguir un beneficio con la excusa de que el ‘EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS’, pero nada más lejos de la realidad, al final, las acciones que se han tomado para conseguir lo que se pretendía y se sabía que no eran las correctas, tienen sus consecuencias. Más tarde o más temprano, pero todo se paga.

Debemos de buscar el bien social. Debemos de buscar el bien personal. Debemos de buscar el bien que nos permita tener la sensación que todo va como debe de ir. Es posible que esas personas que han sido ejemplo para todos nos digan qué es lo correcto.

Pero la gran esperanza no está sólo en percibir que hay personas que lo han hecho, sino que TODOS NOSOTROS podemos hacerlo también. Tenemos mucho más poder del que pensamos. Todos somos capaces, pero no todos somos valientes. Ese tipo de valentía se alimenta de servicio, de entrega, de visión global, de abnegación.

Podemos hacerlo. Busquemos el BIEN, hagamos el BIEN, podemos hacerlo, tenemos poder.


Sobrellevar Las Críticas


“Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema y cuándo el problema lo tiene quien critica”

Llegas a la oficina y te dicen que el trabajo que entregaste el día anterior está muy mal. Se te acerca un compañero que te comenta, de forma burlona, que la ropa que te has puesto no te favorece. Un pariente te dice que una vez más, has llegado tarde a la reunión familiar.

No, no es un mal día. Piensa que esto se repite con habitualidad. Pero, ¿cómo reaccionas? ¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás, ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?

Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos critica.

«La crítica constructiva no existe. Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar. En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se incide en el problema», explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro «Trátame bien».

Al «categorizar» el tipo de crítica, podemos también identificar los distintos tipos de personas que las efectúan:

-El que lo hace siempre es porque está frustrado: «La persona desplaza el enojo hacia los demás. Por ejemplo, una persona frustrada en el trabajo suele criticar siempre a sus compañeros», señala Stamateas.

-El que critica y juzga para no pensar en sí mismo: «Es un factor distractor, el que lo hace pretende no pensar en sus errores, es una forma de decirse: "tú eres peor que yo"».

-El envidioso: «Necesita remarcar y poner la lupa porque eso le alivia la angustia que le genera lo bien que le va al otro».

En este sentido, hay un punto en común, como señalaba Stamateas, en todos los tipos de críticos: No hay consejo en ningún caso, pero además, «se marca el error desde el odio y no desde el amor y nosotros no podemos cambiar desde el odio». El que propone algo, el maestro, el amigo «marca el error desde el amor, porque es necesario marcarlo, no hay que taparlo, pero el objetivo en ese caso es la mejora».

Por lo tanto, «hay que ignorar la crítica negativa, agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo». En cambio, «si hay contenido de reflexión, sí hay que escuchar».