domingo, 19 de agosto de 2018

Aptitud



Una aptitud es la capacidad o destreza personal para realizar una tarea en concreto. Una aptitud refleja el talento de una persona, sin embargo, la aptitud necesita ser entrenada para poder ser desarrollada de una forma potencial. 

Ningún deportista de élite habría llegado a la cima del éxito si no fuese porque a sus condiciones individuales se suma el trabajo constante, el esfuerzo y el sacrificio. En este sentido, la pedagogía tiene un alto valor a nivel humano porque es gracias a la ayuda de los profesores y de los padres que los niños van descubriendo cuáles son sus habilidades y así se conocen mejor a sí mismos.

Para cultivar una aptitud es importante practicar en el tiempo de ocio una afición concreta. Existen distintas áreas, por ejemplo, una persona puede tener buenas aptitudes para el deporte, para las matemáticas, para la literatura, para la música, el razonamiento abstracto… Como bien muestra la inteligencia emocional no existe una única noción de persona inteligente en tanto que cada ser humano tiene un valor interno.

La clave reside en descubrir cuál es ese valor y potenciarlo a nivel vocacional. La reflexión sobre este tema es fundamental en decisiones tan importantes de la vida como la elección de los estudios universitarios o la elección de un trabajo. Cuando una persona trabaja en aquello que le gusta porque tiene aptitudes para esa profesión, entonces, el trabajo se convierte en un placer. De hecho, una de las funciones del departamento de recursos humanos en la empresa es encontrar un puesto adecuado para cada profesional para que de acuerdo a sus características rinda al máximo.

Conocer cuáles son tus aptitudes también te permite tomar conciencia de tus fortalezas y de tus límites para marcarte objetivos realistas de acuerdo a tus condiciones. Por otra parte, conviene diferenciar entre las habilidades innatas que el sujeto tiene desde que nace, y aquellas aptitudes o destrezas que adquirimos a través de la experiencia propia de la vida. El paso de los años suma vivencias, aprendizajes y conocimiento. Una persona de cuarenta años es más sabia que una de veinte años porque ha vivido más, por tanto, también ha tenido tiempo de entrenar habilidades que una persona joven todavía no ha desarrollado.

Una aptitud puede ir en aumento o también, atrofiarse. Así sucede cuando no la practicas. De ahí la importancia del trabajo y de la perseverancia que te conduce hacia el éxito.


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