Una especie de taller práctico que requiere una
participación activa es lo que propone el filósofo alemán Robert Zimmer
(Tréveris, 1953) en su libro “La filosofía como gimnasia mental” (Editorial
Ariel), concebido como una tabla de ejercicios para que el lector lo utilice,
pero sin necesidad de leerlo en el sentido habitual.
Para este autor de obras de divulgación filosófica, “la
Filosofía es algo universal que trata temas con los que todos nos topamos en
algún momento, está en todo lo que nos rodea” y por eso “la gente vuelve a la
filosofía una y otra vez”, aunque algunos la consideren como algo “pedante y
abstracto”.
Este libro no se dirige al filósofo de academia, “sino al
aprendiz y aficionado a la filosofía que practica en casa” y a quien quiera
plantearse el reto de resolver problemas filosóficos y rompecabezas mentales
que ayudan a mantener
en forma nuestra capacidad cognitiva.
“La mayoría de las veces, enfrentarse a un problema
filosófico significa encontrar buenos y mejores argumentos, o bien poner a
prueba la relación lógica y la ausencia de contradicciones en un enunciado”,
explica Zimmer quien también pretende provocar una tormenta e intercambio
de ideas.
Porque “la auténtica filosofía tiene lugar allí donde haya
más gente, no en la torre de marfil académica, sino en la calle” ya que “no
existe una filosofía privada”.
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