¿Pierdes la paciencia y te preguntas por qué? ¿Existen días en
que sientes que te despertaste enojado?
Algo de eso se puede deber a los cambios que experimenta tu
cuerpo: Todas esas hormonas de las que tanto escuchas hablar pueden causar
cambios de humor y emociones confusas. Parte se puede deber al estrés: Las personas
que se encuentran bajo mucha presión tienden a enojarse más fácilmente. Otra
parte se puede deber a tu personalidad:
Es posible que seas una persona que
siente las emociones de manera intensa o tiende a actuar impulsivamente o a
perder el control. Y otra parte se puede deber a tus modelos para imitar: Es
posible que hayas visto a otras personas en tu familia "explotar"
cuando están muy enfadadas.
Independientemente de lo que te haga reaccionar, una cosa es
cierta: estás seguro de que te enojarás en algún momento. Todo el mundo lo
hace. El enojo es una emoción normal, y sentirse enfadado no tiene nada de
malo. Lo que importa es cómo manejamos el enojo (y a nosotros mismos) cuando
estamos enojados.
Herramientas para dominar el temperamento: autoconciencia y
autocontrol
Dado que el enojo puede ser poderoso, a veces, controlarlo
puede representar un desafío. Controlar sentimientos de enojo implica mucha
autoconciencia y autocontrol. Y desarrollar estas habilidades lleva tiempo.
La autoconciencia es
la capacidad de observar qué sientes y piensas, y por qué. Los niños pequeños
no son muy conscientes de lo que sienten, simplemente lo expresan en su
comportamiento. Por eso tienen un berrinche cuando están enojados. Los
adolescentes, sin embargo, tienen la capacidad mental de autoconciencia. Cuando
te enojes, tómate un momento para observar qué sientes y piensas.
El autocontrol es
sobre pensar antes de actuar. Es pone algunos valiosos segundos o minutos entre
sentir una emoción fuerte y actuar de una manera de la que te arrepentirás.
En conjunto, la autoconciencia y el autocontrol te permiten
tener más opciones sobre cómo actuar cuando sientes una emoción intensa como el
enojo.
Prepárate para hacer un cambio.
Decidir tomar el control de tu enojo (en lugar de dejar que
el enojo te controle a ti) significa observar de manera profunda las formas en
las que has estado reaccionando cuando te enfadas. ¿Tiendes a chillar y gritar
o a decir cosas hirientes, malas e irrespetuosas? ¿Arrojas objetos, das patadas
o golpes de puño a la pared, rompes cosas? ¿Golpeaste a alguien, te hiciste
daño a ti mismo o empujaste o trataste mal a otras personas?
Para la mayoría de las personas que tienen problemas para
manejar el mal carácter, reaccionar de esta manera no es lo que desean. Se sienten
avergonzados por sus comportamientos, y creen que éstos no reflejan quiénes son
verdaderamente, lo mejor de sí mismos.
Todos pueden cambiar, pero sólo si lo desean. Si deseas
hacer un gran cambio con respecto a cómo manejas tu enojo, piensa acerca de lo
que obtendrás de ese cambio. ¿Más respeto a ti mismo? ¿Más respeto de los
demás? ¿Menos tiempo sintiéndote fastidioso o frustrado? ¿Un enfoque más
relajado de la vida? Recordar por qué deseas cambiar puede ayudar.
Recordarte a ti mismo que hacer un cambio lleva tiempo,
práctica y paciencia también puede ayudar. No sucederá de repente. Controlar el
enojo implica desarrollar nuevas habilidades y nuevas respuestas.
Como con
cualquier habilidad, como jugar al básquet o aprender piano, practicar una y
otra vez ayuda.
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