Sabemos que la palabra ‘derecho’, es objeto de diversos significados
e interpretaciones: así tenemos que puede significar un determinado orden
normativo vigente; mientras que por otra parte, puede designar algo diferente:
una prerrogativa o facultad de la que estaría dotada una o más personas.
Así, en la expresión "derecho’ hace referencia a un
ordenamiento jurídico determinado, en cambio, si digo "toda persona tiene
derecho a expresar libremente sus opiniones", aquí, la palabra ‘derecho’,
hace referencia a la facultad de externar lo que piensa, que posee el titular
del derecho a la libertad de expresión. Aquí ya hablamos de lo que se conoce
como derechos humanos.
Debido a esa diversidad de significados del término derecho,
—Quintana Roldán y Sabido Peniche opinan— que múltiples y de contenidos muy
diversos han sido los estudios y reflexiones filosóficas sobre el ser y la
esencia, las causas, los valores y los fines de los derechos humanos.
Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los temas más
complejos del análisis del derecho mismo, porque tiene como centro de
especulación al propio hombre que es el creador del derecho, del sentido de su
vida y de su existencia; del sentido de su papel en el mundo y de su propia
trascendencia.
Y, más se complica el asunto si enfrentamos la polémica
permanente sobre algo, de lo cual muchas veces ni siquiera queremos hablar: la
reciprocidad y vinculación entre derechos humanos y deberes, si existe o no, ya
que por lo general nos inclinamos de manera preferente por los derechos y no
por los deberes: más nos gusta exigir que cumplir.
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