Como todos sabemos, en el principio de nuestra existencia
hubo un tiempo en el que disponíamos de comida en abundancia, el clima era
favorable, teníamos nuestras necesidades cubiertas.
Hace decenas de miles de
años tan sólo un puñado de humanos poblábamos la Tierra. Desde entonces,
presionados por un número creciente de miembros, con cada vez mayor falta de
alimentos, espacio y recursos naturales, nos fuimos internando en un sin número
de luchas y crisis. Las nuevas tierras y el clima cada vez menos propicios para
nosotros. El anhelo de nuestro bienestar perdido.
Hoy vamos camino de los 10.000 millones de personas, y nuestra casa, la Tierra, es la misma! Es lógico que la palabra trabajo se asocie a estrés y obligación. Queda ya muy lejos, en nuestros orígenes, como un sueño, el esfuerzo que suponía el mero hecho de recoger los frutos que proporcionaba la tierra en un clima óptimo para nuestra especie. Competición, continua lucha y crisis, han dejado una huella en nosotros. Aquellos tiempos del paraíso donde todo era abundancia a nuestro alrededor, ¿pasó para no volver?
Hoy vamos camino de los 10.000 millones de personas, y nuestra casa, la Tierra, es la misma! Es lógico que la palabra trabajo se asocie a estrés y obligación. Queda ya muy lejos, en nuestros orígenes, como un sueño, el esfuerzo que suponía el mero hecho de recoger los frutos que proporcionaba la tierra en un clima óptimo para nuestra especie. Competición, continua lucha y crisis, han dejado una huella en nosotros. Aquellos tiempos del paraíso donde todo era abundancia a nuestro alrededor, ¿pasó para no volver?
Dejamos que nuestro subconsciente trabaje mientras hablamos
un poco de trabajo, esfuerzo y perseverancia.
Trabajo, esfuerzo y perseverancia, el empeño de llevar el trabajo a buen término con esfuerzo y determinación, todos éstos son valores que he visto desde pequeño a mi alrededor. Creo que para cualquiera de nosotros es muy gratificante la sensación que nos queda tras el trabajo bien hecho.
Trabajo, esfuerzo y perseverancia, el empeño de llevar el trabajo a buen término con esfuerzo y determinación, todos éstos son valores que he visto desde pequeño a mi alrededor. Creo que para cualquiera de nosotros es muy gratificante la sensación que nos queda tras el trabajo bien hecho.
A través de las siguientes líneas me gustaría
trasladarte, de forma amena, unas simples reflexiones acerca de estos
conceptos. Estos párrafos no pretenden nada más que invitarte a reflexionar
conmigo sobre tan manidos y a la vez tan complejos, conceptos.
Nos agrada ver la imagen de un patito o de un cisne sobre
las aguas de un lago, con qué facilidad se desplazan. Diríamos que casi sin
esfuerzo. Nada más lejos de la realidad: por debajo del agua sus patitas
despliegan una enorme actividad.
Ser conscientes de estas paradojas nos ayuda a ser justos en nuestras valoraciones. Que una clínica, empresa, ayuntamiento, un cuartel o hasta una parroquia funcione bien, atienda las peticiones de sus clientes, contribuyentes o feligreses y las resuelva en un tiempo adecuado, que el trato sea humano y que económicamente marchen bien, siempre se debe al buen y gran trabajo de los equipos, de las personas que lo integran (aunque no lo apreciemos, no se vea).
Ser conscientes de estas paradojas nos ayuda a ser justos en nuestras valoraciones. Que una clínica, empresa, ayuntamiento, un cuartel o hasta una parroquia funcione bien, atienda las peticiones de sus clientes, contribuyentes o feligreses y las resuelva en un tiempo adecuado, que el trato sea humano y que económicamente marchen bien, siempre se debe al buen y gran trabajo de los equipos, de las personas que lo integran (aunque no lo apreciemos, no se vea).
Tiene mucho mérito. Sabemos que en ningún caso se trata de algo
fortuito. Es fruto del buen y acertado trabajo de una larga cadena de personas
donde todos son importantes, como los eslabones de una inmensa cadena, cada uno
en su puesto, realizando la función y responsabilidad que ostenta en ese
momento, sea cual sea.
Y es que sabemos que el trabajo y el esfuerzo no son mera
actividad, no sólo consiste en dedicar horas, esforzarse a secas; trabajar no
es consumir nuestro tiempo laboral sin más. Sabemos muy bien que consiste en
aplicar nuestro esfuerzo eficientemente, productivamente.
En el mundo
empresarial, en el mundo de las artes y por qué no, en el de la ayuda a los
demás, consiste en generar para uno mismo o para la organización
para la que trabaja, un resultado, un fruto mayor que las energías y gasto que
hemos consumido en ello.
Dar más que lo que recibimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario