martes, 14 de agosto de 2018

Valores Comunes

El cine documental, desde sus orígenes, desde Flaherty, que encontró en el celuloide una herramienta complementaria para presentar los vínculos y relaciones culturales del pueblo esquimal, Nanook, el esquimal (Nanook of the North 1922), ha mostrado y apoyado la idea de que nada es puro, del mestizaje, como los documentos visuales de Margaret Mead y Gregory Bateson, que hacia 1930 analizaron las pautas de conducta de los habitantes de Bali y Nueva Guinea.

La película 300, sobre la batalla de las Termópilas, produjo hondo malestar en el mundo musulmán, pues presenta a los invasores persas de forma anacrónica, con fisonomías, características y adornos propios del mundo árabe actual.

Aunque sea cierto que Oriente era un complejo de culturas, la civilización persa que dominaba Jerjes, lejos estaba de parecerse a la iconografía con la que se la ha representado dos milenios y medio más tarde.

El cine ha mostrado en infinidad de ocasiones el intercambio cultural como violento, desprestigiando al adversario, a pesar de que el conflicto cultural, en la historia de la humanidad, no siempre ha sido solucionado, dirimido o finalizado mediante sangre u opresión, pues es una interacción constante, fluida y viva, que circula desde los albores de la humanidad y que ha dado lugar a la gran riqueza de las civilizaciones. La idea de la solución armada de los conflictos, ha resucitado bajo el signo de la política imperialista de los Estados Unidos y de quienes la apoyan.

Quienes abogan por el choque de las civilizaciones están patrocinando una lucha de necios, que a corto plazo puede subvertir las ansias de regeneración de la convivencia en el planeta. El cine, no siempre puede presentar los encuentros entre culturas en sus aspectos totales. Lo hace constantemente de forma muy concreta, mostrando también mínimos contactos, respetando creencias e ideologías, manifestando los valores comunes que unen a los pueblos, presentando las relaciones afables entre gentes de diferentes grupos humanos.

Para que las relaciones interculturales empiecen a tener distinto perfil, es necesario luchar contra prejuicios y estereotipos, y el cine es un medio eficaz que contribuye a ello, pues una película va más allá de su propia historia y del lenguaje cinematográfico y técnicas con la que está realizada. Hacer énfasis en las diferencias no es el camino adecuado.


Una iniciativa de varios colectivos europeos, entre ellos el Grupo Comunicar, fue la de plasmar en relatos y en comics, para de ser llevados a una reflexión en las aulas, los puntos comunes que existen entre las diferentes culturas y creencias.

 El proyecto, denominado Valores Comunes tuvo como principal objetivo promover la cultura de la paz a través del encuentro y el diálogo entre diversas religiones y culturas que actualmente viven en Europa, utilizando el cómic como medio de comunicación. El aumento de un pensamiento religioso agresivo e intolerante, está en la base de muchos de los problemas que impiden la solución de conflictos, pero es posible demostrar que las distintas religiones y visiones laicas comparten valores éticos que hacen posible un diálogo intercultural marcado por el respeto mutuo, la no violencia, la igualdad, el perdón o la concordia. 

El proyecto ha planteado acciones específicas a realizar en el territorio europeo para destacar el valor de los puntos de encuentro e intercambio entre los distintos sistemas de pensamiento. 

El guión de cada uno de los cinco comics fue elaborado a partir del relato de cinco autores europeos y africanos, y dibujado y coloreado por artistas africanos.

La guía didáctica que acompaña a los materiales de trabajo, muy completa, aporta multitud de sugerencias, comentarios, citas y textos que ayudan a la reflexión.

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