domingo, 7 de julio de 2019

Las Incertezas


Digamos que estamos en el ámbito natural donde se desarrollan las actividades humanas, donde se consolidan  todas sus aspiraciones y, sobre todo, donde se producen los mayores encuentros y desencuentros, en el acierto o error de sus proyecciones y su relación con las expectativas planteadas ante un determinado proyecto.
La ausencia de certezas en cuánto a las posibilidades de un determinado proyecto hace a la vida de los humanos el mayor de los incentivos para la “toma de riesgos” en la persistente búsqueda de los mayores márgenes posibles  que puedan ser extraíbles en el futuro.
 “La incertidumbre puede ser derivada de la ausencia de información, o bien por desacuerdo acerca de la información con que se cuenta, implicando la incertidumbre cierto grado de desconocimiento. Por ejemplo no se puede conocer de antemano el retorno que tendrá una inversión.
Etimológicamente está conformada por el prefijo in(negación) y certus (cierto), por lo que se define como la carencia de un conocimiento certero, la duda o falta de certeza sobre algo que nos inquieta.
Incertidumbre es lo contrario de certidumbre, que significa certeza; por lo que incertidumbre es la falta de seguridad, la sensación que nos genera algo de lo que no se tiene respuesta exacta o concreta.
La incertidumbre puede ser causada por diversidad de factores, como un error cuantificable en los datos, definiciones ambiguas, y hasta previsiones imprecisas acerca del comportamiento humano.
El ser humano tiene que elegir constantemente una acción o tomar una decisión que puede tener como consecuencia gran cantidad de resultados posibles.
En el ámbito de la administración de empresas y la economía, la incertidumbre es un concepto clave ya que las organizaciones obtienen ganancias cuando asumen el riesgo de la incertidumbre.
Es decir que los beneficios son el resultado que se obtiene cuando un negocio es exitoso a pesar de que los riesgos no pueden preverse a priori.
En el mundo de los negocios, es imposible tener conocimiento de los riesgos que están asociados con cualquier decisión.
Así como el consumidor común no puede conocer las fluctuaciones de los precios de los bienes de consumo disponibles en el mercado, por lo que la incertidumbre plantea una dificultad irreductible.”
Existen especialistas muy avezados que se mueven como “los peces en el agua” en cuánto a las previsiones a futuro como así mismo, “calificadoras de riesgo” que pronostican el grado de solvencia que una empresa determinada pueda tener a futuro con respecto a las obligaciones que contraiga en el presente.
Cuanto mayor sean las incertezas mayores serán los riesgos y eso determinará el costo que tal exposición representara en el tiempo.

Del Dicho Al…



Nos estamos habituando cada vez más a cubrir nuestras expectativas sobre otras personas con  un manto de escepticismo que nos prevenga de los más que probables incumplimientos  de los dichos formulados en un determinado momento.

Recuerdo oír en boca de mis abuelos la tan mentada frase: miren hijos, no se confundan ni se ilusionen en demasía, con lo que la gente nos diga o prometa, recuerden que “del dicho al hecho hay un trecho” y cada vez son menos quienes lo transitan.  

“…Esa confianza que esperamos que nos dispensen los demás, se construye sobre las experiencias que compartimos con esas mismas personas, si podemos ser de confianza como para que nuestra palabra sea suficientemente válida, cualquiera que nos conozca tomará nuestra promesa como una garantía de verdad.

 Así podremos sentirnos orgullosos de ser personas que cumplimos con nuestra palabra, que no prometemos en vano…

“En ocasiones afirmamos cosas que contradicen nuestras acciones. Si digo que soy una persona generosa pero no ayudo a los demás, estoy diciendo una incongruencia, pues lo que digo y lo que hago no coinciden.

La incongruencia no es necesariamente una mentira, ya que alguien puede creer honestamente que dice la verdad aunque sus palabras no sean ciertas. La no correspondencia entre las palabras que decimos y nuestra conducta es la expresión de una contradicción interna.

Si alguien quiere lograr un objetivo pero no actúa en consecuencia nos encontramos con otra contradicción. Así, si digo que quiero mejorar mi inglés pero no estudio más estoy siendo incongruente.”

La incongruencia no debería ser una herramienta de uso circunstancial ni utilizada como un medio válido para “salir del paso”.

Nuestra arma más poderosa es nuestra palabra cuando es refrendada por las acciones, en caso contrario se convierte en un “boomerang” que con  la misma fuerza que lo lancemos, volverá a nosotros tomándonos por la espalda.


Evitar La Displicencia


Ocurren cosas en la vida de las personas que pareciera que tienen el poder de marcarles como con  un sello indeleble en una forma tal que su imagen pública pasa a fundirse tal como si fuese una amalgama con sus aptitudes creando un nuevo personaje donde lo único esperable es una total falta de consideración tanto por la tarea que se realiza como para los destinatarios de la misma.

Nos referimos a lo que bien puede definirse como “una plaga social” el mal de displicencia que una vez que logra hospedarse en un individuo  se incorpora a su accionar destruyendo sus proyectos e ilusiones, una condición esencial en toda proyección constructiva.

Esta displicencia puede observarse  en la que se adopta como “una forma o estilo de vida” y comprende a todos sin excepción, lo que constituye un desafío de toda la sociedad encontrar los medios que permitan superar tales tendencias.

La actitud displicente puede observarse, y por lo tanto es corregible,  en el comportamiento  de un individuo y se manifiesta en una primera instancia en sí mismo, en cómo asuma sus responsabilidades, y luego se traslada a su comportamiento social,  generando resistencias y rechazo, un verdadero “circulo vicioso” que se retroalimenta en la mediocridad.

La displicencia se manifiesta tanto en el hogar de un individuo como en el ámbito estudiantil, lugares de trabajo, servicios públicos , relaciones humanas en general, etc. etc.

“Todas las personas en el mundo poseen un potencial humano ilimitado, pero necesitan descubrir sus pasiones personales, están guardadas en algún lugar. Hay gente que desde temprana edad puede identificar las cosas que más le apasionan y todos los días van entrenando en el perfeccionamiento de su trabajo, en esos casos no se cae en la displicencia, porque a pesar de las dificultades, existe la motivación para volverlo a intentar todas las veces que sea necesario.

Nunca dejar tiempo para que la apatía aparezca:

Las personas más proactivas y que logran muchos éxitos han desarrollado la costumbre de no dejar tiempo para que la apatía aparezca, en cuanto sienten un poco de desánimo, inmediatamente se mueven y ocupan su mente de manera positiva. Poseer una agenda llena de tareas agradables es medicina efectiva para evitar la displicencia.”


Vivir Sin Competir



 Los seres humanos conformamos un entramado social tan vasto como complejo donde convergen en su accionar una amplia gama de intereses, que si bien responden a las circunstancias individuales de cada uno, y hasta tienen cabida las ambiciones más mezquinas, es en ese encuentro entre todos, donde se enciende la llama que en su resplandor, muestra el contraste de sus figuras, tan auténticas como dispares.

Dentro de lo compleja que es la red social del ser humano (así como también las redes sociales de cada especie animal), encontramos personas más o menos calificadas o preparadas para realizar determinadas acciones o tareas.

La incompetencia siempre tiene que ver con un rendimiento negativo: ese rendimiento puede ser laboral, estudiantil, familiar, social, etc. y en cualquiera de los casos supone una incapacidad para obtener los resultados considerados normales o correctos para el caso.

Así, si bien la palabra incompetencia suele asociarse al espacio laboral como dijimos antes, también se puede entender que una persona es muy buena en algunas cosas o con algunas habilidades pero muy incompetente en otras, por ejemplo cuando hablamos de alguien que es muy bueno estudiando pero que no puede aplicar correctamente esos conocimientos en la práctica.

La incompetencia es un mal muy típico de nuestra época y esto tiene que ver con el hecho de que a mayor exigencia, mayor estrés, mayor presión sobre todo lo que hacemos, finalmente la persona se ve afectada en su estado de ánimo, en sus conocimientos, en su concentración, en sus habilidades.

En ese sentido, el estilo de vida actual hace que la incompetencia sea muy común y que las personas no terminen de comprender bien cómo solucionarla.

Muchas veces puede estar generada por falta de motivación causada por trabajos rutinarios y poco satisfactorios, exageración en la noción de competir por un puesto mejor que hace que muchas veces las personas no reconozcan sus limitaciones, incapacidad para trabajar con otros y compartir ideas y también incapacidad para dejar de lado malos hábitos que pueden sin duda afectar al espacio laboral como por ejemplo llegar tarde, no cumplir con los plazos, no mostrar compromiso con la tarea, etc.

La persona incompetente se asemeja a aquella que una vez expresó la siguiente frase: “paren el mundo que me quiero bajar”  tan utópico como pretender frenar el avance incontenible del progreso, 

Debemos  cada uno ocupar nuestro espacio en el quehacer colectivo sin deserciones ni claudicaciones.

A la hora de asumir responsabilidades todos debemos declararnos competentes, es como una carrera de relevos en la cual, para poder ganarla, todos hacen su cuota parte.

Los seres humanos conformamos un entramado social tan vasto como complejo donde convergen en su accionar una amplia gama de intereses, que si bien responden a las circunstancias individuales de cada uno, y hasta tienen cabida las ambiciones más mezquinas, es en ese encuentro entre todos, donde se enciende la llama que en su resplandor, muestra el contraste de sus figuras, tan auténticas como dispares.


sábado, 6 de julio de 2019

Prevalece La Impronta



En nuestras acciones diarias, principalmente cuando se sigue el “rastro de nuestra impronta” es factible que se nos pueda identificar y que de tal identificación surja espontáneamente el valor intrínseco que cada uno de nosotros tiene como conceptos firmemente adheridos a nuestro comportamiento tanto individual como colectivo.
Entendimos como un aporte interesante el que podamos adjuntar a este trabajo que exponemos algunas definiciones que son obra del “pensamiento filosófico” en el abordaje de tan trascendentes valores.
“Algunas corrientes filosóficas establecen la diferencia entre lo extrínseco y lo intrínseco. Lo extrínseco no es característico de algo y lo intrínseco sí lo es. Esta distinción resulta útil para comprender las propiedades de ciertos conceptos. Así, el principio intrínseco de algo es aquello que lo define, su elemento sustancial y sin lo cual no podría existir. Por el contrario, el principio o valor extrínseco de un concepto tiene un carácter accidental y secundario.

A lo largo de la historia del pensamiento humano los filósofos han reflexionado sobre qué es lo intrínseco de la naturaleza, de la razón humana, de la voluntad o del amor. El motivo de este tipo de reflexiones es evidente: descubrir lo genuino y lo auténtico para diferenciarlo de lo superfluo o accesorio.
Dicho con otras palabras, los filósofos buscan lo fundamental, aquello sin lo cual lo demás no podría existir.”

 


Dónde Sopla El Viento


“Para obtener una lectura precisa, la veleta debe estar localizada bien por arriba del suelo, alejada de edificios, árboles, y otros objetos que interfieran con la verdadera dirección del viento. La dirección del viento cambiante puede ser significativa cuando se coordina con otras condiciones aparentes del firmamento, habilitando al usuario para hacer predicciones sencillas de corto alcance.
Antiguamente, cuando no contábamos con servicios informativos diarios como los que tenemos ahora, la forma de poder “observar” la dirección del viento y de alguna manera intentar “calcular su intensidad” era dirigiendo nuestra mirada a la veleta, la cual podíamos observar en el techo de nuestras casas, donde generalmente la imagen de un gallo cantor, situado en la veleta,  nos lo indicaba desde lo alto de su sitial.
Esta particularidad de la veleta, que por cierto nos era muy útil, nos referimos a su manera de girar sobre su eje según “soplara el viento” también ha sido motivo para que esta característica  de su proceder ante el viento, fuese tomada por muchos, como un modo de describir el comportamiento, en determinados casos, de ciertos habitantes de la zona.
Como suele ocurrir en toda comunidad que se precie, suelen haber personas que no mantienen su opinión o preferencias de cualquier índole por mucho tiempo, siendo muy influenciables en sus convicciones por los puntos de vista de otros que ellos estiman como más influyentes y poderosas a los cuales no pretenden contradecir de ninguna manera, de tal modo que de la misma forma que afirmaban fehacientemente una cosa, pues bien, para no contradecirles, por supuesto, cambiaban radicalmente su postura original, diciendo lo contrario.
Estas personas eran las que se indicaban como poseedoras de esta tan peculiar característica y cuando se hablaba sobre este asunto en cuestión no faltaba quien hiciera tal comparación, se decía:
“Este es como la veleta, gira para donde sopla el viento”
Así las cosas

 


El Más Común De Los Sentidos


Cuando mencionamos al sentido común que nos conduce a la toma de tal o cual actitud, deberíamos agregar: es el sentido común de quién? O de quiénes? A cuántos hemos solicitado su opinión al respecto, de repente nos podemos encontrar que lo que nosotros entendemos por “sentido común” es mucho menos común de lo que nos lo imaginamos.

Existe un dicho popular que nos manifiesta que lo que denominamos “sentido común” es el menos común de los sentidos lo que nos da a entender que recurrir a este sentido al que denominamos “sentido común” suele llevarnos a apreciaciones inconsultas o carentes de la aprobación general a la cual invocamos.

“El filósofo español  Balmes escribió un libro sobre el sentido común. Henri Bergson define al sentido común como "la facultad para orientarse en la vida práctica".

E. Mora-Anda dice que el sentido común nos ahorra tonterías: calcula lo probable y lo improbable, lo razonable y lo absurdo.

No se atiene a reglas sino a lo que puede funcionar y no es perfeccionista, que esto es neurótico, sino que prefiere "lo razonable", también analizado por Lin Yu Tang en "La Importancia de Vivir". Para Trout y Rivkin, el sentido común es una facultad esencial de la persona: «una facultad que posee la generalidad de las personas, para juzgar razonablemente las cosas».

Yash, Hipat Roses e Imeld lo definen como «el don provisto para saber distinguir todo lo que nos rodea: el bien, el mal, la razón y la ignorancia”.

Es muy probable que “el sentido común” les indique que no vale la pena darle tanta importancia a este asunto, de ser así, adelante, continuemos con la apreciación, ahora, si sienten algo parecido “a un bichito que nos corroe” seguramente el “sentido común” nos lo hará saber emitiendo su opinión autorizada.




Integración Social


A medida en que nos vamos insertando a la vida en sociedad vamos comprendiendo cuáles son “las reglas de Juego” que predominan y nos marcan el derrotero que ésta inserción social implica tanto en la esfera individual como en el quehacer colectivo de la misma.

Este efecto de la inserción social nos incluye en todo lo referente a la sujeción libre y voluntaria a las normas que implica nuestra “vida en sociedad” aceptando un fiel cumplimiento tanto de nuestras obligaciones para con la misma como asimismo la exigencia de ser tratado en igualdad de condiciones con el resto de los asociados en este emprendimiento el cual es implícitamente incluyente para todos y cada uno de sus integrantes.

“El ser humano por necesidad, se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se encuentre; estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les denomina responsabilidades sociales.

La idea de que los individuos tengan una responsabilidad para su sociedad se remonta a los filósofos griegos y el sistema romano de legalidad.

"En la antigua Grecia el pueblo libre tenía por costumbre, en ambiente de franco debate, participar y cuestionar los argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin embargo, la esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica" la vida de las personas era pública, no existía la intimidad y por tanto era normal ver personas desnudas de todas las edades compartiendo todo; por tanto la responsabilidad de cada persona que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en cualquier asunto público.

En la Edad Media Occidental las creencias eran las que mostraban las reglas de convivencia y el diario vivir de cada persona, por tanto si alguna persona no aceptaba la religión era castigada, perseguida y excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único objeto de obtener la salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera Iglesia", con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la responsabilidad era exigir el respeto a los espacios privados y a su vez vigilar que se cumplan las leyes establecidas por la iglesia.

La Edad Moderna se caracterizó por un gran movimiento intelectual; la razón se convirtió en el centro de todo, los derechos del hombre aparecieron y con estos la esclavitud dejó de existir; por tanto "una de las principales obligaciones de los actores sociales consistió en defender la libertad y promover los derechos humanos" además se le dio responsabilidad al Estado con los individuos y con exigir el cumplimiento de las reglas sociales de la época.

Así, por ejemplo, el estoicismo pone énfasis en los deberes cívicos, la responsabilidad social, la importancia de una buena ley y la igualdad de los derechos ciudadanos. Uno de sus grandes representantes, Cicerón, en libro primero de “Los Deberes”, habla sobre los deberes que tiene el hombre hacia la sociedad y hacia él mismo y propone que existe sólo una ley verdadera. Esta ley es la recta razón, la cual de acuerdo con la naturaleza, gobierna sobre todos los hombres, es eterna y no cambia. La misma impulsa a los hombres al cumplir con sus deberes, prohibiéndoles hacer el mal.

Luego de esto llegó la Edad Contemporánea, donde la tecnología y el avance científico predomina, cada día es más fácil acceder a la información, se necesita acumular bienes para tener una mejor calidad de vida; "valores como la eficiencia y la eficacia, actitudes positivas frente al compromiso el cumplimiento, una buena educación, además de habilidades comunicativas de negociación facultan a las personas para hacer parte productiva de la sociedad".

Estos comportamientos se convierten en una responsabilidad para la sociedad; el Estado ya no es lo más importante, ahora las empresas tienen un poder, ya que el mercado es lo que predomina.

Es notorio que a medida que pasa el tiempo la responsabilidad social cambia; lo que era bueno para algunos tiempos después se convirtió en un delito y viceversa, las personas tienen la obligación de ser responsables con la sociedad moral y legalmente, independientemente de si no están de acuerdo; cabe resaltar que las normas de conducta las determina la entidad que tenga más poder en el momento, como la iglesia, el Estado, las empresas, entre otros; ellos determinan las reglas aceptadas de acuerdo con la situación en que se viva.”

La integración de todos y cada uno responde como vemos a una necesidad básica del ser humano, el cual es, a medida que desarrolla su conciencia, un ser esencialmente social.

Frases De Refinamiento


Sutilezas
“Hay dos maneras de ser sublimes: a través de las ideas o a través de los sentimientos. En el segundo caso, poseemos palabras de fuego que penetran y que arrastran. En el primero, sólo poseemos palabras de luz que calientan poco, pero que cautivan. La extrema sutileza puede hallarse en las ideas, pero no debe hallarse en el razonamiento.”
Frases de Joseph Joubert

“La verdadera sutileza era animar emociones naturales, haciendo con cuidado que las restantes fueran menos poderosas. La gente era un tapiz de sentimientos: normalmente, lo que pensaban que estaban "sintiendo" en un momento se refería solamente a las emociones que los dominaban en ese momento.”                                        Frases de Brandon Sanderson

“Nuestras vidas están escritas con la sutileza con que un guitarrista rasguea una guitarra sin cuerdas. ¡Hay que saber oler flores invisibles, librarlas con los ojos y saborear gota a gota esa miel delicada! ¡Todo es de repente tan importante entonces! Lo más ínfimo es decisivo. Lo diminuto contemplado desde lejos, forma parte del gran dibujo: cada acontecimiento es una pincelada cada gesto un color nuevo. Pero ¿qué sabe la cuenta cristalina de la figura que forma al girar con otras en el caleidoscopio?”                                     Frases de José Carlos Somoza

“Lo que no supimos decir nos dolerá eternamente y sólo el valor de un corazón abierto podrá liberarnos de esta congoja. Nuestros encuentros en la vida son un momento fugaz que debemos aprovechar con la verdad de la palabra y la sutileza de los sentimientos.”
Frases de "Donde el corazón te lleve" (1994) Frases de Susanna Tamaro

“Los dos cuerpos unidos se comunicaban susurros, con pequeñas frases de amor. Se acariciaban, se deseaban con cada pedacito de los sentidos. Después, cuando enfriaban su sensualidad, les apenaba sentir tanto amor. La sutileza del amor es un lujo. Disfrutarlo es un exceso impropio de los estoicos.”                                               Frases de Pedro Juan Gutiérrez

“Utilizaba todas las sombras y enmascaramientos y demás sutilezas que había aprendido de Graham, y no se fiaba del "amparo de la oscuridad". La oscuridad amparaba a todo el mundo.”
Frases de "Un soplo de aire fresco" (1991)

 


Cuando Surge Una Idea


“Una idea (del griego ἰδέα 'aspecto, apariencia, forma', relacionado con εῖδος eîdos, ‘vista, visión, aspecto’) es una representación mental que surge a partir del razonamiento o de la imaginación de una persona. Está considerada como el acto más básico del entendimiento, al contemplar la mera acción de conocer algo.
La capacidad humana de contemplar ideas está asociada a la capacidad de razonamientoautorreflexión, la creatividad y la habilidad de adquirir y aplicar el intelecto. Las ideas dan lugar a los conceptos, los cuales son la base de cualquier tipo de conocimiento científico o filosófico. Sin embargo, en un sentido popular, una idea puede suscitarse incluso en ausencia de reflexión, por ejemplo, al hablar de la idea de una persona o de un lugar.”
La persona que se cultiva a sí misma se construye ahondando en su interior, como quien introduce un arado en una tierra potencialmente fértil, buscando en sus entrañas la matriz acogedora que cubra a su siembra y le proporcione la nutrición vital para que su germen florezca y de fruto.
Hay quienes dicen que una idea puede surgir como un chispazo, espontáneamente y puede que les asista razón en lo que manifiestan, pero digamos que una idea con la misma espontaneidad en que surge a la vida si no encuentra un ambiente adecuado, de la misma manera que ha surgido, por muy brillante que fuere, lamentablemente se muere.
Recurriendo a la analogía digamos que una idea es análoga a su creador, la criatura humana, como también lo es el universo todo, cuando un embrión humano nace ocurre algo similar al nacimiento de una idea si no encuentra un ambiente adecuado no se desarrolla y se muere.
Todos los días nos llegan las noticias de la enorme mortandad de niños que nacen para luego, aunque esto nos escandalice, irremediablemente, se mueran, son millones los niños en edades de cero a cinco años que se mueren en el mundo por causas puramente humanas como pueden ser: abortos, -sean espontáneos o no- hambrunas, guerras, epidemias, etc.
De nuevo: una idea y una criatura humana son análogas son seres únicos e irrepetibles , cuando por la causa que fuere no logran germinar, todos absolutamente todos, también morimos un poco.

Cultivar La Cultura


“El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre.
Su definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la época del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.”
 Desde este punto de vista, el de la asociación de la cultura con la civilización y el progreso, es que abordamos el tema, cuando nos referimos a la cultura lo hacemos en el entendido de que todo aquello “que se cultiva” requiere de quien lo realiza amor y dedicación para poder “impregnarle” a su esfuerzo de la constancia  en el tiempo con la cual pueda retroalimentar todo el ciclo que implica, la siembra de la nueva vivencia adquirida en el surco de su intelecto y la posterior constatación de las bondades del fruto obtenido.
No puede ser comparable la cantidad de cultura que podamos haber adquirido con, digamos como simple y burda comparación, con la cantidad de combustible que tengamos en el tanque de nuestro vehículo, por la simple razón de que la cultura adquirida requiere de la aplicación constante de un ciclo que no se detiene y por ende es inagotable, no estamos pendientes de la cantidad de cultura que tengamos en reserva ni tampoco encontraremos “las estaciones de servicio” donde comprar lo que nos pueda faltar, como ocurre con el combustible del automóvil.
A la cultura la sentimos como una parte integral e insustituible de nuestro propio ser, forma parte del “nosotros mismos”  y cuando aplicamos “lo que somos” en cada una de nuestras acciones diarias resulta obvio que ella, la cultura, se manifiesta.
Es a esa cultura a la que nos referimos.



Esfuerzo Y Superación

Cuán grato resulta apreciar el esfuerzo y la superación en la vida de las personas, indudablemente es uno de los rasgos destacados que hacen del elogio el modo recurrente para intentar describir elocuentemente nuestra admiración y respeto.
“La superación personal no tiene límite, es decir, un ser humano puede seguir progresando a nivel de conocimiento y de toma de conciencia a lo largo de su vida.
Voluntad y conocimiento que son la base de la superación personal, son dos cualidades que diferencian al ser humano del resto de seres del universo.
La superación personal muestra la capacidad que tiene un ser humano para reflexionar sobre sí mismo, pero lo que es más importante, para actuar de acuerdo a sus valores y creencias.
La superación personal tiene una base teórica a nivel de reflexión pero es fundamentalmente práctica.

La superación personal es ese motor intrínseco que a nivel de motivación mueve el corazón humano cuando una persona aspira a ser más sabia, más competente y más capaz. La superación personal remite a ese proceso temporal de cambio en el que una persona sale de su zona de confort para establecer nuevos hábitos y cualidades para mejorar su calidad de vida.

Pasado, presente y futuro definen la vida humana. Pues bien, la superación personal también se entrena en presente analizando los errores del ayer para obtener una experiencia práctica y evitar tropezar dos veces en la misma piedra.”

... de Importancia: http://www.importancia.org/superacion-personal.php
El solo hecho de poder mencionar esta maravillosa cualidad nos hace sumergir en lo profundo de la humildad y regocijo por quienes son merecedores de tal reconocimiento

viernes, 5 de julio de 2019

Hacer Lo Que Se Propone


Se dice que la persona dedicada es aquella que ha encontrado la manera de identificarse con lo que considera es su “cuota parte” la oportunidad de brindar, a través de su esfuerzo una mejor forma de expresar su “capacidad de servicio” a todos aquellos con quienes convive.
Cuando podemos observar “el punto de equilibrio” que armoniza con nuestras mayores aspiraciones es entonces cuando ponemos “ese esfuerzo adicional”  necesario y vital para superar todos los obstáculos, esa es la dedicación que destacamos y admiramos.
“Es la actitud de ser firme en alcanzar un objetivo, en momentos que uno se propone llegar a un final definido por el mismo, es ese antelogro en el que se basa el hombre para formar parte de una vida con perseverancia en su mismo cuestionamiento, es querer algo que uno se autopropone, motivando así esta virtud conocida como la perseverancia y llevándola a una satisfacción o algo ya alcanzado.
 Comienza con una decisión que se gesta en el intelecto que en el mundo solo el ser humano lo tiene más desarrollado o completo y a partir del conocimiento que posee (este), realiza una elección que si perdura en el tiempo hasta alcanzarla se puede hablar de perseverancia teniendo claro que una decisión no siempre va de la mano de las ganas o el sentimiento que la persona tenga, por eso aunque no sienta placer o bien o aunque no tenga ganas si persevera sigue ya que en su intelecto ha optado previo estudio que si lo hizo bien es el camino a seguir o el mejor, y así llegará al éxito ya que es la única forma; conectado con la filosofía que es el amor/amistad con la sabiduría llegamos a conocer que lo mejor para uno es actuar de manera moral (y/o ética), es decir, hacer lo mejor para todo el mundo y no solo para uno mismo.
Dedicación es sinónimo de perseverancia, es la gota de agua que en su persistencia continua logra horadar la solidez de la roca, es la identidad del “ser creativo” con la magnitud de su obra.

La Buena Voluntad



 “Si hay algo en nosotros verdaderamente divino, es la voluntad. Por ella afirmamos la personalidad, templamos el carácter, desafiamos la adversidad, reconstruimos el cerebro y nos superamos diariamente.”
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) Médico español

De todas las acciones humanas en las cuales se señalan claramente la importancia de poder contar con la adhesión de todas las personas involucradas en un determinado proyecto, a lo que se apunta y en la cual se confía es en la libre y espontánea voluntad de cada uno.

Lo que queda en evidencia es que nada sustituye en todo nuestro ordenamiento social a la aceptación y aplicación voluntaria de cada uno de sus integrantes quienes además son los que sostienen con su voto a los gobernantes que determinaron la aplicación de tales normas.

“¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”     
 (Lucas 2:14). 


Veleidosos


“Cuando se califica a una persona como un sujeto de veleidad, se hace referencia a que se trata de un individuo que carece de tenacidad o perseverancia. La veleidad, en este contexto, se vincula a abandonar actividades sin que estén completas o a dejar proyectos en medio de su desarrollo.”
Este tema aborda o intenta abordar una característica que suele notarse en el comportamiento de algunas personas que demostrando poseer una inteligencia desarrollada y que comprenden a cabalidad cuáles son los objetivos que los demás esperan que realicen, no obstante manifestarse de acuerdo con las acciones que deben efectuarse y además saberse capaz de llevar a cabo cualquier tarea en forma eficiente, de repente, sin que surjan dificultades aparentes , demuestra claros síntomas de abulia reflejados en un desinterés creciente en realizar la tarea encomendada y sin dar mayores explicaciones, sencillamente renuncian, cambian de opinión y se desentienden de todas sus responsabilidades.
Cuando nos encontramos con aptitudes como  las descritas que no son casos excepcionales sino que pueden resultar mucho más comunes de lo que nos podamos imaginar, entonces, cuando estas cosas suceden, estamos presenciando un típico cuadro de veleidad.
“En psicología de la voluntad se usa para indicar un estado de volición deficiente. La veleidad es la a petición afectada de duda, mutabilidad e inconstancia.
El veleidoso no llega a decidirse de modo definitivo, no rechaza la acción, la considera posible y aun legítima, pero ardua y poco probable. Cuando la veleidad se hace persistente y habitual, se convierte en impotencia de determinación y abulia.
Leibniz entendía por veleidad el grado ínfimo del deseo, o sea aquel que está más cerca de la indiferencia; el disgusto, dice, que causa la ausencia de una cosa deseada es tan pequeño en el veleidoso, que no llega a despertar en su ánimo la inclinación a buscar los medios de conseguirla.
En un pasaje de su Teodicea añade que las veleidades no son más que una especie muy imperfecta de voliciones condicionales: 
Yo querría, si pudiese (liberet, si liceret) son los casos en que el contenido de la volición no es el querer, sino el poder.
Las causas de la veleidad son más complejas de lo que parece a simple vista, entre ellas: predisposiciones congénitas, enfermedades, hábitos contraídos, defectos de educación, etc.”
Ser veleidoso o veleidosa-no es una cuestión de género- es una condición que puede superarse y corresponde a todos quienes podemos convivir con un caso semejante “nadie está libre” de tal contingencia que pongamos lo mejor de nuestra parte en el intento de superarlo.